Se dice que el tiempo lo cura todo, te alienta a continuar a pesar de las vivencias amargas, del dolor… volviéndolo más tolerable. Y sí, dándote una enseñanza para hacerte más fuerte.
Se puede llamar que el Destino es una perra, pero como tal, también debes saber patearla para mostrarle que eres superior, sin importar en donde vivias, en una chza, un alacios o en el mismo Infinito…
-Dr. Yoshi - el llamado que es un quelonio de ojos verdidorados mira a la enfermera, una mujer de piel canela y ojos negros, calva.
-Ya es el momento de empezar la cirugía, doctor, acompáñeme. – le pide y Leonardo le sigue para empezar la cirugía, la cual ejerce con destreza gracias a la prótesis de sus manos.
La cirugía termina con éxito dando las buenas nuevas a la familia del soldado herido y a sus superiores; altos mandos de la OCI
Desde hacía 5 años trabaja para dicha organización que mantiene en control y paz al universo, mediante leyes justas; sus soldados vigilando distantes galaxias para vivir todos en la mayor armonía posible.
Pero no está sólo; Raphael y Miguel Ángel le ayudan desde sus puestos, ya sea en el ámbito legal como en el mental, metiendo criminales tras las rejas y apoyo a los soldados
-Buena cirugía doctor Yoshi - felicita un medico de piel amarilla y ojos turquesa mira a Leonardo mientras se esterilizan de cualquier agente patógeno en la cámara de limpieza, donde un vapor inodoro los envuelve - Ese soldado vivirá para contarlo.
-Si - es lo único que responde y sigue su camino; por sendos pasillos que ya conoce a la perfección hasta llegar a una puerta que se abre al leer su ADN mediante un sensor, ésta se abre dándole acceso
-¡Papi!- una hermosa trigueña de ojos miel corre abrazándolo de una pierna con todas las fuerzas que sus 4 años le permiten; Leonardo la carga estrechándola en sus brazos.
-Hola Maggie, yo también te extrañe- camina con ella hacia la pequeña cocina-comedor.
-¿Cómo están las mujeres de mi vida?- 2 niñas de 12 y 8 que están en la mesa lo ven y van a abrazarlo al igual que una mujer, Leo recibe con gusto el abrazo grupal auqnue lueo se separan, las niñas mayores para seguir cenando y Leo a sentar a Maggie en su silla; su esposa sonriente grita desde la sala pues se quedo rezagada.
-Tus pequeñas han tenido demasiada pila el día de hoy ¿no sabes de donde se desconectan?-entra con una sonrisa a la cocina
- Mmmmm – se lleva una mano al mentón y se pone pensativo- ¡Puedo hacerles una lobotomía! - las mira con una sonrisa malvada aunque Mary le da un manacillo en el brazo
-¡Que cosas dices! - lo mira preocupada – No lo harías ¿verdad?
-Eeehm –se lleva una mano al mentón- ¡No claro que no! ¿Cómo crees? -mira a otro lado pero se carcajea al ver a Mary ofendida -¡Es broma! –pone sus manos al frente y su esposa deja salir el aire y enarca una ceja
-Que gracioso, amor - de pronto baja la mirada con tristeza, y aunque aún su esposo tiene la sonrisa la abraza protectoramente
-No era ella -susurra en su oído y siente a su esposa destensarse un poco, la noticia de un soldado malherido siempre la altera.
-Gracias a dios - suspira pesadamente - no sabes cuánto la extraño –suspira de nuevo-Quisiera que todo fuera como antes.
-Yo también – le da la razón- Pero no podemos y debemos adaptarnos
-El no saber nada de nuestros hijos me pone de verdad mal - niega con el rostro - Fer de soldado, Gael, Giovanni e Ingrid en la Tierra y ¡Caramba! ¡Hasta a Raph extraño! –ante esa afirmación Leo abre los ojos sorprendido
-Pues sí que extrañas demasiado - la toma de los hombros - pero todos están bien, así que arriba ese ánimo, además estoy aquí contigo -Mary asiente y mira a sus niñas -abre su boca para hablar pero su esposo la calla con un beso.
-Eres más fuerte de lo que te imaginas señora Yoshi, nunca lo olvides- le susurra sólo para ella.
-Está bien doctor Yoshi - ambos pegan sus frentes
*Beep beep beep *- miran la pantalla que está en una pared y es donde se ve la cara de Gael, ya todo un jovencito de 17 años.
Es muy apuesto, de piel aceitunada, el cabello negro como el ala de un cuervo, sus rasgos aun de niño se fe que será muy varonil y fuerte.
-¡Hola! ¿Qué hacen?- mira a cada uno - ¡Les tengo una genial noticia!- los padres notan que hace señas para que alguien se acercara
-Hola - sonríe Monalisa y tras ellos a los gemelos (Hamatto y Rafael) sanos y salvos.
-¡Dios! ¡Monalisa!- Mary se lleva las manos a la boca feliz de volver a ver a su cuñada y amiga
-Los encontramos en Colombia - refiere Gael - El antimutante que los tenía, resultó ser un aliado nuestro y los ocultó hasta que pudo contactarnos.
