Capítulo 1- Viaje hacia Hogwarts
Albus siguió asomado a la ventana, a pesar de saber que su padre ya no podía verlo. Llevaba todo el verano esperando para irse a Hogwarts, pero ahora notaba una punzada de tristeza en su interior. Echaría de menos las amplias y francas sonrisas de su padre, así como los protectores abrazos de su madre y los golpes de genio de Lilly, su hermana pequeña. Sin quererlo, suspiró.
- Tierra llamando a Al- anunció una voz mientras una mano pasaba repetidas veces por delante de sus ojos-. ¿Me responde?
El muchacho parpadeó repetidas veces antes de mirar a su prima Rose, quien lo miraba entre divertida y enojada.
- Te he repetido no-sé-cuantas-veces- dijo lentamente, como si su primo no fuera capaz- que deberíamos buscar compartimiento o nos pasaremos todo el viaje de pie.
Albus asintió varias veces con la cabeza y ambos se embarcaron en su primera misión: encontrar un compartimiento libre.
- ¡Eh, Al!- lo llamó una voz dulce. El niño moreno se giró, descubriendo a un niño rubio de enormes ojos azules que corría hacia él.
- Louis- exclamó el muchacho sonriendo-. ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué tal están Dome y Vic?
El niño puso los ojos en blanco.
- Victoire tiene nuevo novio- una sonrisa burlona curvó sus labios-. Teddy. Él la ha acompañado al andén esta mañana, así que no la he visto desde ayer por la noche- suspiró-. Y Dominique… digamos que está algo atontada últimamente. Así que me he alegrado de perderla de vista durante un rato.
Albus rió ante la respuesta de su primo, pero Rose le lanzó una mirada reprobatoria.
- ¿Por qué no te vienes con nosotros, Louis?- sugirió el otro niño-. Estamos buscando compartimiento.
- Oh, yo ya he encontrado uno- respondió el muchacho, abriendo sus enormes ojos azules-. ¿Por qué no os venís vosotros?
Al miró a Rose, preguntándole su opinión. Esta asintió levemente con la cabeza. Louis sonrió encantado y encabezó el grupo, pasando de largo de varios compartimientos.
- Es ese de ahí- señaló una de las puertas correderas. Cuando estaban a punto de llegar a su meta, la puerta de al lado se abrió, y de esta salió James, quien se había puesto el uniforme, llevando la corbata sin anudar y varios botones de la camisa desabrochados. Dentro de su compartimiento se oía lo que sin duda parecía una alegre conversación.
- Hombre, enano- James sonrió, mirando a su hermano pequeño-. Rosie, Lu- sonrió a sus primos-. ¿Qué, Al? ¿Ya te has perdido?
El niño le sostuvo la mirada, desafiante.
- No- respondió, encogiendo los hombros-. De hecho, me dirigía al compartimiento de Louis.
- ¿Es tu hermano pequeño, James?- preguntó una voz femenina dentro del compartimiento. Se asomó una chica, de castaños cabellos y bonitos ojos verdes-. ¡Qué mono!- sonrió tiernamente, mientras soltaba una risita-. ¿Por qué nunca me has dicho que tu hermanito era taaaaaaan mono?
James se rascó la cabeza, visiblemente contrariado.
- Alizeh, mi hermano es un mono- fijo sus ojos castaños en los de su compañera-. Literalmente hablando.
Se oyeron varias risitas. Se notaba que James caía simpático.
- Bueno, si solo me has llamado para molestarme me voy a mi compartimento- le espetó Albus convirtiendo sus ojos verde esmeralda en sendas rendijas. Hizo ademán de girarse, pero su hermano mayor le llamó.
- ¿Aun sigues preocupado por lo de quedar en Slytherin?- preguntó James, sonriendo-. He de prevenirte: papá te desheredará si te conviertes en una serpiente.
Varios amigos de James se habían levantado para observar la pelea entre hermanos.
- No es verdad- murmuró el niño con todo el desprecio que fue capaz-. Rosie, Louis. Vámonos.
Un chico rubio miró como Albus se alejaba con toda la dignidad que conservaba. Sacudió la cabeza, divertido.
- James, creo que tu hermano de once años es más maduro que tú
El muchacho lo miró furibundo.
- Satch- espetó el aludido, mientras entraba al compartimento-. Cierra tu enorme bocaza de una vez.
Albus entró hecho una furia en el compartimento que su primo le había indicado. La conversación cesó, y todos y cada uno de los niños ahí sentados lo miraron fijamente. El muchacho notó como enrojecía.
- Chicos- dijo Louis, para que dejaran de mirar tan fijamente a su amigo-. Os presento a Rose Weasley y a Albus Potter. Son mis primos.
La atención volvió a centrarse en el niño, mientras algunos murmuraban.
- Soy Isadora Braverly- se presentó una niña de negro cabello recogido en dos largas trenzas-. Pero llámame Isa.
- Luca Douglas, encantado de conoceros- dijo con gran desaire un muchacho de ojos verdes, muy parecidos a los de Al, y extravagante cabello rojo fuego.
Albus y Rose sonrieron, incómodos ante las miradas furtivas que les dirigían. El niño ya había sido advertido de que eso podía pasar. Que murmuraran sobre él o que lo miraran por los pasillos por el simple hecho de ser el hijo de Harry Potter. Pero no había creído que fuera de una manera tan poco disimulada. Los dos niños sonrieron cohibidos ante las presentaciones de los otros. La niña de corto cabello rubio era Chasity Benson, el de rojos cabellos y gesto tímido se llamaba Ian Zelman y el otro muchacho de negros cabellos y calculadores ojos grises era Arpad Thorson.
