Good girls gone bad: Cuando las chicas buenas se vuelven malas.

Capítulo I: Planes de una noche de verano

Era una noche calurosa de verano en el vecindario de Retroville, y en una pequeña habitación azul, un niño con un cerebro enorme y fanático de los inventos pasaba rápidamente los dedos por el teclado de su computadora. En la alfombra, dos niños desesperados, lo miraban con exasperación.

–Jimmy, hace una hora, cuando dijiste que terminarías "en un minuto", ¿te referías al "minuto" como cuando llegas a la escuela en tu Jet Pack o al de mi mamá cuando dice que va a estar lista para salir? –preguntó Carl con ingenuidad.

–¡Ay, ya párale cabezón! –Gritó Sheen, ignorando la pregunta de Carl–. ¡Me estoy perdiendo la repetición del capítulo especial de Ultralord: "La penúltima resurrección del Roboenemigo", por estar aquí!

–Amigos, ¡paciencia! –Dijo Jimmy dando el último golpe al teclado y anotando unos resultados del monitor en su cuaderno–. Les prometí la mejor noche de nuestras vidas y eso es lo que voy a darles.

Parándose de su silla y dándoles un par de binoculares a cada uno para ver a través de la ventana, Jimmy adoptó una posición de conferencista y explicó:

–Cada año, el primer viernes del verano, Cindy tiene su famosa pijamada, donde invita a todas las niñas del salón con el único propósito de ¡conspirar en mi contra! –dijo dando un manotazo al escritorio. Luego continuó: –¿Y cómo lo sé? Bueno, el año pasado Goddard detectó con su micrófono ultrasónico mi nombre siendo pronunciado varias veces entre risas de niñas dentro de la casa de Cindy. Lamentablemente, dado que el software de Goddard está hecho para entender vocabulario sofisticado y temas verdaderamente relevantes como el significado de la vida o el origen del universo, eso fue lo único que logró captar de su vulgar conversación –dijo con arrogancia–. Pero era evidente que se trataba de una revuelta, porque para el sábado siguiente, Cindy ya tenía un plan elaborado para avergonzarme o burlarse de mí. ¡Pero esta vez se acabó!

–¡Jimmy! ¡No debemos espiar las pijamadas de las niñas! –intervino Carl, sonrojándose mientras reía.

–¡Esto no es una simple pijamada, Carl! ¡Es una confabulación! Y como cada conspiración, pronto lo sacaré a la luz ¡y entonces conocerán lo que es meterse con Jimmy Neutrón!

–Jimmy, no deberías meterte en las pijamadas de niñas, créeme –intervino Sheen–. Mi atarantada hermana también ha tenido pijamadas, y los castigos que les dan a los intrusos van desde el dolor y la vergüenza más grande conocida por el hombre, hasta… ¡maquillarte como mujer!

–¡NO! –Chilló Carl–. ¡No dejes que lo hagan, Jimmy!

–Tranquilos… –los calmó Jimmy mientras tomaba sus notas y conducía a sus amigos a su laboratorio. Entonces, con con una maliciosa sonrisa dijo:– Tengo un plan.