So~ fic en respuesta al reto de la comunidad '30vicios' -3-. ¡Primera publicación!, es probable que me vean con esto al menos, treinta veces XD.
Título: Tal vez.
Género: ¿Romance?, algo de humor, supongo.
Disclaimer: Nada de esto es mío. Pertencen a Akira Amano (creo ewè).
TABLA HIPNÓTICA:
Mukuro & Tsuna [6927]
Tabla hipnótica: #1 Talvez
Él sabía que era un poco idiota y lento algunas veces, sabía también que no era buen observador y mucho menos inteligente, eso lo tenía en claro sin necesidad de que Reborn se lo repitiera cada cinco minutos.
Sin embargo, el echo de mantenerse al tanto de lo que sucedía a su alrededor (gracias a que se estaba volviendo paranoico con toda la gente rara que llegaba a su vida), lo hacía inevitablemente fijarse en él.
Mukuro Rokudo no era alguien para tomar a la ligera, al menos no, cuando éste estaba tan concentrado en querer poseer tu cuerpo, de la manera que fuera.
Tsuna había notado las muchas cosas extrañas e incomprensibles que tenía y hacía el de ojos bicolores; el hecho de que siempre llevara una sonrisa demente en la cara y la bipolaridad que cargaba consigo, eran unas de las tantas cosas que poseía.
Todo ese asunto de observar a Mukuro le había durado alrededor de un mes; vistas de lejos, visitas casuales al centro Kokuyo, pedirle uno que otro favor a Gokudera, cantidad de cosas que se igualaban en la poca cercanía que trataba de tener Tsuna con Mukuro.
Tsuna casi se estaba considerando un buen observador y una gran mente para espiar, el problema radicaba en que Mukuro era incluso una mejor mente que él y además, Mukuro llevaba observándolo desde tiempo atrás.
Se podría decir que casi hacían lo mismo, el espiarse, el querer saber qué demonios hace el otro y por supuesto, poner excusas tontas para no verse descubiertos (cosa que rara vez sucedía).
¿Qué pasaba?, oh, eso ni siquiera ellos mismo los sabían. Uno pensaba que sólo quería su propia supervivencia, su propia paranoia que lo llevaba a espiar y asegurarse que el otro no iba hacerle absolutamente nada (a él ni a su cuerpo, claro), mientras que el otro, se convencía de que era el deseo de posesión, el querer deshacerse de toda la mafia utilizando el cuerpo del más pequeño.
De echo así era, pero, con la historia un poco cambiada.
El observarse con tanto ahínco había comenzado como una cosa boba de supervivencia, pero cuando Tsuna empezaba a sonrojarse y a pesar en lo bien que se veía Mukuro haciendo lo-que-sea y Mukuro pensara en las formas que podía poseer al castaño y no necesariamente de una manera sana, las cosas para ellos no iban tan bien para ellos.
Por supuesto que ellos no lo sabían o al menos no querían aceptarlo, simplemente se encerraban en la negación y en las excusas.
Sin embargo, si ellos lo aceptaran y talvez se miraran frente a frente y hablaran como personas civilizadas (y no se dedicaran a simplemente mirarse), probablemente entre ellos surgiría algo más que instinto de supervivencia.
Tal vez, Tsuna aceptaría que la dulce Kyoko no lo era todo y que había ciertos personajes que podrían moverle las hormonas. Tal vez, Mukuro dejaría de usar tantos pretextos y se podría serio con Tsuna.
Tal vez, hasta las más increíbles (y sucias) fantasías de ambos se cumplieran.
Pero eso sólo iba a pasar, si ellos aceptaran el tal vez, y lo convirtieran en su realidad.