La conversación era bastante animada hasta que, como era de esperar , llegaron al tema de las casas.
- Me he informado- explicó Luca Douglas, centrando sus ojos verde esmeralda en los demás- y creo que la casa que más me gusta es Gryffindor, aunque si quedara en Ravenclaw tampoco me importaría…
- ¿Y como seleccionan a los alumnos?- preguntó Ian, enrojeciendo cuando los otros niños centraron sus ojos en él.
- No lo sé- respondió Rose contrariada. Se notaba que no le gustaba no poder contestar-. Pero Gryffindor es la casa de los valientes y osados. Ravenclaw la de los inteligentes. A Hufflepuff van los leales y honestos. Y luego están los Slytherin, astutos y ambiciosos. Muchos magos tenebrosos han salido de esa casa. ¿Os imagináis estar en ella?
Chasity y Arpad levantaron una ceja.
- Perdona, pero toda mi familia ha pertenecido siempre a Slytherin- le comunicó la niña rubia con altanería.
- La mía también- añadió el muchacho, mirándola fríamente con esos pétreos ojos-. Y no son magos tenebrosos. Yo creo que Slytherin es la mejor casa.
- Sí- confirmó Chasity asintiendo efusivamente con la cabeza-. La casa de los sangre pura.
- Perdona- murmuró Rose frunciendo el entrecejo-. Pero mi padre es sangre pura y perteneció a Gryffindor.
- ¿A sí?- preguntó Arpad desganado-. ¿Cuál es tu apellido?
- Weasley.
Chasity tosió, y pareció que decía "descastados" entre tosido y tosido.
- ¿Cómo te atreves?- dijo Rose indignada. Miró a su primo, quien mantenía una animada conversación con Louis-. ¡Al!- el niños se sobresaltó por el grito-. ¡Di algo!
- ¿Eel… qué?- preguntó Albus perdido. No había estado prestando atención a la discusión.
- ¡Estaban insultando a tu madre!- resumió Rose, haciendo que su primo mirara contrariado a Chasity y Arpad.
- Nosotros no hemos insultado a su madre- repuso calmadamente el niño. Su cabello negro emitía destellos azules a la luz del sol muriente-. Chasey, será mejor que nos vayamos –ambos se levantaron-. No quiero estar en un sitio donde no aprecien el potencial de Slytherin.
La niña asintió y ambos salieron del compartimiento.
- ¡Estúpido egocéntricos!- masculló Rose.
A partir de ese momento la conversación se volvió algo incómoda. Albus casi agradeció poder salir fuera del tren, a pesar de la fina llovizna que caía. Y, en medio del gentío, perdió a Rose y a Louis.
- ¡Eh, enano!- era James, con una sonrisa burlona en el rostro-. ¿A qué viene esa cara?- su sonrisa autosuficiente se ensanchó-. Así cuando te caigas al lago ya estarás mojado –observó complacido que su hermano pequeño le dirigía una mirada fulminante-. ¡Saluda al calamar gigante de mi parte!
- ¡Eh! ¡Albus!- una voz grave lo llamó. Ahí estaba Hagrid, llamando a los alumnos de primero con su potente voz. Sonrió amistosamente al niño-. ¿Qué tal todo?
Al se acercó al gigante sonriendo levemente.
- James molestando, como siempre- respondió con una mueca-. Y he perdido a Rose.
Los demás niños parecían sorprendidos de que se atreviera a hablar con el enorme guardabosques. Se dirigieron a la orilla del lago, donde había una veintena de botes.
- ¡Cinco o seis por bote!- gritó Hagrid.
- ¡Eh, Potter!- chilló una voz aguda. La niña rubia del tren, Chasity, le hacía gestos con la mano para que se acercara. Estaba con Arpad y con otro chico, rubio de penetrantes ojos grises-. ¿Subes con nosotros?
Albus se debatió entre esperar a Rose y arriesgarse a quedarse solo o aceptar la proposición de la niña. Si aceptaba Rose se enfadaría, y estaba prácticamente seguro de que ésta se vengaría. Por otro lado, ni Chasity ni Arpad le habían hecho nada, y sabía por experiencia propia que Rose era muy suceptible. Sonrió a la niña.
- Sí, claro.
Subieron al pequeño bote junto a dos niñas de castaños cabellos prácticamente idénticas, que susurraban sin dejar de mirar a Albus.
- Encantado de volverte a ver, Albus- Arpad sonrió, marcándosele sendos hoyuelos en las mejillas, que redujeron el aspecto duro de esos ojos-. Me gustaría presentarte a Scorpius Malfoy, un viejo amigo de la familia.
- Llámame Al, por favor- murmuró el niño mientras sonreía amablemente a su nuevo conocido-. Yo soy Albus Potter.
El otro no le devolvió el gestó.
- Sé quién eres- le respondió. Arrastraba las palabras-. Mi padre y el tuyo coincidieron en Hogwarts. No eran muy amigos- lo miró con recelo.
- Pues espero que eso no nos afecto- respondió Albus con sus ojos verdes brillando con simpatía, con ganas de caer bien.
Y, tras un pequeño titubeo, Scorpius le devolvió la sonrisa.
Aquí termina el primer capítulo de mi fic U. espero que os guste
