Tonks: Bien, esto me nació un día viendo Supernatural.. es una locura.. la cual mi Parabatai aprobó con toda su locura propia..xD espero que les guste y les saque algunas risas..! es un fic chiquito de unos cuantos capis, pero tenía que sacar,me esa idea de la cabeza..xD disfruten..! El ridículo titulo del Fic fue idea de la loca de abajo.. y lo amé..!xD

MBQ: Todo el fics lo escribí yo! Lo juro! Jajajajaja xD nah, hablando en serio; espero lo disfruten como yo lo he hecho mientras mi loca Parabatai me pasaba lo que escribía y yo intentaba convencerla que los gatos son mejores que los perros :D p.d: el titulo fue idea mia :D

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Un inesperado inquilino..!

Ya había pasado 1 año desde aquella horrible guerra en la que habían perdido a tantos seres queridos. Un año que a Alec se le habían pasado volando, y es que vivir con un inmortal a veces le hacía perder la noción del tiempo a él también. Se había mudado con Magnus en cuanto su madre había puesto pie en Nueva York. Aun visitaba a su familia casi todos los días, pero ahora su hogar estaba con su Brujo, en su extravagante departamento en Queens. Tenía todo lo que necesitaba, un hogar acogedor, una mascota linda, una familia amorosa, y un novio perfecto. Todo era perfecto. Por lo menos para él.

Presidente Miau estaba descansando en su lugar favorito, el reposa brazos del sillón donde Alec siempre dejaba sus chamarras o abrigos antes de salir, para no olvidarlos. Estaba echado sobre el abrigo negro de Alec, disfrutando del aroma mientras se lamia sus patitas, limpiándolas. Siempre que veía que Alec ponía su abrigo en el sillón, el corría y se sentaba sobre este en un intento por hacer que Alec se quedara, aunque nunca funcionaba, no se rendiría.

-Presidente, cuantas veces te he dicho que no te subas a mis abrigos- le dijo Alec suavemente mientras lo tomaba con cuidado- todos son negros y siempre los dejas llenos de pelos blancos.

-No deberías dejarlos ahí- le dijo Magnus, poniéndose su propio abrigo mientras se miraba en el espejo.

-Si no lo pongo aquí se me olvida- le dijo Alec, dejó al gato sobre el sillón y sacudió su abrigo antes de ponérselo.

-Anda, vámonos, se hace tarde- lo apresuró Magnus yendo hacia la puerta principal, Alec se echó una última mirada en el espejo, costumbre que Magnus lo había forzado a adoptar, y después se giró para seguir al Brujo. Pero el maullido detrás de él lo detuvo y lo hizo girarse. Presidente Miau lo miraba sentado desde el sofá, maullando.

-No te preocupes, pequeño, volveremos en unas horas- le dijo Alec acariciándolo por última vez antes de seguir a Magnus por la puerta. Presidente Miau se quedó mirando la entrada, su corazoncito latía descontroladamente y comenzó a maullar, llamando a Alec, pero su Alec ya se había ido; se había ido con Magnus. Soltó un maullido lamentándose, si tan solo fuera humano, si tan solo pudiera acercarse a Alec del mismo modo que Magnus lo hacía, después de todo, él y Magnus no eran tan diferentes: eran felinos, o no?

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-Te dije que no lo mencionaras- dijo Alec mientras soltaba una risita, la cena fue divertida: había sido una tranquila noche de parejas, incluso habían asistido Tessa y Jem, que estaban de visita en Nueva York.

-Oh, merecían saberlo- dijo Magnus entrando en el departamento mientras se quitaba su bufanda- Además, viste lo sonrojado que se puso Jem? Es divertidísimo provocar su lado victoriano.

-Abusivo- lo reprendió Alec sin dejar de sonreír.

-Quieres un poco de vino? Una copita antes de dormir?- le preguntó Magnus dirigiéndose al salón.

-Suena bien- Alec se apresuró a seguirlo, pero antes de poder entrar por completo, ambos se quedaron paralizados. Justo en el sillón de tres plazas estaba un chico, un pequeño chico de unos 16 años. Era pequeñito, menudo y con una alborotada cabellera rubia... y estaba completamente desnudo.

