¡Hola! No es la primera vez que publico algo, pero sí hacía bastante tiempo que no pasaba por aquí. Al releerme por no sé qué vez esta saga, me vino a la mente una idea para continuar a partir del cuarto libro, Promesa de sangre. Hubo muchas escenas y situaciones que me quedé con ganas de leer, así que voy a intentar reproducirlas en este fanfic. Espero que os guste.

Vampire Academy no me pertenece.

Capítulo 1

- Lo siento mucho, directora Kirova. Fue una completa irresponsabilidad por mi parte marcharme sin decir nada y abandonando los estudios. No sé qué me pasó, supongo que la presión por el ataque y la pérdida de tantos guardianes me afectó y sentí que necesitaba hacer algo.

Odiaba tener que parecer un manso animalito delante de la perra del infierno, más aún cuando no tendría que haberme encontrado con ella si no hubiese sido restituida tras el incidente con la hija del nuevo director, Avery, pero era la única forma de conseguir que me dejasen volver a la Academia y terminar los tres meses de clases que me quedaban antes de convertirme en guardiana. Suficientes manchas negras tenía ya en mi expediente como para añadir una más. Y esta vez no solo me afectaba a mí. También a Dimitri.

Dimitri... Verlo de pie al fondo de la sala observando y sin decir una palabra me recordaba a mi primer día en este despacho después de la huida. No habían cambiado demasiadas cosas, pero solo en lo tocante a la estética de la habitación.

Kirova no podía enterarse de que había ido a Rusia en busca del amor de mi vida para asesinarle, aunque al final las cosas no hubiesen salido así. De no ser por Oksana y la información y ayuda que me proporcionó acerca de cómo traer a un strigoi de vuelta, quizás ahora mismo no me encontraría aquí, sino vagando por Dios sabe dónde llorando la pérdida del amor perdido. A quien yo hubiese asesinado, por supuesto. No tenía muy claro en qué punto nos encontrábamos ahora Dimitri y yo, desde su vuelta como dhampir había estado extremadamente amable conmigo, pero... faltaba algo. Infantilmente pensé que se debía a que no estaba muy segura de que la estaca hechizada hubiese funcionado, y podría haberlo matado de verdad. A pesar de que eso era lo que el quería, a lo mejor estaba enfadado por las pocas comprobaciones que había hecho, pero... No era típico en Dimitri actuar así, y menos cuando se trataba de asesinar a un strigoi, por mucho que fuese él mismo.

- Y respeto a usted, guardián Belikov. No tendremos inconvenientes en restituirle en su anterior cargo siempre y cuando usted colabore con el Gobierno Moroi a desentrañar qué es lo que le ha sucedido.

''Rosemarie nos ha contado las líneas principales- me sobresalté al oír mi nombre- pero es obvio que lo que le ha sucedido es algo obra de una magia de la que ninguno eramos conscientes y que podría cambiar el curso de nuestra Historia. Por eso, como guardián de la escuela está usted a mi cargo y en nombre de la Corte seré yo la que se encargue de las diferentes entrevistas que llevaremos a cabo con importantes miembros de la realeza para determinar qué hacer con usted. Mientras tanto, podrá continuar siendo guardián en la escuela e impartiendo las clases a las que usted y la señorita Hathaway se comprometieron para que ella terminase el curso. No obstante, queda relevado como guardián de la princesa Dragomir hasta que todo este asunto se aclare.

Dimitri asintió con la cabeza, pero no dijo ni una palabra. Estaba claro que usaba de todo su autocontrol para no lanzarse encima de la directora. O a lo mejor estaba tan tranquilo y era yo la que ardía en deseos de arrancarle la garganta. ¿Cómo que entrevistas? ¿Es que acaso no había quedado claro la versión que había dado de los hechos que necesitaban seguir acosando al pobre Dimitri? Vale que fuese una masa letal, musculosa e increíblemente sexy de dos metros, pero desde que había vuelto lo sentía vulnerable, como si en cualquier momento pudiese romperse y echarsele encima toda la desgracia de haber sido strigoi. Suficiente había pasado ya estando encerrado la semana anterior en esa celda a la espera de que se volviese a transformar en monstruo.

- Directora Kirova, no entiendo por qué nadie tiene que hacerle pruebas a Dimitri. Esta perfectamente. Pensé que ya había aclarado con usted qué es lo que sucedió. En todo caso con quien tendría que hablar es con usuarios del espíritu que supiesen encantar estacas, para averiguar más sobre el proceso. No veo de qué sirve interrogar a Dimitri salvo para hacerle revivir unos horrores que hizo cuando no estaba en posesión de su propia mente.

