Título: En el otro lado.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato. Tsuna, Yamamoto, Hibari y Reborn.
Género: General. Drama.
Rating: T.
Advertencias: ¿Ninguna?
Resumen: Algo cambió. ¿Pero qué sería? ¿Gokudera o los demás Guardianes?
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es ni será mío nunca. De Amano Akira, sí.
25/07/12.
1. Capitulo 1- No te vayas, ahora.
Gokudera va enojado.
Va con el ceño fruncido, tenso y una cara de pocos amigos. Está molesto. Fastidiado, porque en el pequeño descuido que ha tenido (aún no sabe qué le pasó) el grupito de estudiantes de otra de las escuelas de Namimori que lo habían desafiado y retado a una pelea han huido y lo han dejado con las palabras en la boca y unas ganas intensas de golpearlos al meterse con él.
"¡Mierda!". –piensa frustrado, golpeando la primera piedra que aparece en su camino para quitarse el coraje que tiene encima.
Pero hasta ésta llega a fastidiarlo más al salirse de su camino al patearla con fuerza y quedar unos metros más allá y es claro que él no va a cambiar su trayectoria sólo para ir por ella y poderla patear de nuevo. La olvida entonces, centrándose mejor en lo que ha estado pensando los últimos tres minutos desde que reanudó su caminar.
- ¡La próxima vez que los vea…! –y empuña con fuerza sus manos.- ¡Acabaré con esos malditos!
Se decide sin más, continuando su camino a la escuela a paso lento.
Va tarde, pero tampoco es que le importe realmente. Con él siempre es lo mismo.
Y aunque Hibari Kyoya, el Presidente del Comité de Disciplina lo esté esperando molesto en la entrada como todos los días para amenazarlo y reprocharle su impuntualidad y rebeldía, a él no le importa en lo absoluto.
¡El bastardo se puede ir al infierno con sus malditas normas y reglas porque a él le da igual!
.::.
Extrañamente cuando llega a la escuela las puertas siguen abiertas, Hibari no se ve por ninguna parte y la Secundaria Namimori parece lucir ligeramente… diferente.
Lo cierto es que no repara mucho en ello y simplemente continúa con su camino a lo que será un largo día de aburrimiento y fastidio en aquella institución. Un breve "¡Cómo sea!" cruza por su mente, frunciendo más el ceño y resoplando por lo bajo.
Cuando llega a su salón el 2A, abre la puerta de par en par y atrae la atención y miradas de todos sus compañeros y maestro. El regaño de éste no se hace esperar.
- ¡Gokudera, llegas tarde! –le reprende el hombre, mirando su reloj y notando que ya han pasado más de veinte minutos desde que la clase inició.
Tsuna y Yamamoto sonríen desde sus lugares al ver que el Guardián por fin ha llegado, aunque eso sí, ligeramente tarde, por lo que suponen que se ha de haber quedado dormido o algo así por el estilo porque eso no es común en él.
No, después de tomarse tan en serio su trabajo como Mano Derecha y presentarse todos los días temprano en la casa de su Décimo para acompañarlo e irse juntos a la escuela, algo que hoy no sucedió.
Mientras tanto, todos aguardan en silencio el veredicto del profesor ante su retardo pensando el hombre que esta es la primera vez en lo que va del curso, además de que Gokudera se ha estado comportando y ya no causa tanto alboroto por lo que le da otra oportunidad y no lo castiga. Se le pasa, pero sólo por esta vez.
- De acuerdo. –suspira, acomodándose sus gafas.- Entra… pero sólo por hoy, Gokudera. ¿Queda claro?
Él no contesta y sólo entra, notando de inmediato que ese día nadie ha faltado a clases por lo que sólo queda un lugar en el aula, el suyo, pero no es donde acostumbra sentarse porque éste es el primero de la tercera fila y eso no le gusta.
Mentalmente se pregunta si han cambiado de lugares o algo esa mañana… ¡pero qué rayos! Frunce en cambio el ceño, ignora su "asiento" y va al que era su lugar.
- Muévete. –le dice serio y con el ceño fruncido al estudiante que está sentado ahí.
- ¿Eh? –él por supuesto que no entiende qué sucede y se lo pregunta confundido.- ¿P-Pasa algo, Gokudera?
- ¡Sí! –su ceño y mirada se afilan un poco más conforme habla.- ¡Quiero sentarme aquí así que muévete, maldito!
