La siguiente historia es una traducción del fanfic Issues de la autora BlackLynx17, todo el crédito le pertenece única y exclusivamente a ella, yo sólo pedí su autorización para traducirlo al español.

Hiro Mashima es el dueño de Fairy Tail. Todo esto es por mero entretenimiento, tanto mío como de ustedes. Espero les guste.


Prólogo

La niña rubia estaba sentada en el columpio llorando a mares. Ya no entendía nada, no es que ella entendiera nada para empezar. Su mundo se derrumbó y no había manera de poder salvarlo. Pensó que era un castigo por colorear en las paredes de nuevo, pero ella no lo entendía. La última vez que lo hizo sus padres sólo la enviaron a su habitación, pero esta vez, fue demasiado extremo, pensó.

– ¡Oigan chicos miren, les dije que era Lucy! – un niño pequeño gritó corriendo hacia su compañera. Los amigos del niño corrieron detrás de él hacia la niña rubia que seguía llorando.

– ¿Lucy? – el niño dijo frenando su carrera a una caminata ligera para luego detenerse por completo.

El pequeño nunca había visto a su amiga llorar con anterioridad. Estaba tan acostumbrado a verla sonriendo y riéndose y, ocasionalmente, golpearlo, pero nunca llorar.

Lucy miró al chico y secó sus lágrimas. Trató de dejar de llorar delante de su amigo, pero recordando que nunca lo volvería a ver, empezó a llorar de nuevo.

– ¡Natsu! – la pequeña rubia gritó, subiendo sus manos para cubrir su rostro.

– ¡Erza! ¡Erza! ¡Hay algo malo con Lucy! – Natsu entró en pánico y llamó a su otra amiga.

¿Tal vez ella se rompió? ¿Tal vez alguien la intimidó antes de venir aquí?, pensó el niño y miró a su alrededor para ver si había algunos niños mayores en los alrededores. Iban a pagar por hacer llorar a su preciosa amiga.

En eso sus amigos se acercaron y la chica alta de cabello escarlata empujó a Natsu a un lado y se inclinó a la altura de Lucy.

– ¿Lucy? Hola Lucy ¿estás ahí? – Erza bromeó tratando de ver el rostro de su pequeña amiga.

Había funcionado. Lucy dejó caer las manos y afirmó con la cabeza. Erza se enojó al ver todas las lágrimas corriendo por la cara de su amiga. Juró que quien la hizo llorar de este modo, iba a pagarlo. Los otros amigos se habían reunido alrededor de Lucy para verla, todos pensando lo mismo. Sin embargo Erza y Natsu eran los más enojados. La peli roja respiró hondo y decidió preguntar a Lucy por qué estaba llorando antes de cargar a ciegas y luchar contra todo el mundo tal como su idiota amigo de cabello color salmón pensaba hacer.

– ¿Lucy que está mal? – preguntó con la voz más amable que pudo acumular.

Todos, con excepción de Lucy, se estremecieron. Nadie estaba acostumbrado a la voz amable de Erza porque rara vez la utilizaba. Cuando lo hacía, por lo general después te daba un puñetazo en la cara. Podía estar hablando amablemente, pero la actitud de Erza distaba mucho de ser "amable".

Lucy abrió la boca para hablar, pero la sola idea de hablar del tema la hizo llorar de nuevo. En lugar de palabras, sollozos salían de su boca y empezó a frotar sus ojos. Erza, viendo a su amiga con tal dolor, puso una mano sobre su cabeza y la frotó.

– Hey sólo soy yo, Erza, tu mejor amiga. Recuerdas que nos contamos todo junto con nuestros otros mejores amigos. Están todos aquí preocupados por ti Lucy. Vamos, puedes contarnos, sólo queremos ayudar – la animó.

Todos los demás amigos añadieron palabras de aliento junto con Erza.

– Eso, eso es, ¡eso es por lo que estoy llorando! – Lucy sollozó.

– ¿Porque somos tus amigos? – preguntó Erza confusa.

Ella estaba confundida. Pensó que le agradaba a Lucy, junto con todos los demás. ¿O es que alguien le hizo algo a Lucy a sus espaldas? Pensó dando la vuelta para hacer frente a sus amigos y decir con voz mortífera.

– ¿Quién de ustedes ha herido a Lucy? –

Todos dieron un paso atrás acobardados, cubriéndose unos a otros.

– No es su culpa, es mía – Lucy logró decir.

Vio que Erza estaba a punto de lastimar a sus amigos y no podía permitir que eso pasara, de nuevo. No era culpa de ellos, era de ella.

– Lucy – Natsu dijo y se sentó en el columpio junto a ella. – ¿Somos mejores amigos verdad? ¡Podemos decir lo que sea entre nosotros! ¡Justo el otro día fui yo quien se bebió el jugo de Gray! – gritó.

