Recuerdos.
Agradables, cálidos, llenos de añoranza, tristes. Marcelline escribe canciones con sus sentimientos, es la manera que tiene de sacarlos a la luz manteniendo la apariencia de chica dura. Ella se alimenta del color rojo, pero también podría hacerlo directamente de la sangre.
Recuerdos. Llenos de sentimientos. A veces intentas alejarte de ellos ¿mas qué queda entonces? Los años pasan.
El Rey Hielo la mira sin comprender. Gira la cabeza sobre su hombro y con cara de inocente, de aquel que no sabe nada se mantiene sonriente.
-¿Qué te pasa Marceline? Ahora que te gusto puedes decírmelo ¿Quieres besarme verdad?
La gran señora de los vampiros, que ha vivido muchos años. Sonríe triste, no sabe si pegar un puñetazo al hombre bobalicón que tiene delante o si por el contrario quiere abrazarle y perderse entre sus brazos hasta quedarse dormida llorando.
Recuerdos…
Llora… Varias lágrimas ¿calientes? No entiende por qué salen así de sus ojos ¿quizá los recuerdos sean cálidos y por eso salgan así? Varias caen por sus mejillas sí. Ella es una vampira, no siente esa clase de emociones, no las quiere tampoco. Odia las cursiladas, odia los besos y odia todo lo que tiene que ver con "vivieron felices y comieron felices" ¿Por qué? Ni ella misma lo sabe.
Le gustaría tumbarse a su lado y contarle una historia. La historia de una niña perdida, llorona y triste en un mundo post-apocalíptico donde ya no queda más opción que llorar y esperar que el tiempo pase porque está sola.
-¿No te acuerdas de nada verdad?
Los ojos escuecen y la vista se nubla.
El Rey Hielo no comprende nada. ¿Quizá Marcelline se sienta triste porque a él le gustan todas las princesas? ¿Tal vez su novio le haya dejado? ¿No le gusta la canción que han compuesto? ¿Se ha enamorado perdidamente de él? ¿Tiene envidia de su barba?
-¿De qué debería acordarme querida?
Calientes, las lágrimas siguen cayendo, él instintivamente las seca con la mano y es entonces cuando Marcelline sonríe. Hace sentar al Rey Hielo en el sofá y se recuesta a su lado.
-De nada.