CAPITULO 1
¿ES MI IMAGINACIÓN?
- ¡LUCY! –gritó Marina, sacando a su amiga de un extraño estado de concentración-
Lucy volteó a mirar, consciente de esa hermosa tarde de otoño, en que acompañada de sus dos mejores amigas, regresaba a casa después de un agitado día de colegio.
- ¿Eh?
- ¿Qué te pasa? – preguntó Anaís- ¿Estás bien?
- S..si
- ¿Qué viste tan interesante en tu mano? – se burló Marina- ¿ Acaso por fin decidiste a que te haga un manicure?
Como si la vida misma dependiera de ello, Lucy llevó su mano hacia el pecho para alejarla de Marina y sus nuevos estilos rimbombantes de decoración de uñas. Anaís se rio, mientras esperaba la incipiente consecuencia a la actitud defensiva de Lucy.
- ¡Pero qué es ese gesto! He mejorado mucho! ¡Incluso compré unas piedras rojas especialmente para ti! – dijo Marina comenzando a subir el tono, con las manos en las caderas-
- ¡No es eso! –aseguró Lucy sin dejar de ocultar sus manos, abrazándolas con fuerza y haciendo el evidente esfuerzo por sonreír-
- ¡¿Entonces que es!? ¡Déjame ver! – exigió- ¿Has seguido comiéndote las uñas?
- NOOOOO
- ¡ven acá! ¡Déjame ver las manos!
- NOOOOO
Anaís suspiró. Era inevitable. Marina comenzó a corretear a Lucy, y por supuesto, Lucy, quien con seguridad se había comido las uñas tras la última semana de exámenes, trataba de huir, evitando a toda costa darle la oportunidad para que le volviera a dar cátedra acerca del cuidado de sus manos.
Tras disfrutar de unos segundos de persecución, Anaís decidió interceder. Por cómica que fuera la escena, estaban armando un alboroto en la calle. Las personas que estaban esperando el autobús, a unos pocos metros de distancia, se habían quedado mirándoles; algunos reían, pero otros arrugaban la frente en creciente desaprobación.
- Vamos Marina, sabes que a Lucy no le gustan esos estilos.
- ¡Esso no tiene nada tiene que ver! ¡Ella tiene que aprender a no comerse las uñas! - rezongó- ¡Es toda una señorita de último año! ¡Qué dirán cuando esté en la universidad!
Lucy se fue a esconder detrás de Anaís, aprovechando que Marina había desviado su atención
- Es tarde, regresemos a casa – insistió-
- Muy bien Anaís, pero te juro que Lucy no se salva
Llegaron a la intersección donde debían separar sus caminos. Tras despedirse, Anaís y Marina continuaron hacia el sur. Lucy dobló la esquina hacia la derecha. Su casa estaba a unas pocas cuadras de distancia.
Abrigada por la soledad, volvió a mirar su mano. Había sido sólo un momento, pero juraba que había visto un delgado hilo rojo, salido de la nada, atado a su dedo meñique, brillando bajo los rayos del atardecer.
¿Había sido su imaginación?
Latis había parado a comprar algunos víveres para esa tarde, en una tienda cercana a la parada del autobús. Tomó una cesta en la entrada y caminó por los pasillos llenos de mercancía, buscando los ítems que en su lista mental había anotado como faltantes.
"Galletas de soda" -ok
"Te negro" -ok
"Pasta de arroz"….
Justo cuando estiraba la mano hacia la estantería, le pareció ver algo extraño en su dedo meñique. ¿Un hilo rojo?
Retiró la mano y se dispuso a examinarla. Si, era el trozo de un hilo, que colgaba unos centímetros de su dedo. Intentó desatarlo, pero el nudo estaba muy apretado, y no resbalaba con facilidad. Probó deslizandolo hacia arriba, pero la hilacha no se movió.
Estaba absorto en la operación cuando por casualidad alcanzó a ojear a través de la ventana y se dio cuenta de la larga fila que estaba formándose en el paradero. Miró su reloj. ¡Sólo faltaban algo más de 7 minutos para que llegara el autobús! Tomó la pasta de arroz y caminó a prisa hasta la registradora. Ya vería la forma de liberarse del insólito hilo en el camino a casa.
Salió de la tienda, y viendo que se acercaba su transporte, aceleró para llegar al paradero. Corrió los últimos metros, y quedó de último en la fila de abordaje tras un par de señoras de edad avanzada, que discutían acerca de "las nuevas generaciones".
- Las niñas de hoy en día son terribles. Mira que hacer tanto escándalo. ¿Crees que estaban discutiendo en serio? – preguntó la señora de la izquierda, caminando despacio hacia la puerta del bus-
- No lo creo – respondió la otra- se veían muy animadas
Latis aguardó su turno con paciencia. Tras pasar el registro, fue a sentarse al fondo, en el último asiento disponible. Era hora de quitarse el molesto hilo. El bus arrancó, deslizándose por las calles. Las dos siguientes paradas fueron anunciadas por una voz robotizada a través de los altavoces del vehículo. Aseguró la bolsa con los víveres en su regazo y…
El hilo ya no estaba. ¿Se había caído? Pero si precisamente había luchado por quitárselo.
¿Había sido su imaginación?
Notas del autor
¡Saludos desde el mundo místico!
Muchas gracias por aguantarme los nuevos desvaríos sin haber terminado los anteriores. Juro que tiene un propósito :P
Por favor cuéntenme que les parece, espero ansiosa sus comentarios. Ya saben que esas palabras se convierten en el faro que ilumina el camino del escritor. Doy especiales agradecimientos a Lucy Kailu por impulsarme a escribir este fic y por sus valiosos comentarios!
La continuación estará disponible el día 6 de diciembre, bajo la semana #hikaruxlantisweek en Tumblr (y obviamente por aquí) y también estaré publicando otros fic durante esos días.
Del 4 al 11 de Diciembre pueden subir los fics que deseen para expresar su amor a ésta pareja! En Tumblr también aparezco bajo el nombre de AdiaSkyFire, por si quieren revisar el contenido. Estaré compartiendo imágenes y otras locuras
Un abrazo! ¡De verdad espero se animen a participar!
