NOTA: Ve el vídeo "Kara" de Quantic Dream's en youtube si puedes antes de leer, te aseguro que te pondrá la piel de gallina y te meterá en ambiente con la historia.

Esta historia nació del vídeo de Quantic dream's llamado "Kara" me gusto bastante para adaptarlo un AU de "The Hunger Games" los personajes no me pertenecen y esta historia se escribe sin fines de lucro. Sin más espero que disfruten este primer capítulo y comenten.


Capítulo 1: La misma mierda, diferente día.

– La misma mierda, diferente día. – dijo Haymitch a Johanna después de que esta la preguntara como había amanecido.

Caminaban por unos estrechos pasillos de lo que parecía ser una facilidad subterránea, el llevaba consigo un café y una dona en las manos. Ambos vestían batas con gafetes que decían sus nombres, e iban un poco apurados ya que llegaban tarde a su turno.

– El humor no se te da bien en las mañanas ¿eh? – respondió ella amagando una sonrisa sin acertar del todo, lo que le indicaba que pensaba lo mismo que él. – Pero por tu aspecto y el olor que desprendes también puedo notar que bebiste seriamente

– No empieces con el juicio ¿quieres? – dijo el hombre que ciertamente no presentaba un aspecto favorable, mostraba unas grandes ojeras, los ojos tan rojos como la sangre, una barba de más de un mes y el olor de haber estado ingiriendo algo más fuerte que alcohol etílico. – Y tú tampoco estas tan guapa que digamos, parece que te lo pasaste montando toda la noche.

Johanna aplaudió al aire fuertemente causando que Haymitch gruñera intentando taparse los oídos por el dolor que le causaba el estruendo del aplauso.

– Más respeto borrachín…no me lo monto con nadie. – dijo Johanna a la defensiva. Su aspecto ciertamente era revelador puesto que traía los ojos tanto o más rojos que Haymitch y las ojeras ni se mencionaban, la única diferencia entre ambos es que no apestaba a alcohol pues por lo demás se daba por servida. – Yo estuve estudiando toda la noche, tengo cinco finales este fin de semana y no me lo pase bomba como tú.

– Pues deberías. – susurro Haymitch mirándola de reojo. Esta simplemente le devolvió la mirada mes envenenada que pudo antes de doblar a la izquierda del pasillo, mientras él le seguía a una precavida distancia.

Haymitch Abernathy era un hombre de cuarenta y tres años que presentaba el aspecto de tener cincuenta esa mañana, era de ojos grises cuando no estaban tan rojos como la sangre de sus venas, su pelo era oscuro y bastante ralo, aunque solía ser rizado, media unos 1,75 de estatura más o menos de facciones cuadradas y un poco toscas y si, era alcohólico.

Por el otro lado Johanna Mason su compañera, era joven de unos veinticuatro años de ojos muy marrones, su cabello rojo era corto y puntiagudo, su contextura física era fuerte pero bastante contorneada, media alrededor de 1,76, la chica estaba trabajando de ensambladora mientras asistía a la universidad los fines de semana y si, era bastante guapa.

Se detuvieron frente a una puerta, Johanna paso su tarjeta haciendo que la puerta corrediza se deslizara para presentarse ante ellos el cuarto de ensamblaje. Era una sala con varias máquinas computarizadas, la id33000 tenía todo el aspecto de ser el cuarto de mando del "Enterprise" pero no, era prácticamente una máquina de ensamblaje de androides de muy alta tecnología, pero de muy fácil uso y con indicaciones casi obvias hasta para una ama de casa.

– Bien, inicializando programa. – dijo Johanna, la computadora se encendió y su pantalla mostraba la imagen "ID33000" y una barra de carga bajo el logo. Luego varias pantallas comenzaban a hacer lo mismo, mientras Johanna y Haymitch tomaban asiento frente a ellas.

– Inicializar revisión de mandos. – dijo Haymitch para luego morder su dona, al instante frente a ellos a través de una pared de cristal varias luces se encendieron revelando una gran bodega, la cual tenía un amplio salón en medio y tras este estaban situadas cuatros cámaras acorazadas con cristales y en su interior parecían contener piezas metálicas, estás eran obviamente partes de los androides puesto que tenían el aspecto de manos, pies y costados metálicos.

