Por el camino de fuego

Capítulo 1: Pesadillas sobre destrucción y muerte

Estaba en su habitación dormido, sus sueños era agradables y placenteros hasta que estos comenzaron a ser perturbados ya que comenzó a ver un panorama rodeado por el fuego, aquel panorama que ya no había visto desde hace 2 años solo que esta vez el panorama era diferente ya que en medio de las llamas estaba la figura de una persona solo que no se alcanzaba a distinguir por las inmensas llamas que rodeaban el lugar.

-Yami ¿Por qué te has alejado? ¿Por qué has cambiado tanto? Regresa a tu origen, no eres un humano sino un poderoso hechicero.- el extraño estiro su mano hacia Yami.- regresa a mí y juntos destruiremos a toda esta raza inútil, los humanos.

-Yo no quiero destruir a nadie, ya no tengo esos impulsos.

-Es una mentira que tú mismo has creado, aun odias a los humanos por lo que le hicieron a tus padres pero estas cegado por una falsa ilusión, regresa.

En esos momentos Yami despertó agitado, no sabía que pensar ahora que esos sueños aparecían nuevamente.

-¿Por qué estoy soñando esto nuevamente? ¿Quién será esa persona que me dice que regrese a mi conducta destructiva? ¿Qué es lo que significa?

Se quedó pensando intentando responder a sus preguntas sin resultado para después volver a dormirse. Amaneció, tomo su desayuno con su tía Alin quien noto lo distante que se encontraba esa mañana.

-¿Qué es lo que te ocurre hoy sobrino? Pareciera como si estuvieras en otro mundo.

-Nada tía estoy bien, ya sabes que a veces soy muy serio.- no quiso decir la verdad.

Alin no se sorprendía de su respuesta ya que para algunos asuntos Yami era muy reservado.

Después de desayunar se dirigió a la escuela, las clases como siempre le parecían aburridas, lamentaba que Yugi no estuviera en el mismo salón que él ya que sus clases eran diferentes, llego la hora del receso, Yami se encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería cuando comenzó a tener una visión donde veía todo rodeado por las llamas, sacudió su cabeza queriendo alejar esos pensamientos de su mente, antes hubiera disfrutado ver todo incendiándose pero ahora ya no quería ver destrucción, de repente sintió una mano en su hombro y al voltear vio a su mejor amigo sonriéndole.

-Hola Yami ¿Cómo has estado?- dijo con una gran sonrisa.

-Bien, estaba esperando a que vinieras, las clases son demasiado aburridas.- Yami puso un gesto de fastidio al recordar las clases que le tocaba tomar, Yugi se rio del gesto de Yami.

-Ya he escuchado eso antes, no sé porque no te gustan.

-Numero 1 porque en verdad son aburridas, me duermo y numero 2 porque no estás ahí, me gustaría que fuéramos compañeros de clase así no me quejaría tanto.

-A mí también me gustaría mucho hermano.

Yami y Yugi se llevaban tan bien que Yugi había comenzado a llamar a Yami hermano, tanto así lo quería que lo consideraba su hermano mayor, ese sentimiento era correspondido por Yami ya que cuidaba a Yugi como a su hermano menor, entre los dos se llamaban hermano y por su parecido nadie lo cuestionaba.

Paso el tiempo llegándose la hora de la salida, ambos iban caminando por la calle platicando de sus cosas cuando vieron pasar junto a ellos un camión de bomberos, al observar mejor se veía una gran nube de humo muy cerca de donde estaban, a Yami le llamo mucho la atención tanto que fue a ver, al doblar en una esquina vio un gran incendio en una casa, las llamas que los bomberos intentaban apagar eran enormes, Yami se quedó viendo el fuego y poco a poco comenzó a sonreír, a sentir las mismas sensaciones que le producía ver la destrucción mediante el fuego.

-Oye la tierra llamando a Yami ¿Estás ahí?- al escuchar la voz de Yugi, Yami salió de su trance.- ¿Aun sientes las ganas de destruir las cosas?- pregunto ya que por el gesto que puso era muy obvia la respuesta pero aun así quería que Yami la confirmara.

-Apenas hoy, siento como esas ansias están regresando, lo bueno es que tengo puesto el brazalete o no sé qué locura habría cometido, ver el fuego hace que quiera crearlo.- no le mentiría a Yugi, eso era lo que sentía.

-Yami ese era tu antiguo yo, una persona que gusta de la destrucción y el dolor ajeno, tu actual yo es una mejor persona, ya no eres el hechicero de fuego.

-Tienes razón ya no soy el hechicero de fuego, eso quedo atrás, mejor vámonos.

Los dos se retiraron del lugar, Yami volteo a ver el incendio que ya había sido controlado por los bomberos, sentía tantas ganas de producir fuego pero debido al brazalete en su brazo derecho era imposible.

