I

La orden

—Impresionante...

Era la única palabra digna para describir la estructura ante sus ojos. Erguido sobre escarpada ladera, la blanca silueta de un castillo construido en el estilo renacentista se hacía sublime y poderosa bajo el cielo nocturno.

Filas resplandecientes de columnas y torreones se unían en forma magnifica hacia el frontón de la entrada, con grandes capiteles adornados en motivos florales. Una ancha escalera de piedras blancas guiaba a los invitados hacia el interior de la propiedad, cuyo extremo era custodiado por dos enormes Grifos tallados en mármol y bronce. La encantadora oscuridad se mostraba más allá de sus tupidas pestañas; el camino terminaba ante una puerta de hierro abierta.

El bullicio prevalecía por entre las fértiles praderas, cuyos arbustos brillaban como el oro en la luz de las antorchas. Coloridos vestidos adornados en pedrería fina, trajes majestuosos y rostros cubiertos con máscaras decoradas de diversos estilos resaltaban más allá de los portales.

Pronto formaría parte de esa ilustre multitud...

Los ojos de matiz índigo recorrieron los jardines. La pálida luz bañaba el ambiente. Gotas de lluvia aún brillaban y escurrían a través de estatuas y ornamentos. El lago que rodeaba la mayor parte del castillo reflejaba a la Luna aún oculta entre tenues nubes.

Sentía en todo el lugar un misterio tan maligno como atractivo al mismo tiempo. Una encantadora forma para Albafica de apreciar la belleza nocturna, quizá como nunca antes en su vida. Por un breve instante sintió pesar del ambiente frívolo que irradiaba este idilio.

—Adecuado para la audiencia... —se dijo y examinó con seriedad la tarjeta de invitación en tonalidad dorada. De igual forma ahora comprobaría hasta que punto era confiable el informante.

Albafica tenía serias dudas en cuanto a su credibilidad.

¿Y por qué no dudar?

Un baile de máscaras en el que sólo se requería una tarjeta de invitación para acercarse al príncipe. Incluso los guardias no tomaron en cuenta realizar el minucioso registro corporal que era común en este tipo de festejos. Eso no sólo parecía demasiado simple para Albafica, también estúpido. Y, por supuesto, de pura coincidencia, el espía también explicó que esa invitación podía acercar al santuario hacia la guarida del vampiro. El motivo era que el verdadero invitado jamás se mostró en persona ante el príncipe y sólo se correspondían en cartas, eso hacía la situación perfecta para sentirse como un ternero que era llevado a un matadero.

Sin embargo, Albafica aceptó la misión de liquidar al vampiro...

No sólo era un cazador del santuario, también formaba parte de los doce que componen la élite en toda la orden. Piscis. Escribir sobre la muerte de uno de los tres líderes en su ya extensa cuenta personal sería suficiente recompensa.

Esa noche sería la mejor oportunidad para el santuario de eliminar a uno de los vampiros más poderosos, y con gran influencia política en Europa. Una buena oportunidad de la que no estarían seguros poseer otra vez.

Las preocupaciones de Albafica respecto a este vampiro también eran otras, y su lógica le sugería que el príncipe realizó esta mascarada con la única intención de atraer al Santuario... lo cual cayó en oídos sordos.

"Tú eres un cazador. Deja la reflexión a los estrategas al mando..."

Fue la apaciguadora respuesta de su mentor.

Si el plan no funcionaba la noche terminaría para Albafica más rápida de lo que imaginaría…, eso lo podía jurar.

—Bien… Entremos a la refriega. —Una amarga sonrisa se dibujó en los labios del cazador cuando se colocó el antifaz dorado, con pequeñas decoraciones de rosas en igual tono y algunos trazos blancos. Le disgustaba tener que disfrazarse como un cobarde, para mezclarse con estas bestias. De ser por Albafica preferiría ofrecer su destino en una batalla abierta.

"La que sin duda perderé."

Su sentido lógico aparecía de forma constante para reprenderlo. Suspiró. Debía mantener su temperamento bajo control.

Disfrazarse, ocultarse, cazar.

Su misión era tan simple como eso.

"Pero llevarla a cabo, sin duda será distinto."

Con pasos elegantes se adentró al castillo con el único objetivo de cumplir su misión.


Los personajes de Saint Seiya - Lost Canvas pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi

Actualización: Septiembre - 2017

He decidido reescribir esta historia y finalizarla.