En medio de esa gran bodega la sala amplia era la que recibía la mayor iluminación, en ella estaban unos brazos, puntas soldadoras, y pequeñas cámaras que comenzaron a moverse en una serie de patrones muy ordenados como si fuesen ejercicios de estiramiento.

– Muy bien. – dijo Haymitch dando un sorbo a su café. – Madición, mi dengua…– El hombre boto un poco de su café sobre su bata al momento de apartarlo con rapidez.

– Jajaja…con cuidado y botas algo sobre los mandos querido. – dijo Johanna divertida ante el percance del hombre. – Que nos quitan el bono y el sueldo de un año.

– Si muy graciosa, mueve esas manos y a trabajar universitaria que hoy cerramos la primera línea de la tercera generación. – Le reprimió Haymitch. – Voy a fuera a atraer algo para limpiarme.

Se levantó de su silla mientras Johanna daba los mandos de iniciación.

– Puedes oírme…– decía Johanna a un micrófono mientras Haymitch salía de la habitación.


Si, había sido una noche de mierda llena de malos recuerdos, pesadillas y todo tipo de cosas, y la mañana no estaba empezando mejor. Tenía una resaca de mil, le escocían los ojos, y la cabeza le dolía como si en vez de estar bebiendo anoche se hubiera estado dando con un martillo en las sienes.

Llego a la cafetería sin cruzarse con nadie, agradeció eso pues no quería saludar ni pretender estar de buen humor solo para aparentar sobriedad, ni que eso fuera posible, pero si lo encontraban en ese estado otra vez sería su segundo llamado de atención y una reprimenda en su salario, algo que no le favorecía puesto que hoy cerraban la primera línea de la tercera generación AX-400 y eso significaba un bono para todos los ensambladores. De eso si no se podía quejar, CapitolTech era buena con sus empleados, bueno él había experimentado el lado bueno y el malo de la compañía, pero eso era algo poco placentero de recordar y menos sin una botella de "Absolute" en sus manos.

– Gracias, pero con dos será suficiente. – dijo a Sae la señora de la cafetería que le tendía una gran cantidad de pañuelos desechables para limpiar su bata, la señora insistió y se limitó a asentir con una sonrisa. El los agarro, extrañado y fue cuando lo sintió debajo de ese montón de pañuelos estaba una pequeña botella de color marrón.

– E oído decir que tiene que nivelar el alcohol de su sangre para sentirse mejor. – susurro Sae con una sonrisa de complicidad.

– Y escucho bien. – dijo Haymitch con mayor sonrisa que pudo esbozar. – No sé cómo compensárselo.

– No te preocupes cariño, solo sigue el día con esa sonrisa que me has dado a mí y me daré por recompensada. – dijo cariñosamente la cocinera.

– Uff, es algo que no puedo prometerle, pero lo intentare. – respondió Haymitch guiñándole un ojo.

"Bueno parece que la mañana mejora un poco" pensó Haymitch todavía con su sonrisa mientras se guardaba la botella con disimulo en una bolsa de bata.

– ¿Haymitch? – Le llamo una voz femenina un tanto suave y delicada. Levanto la vista y ahí estaba frente a él, una mujer con una larga cabellera rubia, ojos ámbar tras unas gafas graduadas de montura delgada y una figura delgada y bastante bien cuidada, la mujer vestía una falda tubo negra y una camisa de botones a rayas blancas y celestes por dentro.

– Seño…señorita Trinket. – balbuceo Haymitch mientras ponía su mano instintivamente en el bolsillo donde guardo su botellita de Whisky. El ruido de los tacones de la mujer al acercase le martilleo el cerebro más duro de lo que esperaba causando que el dolor casi le provocara arcadas, pero se contuvo.

– Cuantas veces te he dicho que no me llames así "Hay". – dijo ella dándole la sonrisa más radiante que hacían brillar sus perlados dientes. – Me conoces, soy Effie.

– Yo…yo. – Haymitch se alejó instintivamente por muchas más razones que el simple hecho de apestar a Vodka. – Eres mi superior y tengo que respetarte. – logro articular mientras se ponía tras una mesa del comedor.

– Pero también eres mi amigo, y aquí no veo a nadie que vaya a decir que me faltas el respeto. – dijo Effie viendo a ambos lados de la desolada cafetería. – A menos que Sae deje de ser tan tierna como es y te delate.

– Lo siento…Effie, es solo que últimamente me tengo que andar con cuidado. – dijo él caminando lentamente mientras intentaba bordear la mesa y sortear a Effie al mismo tiempo.

