Esta noche quiero relucir solo para ti, he purificado cada parte de mi para que al ser uno contigo solo quede tu huella, he perfumado mi piel con delicados aromas, que sé que te enervaran y encantaran tus sentidos, he vestido mi cuerpo con delicadas prendas de fina tela, para que sientas que al desnudarme deshojas una rosa… esa rosa que solo ha sido tuya y siempre lo será, quiero despertar en ti ese deseo insano e incontenible por poseerme, que al menos esta noche una parte de ti se quede en mi cuerpo, que tu esencia se aferre a la mía con necedad… que al menos una vez tu pasión pueda ser al menos una milésima parte de este inmenso amor que siento por ti, ya que esta noche será la última a tu lado… mañana, te regresare a tu dueño.

Nunca obtuve lo que desee de ti, aquel tesoro que me negaste tan celosamente y yo en mi necedad y egoísmo creí que lograría obtener. Pero fui un completo ciego y un iluso, al querer negarme a lo que siempre fue una realidad y un hecho, tu amor se lo diste a alguien más que no era yo, tu deseo y tu pasión se fueron y se quedaron con él, es triste ver que nunca deje de ser un muñeco de consuelo para ti, por eso, solo regálame una noche más, no vivirás con mi amor a cuestas, pero tampoco quiero ser tu amante, no quiero que me toques después de haberlo tocado a él, pero tampoco quiero que nadie más toque este cuerpo que solo te pertenece a ti y lleva tatuado en cada fibra tu nombre.

Aún recuerdo como empezó esto, tu, él y yo íbamos en la misma escuela, tu siempre un aislado del mundo mientras él y yo éramos los mejores amigos, tu y yo competíamos intelectualmente en todo y me veías como un fastidio y yo al contrario, para mi eras una persona digna de respeto, siempre me pareció que tú y yo éramos parecidos, eras huérfano y la única familia que te quedo era tu hermano, yo no tenía hermanos pero también sufría la ausencia de mis padres, creciste torturado por la mano de un hombre que solo te adopto por interés, yo al lado de mi abuelo siempre paternal. No sé cómo fue, quizás solo así son las cosas pero no podía sacarte de mi mente, pero sin darme cuenta había alguien más que anhelaba estar a tu lado y sin saber cómo o porque él se convirtió en tu pareja, ese fue el primer golpe de realidad, pero claro, él no era para nada como yo, era muy apuesto y con un encanto natural, alguien digno de ti, comparándome yo con mi corta estatura y mi apariencia de niño sabía que no podías notarme más que como un estorbo, pero mientras más te conocía más me enamoraba y era lo contrario a lo que quería, estabas prohibido, eras su novio y yo su mejor amigo, no iba a traicionarlo así. Al final del último año, nos dieron aquella noticia que terminaría por romperme totalmente, iban a casarse al inicio del verano, mi corazón se partió, ahora ya no tenía pretexto para no olvidarte, al hacerlo tu esposo ya no habría nada que hacer.

Los meses pasaron tortuosos, sentía como mi corazón se oprimía y yo solo debía callar y sonreír, fue cuando ese fatídico día llego, lo estábamos esperando pero en vez de llegar él, solo llego su hermana dándote una carta, una carta que al juzgar por tu reacción tenía una noticia cruel, sin embargo guardaste la calma, te pusiste en frente de todos y con frialdad les dijiste que se retiraran, tu hermano daba disculpas en tu nombre pero yo no podía quedarme solo mirando, te seguí dentro de la mansión encontrándote dentro de tu despacho sentado en tu escritorio, tenías la frente pegada a tus manos unidas y ligeros suspiros hacían mover tus hombros, estabas llorando… era una escena que nunca había esperado ver, alguien tan fuerte y orgulloso como tu llorando de esa forma era desgarrador y más por alguien que no supo valorar el tesoro tan grande de tener el amor de alguien como tú, ese día me decidí… iba a ser el soporte que necesitarías, iba a dejar que en mi desahogaras todo ese sufrimiento, quería ser tu consuelo… y al final lo conseguí, poco a poco fui acercándome a ti, a pesar de tu frialdad yo estuve siempre allí, como receptor de tu dolor pero era feliz, porque yo estaba a tu lado.

Ahora mirando a la distancia sé que yo fui el que busco su propia desgracia más aun así yo te seguí sin condición, solo por estar contigo, recuerdo la primera vez que me hiciste tuyo… mi primera vez, más que brindarme placer, me dolió… no hubo delicadeza, mis brazos fueron atados a mi espalda y sobre mi piel sentí los golpes del cinturón arder, al menos tuviste la consideración de usar un poco de lubricante antes de entrar en mi… esa noche no fui capaz de moverme bien, mi cuerpo quedo marcado de ti pero a pesar del dolor estaba feliz, al fin era tuyo, mi cuerpo te había recibido y tu esencia se había mezclado con la mía. Así pasaba mi tiempo contigo, solo me quedaba a tu lado callado y dócil sin exigir nada más que estar a tu lado.