- ¡G-Gokudera! –su profesor trata de imponer orden al ver cómo se desarrollan las cosas.- ¡Tu lugar es el de adelante, es éste. –se lo señala.- ¡Así que ven y siéntate ya!
- ¡No! –lo desafía al mirarlo, lanzándole una mirada asesina que le produce un intenso escalofrío.- ¡Quiero sentarme aquí, y aquí me sentaré!
Más de uno de sus compañeros se pregunta qué está pasando ahí, y por qué Gokudera está causando ese alboroto. Eso, y por qué luce tan molesto y tan… "rudo" por no decir agresivo.
- ¡Gokudera-kun! –Tsuna que tampoco entiende qué está pasando esa mañana con su amigo se levanta de su asiento y trata de calmarlo desde ahí.- ¿Qué estás haciendo? S-Sólo ve y siéntate en tu lugar, ¿quieres?
El castaño espera que se gire hacia sí, que cambie su expresión y le diga sonriente un "¡De acuerdo, Décimo!" yendo a sentarse a su lugar y terminando con eso pero en cambio la expresión con la que se encuentra es otra.
Una totalmente diferente y que no había visto en mucho tiempo o puede que ni siquiera se la haya visto nunca. Ya ni sabe. Él sólo se asusta de inmediato.
"¡H-Hii!".–llora en su mente, dejándose caer en su asiento al ver la mirada seria y aterradora (casi puede jurar que eso que ve en sus ojos es odio) que le dirige en esos momentos.
- ¡Tú no te metas en esto!
- ¡S-Sí!
Asiente, sin poder creer lo que Gokudera-kun le ha dicho o la manera en la que lo ha mirado. ¿Qué pasa con él?
"¡G-Gokudera-kun no es así!". -se repite, aún asustado y en total estado de shock.
- ¡Tú! -una vez aclarado ese punto vuelve a centrarse en el estudiante que sigue en su banca y que mira confundido al igual que todos la escena que se ha suscitado entre Sawada y él, pero eso queda olvidado cuando lo toma con fuerza de la camisa y lo jala hacia sí para poder amenazarlo como es debido.- ¡Te vas a quedar ahí como idiota todo el día o te vas a mover de una maldita vez de mi lugar! ¡O tal vez…! -le da una tercera opción al empuñar su mano libre para golpearlo en cualquier momento.- ¿Quieres que te obligue, eh?
- ¡N-No, yo...!
- ¡Gokudera!
- ¿Qué pasa contigo hoy, Gokudera?
Tanto el profesor como Yamamoto le llaman la atención, poniéndose inclusive de pie Takeshi al no cree lo que su amigo está haciendo y diciendo.
- Hn. ¡Qué molestos!
Chasquea con molestia su lengua al ver lo fastidiosos y odiosos que todos estás siendo ese día por lo que cambia mejor de parecer.
- ¿Sabes qué? -lo suelta y lo avienta contra el respaldo de la silla.- ¡Haz lo que quieras, yo me marcho!
Se acomoda su mochila sobre su hombro, dándose la vuelta para salir de ahí.
- ¿Eh...? ¡G-Gokudera-kun, espera!
- ¡Gokudera!
Tsuna y Yamamoto tratan de retenerlo pero él ignora sus llamados al igual que el de su profesor que le pregunta a dónde cree que va a mitad de la clase más no le contesta a ninguno.
Sin escuchar o mirar a nadie en particular abandona el salón en cuestión de segundos azotando apropósito la puerta al salir.
Adentro, nadie comprende qué ha pasado ni qué ha sido eso. El ambiente es extraño, confuso y sobre todo denso.
- ¿Qué rayos… pasa con él?
Se pregunta realmente extrañado y preocupado Yamamoto al no entender nada. Tsuna, está igual o peor porque sólo puede pronunciar su nombre por lo bajo sin apartarse de su mente esa mirada molesta o la forma en la que se ha comportado frente a todos.
- Gokudera-kun…
Ninguno de los dos entiende el comportamiento irracional de la Tormenta esa mañana y por lo visto no son los únicos en el salón.
Comprensible, pues él no suele portarse de esa forma y mucho menos con Tsuna. En definitiva algo pasaba ahí.
.::.
- ¡Maldición, qué molestos!
Gokudera se aleja de ese salón fastidiado y no sólo porque aquel tipo no se quiso quitar de su lugar (ya lo golpearía más tarde por ello) sino también por la actitud de su profesor y hasta de esos dos.
