Cuando lo vio recordó el miedo que la había invadido cuando encontró aquel antiguo libro.
Eso significa que estoy enamorada de un supervillano.
Había dicho a Tikki que preguntaba sus razones para no ser sincera con el guardían de los miraculous.
¡No puedo estar enamorada de un supervillano!
La nítida imagen de Adrien apareció en su mente en ese entonces, con un traje lila y rodeado de mariposas blancas.
Tendría que enfrentarme a él y...
Sabía perfectamente que si ese fuera el caso no sería capaz de luchar contra él, que él ganaría sin batalla alguna y que habría fallado a su deber, a París, a Chat Noir.
Pero ahora esa idea parecía un juego de niños.
Ahora sabía que Gabriel Agreste era el hombre contra quien había luchado día a día, su modelo a seguir, el padre del chico que amaba, el padre de su compañero de lucha.
Cuando lo vio transformándose frente a la torre Eiffel se le heló la sangre. Girando su mirada a Chat Noir que estaba a su lado, con su arma entre las manos. Supo en ese momento que él estaba sintiendo el mismo dolor que ella había tenido cuando pensó que el chico que amaba era su enemigo.
No. Debía ser peor.
Después de todo el hombre frente a ellos era su padre.
Y en ese momento lo supo, aunque su ideal era derrotar a Hawk Moth no podría hacerlo si Chat se negaba.
Porque ella no sería capaz de pedirle que peleara contra su padre.
Todo dependía de Chat Noir.
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