-Mph… mmm… Seto… aaahhh Seto… más, más - gemía y chillaba por tu calor cuando al fin me acostumbre a tu forma tan salvaje de amarme, pero sabía que era la tristeza lo que te hacia ser así de brusco, sabía que a pasar del tiempo tu amor por el… tus sentimientos por Joey Wheeler aun quemaban en tu cuerpo, por eso no te podías permitir ser gentil o dulce conmigo sería una ruina para ti y yo lo entendía bien, así que me conformaba con tus mordiscos, los besos fieros, las caricias toscas que arañaban mi cuerpo pero al menos me deseabas aunque solo fuera para esto -aahh… aah… Seto… te… te amo - grite al alcanzar mi clímax y seguido de aquello sentí tu esencia cálida llenar mis entrañas para después sentir como salías de mí y me dabas la espalda… sé que dije algo que no debía pero no podía contenerme - Seto…

-Vete a tu casa, dile a mi chofer que te lleve, ya es tarde - me ordenaste con una voz seria y yo solo sentí un gran desanimo dentro de mí pero entendí que querías estar solo, así que solo te dí un beso en la mejilla y me levante tomando mi ropa para después irme. Sin embargo estaba siendo muy persistente, hubo un tiempo en el que iba a tu oficina a esperarte pero dijiste que no lo hiciera más así que ahora te esperaba día con día en tu recamara, dispuesto a darte lo mejor de mí, cuando solo querías dormir yo me quedaba a tu lado acariciando tu cabello abrazándote y besando tu apacible rostro durmiente, deseando que pudieras ser mío.

-Seto… ¿crees… que podrías amarme? - susurre con suavidad una noche después de haber tenido sexo, yo estaba adormilado así que quizás lo dije sin querer, pero alcance a escuchar un gruñido tuyo

-No digas tonterías Yugi - tu voz resonó en mis oídos pero era predecible una respuesta así, después de todo era un aferramiento mío quedarme contigo en este amor tan unilateral, este amor que solo yo sentía al punto de olvidarme de mi mismo. Pasaron 3 años, y lo que sea que hubiera entre nosotros no había cambiado, no te exigía nada más aun así mi única felicidad era estar contigo, mi amado Seto… pero como un rayo que provoca un incendio, así regreso aquel al que nunca habías podido olvidar… Joey regreso y no debía ser una amenaza para mi… él se había ido dándote la espalda pero tú lo seguías amando a pesar de todo y yo tenía miedo, miedo de que tu regresaras a sus brazos, que él te buscara para pedirte otra oportunidad. Actuaba como que no sabía nada, a pesar de que el rondaba la ciudad pero tu regresabas igual así que no tenía nada que temer, sin embargo una semana después me entere que te viste con él, había ido a buscarte a tu oficina y hablaron por mucho tiempo… esa noche llegaste muy pensativo, a penas notaste que yo estaba allí mis miedos incrementaron, pero el golpe final llego cuando un mensaje llego a tu celular, hice algo que no debía pero cual amante sospechando infidelidad escuche la notificación y lo leí -"Por favor mi amor, necesitamos vernos de nuevo, te veré el sábado por la noche en nuestro lugar especial… no llegues tarde" - cuando termine de leer y vi el remitente mi corazón se partió y mis lágrimas comenzaron a empañar mis ojos, marque el mensaje como no leído y lo deje en la cama, salí corriendo de allí, después de todo mi amor nunca llego a ti… no iba a estar a tu lado, nunca me darías tu amor… era un iluso idiota… pero no me arrepentía de haberte dado todo mi tiempo, todo mi amor y lo mejor que pude… quiero creer que pude reparar un poco el corazón que el dejo herido pero ahora él regresaba por lo que siempre fue suyo.

Por eso esta noche quiero que al menos una vez te sientas atrapado, que nunca olvides mi rostro rindiéndose ante ti, que ni él logre despertar en ti ese deseo que liberare yo hoy.

Como siempre estoy esperándote en tu habitación, la recamara esta iluminada por tenues velas de aromas delicados, ya es tarde… temo que no llegues, pero al ver la puerta abrirse y tu silueta asomándose solo escucho de tus labios un suspiro de sorpresa.