"¿Quién diablos se creen?".
Se queja, dirigiéndose a la azotea de la escuela en vista de que aún es temprano (el timbre del almuerzo ni siquiera ha sonado) y no puede volver todavía a casa. La idea de vagar por Namimori tampoco le agrada en absoluto por lo que mejor va ahí. A la azotea a descansar, a distraerse un poco y dejar que las horas simplemente pasen hasta que los locales que acostumbra visitar estén abiertos.
Mientras, tomará una siesta o escuchará música en su reproductor y se olvida de todo y todos a su alrededor lo cual resulta demasiado fácil para él.
No obstante, el gusto sólo le dura como hora y media cuando alguien se acerca a él.
El golpe sobre su flanco izquierdo le hace abrir sus ojos y ver quién diablos es.
Por alguna razón no le sorprende, es más, sería mentira ni no aceptara para sí mismo que tenía una idea (acertada, en este caso) de quién era.
¿Quién más si no que el maldito prefecto?
Así que se quita de mala gana los audífonos, guarda su reproductor en su bolsillo y frunce más su ceño.
Hibari aprovecha ese momento para hablarle totalmente serio y molesto de encontrarlo ahí durmiendo tan tranquilo y campante como si nada, rompiendo claramente sus reglas.
- ¿Se puede saber qué crees que estás haciendo aquí, herbívoro?
Ja. Se burla en su mente al escucharlo.
- ¿Qué no es obvio? –le dice, poniéndose de pie para mirarlo altanero y con una pequeña sonrisa en sus labios.- ¿O es que acaso ahora hasta tengo que explicarte algo tan sencillo, imbécil?
El tono de voz, sus palabras y hasta el porte arrogante que la Tormenta utiliza lo hacen enojar.
Al instante se da cuenta de que hoy Gokudera Hayato se está pasando de listo como el profesor de la primera hora del 2-A le informó, y para eso sólo tiene una opción por lo que sonríe, totalmente complacido por ello.
Ahí va a haber sangre.
- Te morderé hasta la muerte. –le advierte con una media sonrisa, sacando sus tonfas y poniéndose en posición de batalla.
- ¿En serio? –a él no lo intimida en absoluto porque aquello es lo mismo de todos los días.- ¡Pues… qué miedo!
- Hn.
Hibari se lanza a atacarlo, retrocediendo dos pasos el de ojos verdes para esquivar su ataque pero algo pasa, el prefecto utiliza su segunda tonfa y con ella sí logra golpearlo.
Un golpe directo en su abdomen que le saca el aire y lo hace doblarse de dolor unos pasos más atrás.
"¿Pero qué... mierda... ha sido...?".
Lleva sus manos a la parte afectada preguntándose qué ha pasado ahí. ¿Cómo es que Hibari ha utilizado tan rápido su otra tonfa y ha conseguido golpearlo?
- Hn. ¿Qué pasó, herbívoro? –se acerca a él con una sonrisa burlona al ver que ha sido muy fácil atacarlo.- ¿Ahora ya me tienes miedo?
- ¡P-Por supuesto que… no!
Lo mira desafiante, irguiéndose como puede. Su mano derecha no se aparta de su abdomen.
¡Maldición, aquello ha dolido pero no volverá a ocurrir! ¡No volverá a tomarlo con la guardia baja!
- ¿En serio? En ese caso haré que cambies de parecer... a ver si así dejas de estar rompiendo mis reglas a la menor oportunidad.
- ¡Pues tú y tus malditas reglas... te las puedes meter por donde más te quepan!
Hibari se toma aquello con demasiada calma. Hoy el herbívoro está más insolente y rebelde que de costumbre, mejor para él.
- ¿Sí? Pues ya veremos quién le mete qué a quién.
Ambos se miran intensamente, continuando con su pelea al segundo siguiente en un mutuo acuerdo silencioso.
"¡Qué diablos...!".
Gokudera se aparta y retrocede unos pasos totalmente confundido al notar que no lo puede atacar ya que los objetos que utiliza en sus peleas cuando éstas se ponen más serías no están en sus bolsillos acostumbrados.
"¿Esos idiotas...?". -repara mentalmente en la pelea de esa mañana pensando en si su desaparición tiene que ver con ellos pero no es así.- "¡No, estoy seguro que las traía conmigo y ni siquiera las utilice con ellos! ¿Dónde rayos...?".
