No es una relación saludable
By Shimysol
Disclaimer: Bungou Stray Dogs y compañía no me pertenecen, de manera que no lucro haciendo esto -está claro que nadie me pagaría-
Advertencias: OoC, mala narración, uso exagerado de los nombres de los personajes, entreveramiento. Spoilers del manga (cap 41), no me hago responsable si no tomas en cuenta esto, narración en presente, hétero(?. Lo escribí yo, así que huye mientras puedas.
Gracias a Sky in Pieces por el beteo, te amo.
.
Capítulo I
.
Tal parece que no es una relación saludable aquello que tienen Higuchi y Akutagawa.
Y aunque no se note, Gin ha reflexionado mucho sobre eso. Tal vez demasiado. Porque a veces en realidad tiene tiempo libre, aunque no el suficiente para regresar a casa; ya que prácticamente las oficinas de la Port Mafia parecen haberse convertido en su segundo hogar, o como sea que se le llamara.
Higuchi es la mujercita que una vez llega detrás de Akutagawa; en una noche de esos días en que él cargaba ansias de matar y no dejar a alguien con vida. Había sido destinado a acabar con una organización clandestina de narcotraficantes que se habían infiltrado en su territorio.
A su hermano no le importaba que Higuchi parezca a punto de desfallecer y le mirase con ojos llorosos. Tiene sujeta su muñeca delgada y la ve con total desaprobación. Milagrosamente no se da el trabajo de usar a Rashomon para matarla —tal vez cree que es tan poca cosa que no merece tal consideración—, pero sí la empuja con fuerza al interior de su oficina, le ordena a otros miembros de la mafia que le entreguen ropa nueva y se encierra durante unos eternos minutos con ella.
Cuando sale de la habitación, él no parece de mejor humor.
Todos tienen miedo de acercársele en esta ocasión, incluso Gin. Desde que Dazai se fue de la Port Mafia, Akutagawa es más propenso a caer fácilmente en una furia que hace a todos temer por su vida. Es escalofriante.
¿Habría acabado con ella en su momento de enojo?
La respuesta a esa cuestión es negativa cuando muy entrada la madrugada, Gin, la encargada de vigilarle, la ve salir a hurtadillas de la oficina. Tiene hambre, es lo que le dice. Lo más que puede hacer es darle unos emparedados de jamón que roba de Tachihara, y un poco de agua.
Higuchi le agradece con una sonrisa y pide quedarse sola después de prometer que no escapará. Sin embargo, como es su deber vigilar a la intrusa, se mantiene en un lugar oscuro muy cercano, sin que su presencia sea notada.
Y entonces la escucha llorar por primera vez. Eso se repite en muchas ocasiones, siempre siendo las acciones de Akutagawa la razón.
En un principio, la palabra con que Gin la describiría era "débil" —temerosa y fácil de corromper—, sin embargo, debió retractarse al pasar el tiempo.
Al día siguiente Higuchi es incorporada a la Port Mafia sin que nadie pueda reclamar por ello, aún a pesar de llegar a tener automáticamente la autoridad de movilizar al grupo de combate. El escuadrón Black Lizard; siendo así la superior de Gin.
Tampoco es que le importe demasiado. Sin embargo, hay cosas que sí debe aceptar.
Higuchi es fuerte. Más fuerte de lo que alguien puede llegar a creer, pues se aferra a su hermano y no se aleja de él a pesar de recibir insultos y bofetadas.
A Gin a veces le molesta, no sabe si Higuchi por ser tan masoquista y permanecer en un lugar al que no pertenece —sabe Dios por qué razón—, o Akutagawa, quien tampoco le pone un alto a la admiración que ella le tiene.
¿Pero admiración de qué?
Son asesinos y Akutagawa es el más despiadado de ellos. Como su hermana,
Gin se atribuye el deber de vigilar por él en silencio sin que nadie lo note, ya que su fuerza no da para más y puede dar crédito de todas las atrocidades que él ha cometido.
¿Cómo puede alguien desear permanecer al lado de personas como ellos?
Si todos dan una negativa, Higuchi es la excepción.
Tonta, tonta mujer.
Gin cree que el esfuerzo de ella por permanecer con su hermano es demasiado infructuoso. No consigue nada. Ni reconocimiento, ni respeto; por eso está de acuerdo con Mori-san y Tachihara cuando estos le cuestionaron a Higuchi su razón por permanecer en la Port Mafia, y si en realidad ese es un trabajo para ella.
