~Ventajas ~

Estaba sentado en un escritorio en su apartamento, era un pequeño cuarto en el sexto piso de un edificio ubicado en las afueras de la ciudad, decorado como un lugar para solo pasar un rato con las paredes de un color gris mate, un escritorio pegado a una de las paredes, una pequeña cama contra la otra pared, una ventana en la pared libre que daba hacia otro edificio que por su aspecto parecía abandonado desde hacia largo tiempo y en la pared contigua una puerta que iba hacia un baño.

Mas que un apartamento de veraneo parecía un cuarto de hotel de mala muerte, pero parecía que el cuarto encajaba perfectamente con la época y con los sentimientos de la nación que se encontraba ahí.

No, no se ocultaba, a diferencia de lo que los periódicos decían, solo se tomaba un descanso de la batalla que llevaba, su pueblo lo odiaba, lo sabia, no había mucho que decir al respecto de ello y él entendía muy bien la razón.

¿Qué es lo que habia pasado?

Era muy sencillo, el año era 1920, el lugar Chicago y lo que parecía que había hecho mal era una prohibición hacia un liquido que los americanos consideraban mas sagrado que el propio café con el que se habían rebelado de los ingleses, y ese líquido era el licor...

Suspiró.

¿Porque todo era tan difícil?, él lo había hecho por ellos o al menos eso es lo que su gente le había exigido, un país libre de licor para mas seguridad y es lo que les había dado, la ley Volstead (1) y ¿qué es lo que obtuvo con todo eso? una inseguridad como nunca se había vivido, la mafia comenzaba a crecer de manera nunca antes vista, comenzaban a tomar vidas a plena calle y sabia que el motivo era el mercado negro de ese despreciable líquido.

Se quito los lentes y los dejo con delicadeza sobre el escritorio mientras echaba hacia atrás su cabeza con los ojos cerrados. Necesitaba ayuda, era urgente. Necesitaba a alguien que tuviera la experiencia con eso y sobre todo estuviera dispuesto a ayudarlo... y eso es lo que en ese momento no tenia. Aliados.

Mordió su labio inferior un momento mientras cientos de pensamientos pasaban por su mente. Tal vez tenia un aliado, o tal vez no... dependía de si esa persona quería ayudarlo y conociéndolo... primero se reiría de el en su cara y luego tal vez... solo tal vez, lo ayudaría...

Paso una mano por su rubio cabello, despeinándolo un poco antes de decidirse a escribir un telegrama, tendría que ir a verlo, aceptaría recibir un poco de humillación de el, si obtenía la ayuda que tanto necesitaba.

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El ingles no podía creer lo que estaba leyendo, una sonrisa burlona se dibujo en su rostro mientras en sus ojos se reflejaba una alegria extraña en el.

-El idiota americano quiere mi ayuda - Susurró mientras su sonrisa se hacia más amplia al tiempo que dejaba la hoja sobre su escritorio. Unas cuantas palabras en esa hoja habían hecho el día de Arthur unas simples palabras como:

"Te necesito. No puedo con esto yo solo. Alfred"

Bien, si el quería su ayuda, pensaría en dársela, pero solo lo pensaría ya que, ¿qué había hecho el americano por el además de romperle su corazón y abandonarlo?. Su sonrisa se hacia cada vez más amarga.

Si cualquiera se lo preguntara diría que odiaba con toda su alma al americano, que le deseaba lo peor y que preferiría verlo muerto antes que cualquier otra cosa. Pero esa solo era una fachada que debía mantener, una fachada que día a día era mas difícil de sostener siendo en realidad que pensar en Alfred le ocasionaba una mezcla de sentimientos que deseaba poder ignorar, más no podía.

Dio un trago a su taza de té, sabia porque lo había contactado a el y no a alguien mas, hace varios años que había ganado una guerra similar, aunque el había batallado en sus calles y en contra de otro país... Pero después de todo él había sido ganador de las dos guerras del opio contra China y tal vez el mejor premio que había sacado de todo eso no era el reconocimiento de lo poderosas que sus tropas podían ser, ni la inteligencia que sus estrategas poseían a la hora de planear un ataque. Lo mejor que había obtenido de esas dos guerras era chico que ahora se paseaba por los pasillos de su casa, Hong Kong. Porque eso era la máxima prueba, le había quitado una parte al segundo país mas grande y poderoso de la época.

Su sonrisa burlona había vuelto, recordar eso siempre lo hacia sonreír, una gran muestra de su poderío. Se acomodo en su asiento y tiro el papel a la basura. Bien, si el americano quería pedirle ayuda, tendría que entrar arrastrándose de rodillas por esa puerta y como había dicho... solo tal vez lo ayudaría.

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El vuelo en el avión había durado varias horas, pero el americano por primera vez en su vida se sentía ligeramente aliviado de estar fuera de sus tierras, necesitaba un descanso de todo lo que pasaba allá y eso se veía reflejado en sus ojos azules.

Bajo del avión y tomo un taxi hacia la casa del británico, en el viaje miraba alrededor, los recuerdos de su niñez en ese lugar le causaban un sabor agridulce en la boca, no estaba seguro si quería volver a verlo... pero necesitaba hacerlo... desesperadamente...

El taxi se detuvo frente a una hermosa casa de dos pisos con hermosos jardines rodeándola. El bajo y suspiro... era hora de encontrarse con su pasado nuevamente.

~Continuara~

Crow Raven.

(1) La ley Volstead es una ley aprobada en Estados Unidos en el año de 1919 donde penaba la producción, distribución y comercialización de licor, lo que llevo a América a lo que se llamo los años de prohibición.

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Uuuuuh tiempo sin escribir XD espero que les guste este fic... no hay mucho que decir ^^... espero poder hacerlo de 5 capítulos de largo y hem.. no se que mas... comenten ^^!

P.D Este fic esta dedicado al Hetalia Chiwas Team... los amo chicos T^T