Después de pasar un rato juntos cada quien se fue a su casa, al llegar Yami se sentó en la sala observando el brazalete, recordaba los tiempos en que él era el hechicero de fuego, ese ser motivado por el odio y la venganza, ese ser cuya sed de destrucción era insaciable, recordaba todo lo que había hecho, todo lo que había destruido y a todos los que había lastimado con sus poderes debido a ese odio tan fuera de control, luego recordó cuando conoció a Yugi, ese día que los dos habían chocado debido a que era perseguido por Ushio y sus amigos bravucones, quedo impresionado al ver su parecido con él y la molestia que sintió al saber que él era un simple humano pero después conforme lo fue conociendo eso ya no importo, Yugi hizo que cambiara su visión de las cosas y su forma de ser con la bondad y el afecto que le dio, ahora su hermanito Yugi era la persona más importante en su vida y daría lo que fuera por él ya que solo por el renuncio a sus poderes de fuego.

-Dejar a un lado esa conducta salvaje y destructiva fue lo mejor que pude haber hecho, solo por Yugi.- se acomodó en el sillón ya que el sueño comenzaba a ganarle, tiempo después se quedó dormido, comenzaba a soñar.

Corría por las calles de Domino, todo estaba prendido en llamas, no podía creerlo.

-¿Qué fue lo que paso?- veía a la gente correr despavorida ya que el fuego se hacía más y más intenso a cada segundo, en esos momentos escucho una voz muy conocida para él.

-Yami, hermano por favor ayúdame.

-¡Yugi! ¡Ya voy hermano!- corrió buscando a Yugi, al ir corriendo entre la multitud vio a Yugi frente a el.- Yugi.- tenía la mirada baja, al escuchar a Yami la levanto, tenía la mitad del rostro quemado.- por los Dioses ¡Yugi!- corrió hacia él.

Corría hacia Yugi pero parecía que no estaba acercándose, para horror de Yami una gran llamarada de fuego cayó sobre Yugi quemándolo totalmente, solo escucho un grito de dolor y como se movía desesperado al ser consumido por el fuego, finalmente cayó al piso sin vida.

-¡NO! ¡YUGI NO!- al fin estuvo cerca de Yugi, vio su cuerpo calcinado, muerto, eso le recordaba a la muerte de sus padres.- no hermanito.- tomo su cuerpo sin vida entre sus brazos y lo abrazo con muchas fuerzas, lloraba.- ¿Por qué? ¿Por qué?

De repente escucho una risa burlona, al mirar al cielo ya que de ahí provenía la risa quedo impactado, vio a un enmascarado, vestía con un traje negro y capucha que le cubría la cabeza.

-Jajajaja mueran malditos humanos, ardan en el infierno jajajaja.

-No puedo creerlo, es… es…

-El hechicero de fuego.- dijo el enmascarado al bajar estando frente a Yami.- que patético te volviste al llorarle a este insignificante humano.

-Maldito, tú le hiciste esto a Yugi.- dejo el cuerpo de Yugi colocándolo en el piso con mucho cuidado, se levantó del piso para encararlo.- ¿Quién demonios eres tú?- estaba furioso por lo que le había hecho a Yugi.

El hechicero tomo a Yami del cuello levantándolo con mucha fuerza, el enmascarado ejercía cada vez más presión.

-¿Quién soy yo? Ingenuo.- se quitó la máscara dejando ver su rostro, era exactamente igual que el de Yami.- yo soy tu, tu asesinaste a tu amigo jajajaja.

Repentinamente Yami ya no sintió que apretaran su cuello, estaba vestido con aquellas vestimentas negras, en una de sus manos traía la máscara y con la otra estaba produciendo fuego.

-No es cierto, yo no mate a Yugi, ya no soy el hechicero de fuego.- cayo de rodillas al ver a Yugi muerto y la ciudad completamente destrozada por el fuego, a lo lejos escucho una voz.

-Eres el hechicero de fuego, tarde o temprano volverás a causar la destrucción mediante tu poder, volverás a tu origen destructivo, he aquí la prueba de tu gran poder.- refiriéndose a la ciudad que había sido destruida en su totalidad.

-¡NO! ¡NO! ¡NO HICE ESTO! ¡NO FUI YO! ¡NO QUIERO!- lanzo la máscara tan lejos como pudo.

-Observa tu obra destructiva, todos terminaran sucumbiendo ante ti.

-¡NO! ¡DEJA DE HABLARME! ¡YO NO SOY EL HECHICERO DE FUEGO!- gritaba con mucha desesperación.

-Jajajaja al final no importa cuánto te resistas, terminaras sucumbiendo ante tu verdadero ser.

En esos momentos abrió sus ojos, estaba muy alterado tanto que estaba temblando, se vio a sí mismo para asegurarse que no traía puestas aquellas vestimentas negras, al comprobar que no tomo el teléfono y marco un número con rapidez, comenzó a sonar.

-Vamos rápido contéstame.- la persona dueña del numero contesto.

-Hola hermano.- dijo alegremente.

-Yugi ¿Estás bien? ¿No te sucedió nada?- Yugi se extrañó ante esas preguntas y aún más por la forma desesperada en que lo pregunto.

-Si estoy bien ¿Por qué no lo estaría?

-No, por nada, olvídalo.- Yami se sintió aliviado al escuchar a Yugi decir que estaba bien.

