Mi primer One-shot!

-Mujer…¿qué estás haciendo?-preguntó aquel hombre de mirada fría y tez totalmente blanca.

-Nada, solamente miraba el río, hoy creo que está más bonito que nunca ¿no?- le dio con una de esas sonrisas que desde hace poco lo habían cautivado.

-Pues no te acerques tanto, que al final te acabarás cayendo y no me va a hacer ninguna gracia tener que recogerte después –dijo mirando el cielo siempre oscuro de Las Noches.

-Uhm…tranquilo, no me caer…-la chica tenía las manos metidas en el agua y de repente al agua se cayó.

-Ahg….mujer…-se quejó Ulquiorra cogiéndola del brazo mientras pasaba su otra mano por la cintura de la chica. -¿Está bien? –preguntó el chico como con cara de súplica. Total era imposible saber lo que pensaba o sentía, su mirada no cambiaba.

-Eh…eh…Ulquiorra…ya…pued… -la chica no acabó la frase porque Ulquiorra había tapado sus labios con los de él.

Sí, la estaba besando como nadie lo había hecho, como Ulquiorra había deseado desde hace poco.

Cuando el aire les faltó, la chica de grandes pechos todavía estaba con los ojos abiertos como platos, ella también había continuado el beso no sabía muy bien por qué lo había hecho.

-Uhm…lo siento mujer…yo…no sé lo que ha pas… -el hombre de mirada gélida no pudo acabar la frase porque enseguida otro beso le ocupó los labios,

Ahora era Orihime la que lo estaba besando, lo besaba tiernamente y con pasión a la vez.

Los impasibles ojos de Ulquiorra, ahora estaban completamente abiertos y tenían un brillo especial, que Inoue era feliz viendo.

El aire se les acababa y tuvieron que parar. Cuando sus miradas se cruzaron se rieron y se abrazaron fuertemente. No sabían que era lo que les había pasado, pero tampoco era que quisieran averiguarlo, lo que tenían era especial para ellos. Solo para ellos dos. Ulquiorra se sentía extraño, era como si tuviera un corazón, pero sin tenerlo y sin sentirlo. Nadie se lo podía arrebatar de los corazones.

-Orihime….Uhg…Mujer…-dijo Ulquiorra con la chica todavía en sus brazos.

-Me…¿Me has llamado por mi nombre…? –preguntó la chica casi con lágrimas en los ojos.

-S…sí ¿por?...¿no te ha…gustado? –dijo con la voz extraña.

-No…bueno si…me ha guastado, dilo, dilo más veces Ulquiorra.

Ulquiorra bajó a la chica al suelo y miró al suelo. No sabía que era lo que iba a hacer pero algo le impulsaba a hacerlo. La cogió de los hombros y la volvió a abrazar. Finalmente la apartó de él.

-Orihime…te…qui…e…ro… -dijo mirando al suelo mirando al suelo mientras la tenía cogida de los hombros.

Orihime abrió los ojos exageradamente y vio que Ulquiorra. Le cogió la cara con las manos y con los dedos pulgares recorrió las marcas verdes que iban desde sus ojos hasta el final de su cara.

-Yo…también te quie…ro, Ulquiorra Cifer –le dijo la chica del pelo anaranjado, subiéndole la cara para que pudiera verla.

Después de ese gesto, Ulquiorra la cogió de la cintura y la acercó hasta él, y la besó tiernamente.

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