-Disculpa- Magnus se adelantó un paso llamando la atención del inesperado visitante. El chico levantó la cabeza dejando ver un adorable rostro infantil, los enormes ojos ámbar los miraban curiosos, pero justo cuando estos se fijaron en Alec, el rostro del chico se iluminó y, con una enorme sonrisa, saltó de sillón y corrió hacia el Nefilim.

-Alec!- el chico saltó y se aferró al ojiazul por el cuello, restregando su cabeza contra la de él una y otra vez.

-Woah! Espera un segundo!

-Qué demonios?!- Alec y Magnus no sabían lo que ocurría. Alec estaba paralizado, no se atrevía a tocar el cuerpo desnudo del chico que se aferraba a él abrazándole el cuello con los brazos y enredando sus piernas en su cintura. Magnus, por otro lado, tiraba del pequeño cuerpo intentando separarlo de su novio- basta ya! Suelta a mi novio, niño malcriado!

-Alec! Alec! Alec!- el chico no dejaba de gritar mientras restregaba su rostro y cabello contra el del ojiazul.

-Algo que hayas olvidado contarme?- preguntó Magnus, rindiéndose al ver que el rubio se había pegado a Alec como garrapata- un amante secreto, o algo así?

-Cómo crees?!- exclamó Alec mirándolo con el ceño fruncido. Al fin movió las manos lentamente empujando al chico suavemente- oye, basta ya, suéltame.

-Esto es ridículo- se quejó Magnus cruzándose de brazos.

-Magnus... me está lamiendo?- preguntó Alec sintiendo suaves y húmedos roces contra su cabello.

-Ya basta! Deja de hacer eso!- Magnus tiró especialmente fuerte, casi haciendo caer a Alec, y logró despegar al pequeño chico lanzándolo lejos. Alec y Magnus se sorprendieron al ver que el chico caía de cuclillas y con perfecto equilibrio antes de volver a levantarse y sisearle amenazadoramente al Brujo- acaso... me siseó?

-Eso parece- murmuró Alec, se quedaron quietos mirando como el chico se... se lamía el dorso de la mano antes de pasarla por su rostro- erm... hola pequeño, dime, que haces aquí? En dónde vives?

-Aquí- respondió el chico mirándolo con una sonrisa.

-Aquí? Creo que te equivocaste, esta es nuestra casa- le dijo Magnus señalando a Alec y a él mismo.

-Sí, vivo con ustedes- dijo el chico como si fuera lo más normal del mundo.

-No, no lo haces, creo que recordaría haber aceptado dejar que un adolescente exhibicionista se quedara en mi casa...

-Magnus- lo reprendió Alec- mira pequeño, creo que deberíamos ponerte unos pantalones e ir a buscar a tus padres. Dime, cuál es tu nombre?

-Alec, soy yo! Presidente Miau!- respondió el chico sonriendo ampliamente y dejando a los otros dos completamente atónitos.

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-Le quedará enorme- se quejó Alec al ver que Magnus traía una de sus camisas más sobrias y unos pantalones de pijama, no le pondría nada de diseñador al gato.

-No tengo otra cosa- dijo el Brujo tendiéndole las prendas al ojiazul, quien lo miró confundido- está pegado a ti, se dejara que le pongas la ropa.

-Bien, erm... Presidente, levanta los brazos- el gatito obedeció al instante con una enorme sonrisa en los labios, Alec prosiguió a ponerle la camisa y a meterle los pantalones rápidamente. Magnus se había perdido rumbo a su estudio- listo, ya estas más decente- Presidente Miau se miró a sí mismo y frunció el ceño, luego prosiguió a intentar desnudarse nuevamente- no, no, no! Debes quedarte vestido, como yo, ves?

-No gusta- dijo el chico mirando a Alec tristemente.

-Sé que no estás acostumbrado, pero ahora que eres humano debes comportarte como uno, si?- le dijo Alec suavemente, el gato parpadeó rápidamente mirándolo, Alec alzó las cejas y sonrió.

-Nyaa!- el pequeño chico soltó un maullido que sonó muy parecido al de Presidente Miau gato y se lanzó sobre Alec.