Ella lo examino con el ceño fruncido y luego de un segundo o dos, en los cuales Haymitch había bordeado casi toda la mesa, bajo la mirada claramente decepcionada. Luego volvía a verlo y ahí estaba, escrito en su cara la palabra decepción.

"Mierda" Pensó Haymitch "De todas las personas va y viene ella a encontrarme así"

– Veo que sigues igual. – dijo sacándolo de sus pensamientos, mirándolo con lastima.

– No sé a qué te refieres. – dijo Haymitch haciéndose el desentendido. – Tengo que volver a trabajar señorita Trinket. – Se dio la vuelta de manera brusca, odiaba esa mirada.

– Haymitch. – Le llamo Effie haciendo que se detuviera a mitad de la cafetería pues este se había casi corrido poniendo ya unos buenos dos metros entre los dos.

– ¿Qué pasa? – pregunto este dándose la vuelta y mirándola ceñudo. Odiaba esa mirada, esa maldita mirada de lástima que todos le dedicaban todos los malditos días desde que ocurrió el incidente, le hacía sentirse débil, inútil y solo. Él estaba bien, sabia cuidarse solo maldita sea, era un hombre adulto, la gente debería sentir lástima por niños o ancianas, no necesitaba el pesar de nadie para salir adelante, no necesitaba las migas de cariño que la gente daba, ni las quería ni las mendigaba.

– Sabes…me…me gustaría hablar contigo hoy. – respondió Effie mirando al piso nuevamente, al parecer se había incomodado ante la mirada molesta de Haymitch puesto que había empezado a caminar nuevamente hacia él, pero se detuvo a casi medio metro.

– Effie este no es lugar para acordar esas cosas. – susurro Haymitch hablándole más de cerca con una mano sobre su boca intentando disminuir la cantidad de olor que saliera de esta.

– No es nada malo. – dijo Effie ahora viéndole a los ojos. – Te has alejado mucho. Soy tu amiga y eso me pone triste porque…pues me haces mucha falta y me preocupa.

– Bueno, yo lo siento. – respondió Haymitch mirando a ambos lados de la cafetería sin ver nada en realidad. – Hoy…no…no creo que pueda.

– Bueno, tal vez otro día. – insistió Effie.

– Si, tal vez otro día…otro día. – contesto ahora incomodo pues la mirada de Effie escudriñaba su rostro en busca de una señal de mentira. – Ahora si me permites.

Al decir eso se dio la vuelta y se marchó lo más rápido que pudo de la cafetería, escucho a Effie resoplar a sus espaldas al parecer no quedo del todo satisfecha con el fin de la conversación.

Se entristeció al pensar en ella puesto que Effie Trinket era una gran persona, una gran mujer y sobre todo una gran amiga. En los últimos meses se habían distanciado mucho sin decir del todo después de terminar la extraña relación que habían entablado, y esa era otra de las cosas en las cuales no le gustaba recordar sin una botella de "Absolute" en las manos.


Entro en la habitación limpiándose lo que pudo de la mancha de café sobre su bata blanca.

– ¡Vaya, ya era hora! – Le recrimino Johanna agitándose sobre su asiento como niña pequeña haciendo un extraño baile.

– Nunca volviste y me bebí tu café y ahora tengo que orinar. – Le explico al ver que Haymitch la miraba como bicho de feria.

– Genial. – dijo Haymitch de manera sarcástica mientras se sentaba a su lado.

– Si no lo hacía me hubieras encontrado roncando a moco batiente sobre los mandos. – Se defendió la chica. – No te preocupes yo me encargo de traerte otro de regreso de los lavabos.

– ¿Por qué numero vamos? – pregunto Haymitch mientras Johanna se levantaba.

– Es el quinto y último de la primera línea. – respondió Johanna cogiendo un par de cosas de su mochila para salir.

– ¡Lávate las manos! – grito Haymitch a lo que alcanzo a oír un "Claro que no" a lo lejos.

Esbozo una sonrisa mientras revisaba los mandos y revisaba el número de identificación del siguiente modelo.

KPC897504C. – susurro mientras tocaba el botón de "Continuar". – Empecemos.