-No sabes el gusto que nos da saber eso, hijo -Leonardo sonrie también, feliz de saber que su familia se va reuniendo de poco a poco –Espero que pronto vengan con nosotros para verlos.
-Descuida papá, nos veremos pronto- Gael le responde igual de contento.
En otra parte del cosmos, en un planeta desolado se fragua una cruel batalla, una batalla por la supervivencia de dicho planeta y de sus habitantes, seres que viven o mejor dicho, vivian en completa Paz y Prosperidad, desafortunadamente, seres ambicioso aprovechan de esta situación.
Enormes máquinas de 4 largas extremidades destruyen todo a su paso, ya sea aplastando o disparando ráfagas de energía; las explosiones son tan fuertes, que la tierra se cimbra por kilómetros y los gritos de horror son escuchados a igual distancia.
-¡NO LOS DEJEN AVANZAR!- grita un soldado de uniforme y casco negro, está dando fuego con una especie de bazuca, sus compañeros hacen todo lo posible por diezmar al enemigo.
-¡Debemos llegar hacia el control maestro!-grita otro a su lado aue viste de igual manera, pero se ocultan cuando una explosión da cerca de ellos
-¿¡Y COMO?! ¡ES UN SUICIDIO EL ACERCARNOS!- le responde su subalterno
De pronto un soldado corre en dirección al flanco enemigo, sin escuchar los gritos y advertencias de sus compañeros
-¡VUELVE ACÁ! – le gritan al mismo tiempo, pero es ignorado por su compañero que esquiva cómo puede el ataque enemigo, corriendo a gran velocidad, desenfundando una katana laser, pasa por los pies de un robot y de otro más; cortando los pies, cayendo las bestias metálicas pesadamente, con su pistola láser dispara a los demás soldados enemigos
Sus compañeros le siguen ya un poco más envalentonados; tomando prisioneros de los heridos
Tirando su pistola al ya no tener más energía, saca una especie de granada, lanzándola a un tanque de guerra, el cuál es el centro de control de los robots.
La explosión cimbra la tierra y más al caer los armatostes uno a uno, avisando así la victoria.
-¡OCI!- grita el soldado levantando su puño
Los soldados gritan eufóricos al ver la victoria más clara al lado de ellos, se lanzan también a la pelea con más ahínco, destrozando a todo enemigo.
Rato después, hay pilas de metal retorcido de las naves, los prisioneros son llevados a las naves de la OCI para ser encerrados y posteriormente enjuiciados.
En unas áreas, algunos soldados descansan de la batalla, los que son del equipo médico atienden a los heridos.
El soldado que logró la victoria, se quita el casco donde cae una cascada de cabello negro
-Estás loca soldado Yoshi - se acerca uno de ellos a espaldas de ella - ¿lo sabias?
La aludida se gira y lo ve tras su cabello, donde se ven unos ojos verdidorados entre los mechones rizados, la mujer sonríe de lado.
-Si no lo estuviera, esto no hubiera funcionado-sonríe con maldad la joven de cabello negro.
-Tenemos que reportar todo esto en el cuartel - otro soldado dice
-La victoria ante todo este tipo de peste es la mayor gloria que llevamos- dice con orgullo, aunque mira alrededor, todo el lugar devastado, oliendo a muerte -Pero primero debemos ayudar a nuestra gente y a los nativos de este planeta.
Los demás asienten y van haciendo lo indicado, las naves de la OCI fueron aterrizando para llevar a los heridos para su atención, recoger a los caídos y a los enemigos a juicio Intergaláctico por sus crímenes de esclavitud y exterminio de razas más débiles e indefensas
Después de atender sus heridas, al igual que a sus demás compañeros, Yoshi se para frente a la puerta de la oficina del General Attwala, su superior inmediato.
-Soldado Luisa Fernanda Yoshi reportándose - la puerta electrónica verifica mediante su timbre de voz que sea ella, le permite el acceso a la oficina que conoce desde hace más de 2 años y camina hacia el escritorio donde Attwala lee el informe por una pantalla holográfica, ya al estar frente a él, ella hace el saludo militar.
-Descanse soldado- refiere el extraterrestre con aspecto de morsa humanoide, apaga la pantalla holográfica.
Fer está aún de pie esperando la siguiente orden
-¿Que sabe usted de Thundera?- mira que su subalterno enarca una ceja extrañada por esa pregunta.
-Pues... Que ese planeta explotó hace años, señor - dice extrañada.
-¿Es todo? - pregunta mirándola, estudiando el rostro estoico de la joven.
La joven mira a otro lado - era el planeta natal de mi madre biológica - masculla las 2 últimas palabras y luego lo mira fijamente
-¿Puedo preguntar porque ese interés, señor?- Attwala se recarga en el respaldo de su sillón entrelazando sus dedos.
-Verá, soldado -mira sus dedos entrelazados - el planeta se ha reconstruido hace más de 2 años considerando que son pocos los obrevivientes thunderianos que se salvaron…- respira hondo- el Rey Lion-O ha emitido un edicto.
-Y cual es ese… General- la joven sienre una opresión en el estomago y ve a su superior.
-Ordena que todos los thunderianos viajen a Neo Thundera. – la ve fijamente a los ojos
