Nota: sí, es de estos drabbles que no sé ni de dónde salen. Son las 4 AM, perdónenme, me pongo emo y salen estas cosas (?)
Inalcanzable.
Pasaba horas contemplando sus fotos. Pensaba en su mirada profunda, esa que las imágenes no podían reflejar; había que verlo personalmente, conocer al menos vagamente su esencia como para notar la vasta variedad de misterios que esos ojos guardaban. Luego admiraba desde el cabello que le enmarcaba tan perfectamente el rostro hasta la forma de sus manos.
Pasaba noches enteras deseándolo, desde una simple caricia hasta todo lo que su imaginación se atrevía a anhelar. Lo quería, lo quería con fervor en todos los aspectos; ansiaba conquistar su espíritu como también sentirlo dentro de ella.
Ken era todo lo que Miyako deseaba en el mundo, lo que había deseado cada noche desde hacía años y lo que seguiría deseando, porque había aprendido con la experencia que el tiempo no curaría su obsesión.
Tampoco la calmaba esa desesperanza agobiante, sentir que aquello que tanto deseaba era lo único que no podría tener jamás. Quizás era la indiferencia de él, o tal vez el sentirse tan insignificante a su lado; pero aunque viera a la vida en general en un cálido tono rosado, a él siempre lo vería como algo totalmente inalcanzable.
Por eso verlo, escucharlo y recordarlo resultaba tan placentero como amargo. Porque recordaba que en el mundo existía la belleza -la más completa y admirable belleza- pero también que estaba condenada a ser para siempre totalmente indigna de ella.