– ¡Lo sabía! – El chico de pelo azul en puntas gritó y tacleó a Natsu fuera del columpio.

Lucy finalmente dejó de llorar y se rio mientras ellos rodaban sobre el terreno. Erza, aunque contenta de que la rubia no estaba llorando, aun así pensaba que no era el momento de estar peleando mientras que su amiga estaba claramente deprimida. Se dirigió hacia ellos y tiró de ellos para separarlos.

– ¡Idiotas! – gritó, golpeándolos a ambos en la cabeza.

– Jajaja, voy a echar de menos que ustedes dos se estén peleando todo el tiempo – se rio Lucy con melancolía.

Erza captó lo que dijo. ¿Qué quería decir con echar de menos? Natsu y Gray peleaban todo el tiempo, así que ¿por qué iba a echarlo de menos? Erza no fue la única que captó este comentario.

– ¿Por qué nos vas a echar de menos Lucy? – Natsu preguntó mientras caminaba de nuevo frente a su amiga. Lucy se miró las manos en su regazo, dejando caer unas pocas lágrimas.

– Mamá y papá me gritaron por dibujar en la pared. Como castigo me dijeron que nos mudaremos. ¡No volveré a verlos nunca más chicos! – al fin soltó la rubia.

Sus amigos estaban congelados por el shock. Todos sabían que dibujar en las paredes era un delito grave, pero castigarla de esa manera, ¿fue tan malo? ¿Sus padres también los harían mudarse por pintar en las paredes?

Erza era la única que no lo creía. Sus padres y los de Lucy eran bastante cercanos, y recordó a su madre llorando en el teléfono mientras hablaba con la mamá de Lucy. Cuando le preguntó la razón, esta sólo la mandó fuera de la habitación. Erza sabía que los padres de Lucy eran agradables, siempre le daban galletas cuando iba de visita. No podía imaginarlos castigar a Lucy de esta forma.

– ¡No te puedes ir! ¡No puedes! ¡Prometiste jugar a la pelota conmigo mañana! – Natsu se quejó. De ninguna manera su mejor amiga lo iba a dejar. ¡Todo el tiempo pensaba que estarían juntos por siempre! ¡¿Qué clase de broma cruel es esto?! pensó

– Lucy ¿estás segura de que eso es lo que dijeron? Dime todo – pidió Erza. Se negaba a creer esto. Lucy debe haber oído mal a sus padres o algo así.

– Papi y Mami me sentaron en el sofá. Me dijeron que papi consiguió un nuevo trabajo y que nos mudaremos mañana – sollozó.

Así que era verdad. Erza se temía eso; Lucy iba a dejarlos. ¿Cómo podría sobrevivir sin sus amigos? ¿Cómo iba a sobrevivir sin Erza? Lucy siempre estaba siendo molestada hasta Erza llegaba y la rescataba. ¿Cómo iba a sobrevivir en una nueva escuela sin su protección?

Erza miró a sus amigos y sabía que estaban pensando lo mismo. Todos ellos ayudaban a Lucy en cierta manera como ella lo hizo, ¿qué le pasaría a Lucy una vez que no los tuviera nunca más? Erza luego miró a su exaltado amigo de cabeza rosada. Sabía que él sería a quien más le iba a doler. Natsu y Lucy eran como la mantequilla de maní y la jalea en un sándwich, siempre juntos. Seguro, todos eran importantes para Lucy, pero Natsu era su favorito.

– ¡No te preocupes Lucy todos iremos contigo! – Natsu gritó.

Erza lo golpeó de nuevo. ¡Cómo se atrevía a darle esperanzas a la pequeña rubia! No había manera de que todos ellos pudieran ir con Lucy, nadie se los iba a permitir. Los padres de Lucy eran agradables, pero no dejarían que nadie fuera con ellos sin el permiso de los otros padres.

– Gracias Natsu, pero aceptémoslo, me voy. Nada puede evitarlo, ¡ni siquiera el monstruo debajo de la cama! ¡No los volveré a ver! – lloró la niña.

– ¡Eso no es cierto! Sé que puede ser triste ahora, pero vas a ir a una nueva escuela y harás montones y montones de amigos y serás feliz – Natsu gritó, alentando a su amiga.

Erza se sorprendió al escuchar esas palabras salir de la boca de su amigo. Ella lo esperaría de Levy o ella misma, ¡pero no de Natsu! ¿Qué le estaba sucediendo a su enérgico amigo?

– ¿De verdad? – preguntó la de ojos chocolate esperanzada.

