Disclaimer: Hetalia no es mío, es de Hidekaz Himaruya.
Advertencia: Posible OoC, ausencia de nombres, UA.
Amigo
Te muerdes los labios para evitar decir ese "Quédate, por favor"; la envuelves en tus brazos para después obligarte a dejarla ir.
Acabas de perder la última – de las muchas – oportunidades que has tenido de besarle, sólo bastaba inclinarse un poco y…
– Suerte – balbuceas para después sonreír y volver a tu tono burlón.
¿Qué le dices? No importa, en este momento sólo te concentras en memorizar su hermoso rostro. Su suave cabello, sus hermosos ojos verdes, su linda nariz, sus pómulos, su mirada decidida, su sonrisa, sus labios; la escaneas completamente queriendo grabar todos y cada uno de los detalles que la hacen tan única.
Aprietas los puños dentro de los bolsillos obligándote a verla partir, a dejarla ir; a no correr tras ella para detenerla.
Y el vacío aparece al darte cuenta de que se ha ido.
"Volverá más pronto de lo que piensas" te dices.
Y las horas se vuelven días, los días semanas, y éstas se convierten en meses y la sensación no se va, pero disminuye, gradualmente, o se instala abrasadoramente cada vez que su recuerdo te ahoga o que escuchas su voz al otro lado de la línea, o al sólo escucharla nombrar.
Pero llega el día en que esa sensación te abandona; llega el día en que ya no sabes nada más sobre ella; su voz se vuelve distante y cortante, su recuerdo borroso y distorsionado.
¿La olvidaste? Eso esperas, aunque te molesta la idea de que ella te haya olvidado.
La superaste, día a día y con mucho esfuerzo, te cansaste de extrañarla.
Un día como cualquier otro llega esa noticia que lo cambia todo: se casa. Sin previo aviso todo tu mundo pone de cabeza, se cae a pedazos.
"Se casa, se casa" la noticia se clava como un puñal en tu pecho.
"Te necesito conmigo", "te eché de menos", "estoy feliz de que estés aquí". Te sientes un masoquista.
Ahí estás, de nuevo, viéndola partir, comenzar un nuevo viaje.
Te muerdes los labios para no soltar ese "No te cases, por favor" y aprietas los puños para evitar correr, tomarla del brazo y sacarla de ahí.
Eres su amigo y te interesa su felicidad, por eso la dejaste partir la primera vez; eres su amigo y la amas, por eso la dejarás ir.
Mientras escuchas el "puede besar a la novia" te arrepientes de no haberle gritado "Quédate" la primera vez que se fue, de no haberla besado en aquella última oportunidad, de no haber balbuceado "Te amo" en lugar de "Suerte".
Y aquel beso parece quemarte los ojos; te secas la lagrimilla traviesa que bordea tus ojos y sonríes felicitando a la feliz pareja.
"'Y vivieron felices para siempre' ese es el final de la historia" piensas con amargura. "Para siempre es mucho tiempo"
– Te amo – le sueltas mientras bailan el vals. Ella te mira, desconcertada; tú sólo te marchas, porque sabes lo incomodo que será a partir de ahora.
Sí, después de todo eres su amigo y la quieres, por tanto quieres lo mejor para ella y lo mejor es que todo acabe aquí.
Y es que en aquel 'felices para siempre', querido, no hay lugar para ti.
N/A: Es mi segunda vez escribiendo hetero y algo con la total ausencia de nombres, aún así espero se haya entendido. Igual es mi primera vez publicando PruHun, así que estoy un poco nerviosa.
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