Wenas
Este es el ultimo fic que estoy escribiendo, lo estoy publicando en otros foros y a la gente le gusta bastante así que lo dejo aquí, a ver si os gusta. El primer capitulo es algo corto, pero como tengo escritos unos cuantos, de momento actualizaré asiduamente.
Saludos. Lluvia.
Titulo: An English tea, please
Autora: Lluvia o Alexandra
Pairing: Spuffy, entre muchos otros, que no contaré para no desvelar nada
Tiempo: Universo alternativo, desde 1885 en adelante
Raiting: Por si acaso para mayores de 18, aunque la mayoria de los capitulos que llevo escritos hasta el momento, son aptos para todos los publicos.
Disclaimer: Los personajes de Buffy Cazavampiros y Angel no me pertenecen, son propiedad de Joss Wheddon, Mutant Enemy y las diversas productoras, solo los he tomado prestados para escribir esta historia que sí me pertenece, como entretenimiento personal y sin animo de lucro, aunque acepto donativos
Capitulo 1: Esta soy yo
- Venga, levántate ya, perezosa
- Ya va, mamá – murmuro levantándome de la cama, apartando las mantas, acto seguido comienzo a temblar de frío sentada inmóvil en el borde, mientras observo a mi madre anudarse el corsé, yo aun no se ponérmelo sola.
- ¿Pero que haces ahí parada? – pregunta mi madre girándose hacia mi – Vamos, vístete, que te vas a quedar helada.
Acto seguido me levanto desperezándome, busco mis medias de invierno y me las calzo mientras pienso que en solo cinco días tendré al fin mi propia habitación, nunca he dormido sola. Cuando éramos pequeños, mi hermano y yo dormíamos juntos y cuando mi padre murió, empecé a dormir con mi madre.
Me he debido quedar en la inopia otra vez, porque mi madre me esta metiendo prisa de nuevo, sin moverme de la cama, cojo los pololos de franela y meto las piernas anudándomelo a la cintura y atando las cintas por debajo de las rodillas mientras oigo a mi madre quejarse, por lo lenta que soy. Aun tiritando me saco el camisón y me enfundo en la combinación. Mi madre se gira, ya completamente vestida, para ayudarme a ponerme el corsé, tengo que agarrarme a la cama, para no asesinarla por los tirones que me da, según ella el corsé tiene que oprimir y enderezar la figura. Después de eso, sale por la puerta, no sin antes gritarme que no se me olvide bajar sus guantes y su sombrero cuando termine de vestirme.
Bueno, a todo esto, aun no me he presentado, tengo 16 años, soy rubia y con ojos verdes y por lo que parece me voy a quedar así de bajita, me llamo Buffy Summers…
- ¡Annie¡Ponte al menos dos pares de enaguas! – grita mi madre desde la cocina
- ¿¡cuatro!? – contesto asombrada dirigiéndome a la puerta
- Ya me has oído jovencita – contesta mi madre mientras la oigo subir por la escalera de servicio hacia el cuarto de la señora.
¿Qué os estaba contado¡ah, si! Vale, me habéis pillado, me llamo Anne Bridgitte Summers, pero mis amigos me llaman Buffy. Mi hermano me puso ese nombre porque según él, cuando éramos pequeños, yo solo sabía decir Buffff.
Hoy vamos a la iglesia, por eso mi madre, va a vestir hoy a la señora, aunque yo soy su doncella. Mi madre se ocupa de la cocina y parte de la casa, yo de la otra parte, mi hermano, se ocupa de los caballos, es el lacayo y el sirviente del señorito, aunque el señorito es un año más joven que él.
Ya me he vuelto a ir por las ramas, será por el horror de tener que llevar cuatro enaguas, aunque mi madre y la señora llevan seis. Decía que hoy es un día especial, es el aniversario de la muerte de mi padre y del señor, murieron hace ocho años, ahogados cuando el barco que los traía de vuelta de Alemania, naufragó. Así que, esta mañana vamos a una misa en memoria de ambos, lo hacemos todos los años. Mi madre se va a poner hecha una furia si me ve que aun estoy en ropa interior, así que disculpadme un segundo.
Buffy termina de ponerse las enaguas, se pone el cubrecorsé y el polisón con rapidez, luego rebusca en la cómoda hasta sacar la bajo-falda, después se dirige al armario y saca una falda negra de tela gruesa, una blusa blanca y una basquiña también negra.
Aunque hayan pasado ocho años, mi madre aun viste de luto, los demás, incluida la señora, solo llevamos luto durante este día, aunque la señora nunca ha vuelto a usar colores llamativos, claro que es cierto, que está muy delicada de salud y ya apenas sale de casa.
He descubierto un peinado nuevo que me sienta genial, pero estoy segura de que a mi madre le parecería indecente, para ir a la iglesia, así que me dejare el flequillo y me haré un moño bajo. Están haciendo ruidos en la entrada, los chicos deben estar bajando a la señora, le cuesta mucho bajar las escaleras, y la silla con ruedas que el señorito y mi hermano fabricaron, nunca la saca a la calle.
Cojo los guantes y los sombreros y bajo deprisa por la escalera de servicio, no quiero que me regañen por llegar tarde, abro la puerta del pasillo del servicio saliendo al recibidor.
Mi madre ayuda a la señora que se sostiene sobre bastón con elegancia, le tiendo el sombrero y los guantes y las tres nos ponemos los abrigos.
- ¿Y los chicos? – pregunto a mi madre
- Han ido por el coche – responde, anudándose el sombrero bajo la barbilla
- Se van a llevar una desilusión cuando vean que has bajado puntual – comenta la señora sonriendo, mientras yo me pongo colorada, no es culpa mía llegar tarde a todas partes. Justo en ese momento se abre la puerta dejando ver a dos jóvenes de unos veinte-pocos, uno moreno, ojos oscuros y muy alto, el otro es algo más bajo, castaño y con los ojos azules, ambos, vestidos de negro y muy abrigados, pues afuera nieva.
- Buffy – dicen a la vez, sonriendo por verme allí a la hora
- William, Liam… - sonrío victoriosa a mi vez.
