Está bien. Ha pasado mucho tiempo desde que me he puesto enfrente de la computadora, y empezado a escribir algo. Me falto organizarme en el 2011. Pero, ahora voy a regresar al negocio. Un poco de organización, usar bien el tiempo y podre realizar todos mis proyectos.
Resumen: Cada año, mercaderes y comerciantes llegan a Berk, ofreciendo mercancías del más lejano punto del Norte. Desafortunadamente, su llegada sucede a la par de la Misteriosa Bruja Dragón, que sucede cada 10 años, trayendo consigo malos augurios y causando extraños comportamientos en los dragones. Para empeorar la situación, Hiccup tiene lidiar con la traviesa hija pequeña de uno de los mercaderes, los comportamientos raros de los dragones, la bruja y… una hembra Night Fury? }
Madre
Prólogo
Hace 10 años…
La Gran Muerte Roja era un monstruoso dragón, de grandes fauces, seis ojos, y un caníbal de su especie. Pero ante todo, era un parásito. Succionaba tu energía, robaba tu comida, te exprimía hasta tus últimas fuerzas, y luego te atrapaba entre sus fauces para saciar su voraz apetito. Escapar de ese monstruo era casi imposible. ¿Por qué?
Primero, todos los dragones le temían. Si te revelabas contra este, era poco probable que los otros dragones te apoyaran; estarías enfrentándote solo a la muerte andante. Segundo, era casi indestructible debido a su gran tamaño, sus 3 pares de ojos y su aliento mortal. Y tercero: aunque pudieras huir, no había refugio seguro alguno. Porque tarde o temprano, los humanos te encontrarían, se sacarían del cielo, y te clavarían un hacha en el cabeza, y adiós libertad. No había otra opción.
Por lo que los dragones, debían someterse a los abusos del dragón "líder"; tener sus crías en el ardiente volcán, y seguir con el eterno círculo de robar comida para este o ser comido, generación tras generación. Cada día debían arriesgar sus vidas en territorio humano (que se expandía cada vez más), para no perderla ante la Muerte Roja.
Pero en todo grupo hay un factor diferente. Alguien que no se acoge a las reglas de esta forzada sociedad. Y que sus acciones pueden forjar el futuro de una generación entera.
En una de las grutas más alejadas del centro del volcán, un dragón estaba a punto de arriesgarlo todo por salir de ese círculo vicioso de muerte, hacia un futuro mejor.
Dentro de la cueva, un pequeño Night Fury jugaba con unas rocas, tratando de levantarlas para ver debajo de ellas. Por más que se esforzaba, las rocas no se movían. Pero aun así, no se detuvo. Siguió empujándolas hasta que un sonido lo distrajo.
Una gran dragona Night Fury entro a la cueva. A diferencia de su cría, sus "orejas" de la parte superior de la cabeza eran un poco más largas y curvas. Además, su cuello era más largo y agraciado. Le dio un leve empujón a su bebé para llamar su atención. Este le contesto frotando su nariz contra su cara.
La hembra dragón regurgito un gran trozo de pescado de su estómago, cuidadosamente guardado para que el gran dragón no lo reclamara en su cena. El hambriento bebé trago el trozo de golpe, y froto su cuerpo contra las patas de su madre pidiendo más. Pero la dragona no pudo complacerlo. El resto de los pescados ya había sido digerido para darle energías para cazar.
A diferencia de los otros dragones, ella no se acercaba a los nidos humanos. Todo sobre ellos lo relacionaba con dolor, sangre y muerte. Cuando era más joven, una lanza le clavó un costado del cuello. No pudo refugiarse en el volcán por una semana porque todo dragón herido por los humanos, terminaba siendo comida de la Muerte Roja (porque los consideraba inútiles para cazar). Y como madre, no podía volver a arriesgarse. Así es que debía pasar más horas en el mar, lejos de su nido, buscando comida suficiente para el tirano dragón, su bebé y ella.
Es sabido que los animales no son capaces de odiar. Pero los dragones son extremadamente inteligentes, así es que lo más cercado a ellos de odiar es detestar. Por lo que: la madre detestaba que su cría pasara hambre; que los humanos los atacaran; que la Gran Muerte Roja abusara de ellos, y de no tener nada mejor que ofrecerle a las futuras generaciones de Night fury.