– Sip, tendrás un montón de amigos y todo el mundo te amará como nosotros. Entonces, un día, una vez que todos seamos mayores, te encontraremos y ¡todos seremos amigos de nuevo! – animó el peli rosa.

Esto trajo esperanza a la pequeña rubia. Sus amigos vendrían por ella.

– No se olvidaran de mí ¿verdad? – preguntó.

– Nunca – dijeron sus amigos.

– ¿Promesa? –

Natsu fue el primero en extender su pequeño dedo meñique hacia su mejor amiga.

– Todos haremos la promesa del meñique, no se puede romper una promesa del meñique durante el tiempo que vivas, ¿recuerdas? – Natsu dijo y sonrió.

Las comisuras de los labios de Lucy se curvaron un poco mientras extendía su meñique hacia el niño. Todos sus amigos también extendieron sus dedos hacia Lucy y Natsu, enganchándolos juntos haciendo una promesa a su querida amiga rubia.

– Natsu, Lucy, Gray, Erza, Levy, Lisanna – Lucy dijo llamando a sus amigos.

Todos sonrieron. – ¡Espera, tenemos que decir el canto! – exclamó Levy. Los niños pequeños se miraron entre sí.

– ¡Cruzo mi corazón, espero morir, y si miento, clava un millar de agujas en mi ojo!* – los niños cantaban.

Los niños se rieron de su promesa del meñique.

– Mejor que nadie rompa la promesa a menos que quieran un millar de agujas en sus ojos – dijo Erza.

– ¡Sí! – respondieron.

Lucy saltó del columpio y se puso de pie. – Bueno, supongo que es mejor que vaya a casa ahora. Me fui sin decirle a mamá a dónde iba –

Sus amigos la miraron con tristeza. Lucy los abrazó a todos y dijo adiós.

– No te preocupes mucho acerca de Natsu, Lucy. Erza y yo nos encargaremos de que no se meta en problemas. Tú sólo concéntrate en hacer amigos – dijo Lisanna abrazándola.

Lucy le sonrió y asintió con la cabeza.

– Recuerda lo que te enseñé Lucy. No dejes que nadie camine sobre ti – le recordó la peli roja con un fuerte abrazo.

– Trataré de no olvidarlo. – prometió.

Cuando terminó de decir sus despedidas miró a todos sus amigos.

– Gracias por ser mis amigos y ayudarme, yo nunca voy a olvidarme de ustedes – se despidió sonriendo, entonces corrió rápidamente a casa.

– ¿Por qué tiene que dejarnos? – preguntó Levy dejando correr las lágrimas que contuvo desde que oyó decir a su mejor amiga se iba caída.

Lisanna la abrazó mientras que de sus ojos también empezaban a caer las lágrimas. Erza, que era la más fuerte y la líder, no pensó en llorar. Tenía que ser un ejemplo para sus amigos y estaba orgullosa de ellos por no llorar antes de que su amiga se fuera. Si Lucy les hubiera visto llorar, no habría sido capaz de irse con una sonrisa. Ella era la más dura, era la más fuerte, Erza nunca lloraba, y sin embargo, ni siquiera el monstruo debajo de la cama podía detener la única lágrima que rodó por su mejilla. Vio que Gray y Natsu sólo estaban mirando hacia el suelo.

Así fue como todos sus padres los encontraron. Todos amontonados, las dos niñas más pequeñas llorando mientras que los otros pateaban las rocas cerca de ellos. Suponían que ya habían escuchado la noticia sobre su amiga rubia y esperaban que con el tiempo sus corazones rotos se pudieran reparar.


*Es un pacto algo sádico, pero creo que es similar al "pinky promise" (promesa del meñique o la garrita como dice Koda)

Este es un capítulo introductorio, por eso es el Prólogo. De aquí se derivan muchos de los "Issues" de los protagonistas en un futuro.

No le tomen cariño a esta Lucy, lo van a lamentar si lo hacen.

Sé que no es muy largo, de hecho esto formaba parte del capítulo 1, pero era demasiado largo y decidí cortarlo, además así podía darles esta breve introducción.

Los capítulos son muyyy largos, así que tardaré más en actualizar que Another o Las llaves de fuego, pero lo haré. Y la próxima semana, o en dos, empezaré con Parallels. Mythical Creatures empezará hasta que terminé cualquiera de las otras.

Espero que esto les intrigue, sé que no es mucho pero pueden formarse una idea de lo que viene.

Cuídense

PD. Soy muy mala y no publicaré el siguiente capítulo de Another hasta ver al menos 1 comentario. El último capítulo terminó en completo suspenso y ¡NADIE dijo nada!, no es regaño, sólo que eso me deprime un poco U.U, pero bueno, sí lo seguiré pero tardaré un par de días para ver si recibo aunque sea un tomatazo...