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Disclaimer: Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama, Kodansha, Wit Studio y Production I.G.

AN: ¡Hola a todos! ¡ShokoRoko here! Primero (y más tarde que nada) ¡FELIZ 2016! Espero que hayan tenido un buen inicio de año y que estén decididos a todo en este primer mes que apenas vamos recorriendo, y ahora, más que nada, empecemos con un EreRi que ya nos hacía falta por aquí ¿No lo creen?

Sin más que hablar, nos leemos en las notas finales~


Los cuervos graznaban y aleteaban sus negras alas en el cielo oscuro y gris del amanecer de otoño, las campanas de la iglesia repicaban y sonaban por doquier, solemnes cánticos se entonaban en la iglesia, que ahora tenía una apariencia más tétrica, un ramo de rosas blancas se hallaban sobre un féretro de madera, como si fuera el único contraste con el ambiente…

La gente guardaba silencio en señal de respeto absoluto, voluntad solemne, todos los ojos se hallaban cerrados, guardando el luto, todos menos una persona…

Eren Jaeger, un muchacho de 16 años, veía a la persona dentro del ataúd, a aquel cuerpo inerte que ya descansaba en paz…

El cuerpo de su propia madre…

Sus ojos ámbar parecían concentrados en el cadáver que reposaba mientras escuchaba los coros que se entonaban para pedir el descanso del alma de la recién difunta…

Y es que Eren no podía creerlo ¿Cómo había pasado? Su madre estaba bien hace algunos días, pero inesperadamente, en una mañana, ella amaneció sin vida, nadie se lo explicaba, no había ingerido nada que le dañase, no se había enfermado, pero ¿Por qué había fallecido de repente? Nadie se explicaba, pero todo apuntaba a una sencilla muerte por causas naturales…

Pero el joven se había preguntado por qué su madre le había sido arrebatada así nada más, debía haber una razón por la que ella debía haber fallecido, tenía que haber una explicación lógica ¿Pero cuál? ¿Cómo? ¿Y por qué?

¿Por qué había pasado todo esto?

¿Por qué a él?

¿Por qué?

¿Por qué había perdido a su madre?

¿Por qué tenía que sufrir la pérdida de ese ser amado?

¿Por qué tenía que pasarle esto?

Todas aquellas preguntas en sí iban vagando por su mente, mientras aún repicaban las campanas con el lúgubre cántico funerario, por alguna extraña razón, el tiempo para él parecía detenerse en aquel lapso, solo veía todo a su alrededor como si estuviese pausado, como si nadie se moviera más que él, hasta que una mano se posó sobre su hombro, devolviéndole a la normalidad, era su padre…

-Hijo, ya es hora de irnos…- Le dijo con un tono algo desanimado, era claro que también había sido afectado por la pérdida de su amada esposa

Eren sólo asentía, aún triste, mientras caminaban hacia el cementerio de la iglesia, al ir, Eren parecía ver su reflejo en el cristal de las ventanas de la iglesia, se veía a sí mismo, pero, se veía extraño, su rostro parecía más oscuro, sombrío, como si sus ojos parecieran tener más ojeras de lo habitual, su mirada se hacía más profunda, vacía, sus ojos ámbar se oscurecían, eran tragados por un abismal color negro; las voces silenciosas parecían sonar como un eco en el aire, todo se desvanecía hasta que…

-¡EREN!

Su padre le volvió a hacer reaccionar, mirándole

-Padre, lo lamento, es que… Todo esto es tan difícil de procesar…-Dijo casi quebrado, Grisha solo correspondía con un abrazo, entendía el dolor de haber perdido a un ser tan preciado, Eren derramaba pequeñas lágrimas en silencio…

-Vamos hijo, debemos ir al cementerio…-Era tiempo ya de que su madre fuera enterrada, Eren solo asintió, tenía algo de esperanza en que las cosas mejoraran y que tomaran un rumbo positivo, podrían superar esto, las cosas serían mejores…

Sería una pena que fuese totalmente lo contrario…

⇒ … ⇐

Los días pasaban, la casa de los Jaeger se sentía vacía y triste, la rutina no cambiaba, era lo mismo de cada día, sin embargo, cosas extrañas empezaron a suceder, sobre todo en Eren; empezaba a volverse retraído, distante, callado; lo cual antes no era así. Empezó a alejarse de la gente que lo rodeaba, de sus amigos, compañeros y profesores, quería estar solo, eso preocupaba demasiado a sus docentes. Eso y otra cosa…

Se veía demasiado pensativo en clase, pero parecía no atender a lo que decían, divagaba y parecía planear algo en silencio, los veía a todos de lejos, su padre empezaba a preocuparse, tal vez a Eren le había afectado aún más el fallecimiento de Carla, empezó a buscar ayuda mientras su hijo parecía hundirse más y más; pasaba tardes enteras en el cuarto de su madre, acostado en su cama, aspirando el aroma, perdiéndose en ese ambiente…

Con respecto a la casa, en las noches se oían ruidos de pasos, pero no eran ni de Eren ni de su padre, eso les empezó a consternar, además de que ruidos extraños se escuchaban por toda la casa, voces inusuales y extrañas que jamás se habían escuchado...