-¿Yugi? - te escucho llamarme con tu voz tenue

-Aquí estoy... - con delicadeza me levanto de la cama, el kimono rojo y dorado que me viste se resbala un poco de mis hombros exponiendo un poco de mi piel mientras con pasos felinos me acerco a ti -estaba esperándote mi amo… - logro ver tus hermosos ojos azules brillar complacidos, sonreí ante ese gesto y tras tomar tu mano te conduje a la cama para que te sentaras - ¿tuvo un día agotador? Permítame ayudarle a relajarse - mi voz suena dulce y seductora, quiero que me sientas por completo, como el fiel amante que soy. Subo a la cama colocándome detrás de ti y tras quitar tu saco quito con delicadeza y elegancia tu corbata desabrochando un poco tu camisa, mis brazos te envuelven un poco sintiendo el roce de mi pecho con tu espalda firme causándome pequeños espasmos, el fino aroma de tu cuerpo llena mis sentidos junto con el aroma de tu cabello, tan varonil… tan tu… comienzo a masajear tus hombros mientras una melodía suave suena de fondo, escucho tu respiración acompasada relajándose al mismo tiempo que tus hombros

-¿Por qué estás tan juguetón Yugi? - tu voz resonante y calmada llega a mis oídos y yo solo sonrió un poco continuando con el masaje

-Porque quiero complacerte amo - susurro con suavidad rozando mis labios con tu oído sintiendo tu cuerpo estremecerse un poco, no pude evitar sonreír ante eso, provocarte un poco para mí era un placer - quiero complacerte en todo lo que me pidas, no tendré objeción en ninguna de tus ordenes, soy tu sirviente al que puedes tomar como te plazca yo no me voy a negar a nada - seguía susurrando, logre sacarte un sensual jadeo mientras veía desde mi perspectiva tu intimidad comenzar a despertarse, me baje de la cama y me arrodille frente a tu entrepierna la cual comencé a frotar por encima de la ropa - mi amo parece incomodo… ¿Ah sido mi culpa? ¿Desea el amo que me haga responsable? - digo con fingida inocencia mientras mis manos nada lentas habían comenzado a desabrochar tu pantalón sacando tu poderosa erección aun despertando

-Eres un sirviente travieso… hazte cargo de lo que me provocaste - tus ojos me miraban con lujuria y deseo mientras tus labios se curveaban en una ligera sonrisa que hacia mi cuerpo vibrar, sin decir más comencé a lamer tu miembro con un poco de timidez, claro que ya no la sentía, te había hecho sexo oral ya muchas veces pero sabía que mostrarme tímido te excitaba mas, con suavidad comenzó a lamer la punta de tu miembro apresándolo un poco con mis labios chupándolo, suspiros roncos salían de tu boca provocando que mi libido se fuera despertando junto con mi miembro, poco a poco fui tragándome mas tu falo y sentí una de tus manos enredándose en mi cabello, era tan grande pero ya no me atragantaba, levante un poco la vista sintiéndome un poco satisfecho con tu rostro complacido, sé que esto te gusta, tenerme rendido y dispuesto a tus deseos, mis manos apoyadas en tus piernas me ayudan a tomar un poco de empuje mientras muevo la cabeza chupando y lamiendo tu miembro, escucho como tus gruñidos se intensifican a la par de mis movimientos, una de mis manos busca mi miembro punzante comenzando a complacerme.

-Ngh… aaahhh…sigue así mi pequeño Yugi - tu mano me empuja cada vez más, sé que pronto te correrás, siento tus gruñidos ser cada vez más guturales y tras un espasmo de tu cuerpo siento aquel liquido cálido y viscoso en mi boca y mi garganta, me separo de ti tragándome tu esencia, al principio no me gustaba, terminaba escupiendo una parte al toser por el ahogo pero poco a poco lo fui controlando, sabia lo mucho que te gustaba correrte en mi boca. Escuchaba tu respiración arrítmica intentando recuperarte de ese golpe de placer, pero sé que querrás mas y te daré mucho más, aun sobre la alfombra del piso me recuesto un poco abriendo mis piernas mostrando ante tu mirada como me masturbaba, el kimono estaba soltándose cada vez más exponiendo mi cuerpo desnudo - mmm… amo… aahh… a-amo Kaiba - decía entre gemidos tocando mi cuerpo, pensando que eras tú, la mano que tenía libre acariciaba mi pecho pellizcando mis pezones rosados y erectos... oh por Ra, no me quedaba más vergüenza, sentía tu mirada lujuriosa sobre mí y aun así abría mas mis piernas para dejarte mirar, mi cruel amo de bellos ojos azules, no tengo más pudor ante ti porque tú me lo has quitado todo, soy tan tuyo que lo único que deseo es que me poseas -ngh… a-amo… a-amo… aaahh aahhh - entre gemidos termine corriéndome salpicando mi mano y mi kimono, me deje caer sobre la alfombra tratando de recuperar el aliento pero lo siguiente que sentí fue tu mano tomando mi muñeca obligándome a levantarme, una vez de pie frente a ti, tus manos grandes y fuertes… pero suaves y elegantes recorrían mis hombros deslizando el kimono por mi piel, delineaste mi torso con la punta de tus dedos soltando el obi para finalmente tenerme desnudo ante tu mirada, me quedo quieto mientras me inspeccionas al tiempo que yo me pregunto qué piensas al mirar mi pequeño cuerpo, ¿acaso te gustara?, salgo de mis pensamientos al sentir tus brazos atraerme con fuerza mientras tus labios reclaman los míos con fiereza y hambre, amo tu forma de poseerme… con fuerza y empodero, jamás me has tratado con delicadeza, todo lo que conozco de ti es rudo… es lo que me has enseñado a disfrutar y amar, tus manos recorren mi cuerpo con caricias duras, tomas mis nalgas entre tus manos apretándolas, yo solo ahogo un chillido que muere en nuestras bocas y lo siguiente que se es que me has tumbado a la cama boca arriba mientras tú te separas de mí y comienzas a descubrir tu cuerpo apartando tu ropa, mis ojos no se despegan de la hermosa visión de ese acto sensual, sé que justo ahora mis ojos brillan con lujuria y mi rostro es de perversión pero no puedo evitarlo, eres tan hermoso como un dios… tu cuerpo es perfecto en cada detalle, esos músculos que definen tus brazos, ese pecho marcado al igual que tu abdomen, un gemido ahogado escapa de mis labios al ver tus pantalones caer junto a tu ropa interior para mostrar a mis ojos la grandiosa imagen de tu desnudes, ese miembro orgullosamente erguido, tus caderas afiladas estoy excitado por completo - amo… ha-hazme tuyo… por favor… - suspiro sintiendo mi cuerpo arder en deseo, quiero tus manos arañándome, tu boca mordiéndome, quiero tu cuerpo absorbiendo el mío. Con atención te veo subir a la cama colocándote sobre mí, tu boca vuelve a devorar la mía con demanda, me estremezco ante el tacto del calor de tu piel con la mía, me abrazo a ti aferrándome a tu espalda, como si fueras una tabla a la que un náufrago se aferra en la marea, eres todo cuanto deseo mi amado aguazul. Mi entrega es total, al sentir tu miembro rozando el mío siento choques en mi interior, una de tus manos separa mis piernas y siento uno de tus dedos en mi interior, no me duele, ya me había encargado de lubricarme antes, sé que no eres de tomarte delicadezas pero aun debo caminar… sonríes un poco entre nuestro beso y me miras con suspicacia