Dimitri me observó, asombrado y agradecido, creo. Desde que habíamos vuelto de Rusia ocho días antes, estaba afrontando los diferentes problemas con una actitud que nada tenía que ver con mi verdadera forma de ser, tan impulsiva y temeraria. Por el contrario, me estaba tomando las cosas con calma y un control que no eran para nada propios en mí. Pero en verdad, si no hubiese sido porque mi actitud era importante a la hora de proteger a Dimitri de todo lo que le querían hacer, estaba segura de que ya habría armado un par de buenas peleas por esto.

- Entiendo que sus intenciones para con su mentor sean buenas, señorita Hathaway. Está claro que de no haber sido por usted el guardián Belikov no estaría con nosotros y que desea protegerlo a toda costa, pero ya es mayorcito para entender que todo esto lo hacemos por un bien mayor. La seguridad de los moroi.

- Eso es una soberana estupidez- al parecer mi vena impulsiva seguía aquí.- Repito, deberían dejar a Dimitri en paz e ir a interrogar a personas que sepan algo acerca de este nuevo poder del espíritu.

- Rose, la directora Kirova tiene razón- era la primera vez que Dimitri hablaba mas de dos palabras seguidas desde que esta reunión había comenzado.- No tengo ningún inconveniente en realizarme las pruebas y contestar a las preguntas que la Corte y usted consideren necesario, pero le advierto de que no creo que sea de mucha ayuda. La única información que poseo de los últimos meses tiene que ver con los strigoi y el plan a nivel mundial que están llevando a cabo.

Se me cortó la respiración. ¿Plan mundial? ¿Qué quería decir Dimitri con eso?

- Bueno, está claro que esa información la discutiremos más adelante y que será de vital importancia para otros aspectos, guardián Belikov- nos echó una ojeada a ambos.- Pueden marcharse, estoy seguro de que sobre todo usted estará deseando descansar en su habitación y no en una celda.

Con un asentimiento, Dimitri se dio la vuelta y le seguí hasta la salida del despacho. Caminamos en silencio durante un rato, hasta salir al exterior. Pensé en dirigirme directamente a ver a Lissa, le había dicho que me pasaría a contarle lo que hubiese pasado y, además, no quería agobiarlo con preguntas ahora. ¿Quién era esta persona tan razonable y que había hecho con mi yo de siempre?

- Rose...

Di un respingo al percatarme del tono de su voz. Quería hablar de algo serio. Me di cuenta de que era la primera vez desde que habíamos vuelto que estábamos a solas de verdad, pudiendo hablar con total libertad. Quedaban un par de horas para el mediodía, todo el mundo dormía.

- ¿Sí?

- Creo que tenemos que hablar. De todo- cerró los ojos y miro al Sol, los rayos arrancaban reflejos a su corta melena suelta. Dios, era sencillamente perfecto.

- Sí, lo sé. Me esperaba que tarde o temprano llegaría este momento, igual que sucedió con el hechizo de lujuria de Víctor- qué lejos quedaba todo eso ahora.- ¿De qué quieres hablar exactamente? ¿De lo que sucedió antes de que te clavase la estaca, cuando me tuviste secuestrada? ¿De la razón por la que me has estado evitando estos días? ¿De por qué fui tan completamente irresponsable al ir a buscarte con la misión de asesinarte?

No me di cuenta hasta ese momento de cuánta ira tenía reprimida. Ira y miedo y frustración. No sabía qué pasaría con nosotros, no sabía qué pasaría con él. Era un Dimitri muy diferente al que conocía.

- No. Tengo una idea bastante clara acerca de lo que piensas de todas esas cosas. Y no te estaba evitando, tenía muchas cosas sobre las que pensar y, además yo, mm, estaba en una celda.

- Entonces, ¿de qué quieres hablar?- estaba totalmente perdida, no me gustaba no saber por dónde iba a salir esta conversación.

Guardó silencio, como dudando. Algo muy raro en Dimitri. ¿Qué le sucedía? No entendía porque le costaba tanto decir algo.

- Tiene que ver... Bueno, con la conversación que tuvimos antes del ataque, después de lo que sucedió en la cabaña...- enmudeció durante un rato que me pareció eterno. Así que de eso se trataba. Ahora era cuando él me decía que actuamos mal, que me olvidase de lo que había sucedido y que nos comportásemos de manera profesional. No importaba todo lo que me hubiese dicho en el momento de aquel último beso, eso era cosa del pasado, estaba segura.

No quería tener esa discusión ahora.

- No estoy de humor para aguantar ahora tus charlas sobre la responsabilidad, Dimitri. Han sido dos meses muy largos y no creo que esté preparada para otro golpe más.

- No, Rose, espera. Por favor.

- Espera tú, Dimitri. De verdad que ahora mismo no soy capaz de tener esta conversación. Ya lo hablaremos en otro momento.

Antes de que pudiese seguir hablando, me di la vuelta y salí disparada a los dormitorios moroi. Sentí a través del vínculo que Lissa estaba despierta. De ella sí que no me iba a poder librar.