¡Me fascino esta película y no pude resistirme a escribir!

La historia inicia cuando Rapunzel y Eugene van al castillo con el Rey y la Reina. Rapunzel es reconocida como la princesa de Corona, Eugene decide quedarse con ella y deja de ser un ladrón.

Muchos de los personajes pertenecen a Walt Disney Animation Studios.


Capítulo I

Había una vez una princesa cuya vida parecía ser perfecta, o por lo menos así era.

Sus padres eran todo lo que podría desear, compasivos, cariñosos, caritativos, sinceros y unos excelentes reyes de Corona. El Castillo al que se habían mudado Pascal y Rapunzel era enorme, realmente gigantesco, tan encantador y elegante que la princesa Rapunzel solía quedarse embelesada recorriendo los amplios jardines. Además adoraba cantar y bailar con los pueblerinos, ¡tan adorables súbditos!, todos tan amigables. Rapunzel era plenamente feliz y libre al fin después de tantos años de encierro por culpa de la cruel y egoísta de Madre Gothel.

Pero basta de recuerdos por ahora, ¡Rapunzel debía darse prisa!, Eugene estaba afuera del castillo esperándola con Maximus. Se dio un último vistazo en el precioso espejo de oro, dio una vuelta para contemplar la caída de su nuevo vestido azul, esperando que a Eugene le gustase.

—¡Corre Pascal! —Retó a su querido amigo quien estaba sonriéndole desde el piso viéndola dar vueltas con su vestido nuevo.

Salieron disparados por los largos corredores del castillo, los guardias que cuidaban su puerta se cayeron sobre la alfombra roja cuando salió de su cuarto, se apresuró hacia la escalera en forma de caracol y se deslizó por el pasamanos hasta caer sobre los brillantes azulejos del vestíbulo, corrió entre risas al notar por el rabillo del ojo como Pascal rodaba por las escaleras y con un fuerte tirón abrió de par en par el gran portón de madera blanca del castillo. No pudo frenar a tiempo y chocó contra Eugene, la envolvió con sus brazos y ambos cayeron al suelo levantando una nube de polvo. Rapunzel no pudo evitar soltarse a reír, pronto Eugene la acompañó y de tantas carcajadas comenzaron a dolerle las mejillas y el estomago.

Maximus agachó el cuello y Pascal subió a su lomo.

—Vamos preciosa. —Eugene se levantó, se sacudió la tierra y la ayudó a pararse.

—¿A dónde iremos hoy?

—Creí que te gustaría caminar por el jardín de rosales. —Le sonrió y su corazón latió con mayor fuerza.

Eugene entrelazó su mano con la de Rapunzel, ese tierno gesto era confortante pero ella le dedicó una mueca a Pascal quien se había puesto marrón.

—Princesa, ¿te has divertido con tus deberes reales? —Eugene bromeó y Max relincho en respuesta.

—Los niños de la villa son muy alegres, pero mamá insiste en que debo usar zapatos en el exterior. —Deseaba poder sentir la hierba fresca con las plantas de sus pies e hizo un puchero.

—Sabes la mayoría de nosotros hemos tenido que afrontar ese cruel decreto real toda nuestra vida. —Intentó hacerla reír.

—Y ¿Qué hay de ti Flynn Rider?, ¿sigues huyendo de los guardias del palacio? —La princesa arqueó una ceja.

—Nah. —Bufó. —Estoy planeando mi nuevo negocio.

Pascal se pasó una patita por la cara, Max le dio un cabezazo a un árbol y cayeron un par de manzanas, Rapunzel le dio un golpe juguetón en el brazo.

—¡Eugene!

—¿Qué? —Se quejó sobándose el brazo.

—Tienes suerte de que dejara la sartén en mi cuarto.

Inmediatamente Maximus empezó a mover las patas y relinchar como si fuera un toro furioso.

—¡No!, Max, buen chico, no, no, no. —Dijo Eugene alarmado, estaba a punto de salir corriendo y justo cuando Maximus iba a aventarse para envestirlo Rapunzel se puso en medio de los dos.

—Max, que lindo caballo, sentado muchacho. —Sonrió y Maximus la obedeció al momento agitando la cola.

—¿De qué trata ese negocio tuyo? —Le cuestionó fingiendo indiferencia acariciando la sien de Max.

—La gente del pueblo necesita mis servicios heroicos. —Anunció orgulloso Flynn.

La princesa volteó a verlo y se cruzo de brazos.

—¡Oh!, ¿en serio? —Dijo sarcásticamente.

—De hecho ya tuve una misión. —Le aseguró, sonriendo satisfecho.

Ella se sentó sobre el verde pasto recién cortado, ese aroma era el favorito de Pascal.

—¡Cuéntame! —Pidió interesada.

Eugene se sentó junto a Rapunzel pero desvió la mirada.

—Mejor hablemos de otra cosa.

—¡Pero quiero que me digas qué paso!

—Algo le pasa a tu rana. —Señaló a Pascal, el pequeño animal sacó la lengua para atrapar una mosca y se puso amarillo.

—Es un camaleón y no creas que lograras distraerme con eso.

—Bien.

La princesa acomodó sus codos en sus piernas y reposo su rostro en sus manos, Eugine la miró unos segundos antes de empezar su relato.

—Una niña me pidió que la ayudara a bajar a su gatito de un árbol y me pagó con una rebanada de tarta de manzana. —Sonó entre abochornado y enfadado.

Max y Pascal estallaron en carcajadas y la irritación de Eugene aumentó, Rapunzel le sonrió y estaba a punto de decirle algo cuando un guardia real llegó corriendo hasta ellos.

—¡Su majestad!, Señoría el Rey y la Reina solicitan verla de inmediato. —Anunció sin aliento.


¡Los comentarios/reviews son mi sueño!

Izel CrazyShy