-Eres muy listo mi pequeño muñequito - con que ¿muñequito?… Si… lo soy… soy tu muñeco, tu juguete sexual que se abandona a tu merced, sin miedo a que lo destruyas y lo rompas.

Tus manos toman mis piernas separándolas y siento como entras en mi con fuerza, dioses… me arqueo al sentirme lleno de ti, tus ojos de zafiro me miran con atención y yo solo intento respirar con normalidad pero comienzas a embestirme con fuerza, intentando llegar hasta el fondo de mi -aah… aah… si… así… aahh - gritaba y gemía de placer, mi dueño, mi amo, estaba marcándome nuevamente suyo, únicamente suyo, una de mis manos se aferra a las sabanas mientras la otra araña tu brazo sin poder contener este placer, mis ojos entrecerrados solo se enfocan en ti mientras tú sigues amándome a tu manera, con esa fuerza y vigor con los que siempre me has reclamado, estoy aferrado a ti, buscando más contacto mientras pierdo la cabeza con el placer que me das, tu miembro pega furiosamente en mi punto más sensible logrando que no pueda pronunciar ninguna palabra, pero hablar es lo último que quiero, solo deseo perderme en este sentimiento; tus dientes muerden mi cuello aumentando mis sensaciones placenteras, y de pronto solo siento como giramos en esa enorme cama y ahora yo estoy arriba, eres un pervertido, pero no tengo problema, siempre te complaceré, me apoye en tu abdomen acariciándolo en el proceso mientras me empalaba en tu miembro montándote, tus ojos me miraban con el libido encendido por completo, nunca me habías mirado así… como si realmente te gustara… como si yo fuera una aparición ante tus ojos - ngh… S-Seto… - suspiro tu nombre arqueando mi espalda, siento tus manos sobre mi trasero apretándolo, de vez en vez me das sonoras y ardientes nalgadas que solo me existan mas… soy un masoquista… lo sé, desde el momento en que me aferre a amarte aun sabiendo que me eras prohibido… siempre seré tu masoquista incondicional. Siento tus manos subir a mi espalda y me atraes a tu cuerpo besándome con fuerza, respondo a ese beso con la misma pasión que me es arrebatado mientras mis caderas siguen moviéndose frenéticas por sentirte.

-Estas... muy fogoso hoy Yugi… - susurras mientras muerdes mi cuello y yo solo me retuerzo de placer, ¿te complace que sea así?

-Ngh… aahh… es porque… estas poseyéndome - jadeo entrecortado sintiendo mi cuerpo arder, movido por el momento beso tu cuello y tu pecho logrando con orgullo sacarte un varonil gemido que hace mi cuerpo estremecerse.