-Que se trae contigo?- preguntó Magnus, regresando a la sala con un libro abierto en las manos.

-No lo sé, creo que sigue creyendo que es un gato- dijo Alec soltando una risita mientras acariciaba la cabeza de Presidente. Magnus lo miró con ojos entrecerrados.

-Es extraño... e incómodo, deja eso- le dijo Magnus lanzándose a un sillón mientras seguía leyendo.

-Es solo que si sigue creyendo que es gato, no hay que tratarlo muy diferente o se confundirá- dijo Alec poniéndose de pie para ir junto a Magnus- tienes alguna idea de lo que pasa?

-Sé hechizos para cambiar animales en personas y viceversa, pero yo no realicé ninguno en Presidente Miau, y si de pura casualidad hubiera salido de casa y algún Brujo lo hubiera hechizado, las protecciones del departamento no lo hubieran dejado entrar, no en ese estado- le explicó Magnus sin apartar la mirada del libro.

-Entonces crees que cambió solo?- Alec se sentó junto a Magnus mirando la misma página que su novio.

-Tengo varios libros sobre la magia de los animales que... erm... disculpa?- Magnus apartó el libro cuando sintió a Presidente Miau, sin nada de delicadeza, meterse entre él y Alec en el sillón, sonriéndole al ojiazul y casi sentándose sobre su regazo.

-Erm... Presidente?- Alec se removió un poco haciéndole espacio al gato que seguía insistiendo en separar al Brujo y al Nefilim.

-Ya! Deja de empujarme con tu trasero, hay mucho espacio!- lo reprendió Magnus al ver que el rubio le daba la espalda y lo empujaba suavemente.

-Tengo frio- dijo el gatito restregando su cuerpo contra el de Alec.

-Tranquilo, te daré un suéter, si?- Alec se puso de pie y se dirigió a la habitación. Magnus bufó y miró al chico sentado enseguida de él, al principio no lo había notado, pero el pequeño también tenía ojos de gato, solo que eran color ámbar.

-Tienes idea de que te pasó?- preguntó Magnus, Presidente Miau se limitó a encogerse de hombros acomodándose sobre el sillón. Magnus rodó los ojos y, con un movimiento de la mano, atrajo de su estudio todos los libros sobre magia animal que tenía, no debía ser tant...- argh!

-Nyaa!- una estampida de libros apareció desde la puerta del estudio de Magnus y los bombardearon a él y a Presidente Miau.

-Qué pasó?!- Alec llegó corriendo con el suéter en la mano y mirada preocupada- Magnus! Presidente Miau! Están bien?!

-Pensaba que eran menos- se quejó Magnus saliendo de detrás del sillón, donde él y Presidente se habían refugiado.

-Por el Ángel- Alec dejó a un lado el suéter y corrió a auxiliarlos, ayudó a Magnus a ponerse de pie y después se giró hacia Presidente, que seguía encogido detrás del sillón.

-Bien, esto necesitará un batallón- dijo Magnus sacudiéndose y mirando el desastre de libros.

-Presidente Miau, tranquilo, ya está bien- el Brujo se giró al escuchar los mimos de Alec. Presidente Miau seguía aterrado y no quería salir de su escondite- Magnus, está asustado.

-Déjalo, ya saldrá- dijo el más alto con un ademan de la mano, siempre que su mascota se asustaba, se escondía por un rato y luego volvía como si nada.

-Pobrecillo- Alec seguía inclinado mirando a Presidente.

-Alec, déjalo, se calmará solo- Magnus tronó los dedos y los libros comenzaron a organizarse en enormes pilas- prepararé un poco de café.

-Bien, yo... comenzaré a leer- dijo Alec no muy seguro de dejar a Presidente solo detrás del sofá.

-Llamaré a Tessa y Jem para que nos ayuden- Magnus se dirigió a la cocina a preparar café y a llamar a sus amigos. Marcó el número de Jem y esperó mientras preparaba la cafetera, obviamente era más sencillo hacerlos aparecer de Starbucks o algún otro lugar, pero ya sabía cómo se molestaba Alec cuando lo hacía.