El ambiente no parecía ser el mismo, mucho menos Eren…

Cuando alguien buscaba ayudarle, él solo se apartaba con violencia, los evadía con cierto desprecio, no parecía el Eren que todos conocían, además, dormía mucho, siempre estaba solo y parecía beber líquidos con demasiada frecuencia, eso y sus constantes cambios de humor y de alimentación empezaban a preocupar a todos sus seres queridos, creyendo que solo duraría así un poco de tiempo, que pronto lo dejaría y sería el mismo Eren de antes, sólo que aquel suceso reciente le había afectado demasiado

Pero lo que pasaría solo derramaría la gota del vaso…

Fue en un día de escuela, en plena clase del salón 104, estaba a pocos minutos de terminar y poder ir a casa, todo el mundo estaba atento a la explicación del profesor, el salón estaba en pleno y absoluto silencio, apuntando cada palabra de acuerdo a la lección, Eren apuntaba, sin embargo, las palabras parecían trazos deformes, su mano temblaba, sus ojos parecían perder su resplandor, sin darse cuenta, murmuraba palabras extrañas en voz baja, no podía controlarse, dejaba de ser él mismo…

-Eren ¿Podrías callarte un momento?-Le habló Jean, alguien detrás suyo-No me dejas escuchar al profesor

Eren seguía murmurando, las palabras que articulaba eran inusuales, extrañas, como si fueran en otro idioma, el profesor seguía haciendo apuntes en el pizarrón y solo eso se escuchaba, Eren y el gis. Jean no aguantaba más el fastidioso ruido, fue a decirle a Eren que se detuviera, pero, inesperadamente, Eren calló, el silencio era sepulcral en aquel espacio cerrado, Jean no vio porque molestarse y regresaba a su silla, pero inesperadamente, Eren le tomó de su muñeca con fuerza…

Demasiada fuerza…

-E-Eren… M-Me aprietas…-Gruñía, pero Eren no le miraba ni por un instante- E-Eren… Eren… ¿¡M-Me estás escuchando, pedazo de porquería?!

Eren volteaba, pero parecía que sus huesos tronaban al voltear su cuello, su mirada era tétrica, horrible, inhumana, sus ojos no parecían los mismos, parecían los de una bestia. Toda la clase dirigía su mirada a lo que acontecía, lo que procedía los dejaría totalmente perplejos y horrorizados. Sin que nadie se lo esperara, sostenía aquella muñeca y la quebró totalmente, agarrando ágilmente el lapicero que portaba y clavándolo en el ojo del chico, todos quedaron aterrados por lo que pasaba, Jean se retorcía de dolor al sentir la pluma clavar su globo ocular

-¡JAEGER!-Gritaba el profesor-¡JAEGER! ¡CONTRÓLESE O LLAMARÉ A DIRECCIÓN!

Pero Eren ignoraba al docente, tirando a Jean al suelo, dejándole herido, el salón entero gritó de horror al ver a Jean perdiendo sangre, pero Eren ni se inmutaba, no parecía tener remordimientos por lo que hacía, no parecía un ser humano...

El profesor fue donde estaba el castaño, le pondría un severo castigo y llamaría a su padre, pero al llegar a él, su alumno respondió tomándole del cuello y lanzándole hacia la ventana, quebrando el cristal, todos dirigían su mirada mientras el profesor gritaba, el salón 104 estaba en el tercer piso; quedaron en shock al ver el cuerpo de su docente, chorreando sangre. Una de sus compañeras, Historia Reiss, destinada a preservar el orden del aula, fue donde Eren, consternada

-¡Eren! ¡¿Explícame, como fue que te atreviste a hacer eso?! ¡¿Acaso estás demente?! O…

La interrumpió al levantarle jalándola de sus cabellos y mirándola de la misma forma, habló, pero su voz no parecía ser la misma, ahora era una voz totalmente gutural y bestial, inhumana…

-Cierra tu apestosa boca, perra miserable….