Sigo moviéndome con fuerza, con estrepito, hasta que mi cuerpo se siente cansado pero me obligo a seguir, quiero más, mucho más, creo que has logrado percatarte de que estoy cansándome porque tus manos sujetan mi cintura ayudándome a seguir saltando sobre ti, pero mi cuerpo no responde como quisiéramos ¿Cierto? Por propia voluntad me aleje un poco poniéndome en cuatro aunque más bien mi pecho quedaba recostado en la cama mientras mi cadera quedaba levantada deseoso de seguir siendo llenado por ti - entra… tómame… sígueme cogiendo - estaba consiente de mi lenguaje sucio y vulgar pero al parecer eso solo logro reanimar tu rudeza ya que sin vacilar me aferraste por la cadera enterrándote en mi provocando que arañara las sabanas - ahhh... Seto… a-amo Seto… dame más duro… nggh… - tus embestidas eran fuertes y profundas, amaba esa sensación, sin importar cuanto me doliera; sentí tu lengua sobre mi espalda logrando que me arqueara felinamente, tus manos fueron hacia mi pecho pellizcando mis pezones y yo solo podía gemir con esos choques envolviéndome - ngh… aaahh…

-Di quien es tu dueño… ngh… dilo - me ordenas con tu voz ronca de excitación, mi cabeza da vueltas y lo que sale de mi boca son apenas murmuraciones sin sentido

-Tu… solo tú eres mi dueño… aaahhh… mi amo Seto… soy tuyo… solo tuyo… - no puedo controlar lo que digo, estoy absorto entre sensaciones, me jalas de los brazos y te siento aún más dentro de mí, esta gloriosa sensación que me confunde y me llena, me enderezo un poco acariciando tu nuca aferrándome al brazo que ahora envuelve mi cintura, agachas un poco el rostro besándome de nuevo y te recibo sin queja, siento tu mano masturbándome y mi placer no podía ser mayor, mi mente se queda en blanco solo sintiendo tu fuego en mi piel, con movimientos errados sé que estas a punto de venirte… yo también estoy igual… un gruñido ronco escapa de tu boca al tiempo que muerdes mi hombro y un calor exquisito llena mis entrañas, siento tu cuerpo vibrar detrás de mi provocando que yo también encuentre mi clímax salpicando mi esencia en tu mano, jadeantes terminamos recostados en la cama, tu encima de mi aun sin salir de mi interior, siento tu cálido aliento chocar en mi húmeda piel haciéndome tiritar, con un cuidado impropio de ti sales de mi interior recostándote de lado en la cama pero esta vez no me das la espalda, contrario a eso me giras para quedar frente a frente, acaricias con ternura mi rostro y mi interior vibra con nerviosismo, ¿estas mirándome o solo comparas mis facciones aun infantiles con las afiladas y definidas de tu amado rubio? Lo se… aun a pesar de mis 19 años me veo como un chiquillo de 16 que no es muy alto ni esculpido, parezco un niño, pero no lo soy, soy un hombre loco y deseoso de algo que nunca obtendrá, por primera vez siento tus caricias suaves en mi rostro y solo tiemblo ante tu tacto, tomo la mano que recorre mi mejilla besándola con devoción, estas manos que me toman, me aprisionan y me destruyen… estas manos que solo han sabido darme placer a través del dolor no sabes cómo las aprecio porque ellas me han dado tu tacto aunque cruel y fiero ha sido la forma que has tenido para amarme aunque sea con tu cuerpo, tomas mis manos entre las tuyas besándolas con suavidad y miras mis ojos con seducción en los tuyos, ¿porque te comportas así ahora? ¿Extrañaras mis manos cuando ya no puedan tocarte? ¿Tu piel recordara mi tacto cuando estés con él? Claro que no, soy tan poca cosa como para que me recuerdes cuando al fin regreses a los brazos de tu amor, siento ganas de llorar, pero intento ser fuerte y te sonrió, quiero decirte que te amo, que siempre te voy a amar mi hermoso dios de cabello castaño y ojos de hielo, tú has sido mi amado verdugo, y a pesar de tus intentos no quiero despertar a la realidad, sé que no sientes nada por mí pero yo te he entregado todo de mí, sé que entiendes este dolor… de amar y luego ser destruido, tú me destruiste antes pero aun así, estos años a tu lado han sido los más felices para mí.

Me lanzo a tus labios besándote hambriento, me abrazas y siento tus uñas rasguñar mi espalda, si… justo así… sigue marcándome, has cada espacio de mi cuerpo gritar que te pertenece, que solo tengo un dueño llamado Seto Kaiba. Mi mano recorre tu cuerpo hasta tocar tu miembro y lo comienzo a acariciar

-Estas insaciable hoy mi muñequito - sonríes con satisfacción y yo solo me muerdo los labios

- Poséeme de nuevo, quiero que me tomes y te marques en mi… - susurro y al mirar un brillo de lujuria en tus ojos siento como me acorralas entre la cama y tu cuerpo dejándome a tu disposición, con besos y lamidas reclamas mi cuello hasta llegar a mi pecho donde te dedicas a morder y lamer por donde se te antoja, me aferro a las sabanas suspirando de placer sintiendo como mi cuerpo vibra ante tu tacto - ngh…ahh… - tu lengua baja hasta mi vientre haciéndome gemir con profundidad siento tus manos separar mis piernas y estas bajando más… esto… no es normal, detengo tu proseguir alejándome un poco, tu nunca me has hecho eso… ¿por qué ahora…?

