La mañana era cálida, el sol que se colaba por la ventana daba directamente a mi cara, me voltee incomoda en mi cama, para recuperar la paz y volver a dormir, pero justo cuando estaba a punto de volver a caer en la manos de Morfeo, una voz me despertó sacudiéndome.

-¡Vamos, chichinashi! ¡No es hora de dormir!- Era Ayato, un amigo mío de la infancia, como vive al lado, viene a despertarme en la mañanas…aunque la mayoría de las veces soy yo, la que tiene que ir a despertarlo.

-Solo…cinco minutos más, por favor.-rogué

-¿Cuáles cinco minutos más? ¡Dos minutos más y llegamos tarde!- Me tape completamente con la cobija

-¡Oye!-Ayato la jaloneo, sin embargo yo no la solté, estuvimos un rato forcejeando con la cobija, hasta que la soltó, lo escuche dar un suspiro y salir por la puerta, pensé que lo había logrado pero…empezó a sentir algo frio recorrerme…me di cuenta de que…

-¡Ayato! ¡¿Cómo se te ocurre?!- Estaba empapada completamente, Ayato me había tirado un cubo de agua, para que me levantara.

-Te lo advertí, anda vámonos que si no nos apuramos nos van a volver a dejar a fuera.

-¿Y de quien fue la culpa la última vez?- dije mientras exprimía mi pijama.

-tsk*-Ayato chasqueo la lengua, con los brazos cruzados.

-Ya, está bien, sal y deja que me cambie.

-¿Eh? ¿Por qué no dejas que te ayude?- Dijo Ayato burlesco.

-¡Basta Ayato, no hay tiempo para tus bromas!- Dije algo sonrojada.

-Bien, bien- Y salió de mi cuanto con una sonrisa de lado a lado.

Suspire y empezó a vestirme.

Mi nombre es Komori Yui, actualmente tengo 17 años, mi padre salió de viaje y esta fuera durante 3 semanas, mientras Ayato estará "cuidándome", aunque, me da la impresión de que seré yo la que termine cuidando de él.

-¿Ya estas lista?- Escuche a Ayato, gritando desde la sala.

-Sí, ya voy.-Conteste y tome mi mochila.

Mientras bajaba un olor a quemado se podía percibir, baje más rápido para saber quién o qué, era el causante de tal olor.

Cuando llegue a la planta baja de mi casa, me topé con algunos panes quemados, jugo tirado y un Ayato maldiciendo por todo el lugar.

Digamos que Ayato, no era muy bueno en la cocina…

-¿Qué fue lo que hiciste Ayato?

-Yo…trate de hacer algo para desayunar pero…

-Bueno, por lo menos no hiciste que explotara la cocina…otra vez.

-¡Cállate!- Si, siempre se molestaba cuando hablaba de ese accidente.

Suspire y tome 2 pedazos de pan, los metí a la tostadora, mientras vertía leche en dos vasos, cuando el pan se tostó, les unte mermelada de fresa y los puse en un plato.

-Creo que voy a tener que enseñarte a cocinar- dije, mientras me ponía a limpiar el desastre que había hecho Ayato, aunque este estaba más entretenido comiendo, así que no estoy segura de que me haya escuchado.

Yo solo le di unos tragos a la leche y una vez que terminamos, lave los platos y nos fuimos.

-¡Mierda! Nos van a poner reporte otra vez, ¡Date prisa chichinashi!- Dijo Ayato mientras aceleraba su paso.

-¡Espera! ¡Mis piernas no son tan largas como las tuyas!- Tuve que empezar a correr para alcanzarlo.

-¡Te dije que esperaras!- Al llegar hasta donde Ayato pude ver a uno de nuestros compañeros de escuela, él es un año menor que nosotros, pero aun así…

-¡Subaru-kun!-grite mientras sacudía mi mano, el volteo a verme y salió corriendo.

-Cielos…

-Ya déjalo, siempre que intentas hablar con él, sale corriendo.- Dijo Ayato un poco enfadado.

La verdad es que siempre que trataba de hablar con Subaru Ayato se molestaba, no sé porque, tal vez no se llevan bien…

-Parece que llegamos a tiempo- Dijo Ayato mientras se sentaba en uno de los mesa bancos.

-Sí, eso es bueno, un reporte más y era suspensión-dije cansada, y apoye mi cara en la mesa. Escuche el timbre sonar.

- Good morning everyone!

- Good morning teacher

- Sit down please- Era el maestro de inglés, era injusto que a primera hora tuviéramos inglés, no es que fuera pésima en la materia, pero me costaba entender, y con medio cerebro dormido, iba a ser más difícil aun.

Al final sin darme cuenta, me quede dormida, y me desperté a mitad de la clase, yo no era de las personas que se quedan dormidas en clase, de hecho lo odiaba, pero no había dormido nada bien ayer, no pude evitarlo…era la primera vez que me quedaba dormida ¿Por qué tenía tan mala suerte?

- Good, thank Miss Takamura, the following reading is Miss ... Komori, please, and can you continue reading? - Claro que yo no tenía ni idea de donde iba la lectura, no quería quedar como idiota, pero mi mente estaba en blanco, el maestro sonrió y me dijo.