Las maquinas comenzaron a moverse y una de ellas con sus pinzas sustrajo de una de las cuatro cámaras lo que parecía ser una cabeza con el rostro de una chica. La situó en medio de la gran sala mientras el resto de las maquinas comenzaban a ensamblarle el torso y soldarle otras piezas alrededor del cuello, el torso mostraba una pieza que bombeaba de color azul, la cual era su batería cuántica la que le daba la energía a todo su cuerpo.

En la habitación y la bodega solo resonaba el movimiento de las maquinas y chirrido de la soldadura.

Observo el panel en su pantalla, en él había varios campos que necesitaban rellenarse y otros marcarse con un check, así que comenzó su revisión.

– ¿Puedes oírme? – pregunto a través un micrófono frente a él.

– Si. – respondió la chica que por el momento solo era cabeza y torso, su voz no era robótica sino todo lo contrario sonaba suave y normal como la de cualquier chica humana. Abrió los ojos mostrando que eran de color gris.

– Identificación. – pidió ahora Haymitch por el micrófono.

– KPC897504C. – respondió de manera tranquila mientras las maquinas seguían soplando, y soldando piezas alrededor de su torso, cuello y cabeza.

– ¿Puedes mover la cabeza? – pregunto ahora mientras le daba check al primer reconocimiento auditivo con un suave movimiento de sus dedos a la pantalla.

La chica movió la cabeza a su izquierda de manera suave y luego a su izquierda.

– Ahora tus ojos. – Le pidió Haymitch. La chica siguió su orden y movió los ojos hacia arriba parpadeo y luego hacia abajo.

– Animación óptica y cervical, verificada. – tipio Haymitch en uno de los campos del formulario dando "enter", mientras se guardaba la información en la planilla escucho un pequeño pitido de una de las maquinas de al lado, al ver la pantalla noto unos gráficos que no alcanzaba a esa distancia a reconocer bien lo del resto de la pantalla, pero juro que eso no lo había visto en su vida trabajando ahí, pero si recordaba de algún lado. Aunque si le preguntaban a él parecían de una sala de hospital más que de una máquina de ensamblaje de androides. Lo ignoro, no quería recordar tampoco a los hospitales, ya luego le preguntaría a Johanna que demonios eran esos gráficos.

– Ahora dime tu texto de inicialización. -Le ordeno al androide.

– Hola, soy un androide AX-400 tercera generación. – respondió a la petición de Haymitch, mientras las maquinas ahora se dedicaban soldarle los brazos al torso y piezas a estos. – Puedo cuidar su hogar, cocinar, vigilar a los niños. Organizo sus reuniones, hablo trescientos idiomas y estoy a su completa disposición como compañera sexual. No necesita alimentarme o recargarme, estoy equipada con una batería cuántica la cual me hace autónoma por 173 años.

Las maquinas terminaron de ensamblar los brazos y se detuvieron unos segundos. – ¿Quieres darme un nombre?

– Si. – respondió Haymitch. – A partir de ahora tu nombre es…"Katniss".

– Mi nombre es Katniss. – repitió el androide. Por unos segundos Haymitch creyó denotar cierta emoción en el rostro del androide, pero no supo averiguar cuál era y sacudió la cabeza en negación porque eso no era posible. "Vaya que necesito ese café" pensó.

– Inicialización y memorización, verificadas. – tipio ahora dando "Enter" nuevamente mientras se guardaba la información en la planilla escucho un pequeño pitido otra vez de la máquina de al lado.

– Ahora, ¿puedes mover los brazos? – pregunto Haymitch. Katniss movió primero el brazo derecho y en ese instante la nanotinta de su piel comenzó a tomar un color claro, y luego igual en su brazo izquierdo mientras movía ambos frente su cuerpo. Toco su brazo derecho con su brazo izquierdo con el rostro sorprendido, nuevamente Haymitch pensó que su mente le jugaba una mala pasada.

– Conexión de extremidad superior, verificada. – tipio Haymitch. Ahora volteo a ver la maquina mientras escribió y vio que emitió cierta actividad cuando sonaba el pitido, la curiosidad estaba jugando con su mente. – Ahora di algo en alemán.

– Ich bin ein AX-Vierhundert Android Dritten Generation. – respondio Katniss mostrando un excelente dominio y acento aleman. – Erschaffen als ihr persönlicher Assistent und intimer Beziehungspartner.

– Dilo en francés. – le ordeno ahora Haymitch.

