Era de noche, y Zoro dormía placidamente en su cama, soñando con todas las cosas que podía, tranquilo, o al menos eso era hasta que sintió un leve cosquilleo sobre su abdomen desnudo.

¿Qué demonios?- Preguntó confundido, levantando la ligera sábana.

Zoro no sabía si gritar o desmayarse, porque su querido capitán estaba jugando con su plano estómago como si fuera lo más normal del mundo.

¿Luffy, qué se supone que haces?- Preguntó el espadachin, en un intento de quitarse al moreno de encima.

Solamente quería ver si Zoro estaba durmiendo bien, pero me distrage un poquitin. -Dijo el mugiwara entre risas, saliendo debajo de las sábanas.

Eso es raro Luffy...-Susurró Zoro, cubriendo nuevamente a Luffy con las sábanas.-Pero no dije que te detengas.

Entre risas, Luffy continuó su juego, hasta que el sueño le llegó, y tuvo que detenerse.

Yo amo a Zoro. ¿Zoro me ama?- Preguntó Luffy algo despacio, abrazandose al espadachin.

Si, Luffy. Zoro ama a Luffy.- Susurró Zoro, antes de quedar completamente dormido.

Y así, con una sonrisa en labios, Luffy susurró lo último que daban sus energías, antes de caer en brazos de morfeo.

Me alegra mucho saber eso.