-Hola?- la adormilada voz de Jem respondió el teléfono después de unos 6 timbres. Uso su voz más seria y preocupada para que lo tomaran en serio.

-Jem, tengo una severa emergencia en casa, los necesito a ti y a Tessa, lo más pronto posible- directo y sin rodeos, los necesitaba en el apartamento ya mismo para aprovechar el tiempo, ese par se iba de Nueva York el día siguiente en la noche.

-Vamos en camino- fue todo lo que respondió Jem, ya totalmente despierto, antes de cortar la llamada.

-Vienen los refuerzos- dijo entrando nuevamente en la sala guardando el teléfono en su bolsillo.

-Perfecto, necesitamos la lectura rápida de Tessa- dijo Alec, estaba acomodado en un sillón con un libro bastante grueso en las manos.

-Sí, necesitamos todos los lectores rápidos que conozcamos- dijo Magnus sobándose la frente mientras abría dos libros más- lástima que no está su marido.

-Jem no viene?- preguntó Alec alzando la mirada.

-No, el otro. Quiero decir, el anteri... oh, olvídalo, no importa- Magnus cortó la frase al sentir esa ya familiar punzada en el pecho, siempre que pensaba en su futuro a muy, muy largo plazo, cuando Alec ya no estuviera, o cuando pensaba en lo que había vivido Tessa, en cómo se tendría que preparar para...- demonios.

-Dijiste algo?

-No, no, solo me frustro de ver tantos libros- odiaba pensar en esas cosas tan horribles, y odiaba más pensarlas teniendo a Alec a su lado. El bip de la cafetera se escuchó y Magnus tronó los dedos concentrándose en traer las tazas, el azucarero y el café hasta la mesita de centro.

-Sí, lo sé, pero como dijiste, ya vienen los refuerzos- dijo Alec, Magnus levantó la mirada para sonreírle y entonces los vio:

-Es en serio?- exclamó el Brujo al ver como Alec, con total calma y normalidad, acariciaba la cabeza del rubio mientras leía.

-Qué?- preguntó Alec sin entender.

-Como que, "que", mírate!- exclamó Magnus, Alec bajó la mirada y se encontró con la confundida de Presidente Miau, que estaba recargado en su regazo y jugaba con unos hilos sueltos de la manta con la que se cubría- lo acaricias!

-Es nuestro gato- dijo Alec.

-Alexander...- el timbre interrumpió a Magnus.

-Deben ser Tessa y Jem, anda ábreles- le dijo Alec siguiendo con la lectura.

-Tengo tres libros abiertos y no puedo perder las páginas- le dijo Magnus.

-Y yo no puedo levantarme, molestaría a Presidente Miau, ya comienza a dormirse- Magnus rodó los ojos y, haciendo gala de su magia, mantuvo las paginas abiertas con los libros flotando y movió la otra mano para abrir la puerta a Jem y Tessa mientras maniobraba para que el café que traía de la cocina no se derramara.

-Magnus, que es tan importante que me llamaste a las 3 de la mañana- Tessa y Jem se miraban de veras preocupados.

-No podía esperar a mañana, necesito toda la ayuda que pueda conseguir- les dijo Magnus perdido entre la montaña de libros.

-Magnus, que estás haciendo?- Jem miró extrañado la tranquilidad de la escena, Magnus le había dicho que era una severa emergencia, pero no lucía como una.

-Magnus Bane, nos llamaste en mitad de la madrugada clamando tener una emergencia y vengo y te encuentro con la chimenea encendida y envuelto en mantas leyendo tranquilamente con tu novio!- lo regañó Tessa.

-Y un invitado- le dijo Magnus con las cejas alzadas.

-Invitado?- preguntaron los recién llegados.

-Sip, aquí- Alec les hizo señas para que miraran hacia abajo. Tessa y Jem miraron al pequeño rubio dormido sobre el regazo de Alec.

-Quien... Magnus, no entiendo nada- le dijo Tessa. Magnus, después de dejar el café sobre la mesita y mover un par de libros del camino, se acercó a los Carstairs.

-Será mejor que se sienten, esto será raro.