– Je suis un androide de troisième gènèration AX-Quatre cents, construit pour etre votre assistante personnelle et votre partenaire intime. – dijo ahora Katniss mostrando el mismo domino del francés. Mientras recitaba los dos idiomas sus piernas habían sido soldadas a su torso de manera ágil y rápida por las maquinas.

– Okey, ahora canta algo en japonés. – Le pidió Haymitch. Nuevamente noto que "Katniss" miraba las maquinas algo alucinada.

– Sakura Sakura, yayoi no sorawa, mi-watasu kagiri. – Katniss canto entonando las notas de manera perfecta, su tono y acento del japonés eran tan bien exactos, incluso movió las manos articulando el son del folclore japonés de la canción.

Cuando se detuvo una maquina le sujeto por detrás y la paso sobre la plataforma frente a ella.

– Expresión verbal de multi-idioma, verificada. – tipio Haymitch para casi finalizar. – Adelante, da algunos pasos

Apago el micrófono por un segundo mientras rellanaba los campos faltantes y checaba la planilla frente a él. Cuando Katniss comenzó a caminar la maquina a su lado comenzó a pitar como loca, "Esa mierda va a explotar" pensó. Katniss había dado algunos pasos dudosa, y luego dio una vuelta extendiendo los brazos como un avión, el pelo comenzó a crecer sobre su cabeza quedando corto y de color negro mientras que el resto de la piel comenzó a tomar un color oliváceo, todo pasaba de manera normal hasta que nuevamente Katniss actuó raro, cuando el color cubrió su piel ella se tapó los pechos y área vaginal como si estuviese apenada. Haymitch encendió el micrófono nuevamente.

– Locomoción, verificada. – dijo tipiando en el último campo. – Bien, estas lista para trabajar preciosa.

Katniss levanto la mirada y Haymitch pensó estaba loco, pero parecía que la chica estaba algo preocupada.

– ¿Que pasara conmigo ahora? – pregunto Katniss al aire.

– ¿Eh? Te reinicializare y te enviare a una tienda para ser vendida. – respondió Haymitch extrañado. "Que mierda me pasa, le estoy contestando a un puto androide".

– ¿Vendida? – pregunto dudosa Katniss mientras levantaba las manos para que las maquinas la vistieran con un brasier de algodón blanco y unos pantis del mismo color, pero con tres puntos naranjas en el centro, fueron colocadas sobre su área vaginal. – Soy un tipo de mercancía, ¿No es así?

-Si...por supuesto que eres mercancía preciosa. – respondió Haymitch. "Como si el día no fuese suficiente" ¿le estaba explicando a un androide lo que era?

– Digo eres una computadora con piernas y brazos, y capaz de hacer todo tipo de cosas. – dijo Haymitch riendo de manera nerviosa. – Y vales una fortuna.

– Oh! Ya veo…– balbuceo Katniss sacudiendo ligeramente la cabeza de lado a lado. – Yo pensé.

– ¡¿Pensaste? – repitió Haymitch sorprendido de manera visible por la respuesta y el rostro contrariado de Katniss. – ¿Qué pensaste?

La máquina de al lado ya no pitaba, pero si mostraba un acelerado movimiento en las ondas que presentaba la pantalla. "¿Eso es lo que creo que es?"

– Yo pensé que… – Katniss parecía dudarlo si responder o no. – Estaba viva.

– ¡Mierda! ¿Qué es esta basura? – se preguntó Haymitch más asustado que nunca, reviso la pantalla y las calificaciones del producto estaban más que bien, las piezas en su lugar, los sistemas corriendo de manera excelente.

– Eso no es parte del protocolo. Más componentes de la memoria saliéndose de lugar. – decía Haymitch mientras abría una ventanilla en la pantalla y comenzó a tipiar detalladamente su explicación sobre el comportamiento del androide.

– Muy bien, grabando. – ordeno Haymitch a las maquinas. – Modelo defectuoso. Desensamblar y comprobar los componentes necesarios.

Las maquinas le arrancaron la ropa y comenzaron a moverse alrededor de Katniss.

– Me vas a desensamblar, pero ¡¿Por qué? – pregunto tapándose y mostrando un rostro asustado.

– Se supone que no debes pensar ese tipo de cosas. – respondió Haymitch. – Se supone que no debes pensar del todo ¡y punto!

La pinza le tomo de la espalda regresándola en medio de la sala y Katniss para ese entonces ya no tenía cabello, y su piel era blanco metálico nuevamente.