Por eso, iba a tomar una decisión radical. Esa noche, la noche más fría del año, la Gran Muerte Roja dormía profundamente después del gran festín nocturno. Como casi no se movía, había adquirido una actitud perezosa, especialmente en el invierno. Así es que esa noche, estaría tan profundamente dormido que no se daría cuenta de una hembra dragón abandonando el nido junto con su cría.
Le ordenó a su cría que la siguiera hasta la entrada de la cueva. El bebé estaba emocionado, por que era la primera vez que se acercaba al exterior. Pero la madre estaba preocupada, por cualquier ruido podía despertar a la Muerte Roja. Era sabido, que el monstruo se comía a las crías, incluso los huevos, de aquellos que se atrevían a desafiarlo.
Con simple gruñido, le indicó a su cría que subiera a su espalda. Esta obedeció inmediatamente, aferrándose entre el medio de las alas de su madre. Con un simple salto, la dragona se lanzó al vació y desplego sus alas suavemente.
El centro del nido, rodeado por lava y vapores tóxicos, retumbaba con los ronquidos de la Gran Muerte Roja. Alrededor de este, en grietas y cuevas pequeñas, varios dragones de distintas clases acurrucaban a sus crías entre sus alas, esperando así protegerlos del monstruo que vivía en las profundidades del volcán.
La hembra planeo lentamente sobre el centro del nido, batiendo lo menos posible sus alas, para no despertar al monstruo. Cuando llegó al pico de la montaña, aferró sus garras a las paredes y escaló lentamente hacia la salida. Mientras tanto, su cría se aferraba a su espalda, mirando con una mezcla de temor y asombro a la gran masa que se escondía dentro del volcán.
En eso, una madre Nightmare se percató del intento de escape de la Night Fury, seguido por una Nadder, y por el resto del nido. La mayoría de los dragones "pensaban" que lo que hacía era una locura, exponer a su cría a frío de invierno y a la ira del tirano dragón. Pero las madres dragones, sabían que cualquier sitio era mejor que ese volcán de desesperación en las que sus crías debían vivir. Solo que no se atrevían a perder a sus bebés frente a la Muerte Roja.
Entonces, una cría huérfana de Nadder lloriqueó de hambre… y la Muerte Roja despertó.
Lo que más detestaba el gran dragón, además de que no le entregarán una gran dotación de comida, era que lo despertaran. Levantó su gran cabeza del cráter del volcán, dispuesto a comerse al bebé, cuando vio a la Night Fury tratando de escapar.
Con un gran rugido, se lanzó contra la entrada del volcán, dispuesto a devorar al desertor. Entonces todo fue caos.
Las madres dragones, aterradas con la idea de perder a sus crías, salieron volando por todas partes, esperando distraer al gran dragón o encontrar algún resto de comida para entregarle a cambio de su perdón. La Night Fury salto de la pared justo antes de que la Muerte Roja la atrapara entre sus fauces. Decidido a no perder a la madre, el monstruo se lanzó de nuevo contra ella, causando que varias rocas se desprendieran cuando su gran cuerpo golpeó las paredes. Mientras trataba de evitar las rocas, los filosos dientes del monstruo rozaron su costado, causándole una herida profunda a la Night Fury. Adolorida, la madre forzó sus alas para llegar a la salida del nido.
Con un gran salto, la Muerte Roja se acercó a la Night Fury con toda la intención de comérsela a ella y su bebé. Solo que esta dio un giro en el aire, y le disparo una gran bola de fuego en el ojo. El monstruo chilló de dolor, mientras el calor abrasaba sus sensibles ojos y cayó hacia abajo. Un fuerte temblor se sintió por toda la isla, mientras la madre huía a toda prisa hacia el cielo oscuro de la noche.
Después de volar varias horas sobre el mar, la fatiga y la herida de su costado empezaron a afectar las fuerzas de la dragona. Aun así, esta siguió esforzándose para encontrar tierra firme, lejos de la Muerte Roja, lejos de los humanos y lejos del frío invernal.
Mientras tanto, su cría se aferraba a su espalda todavía aterrada por la Muerte Roja, que había herido gravemente a su madre. Su madre era todo su mundo, y en su corta vida, le aterraba la idea de perderla.
Justo cuando la dragona pensaba que no podía más, sus ojos captaron algo en el mar. Una isla. Con poco hielo, sin nido humano a la vista. Se lanzó hacia la playa, llena de pequeñas piedras, y aterrizó lentamente en el suelo.