Una rápida y extraña explicación después, Tessa y Jem no apartaban la mirada del pequeño. Alec se había levantado y le había puesto una almohada para que estuviera cómodo. Magnus, al ver que ni Jem ni Tessa reaccionaban, tomo dos libros y le puso uno a cada uno en las manos.

-A trabajar- fue todo lo que dijo antes de sumirse también en la lectura.

Los cuatro leyeron tan rápido como pudieron, la gran biblioteca que tenía Magnus. Presidente Miau se había dedicado solo a dormir y a apretujarse contra Alec, el chico seguía dejándolo hacer lo que quisiera, igual que cuando era un gato. Cerca de unas dos horas después, al fin Tessa saltó llamando la atención de todos los varones.

-Encontré algo! Aquí, miren- dijo llevando un enorme libro antiguo hacia la mesita de centro, Jem y Magnus se acercaron rápidamente, Alec lo hizo después de dejar a Presidente en el sillón, dormido- aparentemente, su mascota no es un gato cualquiera, es un "Familiar".

-Un Familiar?- preguntaron Magnus y Alec.

-Sí, aquí dice que son criaturas que se encuentran principalmente en los hogares de Brujos, dice que la magia que desprenden los atraen y los hacen sentirse seguros- siguió Tessa, resumiéndoles lo que había leído- dice que siempre toman forma de algún animal doméstico, ya saben, perro, gato, pájaro o alguna cosa así.

-Entonces es una persona que se hace pasar por mascota?- pregunto Magnus.

-No, nadie sabe la verdadera forma de un familiar, solo eligen el animal por el que quieren pasarse y se transforman- explicó Tessa- según esto, es muy raro que los Familiares tomen forma humana, pero puede darse en algunas ocasiones cuando...

-Cuando qué?- preguntaron los tres chicos.

-Cuando el Familiar desarrolla un vínculo poderoso con su amo- explicó Tessa- necesita de magia para poder cambiar su forma, así que la toma del Brujo con el que se encuentre viviendo, y se transforma para él.

-Presidente Miau se hizo humano por mí?! Pero si yo no se lo pedí!- saltó Magnus.

-No, ellos mismos pueden decidir hacerlo- dijo Tessa- solo necesitan tomar la magia y ellos se encargan de usarla.

-Me robó magia!- se indignó el Brujo.

-Magnus, no seas dramático- le dijo Alec rodando los ojos antes de volver hacia Tessa- entonces si Magnus le quita la magia o lo transforma de vuelta a la normalidad, serviría?

-No creo que pueda hacerlo, la magia ya fue utilizada, no es como si fuera a reciclarse, podría intentar transformarlo, supongo- dijo Tessa encogiéndose de hombros.

-No puedo creerlo, pequeño ladrón- seguía murmurando Magnus mirando al chico durmiente.

-Magnus, deja eso, escucha a Tessa- lo regañó Alec- intenta transformarlo de regreso a la normalidad.

-Bien, lo intentaré- Magnus se paró de frente al dormido Presidente Miau y levantó las manos, murmuró un hechizo y llamas azules salieron de sus palmas y rodearon al chico. Después de unos segundos las llamas desaparecieron. Presidente Miau se removió un poco, pero no despertó, y nada cambió- creo que no funciona.

-Supuse que no sería tan fácil- dijo Tessa tomando el libro nuevamente- pero aquí no dice nada sobre cómo se puede regresar a otra forma.

-Debe estar en algún lado, habrá otro libro por ahí con referencia a los Familiares- dijo Magnus tomando un libro al azar y abriéndolo en el índice.

-Como no te diste cuenta que no adoptaste un gato normal?- pregunto Jem a Magnus.

-Tú no tienes derecho a hablar sobre gatos "normales"- lo acusó Magnus- esa bola de pelos llena de furia no es nada normal tampoco.

-Iglesia es un gato cariñoso y tierno- dijo Jem.

-No, ese gato es el anticristo, lo sé- dijo Alec negando con la cabeza.

- Sin contar con que tiene casi 200 años– alegó Tessa a favor de ellos. Jem rodó los ojos.

-Pero es extraño- dijo Magnus frunciendo el entrecejo- Presidente Miau ha vivido conmigo por tres años, y nunca se había transformado en humano antes.

