1. Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

Hanabi no entendía, a veces, por que se le hacía mucho mas cómodo estudiar en la sala de estar, cómodamente sentada en el sillón mientras leía y tenia desparramados a su alrededor los libros, pero estando a la vez peligrosamente expuesta a las interrupciones de los múltiples empleados que trabajaban en su casa, o de sonidos que podrían molestarla a la hora de comprender y memorizar. Pero sinceramente, poco le importaba, era ese el lugar donde a ella le gustaba, y aunque minutos antes la habían intentado persuadir para que subiera a su habitación, ella se mostró irrefutable.

Escuchó una ráfaga de viento de la puerta al abrirse, la voz de su hermana Hinata y un par de pasos mas detrás de ella, junto al sonido casi inaudible del aire cortarse al cerrar la puerta. Hanabi cerró los ojos y su labio inferior tembló. ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Cual era la razón de ese retortijón que sentía en su estómago al mero pensamiento de él, de sentir su presencia?

-Subiré a buscar unas cosas y nos vamos- escuchó la tímida vos de su hermana sonar en el corredor, segundos despues la vio entrar en la sala de estar y saludarla con una cálida sonrisa y seguir de largo hacia las escaleras, mientras lo dejaba a él en el corredor.

Escuchó un suspiro provenir del pasillo, rompiendo con el silencio espectral que habia en la casa. Sí, por que por suerte, a los empleados les tocaba la tarde libre de todos los lunes.

Y entonces, luego de escuchar ese suspiro, Hanabi supo que él estaba mas cerca de lo que ella creía, que seguramente estaba recostado junto al perfil de la puerta, o de pie o apoyado frente al pedazo de madera entreabierto que habia dejado Hinata. Hanabi cerró los ojos y suspiró.

-Haaaaaanabi- canturreó una voz masculina, lo que al principio a la chica le habia parecido ridículo, pero luego ese pensamiento se disipó al sentir como se le retorcía el estómago y esa horrible sensacion de nerviosismo arrollándola otra vez.

Oh no...

¿Por que Kiba no pudo haberse quedado en el pasillo, esperando tranquilamente a su hermana para luego irse otra vez a quien-sabe-donde tenían planeado ir? Pero ahí...mientras él la miraba directamente a ella con esa sonrisa torcida y su mirada afilada viéndola desde lo alto, buscando su mirada con sus ojos chocolate oscuro, sin éxito, lograba ponerla nerviosa.

-¿Qué quieres?-preguntó con voz áspera subiendo su mirada, su labio inferior le temblaba ligeramente, sus ojos se desviaron levemente hacia el costado, fijando sus pupilas casi invisibles en la blancura de la pared, mirnado sobre el hombro de Kiba. A veces agradecía no tener pupilas tan visibles, que le daban la oportunidad de ocultarse en aquellas situaciones.

-Estaba aquí, y quería saludarte- habló rápidamente y soltando un soplido rencoroso.

Hanabi frunció el ceño escéptica y mirandolo, esta vez, fijamente a sus ojos que la miraban con cierto aire risueño. Y entonces quedaron sumidos en silencio los escasos minutos en los que Hinata volvió a bajar rapidamente los escalones de la escalera, y ambos volvieron a despedirse, haciendo sentir a Hanabi esa misma sensacion que tuvo desde que sintió el aire cortarse al cerrarse la puerta.

La muchacha de quince años suspiró y se desplomó sobre el respaldar acolchonado del sillón, echando la cabeza hacia atrás y exhalando otra vez aire mas fuerte. Estaba acabada, y lo peor es que no entendía del todo esas sensaciones tan...tan fuera de su personalidad.

Dentro de todas esas cosas tan errantes en su cabeza, sabía que no debería volver a acercarse a Kiba, o mas bien, evitarlo. Sabe que debe mantener el rumbo, no salirse de su camino e intentar que no todo vuelva a ser arrastrado por todas esas sensaciones dentro de si misma, y lanzar todo al demonio.

Hanabi no quería ser frágil ni débil ante él. Por que ella definitivamente no lo era, pero era por eso que ella queria evitarlo siempre que podía a toda costa, pero sabía que su subconsciente le jugaba de mala manera, sino, ¿por que otra razón le agradaba estar en la sala de estar?

Y ahora, las unicas cuestiones que se le cruzaban por la mente, era como haría para sostenerse en las proximas ocasiones que se lo tope, por que cada vez que lo hacía, siempre empeoraba su actuar...


Ok. Listo.

No sé si se habrá notado mi punto de vista de "como cambia Hanabi", pero bueno...asi es ;)

Cierto, Naruto no me pertenece. Y "Trece Líneas para vivir" son de la autoría de Gabriel García Márquez, uno de los mejores autores ;)

Creo que deberán tenerme paciensia para el proximo cap, por favor ;) (Los caps vana tener conexión entre ellos, aunque no seguirán una linea de tiempo).

Y una cosa, solo esta asignado a Hanabi por que será mas de su parte que de Kiba, aunque si...habrá KibaNabi, obviamente xD

Ciaossu~

PD. Lo sé, mal summary, pero no se me ocurrió otro xDU