Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen.

UN ESTUCHE DE SECRETOS Y

UNA VIDA SIN PALABRAS

Capitulo 1 : Comienzo de un sueño

- ... Mi nombre es Shinomori Aoshi, tengo 18 años. Hoy comienzo a cursar mi primer semestre de Arquitectura, soy una persona introvertida, callada, reservada, no suelo hablar con las personas, sólo lo necesario; eso no me importaba antes, pero, ahora me ha sucedido algo extraño , me he sentido solo, no tengo amigos, no tengo en quien confiar, con quien desahogarme, contarle mis problemas.

¿ Pero en qué cosas estoy pensando ? No necesito de ninguna persona, siempre he vivido en la soledad, así que no debe importarme ese tipo de cosas que hacen las personas comunes, son debilidades y yo no soy de ese tipo de personas que dependen de otras para vivir, he sobrevivido en mi mundo, por mi mismo, por ser fuerte, en esta vida sólo sobreviven los más fuertes, las personas como yo estamos solas por que no existe persona alguna que entienda el dolor de nuestra alma ...

Estos pensamientos eran escuchados en la mente de un joven alto de ojos azul hielo, cabello negro azabache corto y con mechones que caían en su frente, el chico se miró en el espejo y salió de su habitación.

Al salir de la habitación cuando se dirigía a las escaleras se acercó a él una señora de edad avanzada que vestía ropas de servicio.

- Buenos días Aoshi San. ¿Como durmió mi pequeño? – preguntó la mujer con una sonrisa en sus labios.

-Buenos días Nani – el chico miró a la anciana sin expresión alguna - bien gracias

-Me alegro por que así haya sido - dijo Nani

- Gracias – asintió - ¿ Nani has visto al Señor Saito ? – preguntó Aoshi

- Se encuentra en el despacho - respondió la mujer a la interrogante del joven - ¿ ocurre algo Aoshi San? – preguntó Nani llevaba por su curiosidad.

- ya veo - se dijo para si mismo el joven - no ocurre nada Nani- dijo el joven mirando a la anciana respondiendo en tono frío .

Aoshi bajó las escaleras mientras veía que la anciana entraba a su habitación, se dirigió al despacho en busca del hombre por él que había cuestionado a la anciana, al llegar frente a la puerta de madera este toco tres veces, - era una forma de saber que se trataba de un miembro de la familia -, espero a que le dieran permiso a entrar.

- Adelante hijo – dijo un hombre que se encontraba dentro del despacho.

- Buenos días Señor Saito – clavó su vista en la figura del hombre - ¿ Cómo se encuentra el día de hoy? – preguntó Aoshi como saludo.

- Bien, Bien Aoshi, pero cuando se te quitará el enojo y me dirás como es correcto "PADRE", tienes ya 6 años llamándome Señor Saito – dijo Saito

Aoshi miró a su padre fríamente y se dijo para si - El día que se comporte como tal, usted para mi es un completo extraño que me da techo, comida y estudio - saliendo de sus pensamientos dio respuesta a la pregunta formulada por Saito.

- No lo sé, tal vez nunca – respondió Aoshi.

El hombre observó a su hijo con detenimiento al escuchar las frías palabras y respondió a ellas.

- Vamos Aoshi, sólo me he preocupado por ustedes, por su bien, tú y tu madre son lo más importante que me ha pasado en esta vida – dijo en su defensa el hombre – Y a cambio tú cada día eres más distante y frió conmigo- dijo Saito

-No vine hablar de nuestra relación de padre e hijo, vine a decirle que ya me retiro a la universidad y que le pediré a Shiro que me lleve y que también me recoja cuando las clases hayan concluido – dijo Aoshi interrumpiendo a Saito.

El joven se dirigió a la puerta, giró la perilla y sin voltear a mirar a su padre se despidió de él

- Que tenga buen día , Señor Saito – dijo Aoshi.

Saito observaba hacia el jardín, mirando por el ventanal que se encontraba a espaldas del enorme sillón negro

-Gracias hijo, que te vaya bien en tu primer día de universidad- dijo Saito mientras el chico de ojos fríos salió del despacho sin responder a las últimas palabras de su padre.

Al salir del despacho, Aoshi caminaba en silencio en dirección a la entrada de la mansión en busca del chofer, para poder emprender su camino hacia la universidad y descubrir que le deparaba el destino en su nuevo ciclo de vida como estudiante universitario. Antes de salir de la mansión se encontró con una hermosa figura femenina de Ojos cafés oscuro, cabello negro sostenido con peinado elegante, su rostro estaba ligeramente maquillado resaltando su belleza natural .

- Buenos días Aoshi, - sonrió - ¿Cómo estas hijo? – preguntó una mujer.