-Tal vez no había querido- dijo Tessa encogiéndose de hombros.

-Sí, pero por que hasta ahora, que lo hizo cambiar de opinión?- preguntó Magnus pensativamente.

-Alec- susurró Jem, los otros tres lo voltearon a ver.

-Alec?- preguntó Magnus.

-Bueno, en tres años no has cambiado mucho, has vivido aquí, dando fiestas, no has hecho ningún viaje especial- explicó Jem- lo único que cambió fue que Alec llegó a tu vida.

-Tiene razón- dijo Tessa- tiene sentido, Alec llega a vivir contigo y en menos de un año Presidente Miau se transforma en humano.

-Alec- susurró Magnus mirando a su novio, el chico estaba aún más confundido que él.

-Pero eso no puede ser- dijo Alec negando con la cabeza- ahí dice que el Familiar debe formar un vínculo poderoso con su dueño y que toma magia del Brujo para transformarse. En todo caso debería usar la magia de Magnus y transformarse para Magnus.

-Pero tú también tienes magia- murmuró el Brujo, los otros tres lo miraron.

-Cómo?- preguntaron Jem y Tessa.

-Sí, Alec tiene acceso a mí... núcleo de magia, por así decirlo- explicó Magnus, Alec entendió entonces- es por la runa que Clary nos puso en Idris. Pensé que sería de ayuda que Alec pudiera usar mi magia cuando quisiera.

-Un Nefilim con magia? Wow- dijo Tessa mirando a Alec.

-Solo puedo hacer cosas pequeñas- explicó Alec- levitar algunas cosas hacia mí, cerrar las puertas, encender las luces, cosas así.

-Entonces eso fue- dijo Jem mirando a Presidente Miau- bueno, ahora que sabemos de dónde sacó la magia y por qué quiso cambiar, creo que es hora de que comencemos a buscar una solución.

-Sí, vamos, debemos regresarlo a la normalidad- dijo Magnus volviendo hacia la montaña de libros.

-Alec- escucharon la pequeña vocecita del rubio, los cuatro se giraron a verlo- tengo frio.

-Cúbrete con la frazada, anda- dijo tomando una frazada purpura y sacudiéndola antes de lanzársela encima al chico, pero no se dio cuenta que uno de los ratoncitos de juguete de Presidente Miau estaba enredado en la frazada y había salido volando cuando la había sacudido. Presidente, como todo buen gato, vio el ratón de juguete y se lanzó al aire para atraparlo- Magnus! Cuidado!

-Que... argh!- Magnus y Tessa soltaron un grito cuando Presidente cayó sobre la torre de libros, haciendo que cayeran sobre ellos.

-Tessa!- Jem se apresuró a ayudarlos a salir de entre la montaña de libros.

-Presidente, ten más cuidado, ven acá- Alec apartó al gatito del desastre mientras Magnus se ponía en pie.

-Por Lilith! Que te pasa?! Mira lo que hiciste!- gritó el Brujo haciendo que el chico se asustara y se ocultara detrás de Alec.

-Magnus, no le grites, simplemente intentó atrapar su juguete- dijo Alec mirando a su novio.

-Creo que es mejor que sigamos la investigación en tu estudio, Magnus- le dijo Tessa.

-Sí, esta cosa es muy desastrosa- dijo el Brujo tronando los dedos y enviando sus libros de regreso a su estudio.

-No le digas cosa, es Presidente- lo regañó Alec.

-Sí, sí, eso- dijo Magnus con un ademan de la mano- cuídalo, que no haga un tiradero, yo seguiré leyendo.

-Te ayudo- dijo Tessa siguiendo a Magnus a su estudio. Jem y Alec se quedaron en la sala junto a Presidente Miau.

-Puedo ver tele?- preguntó el pequeño rubio con una linda sonrisa en el rostro.

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Tonks: Y bien..? ke tal..? se pronostican situaciones incomodas, Magnus celosos y Alec siendo ingenuo a mas no poder..xD espero les haya gustado y dejen reviews..!=D

MBQ: presidente es adorable *w* cambio y fuera :D