PREFACIO
POV JASPER
Edward iba a suicidarse.
Lo supe en cuanto el jefe Swan nos dio la noticia de lo sucedido con Bella, y aún así no había hecho nada por evitarlo hasta ese momento. Una parte de mí quería pensar que era porque, en el fondo, yo realmente creía que Edward jamas llegaría hasta ese extremo, pero otra; la más cruel y sádica, siempre lo había tenido claro y estaba seguro de que era lo correcto. Edward merecía morir, se lo merecía por Bella, por Rosalie, por Emmett, por Alice, por Jacob... Y por mí.
Pero no podía dejar que se suicidase, ya no. Alice me lo había pedido, y por ella estaba dispuesto a fingir olvidar los rencores del pasado.
—Edward —susurré de manera cautelosa, a la vez que avanzaba con pequeños pasos hacia la cornisa.
Al escuchar mi voz, Edward giró la cabeza y me miró. No fue hasta que conectó sus ojos con los míos que me dí cuenta de lo mal que estaba realmente. Apenas había pasado una semana desde el funeral, pero parecía que por él habían pasado más de diez años. Envejecido, y mucho más delgado de lo que le había visto nunca, observé al que había sido primero mi mejor amigo y después mi enemigo durante todos estos años, y por primera vez desde que decidí que le odiaba, sentí pena por él.
—Edward —repetí un poco más alto, haciendo que se sobresalase y que perdiese ligeramente el equilibro, tambaleándose desde el borde de la cornisa y haciendo que mi corazón latiese con rapidez—, dame la mano, no hagas esto —le supliqué extendiendo una mano hacia él, sorprendiéndome a mí mismo al notar cómo un par de lágrimas empezaban a deslizarse por mis mejillas, entreabrí los labios y murmuré con la voz rota algo que jamás pensé volver a decir—. Por favor, Eddie. No quiero ver morir a otro de mis hermanos.