- Bien, gracias madre ¿ y tú? – respondió Aoshi.

- Muy bien gracias, pero dime ¿ ya estas listo para tu inicio de clases en la universidad? – dijo la mujer en tono dulce, sin borrar la sonrisa de sus labios.

- Si , me retiro madre – dijo Aoshi acercándose a su madre besó su frente, se marchó cerrando la puerta de la mansión tras de si.

- Mi pequeño ¿ Cuando podré verte sonreír nuevamente- dijo la mujer en voz baja observando hacia la nada.

Nani bajaba las escaleras con un bote de ropa y sacó de sus pensamientos a la mujer que antes hablaba con el apuesto joven de ojos azul hielo.

- Buenos días Señora Tokio – Dijo Nani

- Buenos días, nani – respondió Tokio al saludo de la anciana.

- ¿ Quiere que le preparen algo para desayunar? – preguntó Nani a la señora que se encontraba frente a ella.

- Por favor Nani, deseo algo de fruta y un jugo de naranja – dijo Tokio como respuesta.

- Esta bien Señora, ahora voy a ordenar que le preparen algo – dijo Nani caminando hacia la cocina.

- Nani, espera – dijo Tokio deteniendo el paso de la anciana.

- Si señora , se le ofrece algo más – la anciana detuvo su camino, volteando a ver a la mujer.

- ¿ Sabes si el Señor ya desayuno- pregunto Tokio

- Si, el Señor pidió hace un rato que le llevarán el desayuno a su despacho – respondió Nani.

- Entiendo, puedes retirarte Nani – dijo Tokio

- Si señora, con su permiso - dijo nani

La señora Shinomori se dirigió al despacho donde suponía que se encontraba su esposo, caminaba por un pasillo que en las paredes tenía cuadros de paisajes hermosos uno que otro retrato de los miembros de la familia Shinomori, se detuvo y contempló un retrato donde se observaba a un niño de 5 años que tenía en sus labios una tierna sonrisa.

Ójala pudieras regalarme muchas sonrisas como estas mi pequeño, no sabes cuanto extraño verte sonreír y ese dulce brillo en tu mirada – se dijo la mujer para si misma en un susurro, los ojos de Tokio se cristalizaron a causa de unas traviesas lagrimas que se empezaban a deslizar en el rostro de la mujer, de forma delicada llevó sus manos a su rostro para limpiar las lagrimas, ella continuo su camino , llegando al despacho dio tres y giro la perilla de la puerta para entrar al lugar.

- Hijo pensé que te ibas a la universidad ¿ Acaso ocurrió algo?- dijo Saito dando la vuelta para quedar frente a la entrada del despacho.

- Lamento desilusionarlo señor, pero no soy su hijo – dijo Tokio mirando al hombre.

- Claro que no, aún mejor eres el amor de mi vida – dijo Saito

- Que cosas dices – sonrojo - Saito, no cambias – decía Tokio acercándose a su esposo.

- Te ves hermosa, de verdad que soy el hombre más afortunado en tener a la mujer más hermosa, dulce, cariñosa de todo Japón a mi lado - Saito dijo esto, mientras besaba las delicadas manos de su esposa y después dirigía sus labios al rostro de Tokio para posarlos en los de ella, dando pie a un tierno y dulce beso .

- Te amo Saito, me has hecho tan feliz, en estos 20 años que llevamos de matrimonio sólo te has preocupado por el bienestar de tu familia – dijo Tokio. Saito tomo de la cintura a su esposa

- Si, eso jamás lo dudes, todo lo he hecho por ustedes, aunque Aoshi no entienda que los quiero y que son lo más importante para mi en esta vida – Dijo Saito, la mujer se abrazo a su marido y recostó su cabeza en su pecho.

- Tengo la esperanza en que un día Aoshi comprenda tu sacrificio y vuelva hacer como antes, tan lleno de vida, nuestro hijo inunda mi alma de tristeza cuando lo veo sin una chispa de vida en sus ojos, son tan fríos, su mirada es vacía y sus palabras son distantes y cortantes- hizo una pausa- Saito extraño a nuestro antiguo Aoshi – dijo Tokio soltándose a llorar

- Perdóname amor he cometido muchos errores y entre ellos el quitar la felicidad a nuestro hijo, desde que fue niño me preocupe más en darle cosas materiales, el mejor estudio, siempre estuvo en los mejores colegios del país, pero nunca me pregunte si eso era lo que él quería, nunca le di cariño, no le demostré mis emociones, no he sido un buen padre Tokio, me merezco el rechazo de nuestro hijo – decía Saito mientras se abrazaba más a su esposa

- No digas eso Saito, eres el mejor hombre, eres un buen padre. Todo lo has hecho con amor y todos cometemos errores, nadie nace sabiendo ser padre - dijo abrazándose a él con fuerza - Tú y Yo no fuimos la excepción , hemos hecho lo que ha estado en nuestras manos con la educación de nuestro Aoshi. Él te quiere Saito, lo que pasa es que no sabe como demostrártelo – dijo Tokio mirando con tristeza a su esposo tras decir estas palabras, a ella le dolió ver como su hijo cada día moría en vida y como su esposo se tensaba y angustiaba cada vez que observaba que la relación con su hijo se hacia fría; como si fueran dos completos desconocidos.