El de ojos azules aprovecha su distracción y se lo hace saber a centímetros de su rostro antes de golpearlo con una sonrisa de diversión.
- Muy lento, herbívoro.
- ¡Qué...!
Un empujón hacia atrás y otro golpe con su tonfa acierta en el blanco, mandándolo contra el suelo y con una mejilla roja y lastimada. La Tormenta incluso tose un poco de sangre y le cuesta respirar.
De nuevo, Hibari utiliza sus tonfas de una manera muy diferente a como siempre hace, tomándolo completamente desprevenido.
- ¡Esto no ha... terminado! -y se vuelve a poner de pie.
- Wao.
Su batalla continúa algunos minutos más pero él ni siquiera puede acercarse al prefecto para golpearlo pues sus tonfas lo detienen antes y le regresan el ataque hiriéndolo más.
Está perdiendo. La batalla desde el principio estuvo dispareja y ahora apenas y puede mantener su equilibrio y eso porque está hincado y apoyándose con una de sus palmas en el piso. La vista por momentos se le vuelve más borrosa y hasta puede escuchar los rápidos acelerados de su corazón en sus oídos.
Tiene que respirar y tratar de controlar los latidos de su corazón... mientras lo hace y mira fijamente a Hibari, una única pregunta viene a su mente.
"¿Por qué? ¿Por qué el idiota es tan fuerte?".
- ¿Eso es todo Gokudera Hayato? ¿Hasta aquí llegaste? Hn. ¿Por qué no me sorprende?
"¿Por qué él… me dice por mi nombre?".
Su efímero pensamiento queda olvidado cuando trata de moverse al tranquilizarse su respiración.
- ¡T-Tú...! -lo mira con verdadero odio en sus ojos al limpiarse la sangre de su labio y tratar de incorporarse pero no puede. El infeliz ahora sí que lo ha mordido hasta la muerte pero eso no le importa en absoluto sino saber lo que le pregunta.- ¿Desde cuándo te... volviste tan... bueno, b-bastar...do?
- ¿Bueno? -se ríe, al no creer la palabra que la Tormenta a utilizado en él.- Querrás decir "fuerte" y yo siempre lo he sido, herbívoro.
No.
Gokudera sabe qué no es así. Esta vez el idiota de Hibari es y hasta pelea diferente. Sus gestos y su expresión al morderlo también. Es más viva, más pasional y placentera sin mencionar que más "personal" o así lo ha sentido durante su encuentro. En verdad disfruta morderlo a él. Y sus golpes y el daño que causa con sus tonfas también son diferente, más mortales.
"Está en otro nivel".
Es todo lo que puede pensar al verlo parado delante de él con esa media sonrisa de satisfacción en sus labios y quizá eso es lo que lo hace lucir y sentirlo tan diferente. Como si fuera alguien más.
Por su parte, ver al herbívoro en el suelo, en ese estado y con esas heridas le hacen preguntarse a Hibari por un instante si en verdad se ha vuelto más fuerte o acaso la Tormenta se ha vuelto más débil porque ni siquiera ha podido bloquear sus ataques más débiles y predecibles (no se lo está tomando en serio con él, sólo es un calentamiento) sin mencionar que no ha hecho acto de aparición sus molestas dinamitas o su famoso Sistema C.A.I. para defenderse o atacarlo, lo cual en él es raro.
En sí, Gokudera Hayato luce diferente pese a su ira y molestia contenida en sus ojos y la expresión de enfado en su rostro pero hay algo más, aunque no puede definirlo ni explicarlo de momento.
Tampoco puede pensar mucho en ello pues alguien aparece para interrumpirlos al abrir la puerta de la azotea y les toma un par de segundos entender qué pasa ahí.
- ¿Hibari?
- ¡Gokudera-kun! ¿Qué está pasando aquí? -pregunta confundido Tsuna al ir de inmediato con su amigo al verlo herido, y Yamamoto también lo sigue.
Reborn que va sobre el hombro del beisbolista observa en silencio su estado. Es claro que Hibari lo ha estado mordiendo hasta la muerte, ¿pero por cuánto tiempo? Son demasiadas heridas y la Tormenta está muy lastimado aunque parece que nada realmente grave.