Al instante, la lanzó a un punto del salón con una increíble fuerza, con tal magnitud había probabilidades de haberle fracturado casi todos sus huesos, ella no se levantaba, todos miraban a Eren con horror, pero él seguía inmutándose. Cuando de pronto, los maestros llegaron después de atestiguar semejante escándalo, agarraron a Eren y lo llevaron a dirección, donde estaría esperando a su padre, quien iba en camino…

El viudo padre, consternado después de escuchar lo que su único hijo había hecho, no tuvo más opción que invertir en todo lo que tenía para tenerle en un hospital, confiando en que la situación se resolviera, pero la verdad es que empeoraba más y más…

Los arranques de Eren se volvían cada vez más y más violentos, llegando a atacar a todo el personal y agredir a las enfermeras que lo sedaban, cuando no había vigilancia, salía de la habitación que le tenían asignada sin permiso alguno. Nadie se explicaba cómo era que podía salir sin que los vigilantes se percataran, incluso se había metido en una de las habitaciones de los recién nacidos a mitad de la noche, por poco ahogaba a un bebé en una pequeña tina, afortunadamente había sido detenido a tiempo antes de que tuviese lugar otra terrible tragedia.

El personal, junto con el angustiado padre de familia, llegaron al acuerdo de que no tenían más opción que internar a Eren en otro lugar, pues su comportamiento y acciones no hacían más que empeorar el ambiente para todos los pacientes y empleados de ahí; sin dudárselo más, Eren fue internado en el hospital psiquiátrico "Sina" en Frankfurt, Alemania. Jamás en aquel lugar tuvieron un paciente tan distinto como él lo era, sus ataques persistían y parecía gritar como una bestia, con una voz o más bien, lo más parecido a un rugido de animal, cuando entraba en ese estado, parecía hablar en otro idioma, o en una lengua desconocida, una que nadie jamás había escuchado o parecía una lengua muerta hace milenios…

Esto alarmaba a la gente de ese hospital, con lo máximo que podían retener al chico era con 10 hombres, eso no era algo normal, algo estaba pasando y Petra, una de las empleadas, lo sabía. Sabía que algo en ese paciente no podía ser normal, así que sin dudar, optó por hacerle unas cuantas preguntas esa misma tarde

-Tu nombre es Eren Jaeger ¿No?- Empezaba a preguntar mientras registraba la grabación de igual forma con una grabadora

Silencio, absoluto silencio, su mirada se sentía penetrante…

-Tomaré eso como un sí-Anotaba al suspirar- Dime… ¿Qué piensas comúnmente cuando estás aquí? ¿Cómo te sientes?

-Me siento como la mierda, quiero volver a casa…- Respondió con una voz ligeramente rasposa

Petra se asombró al ver que él finalmente empezaba a hablar…

-O-Ok…- Seguía anotando-¿C-Como fue el día que te internaron? ¿T-Te sentías de alguna forma u otra? O…

-¿Acaso eso le importa?-Escupió, pero Petra seguía anotando, empezaba a temblar, esto no indicaba nada bueno- Quiero irme a casa…

-Eren ¿Cierto? B-Bien ¿Podrías decirme s-sí alguna vez fuiste internado o…?

-Quiero ir a casa…-Sentenció-Déjeme ir…

Los ojos color miel de la enfermera se abrían llenos de pavor, la voz de Eren empezaba a cambiar…

-P-Pero, Eren…

-Quiero irme a casa… Quiero irme ya…

-Eren… Pero no hemos…

-¡QUIERO IRME YA! ¿¡ACASO NO LO ESCUCHÓ, ESTÚPIDA RATA? ¡DÉJEME SALIR DE ESTA REPUGNANTE POCILGA! ¡SÁQUEME DE ESTE LUGAR DE MIERDA!- Rugió, su voz ya no era igual, terriblemente, Petra había confirmado sus sospechas. Se retiró inmediatamente del cuarto para que sedaran al joven, que había empezado a hablar de forma extraña, mientras ella corría rumbo a su oficina con sus apuntes y grabadora en mano, su corazón parecía salirse del pecho por semejante sensación terrorífica.

A su hospital había llegado un paciente inusual, aterrador, sabía de lo que se trataba, no era más que un simple cambio brusco de carácter. Las señales que denotaba en su rostro y voz no podían ser normales, era absurdo admitirlo, más en pleno siglo XXI, pero estaba ante un caso de posesión demoníaca...

Y sin dudarlo, sabía a quién acudir en ese caso, sin pensárselo dos veces, tomó su teléfono desesperada para marcar a su contacto, a alguien totalmente familiarizado con el tema, rogaba al escuchar los tonos, llena de impotencia y espanto

-Por favor, contesta… Vamos, contesta…

⇒ … ⇐

-Roma, Ciudad del Vaticano

Una oficina de la santa sede se hallaba en absoluto silencio, hasta que el sonido del teléfono resonaba en toda la habitación, un cardenal, un hombre joven de cabello oscuro, piel lechosa y ojos olivo contestaba al chasquear su lengua, sin darse cuenta que se había dormido, al ver el reloj se percató de que eran casi las 2 de la mañana

-Diga…- Contestó ronco, como si perdiera el habla

-Cardenal Ackerman ¿Es usted?- Se oía una voz femenina desde el otro parlante, él la reconocía

-¿Petra? ¿Eres tú?-Tosía para aclarar su voz-¿Hay una razón para recibir una llamada en plena madrugada?