-Yami ¿Qué te ocurre? Suena como si estuvieras llorando.

Yugi no se equivocaba Yami lloraba, la idea de que algo malo le hubiera ocurrido a Yugi lo había hecho entristecer, tanto que no podía contener su llanto.

-No hermanito, no me ocurre nada, olvida lo que dije.- colgó antes de que Yugi pudiera decir algo.- esa pesadilla fue tan real, no quiero perderte, me dolería demasiado perderte hermanito.

El teléfono sonó, al ver el número en el identificador de llamadas no quiso contestar se sentía tan afligido y el pensamiento de que terminaría asesinando a su mejor amigo lo atemorizaba, tanto que prefería mantener su distancia de Yugi en esos momentos.

Subió a su habitación, en esos momentos quería alejarse de Yugi y del mundo entero, no quería ver a nadie solo quería que lo dejaran en paz.

Paso el tiempo y Alin llego, al entrar vio que toda la casa estaba en absoluto silencio, fue a la habitación de Yami para confirmar si estaba en casa o no, al llegar solo abrió la puerta sin tocar y lo vio sentado tomándose la cabeza, cualquier comportamiento de su parte no le extrañaba pero en esta ocasión verlo con ese semblante tan pensativo y triste le preocupaba.

-Oye ¿Qué te ocurre? Nunca te había visto de esta manera.

-Déjame solo Alin.- dijo sin voltear, solo se quedó de la misma manera.

-Debe ser algo muy malo como para que actúes de esa manera, ya dime ¿Qué te ocurre?- estaba muy insistente en saber que le ocurría a su sobrino.

-¡QUE ME DEJES SOLO!- esta vez volteo a ver a Alin, noto que su mirada se veía vacía y el tono en que lo dijo era muy duro.

Era obvio que no iba a hablar, Alin lo comprendió y decidió dejarlo solo tal y como lo deseaba.

-Lo que le haya ocurrido logro ponerlo muy mal y conociéndolo no me lo dirá.- se escuchó el teléfono de la casa y decidió ir a contestar.- ¿Diga?

-Señora Alin, soy Yugi ¿Se encuentra Yami?

-Está en su habitación ¿Sabes que fue lo que le ocurrió? Esta con un semblante muy serio y pensativo también juraría que esta triste, no me lo quiere decir, solo me dijo que lo dejara solo.

-Eso es lo que yo quiero saber, hace un rato me llamo preguntándome si estaba bien, me lo dijo tan desesperado y podría decirse que me lo pregunto llorando, he estado llamándole pero no me contesta, estoy preocupado por el ya que no sé qué le hizo pensar que algo malo me había ocurrido, mi abuelito ya no me dejo salir sino ya hubiera ido para allá.

-Es muy raro aun para él, lo que haya sido si lo dejo mal, Yugi por ahora es mejor que dejemos que se calme y piense las cosas, lo conoces y sabes que cuando no quiere hablar sobre algo no hay poder en el mundo que lo haga cambiar de opinión, tranquilo Yami estará bien.

-De acuerdo señora Alin, mañana hablare con él en la escuela, descanse.

-Tú también descansa.- Yugi colgó.- ¿Qué fue lo que te hizo pensar que algo le había ocurrido a Yugi? Espero me lo digas pronto o tendré que sacarte la información a la fuerza, no puedo dejar que pienses cosas así.

A lo lejos Yugi estaba en su habitación, pensaba en Yami y la manera tan desesperada en que hablo cuando lo llamo, estaba muy preocupado por su "hermano", lo llamo muchas veces pero jamás le contesto.

-Yami ¿Qué te paso? ¿Por qué pensaste que algo me ocurrió? Mañana hablare contigo, esta noche descansa.

Sin saber descansar no sería posible para Yami, él ya se había recostado pero esos pensamientos aun invadían su cabeza, aquel sueño le recordó tanto el día en que sus padres habían muerto por medio del fuego y ahora en esa pesadilla Yugi sufría ese mismo destino y lo peor él era el asesino.

-No, ya no soy esa persona malvada, jamás le haría daño a mi mejor amigo, me alegra tener puesto el brazalete y ahora más que nunca debo luchar contra estas malditas ansias, ya no quiero mi poder.

Sabía que sus ansias de destrucción estaban regresando, lo comprobó al ver el incendio que los bomberos apagaron, haría lo que fuera necesario para calmar y eliminar esas ansias para proteger a la persona más importante de su vida: su querido hermanito Yugi.

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Hola a todos, año nuevo historia nueva, espero que este primer capítulo de esta nueva historia sea de su agrado, que tal el sueño de Yami, bastante traumatico ¿No lo creen? Esta historia será una continuación de mi fanfic "el hechicero de fuego", esta historia será dos años después de que Yami sello sus poderes de fuego, para entender mejor esta historia recomiendo leer el hechicero de fuego (esta recomendación es solo para los que no hayan leído ese fanfic) así sabrán que tantos desastres ocasionaba Yami con sus poderes, sin más que decir me despido, espero que todos sus propósitos para este año 2012 se hagan realidad, nos veremos en el siguiente capítulo. Sayonara.

DarkYami Motou.