Ese día, Akutagawa fracasa en atrapar a Atsushi, el hombre tigre; debido a una de las consecuencias devastadoras que causa ese enfrentamiento es que ahora reposa en una cama y los doctores han dicho que su estado es crítico, pues posiblemente no despierte del sueño profundo en el que se encuentra.
Gin está devastada, haciéndose más silenciosa y siendo su presencia menos notoria que antes, pues se encuentra triste. Sin saber qué hacer para ayudar a su hermano.
Sin embargo, cuando ve a Higuchi, siente que su dolor no se puede comparar con nada. Gin está triste y devastada, pero no lo deja notar porque le han enseñado que los sentimientos son el verdadero monstruo al que hay que temer. Por el contrario, Higuchi se ve triste y devastada, sí, pero mucho más destruída, más perdida, más deplorable. Más todo.
De la misma manera, así como Gin no sabe qué hacer tampoco sabe qué decir —aun si las palabras no son su fuerte, siente que debe hacer el intento—, pues va haciéndose a una idea de aquello que mantiene a esa mujer atada a ese lugar.
Entonces, Akutagawa resulta secuestrado cuando ni ella, ni Higuchi estaban presentes en las oficinas de la Port Mafia.
Es una tragedia que desencadena acciones desesperadas.
Aquello debe ser una broma. A Gin, y al escuadrón Black Lizard en general le parece un suicidio lo que ella quiere hacer, pues se prepara para ir a rescatarle; como si su cuerpo debilucho y escasos conocimientos sobre armas fueran suficientes para enfrentarse a un grupo entero de hombres sumamente armados. Ya que se enfrentaría a otro bando enemigo que solo quiere venganza contra Akutagawa, y eso genera discusiones.
—Antes de que el jefe de la orden de recuperarlo ¡ten algo de paciencia! —exclama Tachihara, tratando de convencer a Higuchi de no ir a la cueva del depredador.
Ella golpea la mano de su compañero cuando intenta detenerle.
—La orden no llegará. Tener a toda la organización atacando a una compañía traficante con un rencor personal contra Akutagawa-Senpai convertiría esto en una enorme guerra contra otra organización—explica Higuchi, luego de ignorar todo lo que habían intentado decirle anteriormente. Antes de girarse, ella les muestra una expresión desesperada y prosigue a dejar el lugar—. Para evitar que eso pase, lo altos mandos han decidido tratar este incidente como una disputa personal e ignorarlo. Akutagawa-senpai ya ha sido abandonado—su voz es un susurro y tiene rastros de rabia en él.
—Pero ¿qué puedes hacer por ti misma? —Tachihara se empeña en mostrar que no es la persona adecuada para realizar un rescate, menos enfrentarse a un peligro de esa magnitud.
—Nada. Pero incluso así, no hay forma en que... ¡En que pueda quedarme aquí y no hacer nada!
Gin sabe que Higuchi no hará caso a ninguna palabra que le impida ir donde se encuentra Akutagawa.
Y rayos, resulta molesto que ella se vea tan dispuesta a morir por cumplir ese objetivo cuando su fortaleza sólo consiste en la perseverancia y no en la preparación para un enfrentamiento de ningún tipo. Sólo es fuerte de espíritu, después de todo —aunque de igual manera tiene decaídas en ese aspecto—. Se supone que Gin debería ser quien estuviera de ida a rescatar a su hermano, pero no es así
Se queda quieta mientras ve la figura de Higuchi perderse luego de salir por la puerta, en dirección a las instalaciones de la organización enemiga.
— ¿Es normal que me sienta tan poca cosa al lado de ella? —Pregunta Tachihara a nadie en especial, sorprendido—. Esa mujer no es normal.
Asiente dándole la razón, y al mismo tiempo deseando opinar sobre la situación sin hacerlo al final, porque hay tantas cosas que quiere decir pero no sabe por donde empezar.
Siempre termina tragándose sus propias palabras, está bien así.
—Llamemos a los demás —declara Hirotsu. Gin se asegura de mirarle para agradecerle silenciosamente—. No podremos llamarnos el escuadrón Black Lizard si no sabemos darlo todo por nuestros superiores.
