Sí, yo de nuevo con otra historia... ¡y esta es la primera de Hetalia que subo!

Supongo que todos saben que Hetalia no me pertenece, de ser así el yaoi sería mucho xD

También debo decir que me base en algunas frases o diálogos de la historia de Regina The Evil Queen de la serie OUAT, pero nada que ver con el personaje. Y que subí la historia a mis otras cuentas, las cuales están en mi perfil.

Sin más ¡a leer!


En la isla que representaba Britania, todos los altos mandos se reunieron en la casa de su representación humana: Eileen.

La mujer de largo cabello pelirrojo, pecas, grandes cejas e hipnotizantes ojos verdes, se encontraba frente a todos los líderes del territorio que representaba, a lado suyo se encontraban sus hijos y todos los presentes estaban mirando fijamente al pequeño bebé que cargaba en sus brazos: su hijo menor que había nacido apenas unos días antes.

Caminó unos pasos adelante y observando a todos con una mirada orgullosa, tomo al bebé y lo mostró a todos.

- Su nombre es Arthur, y será quien me reemplace cuando llegue el momento

Arthur entonces abrió sus pequeños ojos, dos brillantes esmeraldas miraron a su alrededor con asombro. Era un bebé de piel clara, con los ojos y las cejas de su madre y hermanos... pero a diferencia del resto de su familia, él tenía el cabello rubio.

Al sentir las miradas fijas en él, su carita fue poniéndose roja y un ligero puchero comenzó a formarse en su boca. Antes de que se pusiera a llorar Eileen lo volvió a acomodar bien en sus brazos y al sentirse seguro de nuevo, Arthur miró a su madre quien le sonrió y este imitó el gesto, siendo esa su primera sonrisa.

Lástima que... su felicidad no duraría por mucho. Las naciones crecían rápido y él al ser la siguiente representación del territorio crecía conforme su madre comenzaba a desvanecerse.

Su hermanos uno a uno fueron alejándose para encargarse de las partes que a ellos les correspondían y al cabo de unos cuantos años solo quedaron en esa casa él y su madre, tiempo en el cual comenzó su entrenamiento en la magia y se hizo amigo de varias hadas y criaturas mágicas.

Nunca se imagino que se quedaría sin ella tan pronto. Pero así ocurrió.

Su madre enfermo terriblemente y Scott, el mayor de todo ellos se lo llevó unos días, y el pequeño supo que esa sería la última vez que vería a su madre viva.

Para cuando Liam y Cian fueron por él a casa de Scott su mal presentimiento se cumplió. Lo arreglaron formal y regresaron a la casa que compartía con su madre.

Arthur se encontraba entre sus hermanos, los gemelos Irlanda lo tenían agarrado de las manos y Escocia junto con Gales estaban al frente oficiando la ceremonia... el funeral de su madre.

Su muerte los afectó a todos, tanto así que esta era la primera vez que se reunían desde que Arthur fuera presentado como la próxima representación del territorio y de eso hacía bastante tiempo. Pero allí estaban ellos, los cinco hijos de Britania: Escocia, Gales, Irlanda del Norte y del Sur... y ahora Arthur, el Imperio Británico.

Después de la ceremonia las Irlandas lo llevaron con ellos hasta el lugar donde sabía, viviría ahora junto a todos ellos. Fue arreglado y llevado frente a varias personas quienes lo miraban con distintas expresiones en sus caras: unos se veían aliviados al mirarlo, otros dudosos, unos pocos esperanzados y la mayoría, con desdén y algo parecido a desprecio. Arthur retrocedió unos pasos hasta que Scott, el representante de Escocia, lo tomo del hombro y lo empujo delante de ellos, instándolo a hablar.

- Debes estar bromeando Escocia ¿este mocoso será quién nos represente ahora? - el que parecía estar a cargo camino hasta quedar frente Arthur, quien al ser considerablemente MUCHO más bajo que él, se encogió en su sitio.

- No subestimes al enano, está claro que él es su nueva representación - su voz siempre fría y con un toque agresivo hizo retroceder medio paso al hombre - preséntate Arthur, y por todos los cielos, deja de temblar - le ordenó mirándolo de reojo con el ceño fruncido.

- Yo soy... el Imperio Británico - dijo cuándo logro reunir el valor suficiente, pero al ver las sonrisas burlonas de los hombres su pequeño orgullo fue herido. Así que parándose en toda su altura e intentando imitar el gesto serio y decidido de Escocia exclamo esta vez fuerte y claro - Yo soy su nueva representación, el Imperio Británico

Una leve sonrisa orgullosa apareció en los rostros de sus hermanos y en ese momento supo que no podía mostrarse débil ante ellos, ni ante nadie, si deseaba ser aceptado y respetado.


Dudas, felicitaciones, tomatazos... ¡en un review!