El momento triste que se experimentaba en la conversación del matrimonio Shinomori fue roto cuando escucharon que llamaban a la puerta

- Se puede – Se escuchaba una suave voz - Traigo el desayuno de la Señora – dijo una joven al otro lado de la puerta

- Adelante, pasa Omasu – dijo Saito

- Buenos días Señores – saludó la joven

- Buenos días, deja el desayuno en el escritorio – dijo Tokio, la joven obedeció y dejando una bandeja sobre el escritorio, se dirigió a la entrada del despacho para retirarse.

- Omasu – Dijo Saito deteniendo el andar de la joven, volteando a mirar al señor de la Casa.

- Si señor, diga – dijo la joven

- Estoy esperando al Señor Shishio, por favor cuando llegue házmelo saber – dijo el señor de la casa

- Si señor, como usted diga – dijo Omasu

- Ahhh , algo más – dijo Saito, la joven se detuvo al abrir la puerta

- si, dígame – dijo Omasu

- Traiga mi agenda, tengo que checar los deberes con los que cumpliré el día de hoy – dijo Saito

- Si señor, enseguida regreso con su agenda - dijo la joven saliendo de prisa del lugar para cumplir con las ordenes del señor de la casa; él no era cualquier persona, el tenía una responsabilidad muy grande e importante , era el Gobernador de Kyoto, no solo debía velar por el bienestar de su familia, sino también por el bienestar de miles de familias que vivían en el estado.

OoOoOoOoOoO

En la avenida principal de Kyoto se encontraba un coche negro mercedes benz con los vidrios polarizados, que trasportaba a un chico de mirada fría y cabello negro Azabache, sin duda alguna era un chico apuesto, vestía un pantalón negro, una camisa blanca que en la bolsa del lado izquierdo llevaba estampado el logo de la universidad, el carro se detuvo a causa del tráfico, faltaban unas cuantas calles para llegar al instituto, Shiro bajó el vidrio y asomó su cabeza para observar la fila de carros.

- ¡ Increíble! – Dijo el chico sobresaltado - pasaremos en este lugar toda una eternidad – volvió a decir el joven mientras subía el vidrio, el silencio se hizo presente, el chofer le bajo el volumen a la radio donde se escuchaban las noticias del tiempo – al parecer va a llover – Dijo Shiro, mirando por el retrovisor los fríos ojos del Joven que le acompañaba sentado en la parte de atrás del automóvil.

Aoshi no hizo caso a las palabras de Shiro, giró su cabeza hacia la ventana del lado en él que se encontraba y subiendo su vista observó el cielo que empezaba a nublarse, el cielo se torno Gris – Disculpe Señor ¿ hablo mucho? – preguntó Shiro dirigiendo su mirada hacia el frente topándose con el embotellamiento

- Se acerca una tormenta – Dijo Aoshi en voz baja, después abrió la puerta y salió del auto, empezaban a caer unas gotas, al darse cuenta Shiro de la acción del Joven , salió del auto tras él

- Mi señor Aoshi, adonde va, se va mojar – dijo Shiro gritando a Aoshi el cual ya había cruzado la calle – Por favor Señor, espere – nuevamente Shiro decía cruzando la calle corriendo con el fin de alcanzar al joven que detenía su paso, en la esquina al ver que la luz se ponía en verde y los carro empezaban avanzar

- Esta bien Shiro, regresa a casa, puedo llegar caminando al instituto ¿ Qué son unas cuantas calles? – Dijo el joven en tono frío y cortante

- Pero mi señor, mi deber es velar por su bienestar aparte de ser Chofer soy su guardaespaldas – dijo el chofer, temiendo por la respuesta de Aoshi ...

OoOoOoOoOoO

Continuará...

Notas de la autora: Hola a todos. Me di a la tarea de reeditar este fic, había faltas de ortografía y algunas cosas que no encajaban bien, pero creo que ya lo he arreglado. También he cambiado el formato para que sea más fácil de leer. Seguiré haciendo arreglos a los otros caps y a otros fics.

Cuídense mucho.

La autora.