Levantas tu mirada confundido y siento mi rostro arder, quizás estoy sonrojado -¿Qué sucede?

-Nada… e-es que tu no… - las palabras me salen ahogadas y cortadas, esto era lo que quería… que él me poseyera entero entonces ¿por qué tengo miedo? Salí abruptamente de mis pensamientos cuando siento que me sujetas por las rodillas arrastrándome nuevamente a tu alcance y con brusquedad separas mis piernas comenzando a lamer mi entre pierna causándome un choque en todo mi ser

-Solo relájate… disfrútalo… - me susurras y tu lengua hábil toca con maestría mi miembro duro y palpitante, no puedo dejar de mirarte… es tan erótico que siento que me correré con solo esa imagen

-Ahhh… S-Seto… - comencé a gemir tu nombre con dificultad, tus manos acarician mis muslos y me quedo paralizado cuando tu boca me toma por entero, siento que la cabeza me gira y mi cuerpo flota, con razón te gusta tanto cuando te lo hago yo a ti, me aferro a las sabanas mientras una de mis manos acaricia tu cabello, no me atrevo a jalarlo como tú lo haces conmigo, por eso me detengo de las sabanas sintiendo la electricidad que me causas recorriendo mi cuerpo - mmm… Seto… aahh… - me siento enervado de sensaciones, mi sangre arde como fuego, no puedo pensar en nada que no sea este momento perfecto, tu lengua acaricia mi miembro mientras tus labios ejercen una ligera presión que me vuelve loco, siento un espasmo recorrerme cuando comienzas a moverte mas rápido, sin querer apreté tu cabello entre mis dedos, mis gemidos estaban ahogándose y sentía como que el aire me faltaba -S-Seto… no… mas… voy… a… - decía con urgencia intentando separarme de ti, estaba a punto de correrme, a ti te gustaba que me tragara tu leche pero quizás a ti no, por más que hubiese querido venirme en tu boca era algo que no debía hacer, sin embargo, como adivinando mi pensamiento aferraste mi cadera y succionaste aún más fuerte - Seto…n-no… no…ah… aahh… aaaaahhhh…- gemí con fuerza al sentir que me corría, tape mi rostro con mi brazo muriéndome de vergüenza, más de reojo pude ver como lamias tus labios y tus dedos en una de tus faces más eróticas que hizo mi excitación aumentar

-Mmm… dulce… - susurraste roncamente y yo solo escondí mas mi rostro ardiendo

-N-no… no digas esas cosas… - mi voz salía quebrada y algo llorosa, eso se había sentido tan bien que casi lloraba de placer, tu sin embargo hiciste que te mostrara mi rostro y me besaste profundamente sintiendo tu lengua recorrer mi boca, sintiendo en tu saliva el sabor de mi propia esencia. Pero tú estabas duro de nuevo, listo para volver a cogerme, hiciste que me acostara de lado y tras subir un poco mi pierna a tu hombro entraste en mi con fuerza de una sola embestida, dolió mucho menos que hacia un rato pero aun veía estrellas al ser penetrado por ti, me aferraba a las sabanas comenzando a jadear nuevamente, estaba mucho más sensible ahora después de ese orgasmo que había experimentado así que las sensaciones se sentían increíblemente vividas, tus embestidas cada vez más fuertes me hacían gemir con fuerza, moví un poco la cabeza mirándote y tu rostro hermoso y varonil reflejaba placer y satisfacción, tus ojos entrecerrados me miraban fijamente mientras tu boca entreabierta soltaba jadeos profundos, me gire para poder mirarte, mis piernas abiertas a tus costados mientras te enterrabas con fuerza en mí, mi corazón latía con fuerza y mis manos aferran tus brazos sin querer apartarse, mi hermoso dragón… - aahhh… ahhh… si… mas… más Seto…- y como si fuera una orden me abriste más las piernas enterrándote más profundo en mí, tus movimientos rudos, fuertes, profundos, tus labios besaban mi cuello lamiendo lo que estaba a tu paso, tus gruñidos iban más en aumento y tus movimientos comenzaban a ser más rápidos y certeros

-Ngghh… vas a estar tan lleno de mi… aah Yugi…- gimes mi nombre y siento como con violencia tocas ese punto que me vuelve loco