Todo se hace tal y como lo desean. Gin sabe que hacen mal cuando deciden actuar por cuenta propia y sin pedirle permiso a Mori-san, sin embargo, también está al tanto de que ese hombre es escalofriantemente inteligente y no hay forma en que no sepa lo que están haciendo. Como no ve que nadie les impide alistarse para partir, supone que en realidad han recibido la autorización de hacerlo.
Un grupo de hombres armados le acompañan cuando deciden seguir los pasos de Higuchi, infiltrándose también donde el enemigo para ir a rescatar a Akutagawa.
En las instalaciones que atacan, toman a un rehén para sacarle información sobre a dónde ir, pero resulta innecesario cuando escuchan el estruendo de disparos en un almacén cercano al edificio en el cual se encuentran.
Se dirigen ahí sin perder tiempo. Gin prepara sus cuchillas cuando hacen una oportuna aparición.
Luego de que Tachihara da la orden, Gin corre con prisa para acabar con todo enemigo que se cruce en su camino, pues ya tiene sus manos manchadas de sangre desde hace mucho.
Hirotsu empieza con su monólogo sobre su juventud, ante la mirada sorprendida de Higuchi, quien en realidad ha creído que ellos jamás vendrían, sin embargo están ahí.
—Eres nuestro superior—explica él—. Cuando nuestro superior está en peligro no podemos quedarnos y no hacer nada ¿cierto? —hace referencia a lo que anteriormente escuchó de ella.
Gin termina de atacar, entonces se queda callada, como siempre, y mira alrededor para buscar el lugar en el que debería encontrarse su hermano.
—Ugh...
El quejido proviene de una puerta abierta a la que Higuchi una vez que repara en ella, se dirige con exasperación aún a pesar de encontrarse herida.
Gin es la segunda en adelantarse, detrás de ella le siguen Hirotsu y Tachihara; los demás hombres de la mafia aún examinan si alguno de los enemigos a los que enfrentaron siguen con intenciones de atacar.
— ¡Akutagawa-Senpai!
— ¿Higuchi? —Su voz es débil y rasposa.
Se detiene en la puerta cuando escucha la voz de su hermano, quien milagrosamente ha despertado del letargo en que se encontraba. Desde su lugar puede observar la espalda de Higuchi y el rostro lastimado de él.
—Senpai... Sangre.
Gin ve como ella coge un pañuelo de su bolsillo y limpia la mejilla de Akutagawa con verdadero cuidado. Es su hermano, y se supone que conoce mucho de él, pues le ha vigilado por mucho tiempo —antes de que Higuchi llegara y también se decidiera por vigilarla a ella— y hasta siente que puede anticiparse a sus arrebatos de furia y a muchas de sus acciones, sin embargo, se queda perpleja cuando le ve levantar su mano para sostener la pequeña de esa tonta mujer que se niega a alejarse de su lado, entrelazando ligeramente los dedos.
—Gracias —es un susurro, pero lo ha escuchado desde donde está, y no, no va dedicado a Gin, ni al escuadrón Black Lizard en concreto, ni a sus subordinados, ni a la mafia en general —cree que él ni siquiera se ha percatado de todos ellos—.
Es para Higuchi, a quien nota temblar por esa simple palabra.
—Es mi trabajo.
Esta vez indudablemente está llorando de felicidad.
Gin no ve que su presencia sea necesaria ahí, así que retrocede y se apoya a un lado de la puerta para reflexionar de brazos cruzados y ojos cerrados sobre lo que acaba de presenciar.
Aún con eso, cree que el esfuerzo de Higuchi por permanecer con su hermano es demasiado infructuoso. No consigue nada. Ni reconocimiento, ni respeto. Sin embargo, por alguna razón sabe —y está muy segura— de que ese "gracias" es una de las cosas que ella más deseó escuchar.
Gin siente que las cosas van como deben, no pudiendo evitar sonreir ligeramente contagiada por la sonrisa de Tachihara, quien menciona algo parecido a un "par de tórtolos" amortiguado por una corta risilla.
Y sigue creyendo que no es una relación saludable, aquello que tienen Higuchi y Akutagawa.
No cree que haya nada que le haga cambiar de opinión.
.
Continuará...
.
¡Gracias por leer!
¡Feliz Navidad!
