Bueno este es el primer fic que subo aqui jaja, espero les guste, ando escribiendo los siguientes capitulos asi que, ojala me acompañen en esta historia.

Seto suspiró. Era una noche cálida de verano, el reloj marcaba la 1:02 y el se encontraba sentado enfrente de su computadora trabajando en su más reciente proyecto: una renovación completa del Duel Disk que se utilizaba para el Duelo de Monstruos. Hacía un mes atrás que había iniciado ese proyecto, algo bastante ambicioso pero así solía ser lo que Seto Kaiba hacía en su vida; todos los días trabajaba sin descanso en el, levantandose a primera hora de la mañana y acostandose a altas horas de la noche, apenas salía de su habitación para asistir a juntas importantes en Kaiba Corp o para atender asuntos fuera de la empresa que necesitarán su completa atención.

Aquel día no había sido la excepción: se había levantado a las 4 am, se había bañado y cambiado, desayunó algo ligero -un café acompañado de unos huevos revueltos- y se sentó frente al monitor a trabajar hasta las 3 pm, hora en que la reunión con el consejo de Kaiba Corp empezaba. Seto se había sentado en su silla al frente de todo el consejo para escuchar quejas y sugerencias (más quejas que sugerencias)con respecto al funcionamiento de su empresa, así como informes de cuanto habían aumentado las acciones de la compañía y que los Duel Disk se vendían como pan caliente. Alabanzas por un lado, quejas por el otro... así eran todas las juntas de Kaiba Corp.

Y después de estrechar más de una decena de manos, Seto salió de la junta dos horas despues y regresó a su casa -la cual se encontraba a unos metros de Kaiba Corp.- y se recluyó nuevamente en su habitación, no sin antes indicarle a Mokuba las tareas que se debían realizar para el final de la jornada y advertirle que no se juntara demasiado con Yugi Mutou y sus compinches "Sabes que no me agrada Yugi y su club de admiradores" era lo que argumentaba el Kaiba mayor antes de encerrarse a trabajar.

Seto había pasado toda la tarde y noche trabajando sin descanso en su proyecto, mucha gente -entre ellos su hermano menor- le reclamaban que trabajaba demasiado y que se enfermaría de seguir así, sin embargo el proyecto había avanzado muchísimo en los últimos días y ya solo faltaba afinar de talles para que muy pronto se anunciara la versión 3 de Duel Disk. Esto motivaba a Seto a trabajar y trabajar sin parar, sin embargo, aquella noche algo lo sacó de su pequeño mundo informatico e hizo que su atención se centrara en algo muy particular...

Más o menos a las 11:30 de la noche,mientras los numeros y estadísticas se desplegaban en su monitor, el sueño empezó a hacer de las suyas y el joven Kaiba empezó a cabecear. "Maldición, debí tomar más cafe" se lamentó el ojiazul tratando de que el sueño no lo venciera. Su lucha fue fructifera por algunos minutos mientras tecleaba y tecleaba, sin embargo al momento de que el programa de su computadora se disponía a procesar toda la información que el había introducido, el sueño lo sedujo y quedó inmovil frente a la pantalla. Pronto, una vocesita empezó aretumbar en su mente, y lo llamaba:

-¡Seto! ¡Seto! ¡Ven! ¿Que ya no quieres jugar?

Entre sueños, Seto vió a una pequeña niña de cabello plateado y ojos de un azul intenso que lo observaban con tanta inocencia que el no podía resistirlos. La niña usaba un vestidito blanco y un gran moño azul adornaba su largo cabello lacio el cual danzaba al compás de la suave brisa que se dejaba sentir en el lugar. Y entonces Seto se vió a sí mismo, cuando tenía 10 años y vivía en el orfanato en el que había sido abandonado con su hermano tras la muerte de sus padres, corriendo hacia la niña que estaba sentada en un columpio. La niña lo recibia con una hermosa y sincera sonrisa y le entregaba un pañuelo blanco "Espero que cuides mucho esta carta".

.Bip.

La computadora empezó a hacer ruido y Seto abrió los ojos algo exaltado. El reloj marcaba las 11:59 y el programa en su computadora había terminado de procesar, sin embargo, la mente de Seto seguía perdida dentro de aquel sueño que era una de las memorias del pasado que había intentado enterrar tantas veces; aquel recuerdo era uno de los pocos que guardaba con especial cariño dentro de sus memorias de la infancia y últimamente aquella memoria regresaba del pasado para confundirlo.

El joven Kaiba se levantó de su asiento, caminó hasta su boveda de seguridad, tecleó unos números y la puerta se abrió dejando al descubierto un maletín plateado que el ojiazul tomó y colocó sobre su escritorio. Al abrir el maletín Seto pudo ver su deck perfectamente acomodado en el maletín, aquel deck que en incontables ocasiones se había enfrentado a su más poderoso rival: Yugi Mutou. Sin dudarlo ningún momento Seto tomó las 3 cartas más valiosas en su deck, cerró el maletín y se quedó observandolas por unos instantes; la poderosa figura de los 3 Dragones Blancos de Ojos Azules siempre habían maravillado al joven, desde el momento en que conoció dicha carta se prometió asi mismo que el sería el poseedor de las 3 magnificas bestias que ahora yacían en susmanos. Le había costado mucho trabajo obtenerlas todas, e inclusive fue capaz de destruir una cuarta copia para que nadie más en el mundo poseyera tan magnifica bestia; si, esas 3 cartas valían muchísimo para el... sin embargo una de ellas era la más valiosa de todas sus posesiones.
Seto tomó la carta del medio, aquella que estaba más gastada que sus dos hermanas, y la examinó con cuidado, "Blue Eyes White Dragon" eso era lo que decía el título de la carta cuyas letras se había opacado con el paso de los años. Recordaba que esa carta era hermosa, la figura de ojos azules brillaba apenas uno la movía y sus letras en color dorado le entretenían por largos ratos; y no es que dejara de ser hermosa... lo único que le inquietaba al presidente de Kaiba Corp es que esa carta se desgastara tanto que llegara a un punto en que la figura del poderoso dragón desapareciera.
La primera vez que tuvo esa carta en sus manos fue de parte de aquella niña de cabellos plateados y ojos de un azul profundo que siempre lo habían hechizado, no sabía exactamente como es que ella había obtenido tan rara y valiosa carta y sinceramente nunca le importó, lo único que sabía era que esa carta, ese Dragon Blanco de Ojos Azules había sido una posesión muy preciada para su pequeña amiga de la infancia y un día ella se la había obsequiado...