-Si… si… lléname… quiero sentirte… ngh… te amo… te amo - mis músculos se contrajeron al sentir los labios de mi castaño morder los míos, seguido de un gruñido ahogado ese calor vuelve a llenar mis entrañas. Lo se… te lo volví a decir pero no lo pude evitar… a mi favor tengo que el acto tan intenso no me dejaba pensar bien, los dos respiramos agitados y tras besarme de nuevo sales de mi recostándote a mi lado, me abrazas y acaricias mi cabeza, estas muy raro mi amor, pero yo solo sonrió y me dejo hacer abrazándote suavemente, poco a poco tu respiración se vuelve tranquila y pausada, te quedas dormido, levanto la vista observando esas facciones finas y varoniles que hacen único tu rostro, unos cuantos cabellos se adhieren a tu frente por el sudor, a ambos nos cubre una fina ambrosia causada por nuestra pasión, tomo tu rostro entre mis manos y beso con suavidad tus labios, mi último beso para la persona que más amo en el mundo, quiero quedarme a tu lado… si tú me lo pidieras… si tan solo me eligieras a mi…

Veo la hora y el cielo comienza a tornarse pardo, está aclarando poco a poco, las velas ahora solo son un vestigio de cera, la música hacía tiempo se había detenido, me separe de tu abrazo y en la penumbra tome mis cosas vistiéndome completamente, guarde el bonito kimono que había hecho solo para estar contigo, y tras tomar mi mochila me la colgué a los hombros, di una última mirada hacia donde yacías dormido, ¿me extrañaras? ¿Notaras en algún m0mento mi ausencia? ¿Aquellos brazos que te esperan te darán más calor que los míos? ¿Hare que por un momento compares mi cuerpo, mis labios, mis besos, mi forma de amarte con los de él? Eran tantas preguntas sin respuesta y que no soportaría conocerlas de todos modos, bese tu mejilla con suavidad aspirando el aroma de tu cabello y sonrió con tristeza - te amo… con todo mi corazón - susurre suavemente y tu diste un suspiro largo, me quede quieto un momento pensé que te desperté, sin embargo solo te acurrucaste y seguiste durmiendo. En silencio, salí de tu habitación, de tu mansión y después de tu vida, camine por la calle con el frio de la mañana golpeando mi rostro por el que comenzaban a correr mis lágrimas cálidas, todo lo que quería era hacerte feliz, solo deseaba curar tu corazón y si había posibilidad, que me amaras aunque fuera una milésima parte de lo que yo te amo a ti, pero falle miserablemente, no solo no pude curarte si no que tampoco te hice feliz ¿podrías alguna vez perdonar a este loco soñador y enamorado, que lo único que deseaba era tu corazón? Que ambicioso soy… era demasiado pedir para alguien tan poca cosa como yo, pedir que una persona tan perfecta se enamorara de alguien como yo, un nadie… un nada…