-Cardenal, algo está sucediendo y sé que tal vez sepa lo que esto signifique-Proseguía algo alterada, él exhalaba algo de aire al levantarse y mirar el cielo, la luna se alzaba entre la oscuridad de la noche

-Petra, Petra, por favor, necesito que te calmes y me expliques todo. Dime ¿Qué está ocurriendo?

Ella suspiraba al relajarse, no tenía nada que temer, menos con un viejo amigo como lo era él. Sabía que podía tenerle confianza…

-Verás, en el hospital se ha estado presentando algo extraño y… Pensé que podrías ser de ayuda porque sabes muy bien a donde va todo esto…

Él abría sus ojos, parecía entender de lo que hablaba. Pero algo le decía que esta vez, sería diferente…

-Prosigue…-Habló decidido, Petra suspiraba y continuaba

-Esta semana llegó un paciente, es un adolescente de sólo 16 años y… Presenta síntomas muy raros… Cambios bruscos de actitud, arranques de ira y a veces… Habla raro…

-¿Raro?

-Sí…-Afirmaba-Como de esas lenguas que ya no se escuchan, algo antiguas, no sé si me explico, pero al hablarlo parece rugir como una bestia o como si miles de voces se juntaran entre sí, como si no hablara un ser humano… Como si fuera una…

-Sí, entiendo de lo que hablas, por cómo me lo dices, debe ser un asunto terriblemente grave…- Sentenciaba al observar el panorama nocturno de la ciudad-¿Me dices donde es el hospital?

-Claro, te mandaré la dirección por correo, es en Frankfurt, Alemania…-Respondía al escucharse el teclado rápido-¿Cómo cuando tienes planeado venir a ver esto?

-Pronto, a más tardar, mañana. Este asunto es grave y deben tomarse cartas en el asunto- Respondía al recibir la dirección e imprimirla, a la vez que sacaba sus papeles y pasaporte- Agradezco que hayas podido decirme esto, Petra…

-No es nada, realmente, me alegra contar contigo, Levi…-Dijo aliviada-Entonces, eso significa que nos veremos mañana ¿Está bien? Es hora de que cuelgue, debo atender a otros pacientes, espero verte ¿Sí?

-De acuerdo, Petra, descansa…-Le dijo confortándole y colgó.

Tenía una mirada decidida, veía la dirección de aquel hospital psiquiátrico y preparó sus cosas, todo lo necesario para realizar un exorcismo. Agua bendita, rosarios, crucifijos, el sagrado sacramento y lo haría todo conforme al ritual romano* porque, cualquier cosa podría presentarse y él lo sabía.

El cardenal Levi Ackerman era uno de los mejores sacerdotes que la Iglesia Católica podría tener, a pesar de su corta edad en el medio; sobre todo en uno como es el exorcismo, había cursado y logrado obtener su título en el Vaticano, donde lo había estudiado arduamente. Por lo que era el mejor exorcista que la iglesia pudiera tener a su servicio, había echado fuera demonios de toda clase y de todo tipo…

Por eso, debía prepararse, debía estar listo ante cualquier adversidad que las fuerzas del mal le presentasen; rezó y oró lo suficiente antes de su partida. Cuando amaneció, partió rumbo al aeropuerto internacional de Fiumicino, donde tomó un vuelo rumbo a Frankfurt, donde le aguardaba una nueva misión en el nombre de Dios y erradicar una vez más a las fuerzas del mal para liberar a un alma inocente…

Sin saber que ya le estaban esperando…


AN: Las ideas de monjes, curas, ángeles, demonios y exorcismos me han tenido bombardeando la mente en estas vacaciones y que mejor manera de aprovecharla tanto en este fic como en el Eren x Reader ¿No lo creen? Bueno, hasta ahora hemos entendido que Eren es un chico que vive bajo la posesión de un espíritu maligno y Levi un exorcista, pero ¿Logrará nuestro héroe liberar el alma del atormentado Eren? O quizás...

Bueno, bueno, dejo de crear muchas especulaciones ¿Que creen que pase en el próximo capítulo? ¿Les gustó? ¿Quieren más? ¿Levi triunfará? ¡No olviden dejar un review! Lo leeré y responderé en la próxima actualización

ShokoRoko se retira por ahora, nos vemos pronto y que tengan un buen 2016 :D