Fue muy inesperado cuando te conocí, yo nunca creí volverte a ver después de ese día, pero me equivoque.
Cuando te vi por primera vez, fue en la playa de las islas del destino, tenías la mirada fija al cielo, talvez estabas pensando en alguien, pero realmente no me importa.
No puedo entender porque todo el tiempo, estas en mi cabeza, y no sabes, cuantos problemas me ha causado por eso.
Mi mejor amiga se enojo conmigo por no escucharla, me e hecho muchas raspadas en mis rodillas por no poner atención en el camino, ahora, tengo de vez cuando, ojeras por no poder dormir, por andar pensando en ti.
Pero, a decir verdad, a mi me gusta pensar en aquellos ojos azules, al pensarlos me traen una extraña tranquilidad, que hace que me sienta más ligera.
Estos sentimientos son muy extraños para mi, y no puedo reconocer que seria lo que siento ahora mismo.
Muchas personas piensan que es amor a primera vista, y tal vez así sea.
Después de pensar el porque pensar en el, si ya no volvería a verlo otra vez, empecé a sacarlo de mi mente, y no fue nada fácil hacerlo.
Hasta que un día, que fui de visita otra vez a la playa, te vi otra vez de la misma manera, a como la primera vez que te vi.
Estaba tan sorprendida, que no me había dado cuenta, que aquellos hermosos ojos que tanto pensaba, ahora mismo me estaban mirando.
Te acercaste a mí, y me diste una sonrisa, mi mente se puso blanco, no sabia que hacer.
Estábamos frente a frente, y yo aun sin saber que hacer o como empezar una conversación, hasta que empezaste hablar.
-¡hey! ¿Como te llamas?- su voz tenia un tono travieso y me gusta
-Kairi, ¿y tu?- típica pregunta de respuesta, pero no encontré nada mejor, porque mi mente estaba mas ansiosa por escuchar su nombre, que pensar en una mejor respuesta.
-Me llamo sora…-
En ese día fue cuando tu nombre se quedo grabado en mi corazón, y también cuando volvió mi esperanza de encontrarnos de nuevo.