Cuando llegue a mi casa el cielo estaba muy claro quizás eran como las 8 de la mañana, no lo sabía, pero no era como si me importara, al entrar a la casa un aire frio de nostalgia y soledad me recibe, hacía dos años que había muerto mi abuelo y la casa se sentía terriblemente vacía sin él, suspire con dolor y deje mi mochila en algún lugar de la sala, fui a la cocina por lo que necesitaba para mi patético gran final, había allí una botella de whisky, mi abuelo la compro para que la bebiéramos el día que cumpliera 18… más el murió meses antes de que alcanzara esa edad, dijo que sería la primera vez que me dejaría beber si quería hasta perder el conocimiento pero, lamento decirlo abuelo, esta vez quizá beba hasta caer en coma, había investigado que drogas harían un mejor efecto, así que tome el frasquito donde tenía mi coctel mortal, subí a mi recamara viendo por última vez mis cosas, ese cuarto de un niño queriendo ser un hombre, juguetes aun en los estantes pero con cosas útiles para la vida, un limbo entre el niño que fui y el tonto que ahora soy , fui al baño y comencé a llenar la bañera, el agua estaba a penas tibia pero ¿qué más daba? Después de todo los cadáveres ya no sienten nada, cruzo por mi mente una carta de despedida, pero no era necesaria, después de todo ya no había nada que quisiera decir además pasarían días o semanas antes de que alguien encontrara mi cuerpo sin vida, lo sé porque ya no tengo a nadie a quien yo le importe. Frente al espejo comencé a quitarme la ropa viendo que él me mostraba un cuerpo delgaducho y pálido, no iba a desnudarme por completo, quien me encontrara, si es que alguien lo hacía, no debía verme tan expuesto, quizás mi cuerpo estará hinchado por el agua para ese entonces y en un horrible estado de descomposición. Me quede frente al espejo mirándome un poco, entre la camiseta interior y los boxes se delineaba la figura pequeña de un niño… que ya era un hombre, mis brazos mostraban marcas de moretones al igual que rasguños, estos estaban también en mis muslos y se asomaban por mi pecho, me quite la camiseta avergonzándome un poco por esa figura tan ridículamente espigada, ahora entiendo porque mi ojiazul me observaba como lo hacía, debía pensar que era muy extraño y de verdad no lo culpo, después de todo no crecí con normalidad, a través de mi reflejo pude delinear los rasguños y mordiscos que mi hermoso castaño había marcado en mí, los acaricie un poco sintiendo un ligero dolor, sonreí sutilmente suspirando, después de todo me iría con ese bello recuerdo tatuado en mi piel, aun sentía dentro de mi parte de su esencia, volví a ponerme la camiseta y una vez la bañera estuvo lista cerré la llave del agua y me metí en ella, se sentía algo fría por lo que tirite un poco pero estaba bien, tome el frasquito con todas esas drogas que se encargarían de adormecerme y parar todas mis funciones vitales, dos resbalaron a mi boca y las trague con el alcohol, el sabor amargo y fuerte hizo arder mi garganta al grado de hacerme toser, sabia bastante extraño pero proseguí hasta terminar el frasco y llevaba media botella terminada, me empecé a sentir un poco mareado no sabía si las drogas estaban haciendo efecto o era por el alcohol, quizás eran las dos juntas, entre trago y trago me fui recostando en la bañera viendo hacia la nada, si no moría por las drogas o el alcohol seguro moriré ahogado. Me puse a imaginar cómo sería mi vida si Joey no te hubiera dejado plantado y tal como lo planeaste hubieses hecho una vida con el… quizás yo hubiera terminado rindiéndome, me hubiera puesto triste pero me hubiera repuesto, tal vez hubiese conocido a una persona que me amara, para la cual yo hubiera sido lo más importante de su vida y hubiese dedicado su vida a hacerme feliz… y muy probablemente yo también lo hubiera amado con todo mi corazón, él hubiera hecho que mi vida retomara sentido y me hubiera enseñado esos pequeños detalles y dulzuras del amor… esos que no conocí estando contigo… él me hubiera enseñado a ver el sol en un día nublado, a encontrar calor en la lluvia, a ver las estrellas en un cielo opacado… quizás él me hubiera atesorado como lo más precioso de su mundo… así como yo a ti…probablemente me hubiese casado con él, ilusionado, feliz y lleno de amor, mis lágrimas caían de mi rostro mezclándose en el agua… si tan solo Joey no se hubiera ido yo no me hubiera acercado a ti con tontas ilusiones de que me correspondieras, me hubiese ahorrado lágrimas y desconsuelos, noches dando vueltas en la cama pensando que me hacía falta para que me amaras… te di mi respeto, mi paciencia, mi comprensión, mi apoyo, mi tiempo, mi ternura, mi corazón, mi alma y mi cuerpo… pero nada fue suficiente, nada te hacia feliz y yo quería darte aún más pero nunca estuviste dispuesto a querer recibir lo que yo te daba… ojala Joey no se hubiera ido… porque así no hubiese visto a la persona que amo sufrir y llorar como lo hiciste, porque de haberse quedado sabría que tú eras feliz y yo hubiese estado tranquilo sabiéndote bien, por lo que continuar mi camino hubiese sido mi opción, sé que tú nunca me pediste que hiciera todo eso… no te culpo, tú no tienes la culpa de mi estupidez, tu quisiste alejarme pero me quede; al menos te agradezco que no te acostaras con nadie más mientras lo hacías conmigo.

Poco a poco mis sentidos se apagan, mis parpados pesan y ya no escucho nada, no siento el agua ya… es mi fin… Seto, amor mío, espero que esta vez Joey te sepa valorar y sepa que es una bendición ser amado por ti, dichoso el, que siempre tuvo tu corazón, espero que seas feliz, que tengas la felicidad que desesperadamente quise darte y no pude, si pudiera tener un deseo seria que nadie nunca te amé como yo… con esta locura y entrega enfermiza, si… lo sé, fue un amor obsesivo y aberrante, me abandone a ti, dicen que amar es entregarle a alguien los medios para destruirte sabiendo que no lo hará, yo sin embargo, sabía desde el inicio que me destruirías y aun así te entregue todo, ojala que nadie te amé así de nuevo… que te amen bien… y sepan hacerte feliz.

Mis ojos se han cerrado, no siento nada ni escucho nada, todo lo que me rodea… es esta silenciosa oscuridad. Ahora reconozco que este amor si fue enfermizo y obsesivo, quizás si lo intentaba podía amar a alguien más pero ya no deseo que sea así… ya no quiero atormentarme más.

Al final he terminado como aquella triste sirenita, que lo dio todo por el amor y al final tuvo que aceptar que su amado nunca le correspondería y debía ver como su vida se unía a la de alguien más, sin embargo, yo como ella prefería morir a tener que asesinar a la persona que amo, no estaba tan enfermo como para ir con el grito de "mío o de nadie" y arrebatarle la vida a mi castaño… no… no sería capaz de anteponerme antes que él, para mí su felicidad era lo más valioso, por eso no importaba si como La Sirenita yo terminaba siendo solo efímera espuma de mar en el recuerdo de mi príncipe cruel, pues así como el no pidió mi amor también no cargaría con mi existencia… pero no niego que… me hubiera gustado vivir feliz a su lado...