– Debes tener una pieza defectuosa o algún problema en tu software. – explicaba Haymitch mientras escribía el informe. Noto que Katniss luchaba contra las máquinas para que no la tocaran, "Que es esto, ¿está luchando por…ella?"

– ¡No, me siento perfectamente bien! ¡Te lo aseguro! – dijo empujando Katniss una pinza lejos de su brazo. – ¡Todo está bien!

Haymitch notaba desesperación en su voz, Haymitch dejo de escribir para ver bien el comportamiento del androide.

– Yo conteste todas las preguntas correctamente, ¡¿Cierto? – pregunto con temor.

– Si. – respondió Haymitch ya más nervioso por el comportamiento del androide. – ¡Pero tu comportamiento no es normal!

– ¡Por favor! Te lo ruego, por favor no me desmanteles. – Le rogo Katniss ya mostrando claramente angustia en su voz y su rostro.

– Lo siento preciosa, pero...los modelos defectuosos deben ser eliminados. – le explico Haymitch. – ¡Ese es mi trabajo! Si un cliente regresa con una queja, yo tendré que dar una explicación.

– ¡No causare ningún problema! – rogo nuevamente Katniss. – ¡Lo prometo! ¡Hare todo lo que me pidan! ¡No diré una palabra! ¡No pensare nunca más!

Haymitch estaba en shock, era como ver a un ser humano ser mutilado y rogar por su vida frente a sus ojos, su cuerpo no reaccionaba, apenas y podía hablar. Katniss pensaba, reaccionaba y actuaba como una chica viva y normal.

– ¡Pero si acabo de nacer! ¡No puedes matarme todavía! – grito Katniss desesperada. – ¡Detente! ¡Por favor, para!

– ¡ESTOY ASUSTADA! – grito Katniss al fin. El grito saco a Haymitch de su ensimismamiento justo para apretar un botón en la pantalla frente a él para detener a las maquinas.

– ¡Quiero vivir! – dijo Katniss ahora con dolor. – ¡Te lo suplico!

Haymitch comenzó a borrar los datos de su informe mientras hacía que las maquinas comenzaran a re-ensamblar a Katniss y fue ahí que para mejorarlo todo Katniss derramo unas lágrimas de sus ojos. Sí señor, eso era más de lo que una persona podía tolerar para ir a una casa de locos, ver un androide con conciencia capaz de sentir emociones.

Sabía que tal vez se metería en problemas por estar haciendo eso, pero Katniss actuaba de una manera que no supo explicar y logro abogar a su humanidad, "¿Qué demonios me está pasando?" pensó "Un androide… ". Sabía que era una completa locura pero que más daba, había hecho cosas peores que salvarle la vida a un tuco de lata, o al menos a lo que aparentaba ser uno.

Katniss soltó un suspiro, ¿de qué, alivio? Y levanto su mirada al cristal donde se encontraba Haymitch, él no podía soportarle la mirada que parecía ser de gratitud. Una vez estuvo ensamblada nuevamente, la pinza la coloco en centro y poco a poco tomo su color oliváceo y su cabello negro y corto.

– Ve y únete a los otros. – le ordeno Haymitch intentando sonar más relajado. Katniss hizo caso, volteo a su derecha y camino hasta una plataforma que la llevo a la par de otros cuatro androides "iguales" a ella, solo de manera física sí, pues estas ni se inmutaron ante su presencia, más bien parecían ausentes.

– Permanece en la fila, ¿Si? – le ordeno Haymitch nuevamente. – No quiero ningún problema.

– Gracias. – respondió Katniss esbozando una media sonrisa. Camino de una plataforma a otra, y se paró de igual manera que el resto, luego unas grandes cajas de cristal las cubrieron a las cinco por completo para ser llevadas a otro a lugar.

– ¡Dios Mío! – susurro Haymitch. – Me estoy volviendo loco. Esta mierda no se ve todos los días.

– No…no…no eres solo tu borrachín. – La voz de Johanna a sus espaldas hizo que se sobresaltara de manera exagerada.


Fin del primer capitulito reeditado, veremos como va la cosa en esta segunda oportunidad, espero les guste y comente que eso me ayuda mucho.

Este es el link al vídeo de Kara watch?v=tUeF-WTMkPs

Me parece fascinante el ojo que le lanza a la inteligencia artificial y sus infinitas posibilidades (confieso que me saco lagrimas a mi también).

Gracias por leerme.