- Oh. ¿Pero miren quién llegó? -su sonrisa burlona se amplía un poco más al ver aparecer a los demás herbívoros.- El equipo de rescate justo a tiempo.
- Hn. ¿Qué está pasando aquí, Hibari?
Esta vez es el Hitman quien le pregunta al acercarse a él porque lo que ve, el estado de Gokudera no le gusta para nada. Aquello no parece para nada un juego.
- Lo que ves, bebé. Una pequeña pelea entre el herbívoro rebelde que no se quiere rendir, y yo.
Sus palabras y su tono molestan a Tsuna porque aquello no debe de pasar. No deben pelear de esa forma entre ellos. No le gusta aceptarlo, admitirlo en voz alta pero ¿qué no son ambos parte de Vongola? ¿Qué no son Guardianes? ¿Qué no son una Familia?
- ¡H-Hibari-san…! –su reclamo queda inconcluso al sentir y ver como su amigo se pone de pie con algo de dificultad.- ¿Gokudera-kun? ¡No te levantes, por favor! -le retiene del brazo.
- ¡Ustedes…!
Su cuerpo tiembla ligeramente ya sea por el enojo que siente al sentir la mano del castaño o por el esfuerzo que está haciendo al ponerse de pie, que sus ojos estén ocultos tras sus cabellos grises hacen imposible saber cuál es el verdadero motivo.
- ¿Estás bien? ¡No te esfuerces mucho, Gokudera! Haha. -le regala una sonrisa para animarlo.- Ya verás que enseguida atenderemos tus heridas y te sentirás como nuevo, ¿de acuerdo?
Yamamoto le pasa un brazo por los hombros para hacer que se apoye en él, reaccionando de inmediato el italiano.
- ¡N-No me toquen! –estalla completamente molesto mirando a ambos con verdadero odio en sus ojos al enfrentarlos.- ¿Quién diablos se creen…? ¡Me tienen harto, así que déjenme en paz o los mataré a los dos, malditos! ¡Me oyen!
- ¿Gokude...?
- ¿G-Gokudera-kun?
Sus palabras y reacción no sólo sorprenden a ambos sino también a Reborn y hasta Hibari, que lo oculta mejor que el par de herbívoros que no pueden creer lo que han escuchado.
Eso sencillamente no puede ser. Ninguno de los dos, y el Hitman tampoco, reconocen a Gokudera.
¿Qué le ha pasado? ¿Por qué Gokudera está tan molesto que incluso parece odiarlos a ellos, también? ¡Él no es así!
Tsuna quiere retenerlo y preguntarle un montón de cosas, Yamamoto igual, pero no encuentran la forma de hacerlo y sus voces se niegan a salir. Todo es tan confuso y extraño que no saben cómo.
Reborn por su parte simplemente lo observa, del mismo modo que el Guardián de la Nube pero con menos "interés" y desconcierto por su reacción.
- ¡Sólo métanse en sus propios asuntos y déjenme en paz! –reitera, tomando como puede su mochila para irse de ahí no sin antes mirar a Hibari y darle a entender con su mirada y expresión que aquello no ha terminado.
La próxima vez lo vencerá, sin duda. ¡Lo jura! Así sea lo último que haga en la vida.
Sin más abre la puerta, bajando por las escaleras tambaleante.
¡Maldición!
Se detiene a mitad de éstas, respirando con dificultad y agarrándose de la pared.
Tiene que calmar ese intenso dolor que tiene y amenaza con hacerle perder la consciencia si se mueve o esfuerza demasiado así como curar sus heridas y golpes.
Lo bueno que aún falta mucho tiempo para que anochezca y tenga que volver a casa. Espera que para entonces ya esté mejor y pueda aparentar que está bien y que sólo tiene un par de rasguños. Después de todo, no puede preocuparla más de lo que ya de por sí hace.
Continuará…
¡Saludos!
He vuelto con esta historia que no me deja concentrarme en las demás. Tanto así, que ya tengo más de la mitad del segundo capítulo :3
Esta vez no diré mucho sobre lo que planeo, lo haré hasta el capítulo tres así que espero que de todos modos les guste. En base a qué tanto les gustó o llamó su atención subiré el capítulo dos.
Por ahora sólo mencionaré que Gokudera será el protagonista (qué raro) y esto será Shonen Ai, puede que más adelante tenga Yaoi, aunque todavía no lo sé.
Sin más por ahora, muchas gracias por leer y comentar. Nos vemos ;)
