Disclaimer: los personajes de Harry Potter pertenecen a Joanne Kathleen Rowling y este oneshot participa en el reto I Love Crack del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Draco Malfoy se encontraba en la Batalla de Hogwarts. Recorría a la velocidad de la luz con sus ojos el amplio vestíbulo, intentando encontrar una cosa sumamente valiosa para él. Su manzani. Su bebé verde. Sus padres, Narcisa Lyra Black de Malfoy y Lucius Abraxas Malfoy, le suplicaban y imploraban inútilmente que fuese con ellos a protegerse de esa sangrienta y violenta situación que estaba a punto de ocurrir. Draco buscó en su mente cuál había sido el último lugar por dónde había estado.
Bingo! La Sala que Viene y Va!
Corrió hasta el séptimo piso, y de fondo oía los lloros de los supervivientes y escuchaba los gritos de sus padres, conforme iba avanzando hacia lo más alto del castillo, los chillidos se iban apagando palautinamente.
Al llegar, vio todo quemado y chamuscado por las llamas del último hechizo que lanzó Vincent Crabbe antes de caer para no despertar. Ya era demasiado tarde para arrepentirse. Vislumbró lo que quería ver, pero estaba en pésimas condiciones. Ni siquiera se acordaba de si la había dejado caer o no. Su predilecta manzana verde estaba en los huesos. Todo había comenzado así:
-Crabbe, Goyle, creo que ya sé quién ha entrado en la Sala de los Menesteres- dijo un Draco mordisqueando la manzana verde.
-¿En serio jefe?- dijeron Crabbe y Goyle a la vez.
-Sí, ahora no digáis nada.
Caminaron sigilosamente hacia la Sala de los Menesteres, pero la puerta ya estaba abierta. Draco se encontraba acabando de mordisquear los últimos trozos de la manzana que estaba comiendo. Crabbe, cómo el eterno estúpido y irresponsable que era, dijo al escuchar a Harry Potter, Ronald Weasley y Hermione Granger, los más buscados del mundo mágico:
-Potter, entrégate.
Y dicho eso, invocó el fuego eterno, que hizo que los dos Slytherins, aterrados, furiosos y enfadados con Crabbe por fustrar sus improvisados planes, corren para huir en medio de tantos cachivaches de un fuego demoníaco pedido por el que creían que era su amigo/guardaespaldas. Draco, sin querer y sin darse cuenta, deja caer el resto de manzana, que había sido ya terminada de comer.
El joven Malfoy, al recordar ese fatídico suceso, gime y se deja caer junto a la chamuscada manzana. Entonces susurra a la manzana:
-Manzani, no te mueras, por favor, no te mueras, yo te quiero...
Pero la manzana seguía impertérrita ante esa petición, ya que no escuchaba ni hablaba. Draco soltó unas cuantas lágrimas, por haber dejado caer su predilecta bebé, y se puso en pie, furioso, consigo mismo por dejar que su manzana ardiese en llamas y blandiendo su varita, para lanzar hechizos a diestro y siniestro si era necesario.
Pasaron 10 años. Draco, se había casado a los 5 años de la Batalla de Hogwarts con Astoria Greengrass. Era muy guapa, y amable, súper diferente de su hermana mayor Daphne, que era rubia y de ojos azules, casada con Theodore Nott. Siempre, cada vez que se despertaba, veía en los verdes ojos de una castaña Astoria el verde de las manzanas. Y amaba que su dulce y adorada esposa tuviera algo de su fruta favorita.