-Bueno, eso es lo que pasa, cuando uno se queda dormido en la clase, tendrá que quedarse después de clase señorita Komori

-¿Qué? Pero…pero si es la primera vez que me quedo dormida.- Trate de excusarme.

-Exactamente, justo porque es la primera vez, hay que ponerle un alto para que no se vuelva a repetir, así que la voy a esperar ¿está bien?

-Está bien…-Ya no podía decir nada más.

-Muy bien, entonces, el siguiente en leer es…- Esto era horrible, la primera vez que me castigaban, y encima, tenía que quedarme después de clase, Laito estaba siendo muy malvado conmigo, a pesar de que Ayato siempre se quedaba dormido, nunca le decía nada, pero yo me quedo dormida una vez, una sola vez, ¡y me tengo que quedar! Estaba muy enojada, pero no podía hacer nada.

Pensé que Ayato estaría riéndose de mí en voz baja, sin embargo el semblante que tenía ahora mismo era tan tétrico que se me erizo la piel.

-¿Ayato que pasa?- pregunte temerosa, nuca lo había visto así.

-…

-¿Ayato?

-…no…no es nada.-y volteo a otra parte, trate de ignorarlo, tal vez, sería lo mejor…tal vez.

Después de un rato, escuche el timbre de receso y salí corriendo a la cocina, no llegaba rápido, ellos se acabarían todo y yo me quedaría sin comer. Pero fue en vano, cuando llegue la comida se había acabado, me senté en una de las bancas del patio decepcionada, suspire profundo, cuando vi que Subaru traía uno de los sándwiches, que yo quería, entonces me le acerque y me quede viendo su sándwich…

-¿Q-que haces?-pregunto Subaru nervioso.

-¿Me darías un poco?- lo mire suplicante, no había desayunado bien esta mañana, y tenía mucha hambre, tampoco era de las que andaba pidiendo comida…la verdad es que me estaba comportando más extraño de lo habitual, tal vez que papá se fuera me estaba afectando.

-Por favor, tengo mucha hambre, no desayune esta mañana- si definitivamente, no actuaba como de costumbre.

-…-y partió el sándwich a la mitad.

-To-toma, no es como si me importaras o algo es solo que yo…- estaba poniéndose como tomate.

-¡Adiós!- y salió corriendo, bueno yo pensaba que era algo raro, pero me resultaba tierno.

-Yui…san…-Escuche a alguien llamándome por detrás.

-¡Azusa!- corrí a abrazarlo.

-¡Regresaste!- él correspondió mi abrazo.

-Si…yo…estaba…ansioso…por…verte- Aunque no era muy fluido hablando eso me resultaba muy lindo.

Él era Azusa Mukami, se convirtió en mi amigo después de que yo le ayudara cuando unos vándalos lo asaltaron, es el hermano menor del maestro de historia, Ruki, y mejor amigo del hijo del director, Kanato.

-¿Hoy no estas con Kanato?- Le pregunte extrañada, casi siempre estaban juntos.

-No…yo….quería…verte…así que…vine…sin que…se diera…cuenta.-Cierto, no es como si yo le agradara mucho a Kanato.

-Ya veo… ¿Tienes tiempo? O ¿Tienes que volver con él?

-Tengo…tiempo- me sonrió y los dos fuimos a sentarnos a una de las bancas, nos quedamos platicando un buen tiempo, hasta que sonó y timbre y nos despedimos.

-¿Dónde estabas?- me pregunto Ayato enojado, una vez que llegue al salón.

-Con Azusa ¿Por qué?

-Porque, habíamos quedado de almorzar juntos ¿Lo recuerdas?

-Ah…es cierto lo siento.

-Trate de alcanzarte, pero saliste corriendo.

-Lo siento, de verdad lo olvide, te lo recompensare, de verdad.

-¿Enserio? ¿Cómo? – Ayato sonrió

-Como quieras.

-mmm…bien- El semblante de Ayato se tornó sombrío y una sonrisa aterradora adornaba su cara, creo que me arrepentiría más tarde de mi proposición.

Al sonar el timbre de salida, todos tomaron sus mochilas y se prepararon para ir a casa, excepto yo, suspire, estaba tan cansada, solo esperaba que terminara pronto para poder volver a casa.

-Vamos a casa- dijo Ayato tomándome de la muñeca.

-¿Qué? Pero si escuchaste que me tengo que quedar.

-No importa, solo ignóralo y vámonos a casa.

-¿Estás loco? Claro que no, Laito me matara si no me quedo.- Ayato trato de convencerme de irme con él, y a pesar de que ganas no me faltaban, yo sabía cómo era Laito cuando se enojaba y solo recordarlo, hacía que me pusiera pálida, no me podía ir.

Al final Ayato se dio por vencida, pero antes de irse me miro con la misma cara que había puesto, cuando Laito me había dicho que me quedara después de clase…esa mirada tan vacía, hacía que me quedara congelada.

El termino por irse, y yo me quede sola en el aula, solo me quedaba esperar a que Laito viniera y a que esa horrible sensación se me quitara.