La cría salto de la espalda de su madre, y se puso a inspeccionar el lugar. Rasco la extraña tierra bajo sus pies, tan diferente a la de su cueva. Cuando en eso, un golpe lo sobresaltó. Su madre había caído en el suelo, sobre su estómago, sin fuerzas y jadeando. Corrió hacia a ella para ver que le pasaba. Varias veces la empujó esperando que se levantara, pero ella estaba demasiado débil para hacerlo.
La madre dragona tenía los ojos cerrados, y casi no se movía. Aterrado, la cría soltó chillidos, pidiendo ayuda, esperando que algún otro dragón estuviera cerca. Varias veces llamó y llamó, hasta que le empezó a doler la garganta. Lloriqueando, el bebé se acurrucó al costado de su madre asumiendo lo peor. Esta le dio una mirada compasiva, y lo cubrió con un ala. Y ambos se quedaron dormidos, bajo la noche de invierno.
A la mañana siguiente, el dragoncito se dio cuenta de dos cosas extrañas. Una, había una gran pila de pescado en frente de ellos, y dos, su madre tenía algo pegajoso pegado a su herida del costado, que la hacía sentir mejor. Con un poco más de energía la madre se paró, y caminó hacia el pescado, olfateándolo. Entonces, empujó a su cría hacia este para que comiera. El pequeño, miro varias veces el pescado y a su madre. Cogió el pescado más grande de la pila, y lo jaló hacia su madre.
Lejos de la playa, casi entrando hacia el bosque, un figura observaba la tierna escena entra la madre y su cría, mientras comían los pescados que había dejado. La herida de la Night Fury sanaría pronto, gracias a las hierbas medicinales. Ahora solo tenía que encontrar un lugar protegido del frío invernal, y estarían bien. La figura se quedó mirándolos un rato más… y se desvaneció entre los árboles.
Durante casi 9 años, la madre Night Fury le pasaría todos sus conocimientos a su cría que luego se convertiría en un adulto joven, e iría por su propio camino. Ya fuera por compasión o las malas experiencias de su madre con los humanos, ayudaría a los demás dragones en sus incursiones nocturnas a un lugar llamando Berk. Les daría más de una jaqueca a los vikingos de la isla, destruyendo sus nidos, pero nunca tomando nada de comida.
Sería gravemente herido, y no podría volver a volar sin la ayuda de un joven humano, que se volvería su mejor amigo. Se enfrentaría a la Gran Muerte Roja, poniendo fin al ciclo eterno de desesperación del nido.
Y su nombre, entre los humanos, sería Toothless.
Presente
Ya era tiempo de ir de nuevo a las otras islas. Por más que cuidaba sus ollas, herramientas, palas, estas siempre terminaban oxidándose por el agua de mar cada 10 años. Y no tenía los conocimientos, ni los materiales, ni la fuerza necesaria para forjar nuevos. Así es que se veía obligada a salir de la seguridad de su isla para dirigirse a la más cercana: Berk.
Odiaba Berk. Odiaba a los rudos, insensibles, malhumorados mata-dragón convertidos en entrena- dragón, personas que vivían en la isla. Prácticamente eran brutos con cerebros de oveja. En realidad odiaba a cualquier vikingo.
En un recipiente tenía un gran puñado de perlas, que las sacaba de los moluscos incrustados en la playa. Metió su vieja y arrugada mano en este y saco varias de estas, metiéndolas en una pequeña bolsa. Cogió su viejo bastón; apagó la chimenea; reviso todo el lugar, botando los restos de comida afuera (no quería encontrar un desastre porque un dragón se metió para comerse la basura), y cerró la puerta.
Caminó lentamente hacia la playa, donde estaba su viejo pero irremplazable bote. Una criatura serpentina subió con ella, y mientras que con un buen empujón con su bastón, la llevó a las corrientes marinas.
La Temible, extraña, portadora de mal augurio, Bruja Dragón… se dirigió a Berk.
Seguida por una sombra negra.
Okay. Aquí va el Prologo. La idea se me ocurrió después de ver el especial de Navidad de HTTYD y de volver a ver la película. Después de Dragonheart, esta historia me ha tocado el corazón.
Ha, la hembra Night Fury está basada en Ángel de LILO Y STITCH. Solo que sus "antenas" no son tan largas y delgadas.
