Un papi para navidad
Su movimientos iban de un lado al otro, reflejando aquella seguridad que hacia a muchos temerles y a otros admirar. A sus 70 años lucia siempre impecable y gozaba de una salud envidiable por muchos.
Era la mañana del dia de la víspera de navidad, como todos los años desde que tiene uso de memoria se encargaban de organizar, preparar y hacer de esta cena, la cena más exclusiva y elegante de la fecha. Cada detalle, cada decoración, plato, utensilios estaba elegido de forma tal que ocasionará en sus invitados el efecto de sentirse ser parte de la realeza inglesa.
A pesar de la fama de su familia, el de pertenecer a uno de los clanes mas importantes de Escocía, Elroy Ardley, siempre deseo llevar el nombre de su familia más allá de una simple relación de negocios. Por mucho tiempo estuvo a la espera de que su sobrina Rosmery le daría la dicha de unirse a un miembro de la corono británica, pero ese sueño se convirtió en pesadilla al momento en que su sobrina favorita puso sus ojos en un simple capitán sin titulo nobiliario; esta fue una de las decepciones más grande para la matriarca; quien tuvo que guardar sus ilusiones de enlazar su apellido a un noble inglés.
Con el nacimiento de Anthony y ver el porte del mismo, pensó que si con William no podía conseguir una unión ventajosa para la familia, con este nuevo miembro sí lo tendría, pero la vida le jugo sucio y al perderlo, muchas de sus ilusiones se perdieron. Nunca iba a decir que el joven rubio hubo sido su favorito, pero fue más que obvio por toda la familia al ver el inmenso dolor ante aquella perdida.
Aunque le quedaban dos sobrino más, pues nunca contó con Albert para poder lograr sus objetivo, temprano entendió que con Archie y Aliestier nunca lograría una unión donde su familia se viera ligada a la aristocracia Inglesa, los jóvenes eran de almas simples y sencillas almas de ellos, le sería imposible conseguir una esposa aristócrata. La mujer continuó caminando y organizando todo mientras sus recuerdos cobraban vida en su mente.
Luego recordó como volvió a ilusionarse con Elisa, ella bella, educada, de buena familia, criada como una reina y para ser una reina… Pero no… Otra que simplemente se encargó de enlodar el apellido con su comportamiento tan libertino y haciendo que todos hablaran de ella como la mujer que anda de mano en mano.
Elisa tuvo que ser casada hace mas de 5 años con un hombre que le doblaba en edad, pero que por un buen puesto en los hoteles de la familia se encargó de aquel pequeño bultito de 5 meses que llevaba en si vientre y cuyo padre nunca se supo quién fue. Otro era el caso de Neil, definitivamente la oveja negra de la familia, sin porte, sin metas y sin más nada que decir.
El joven Leagan tuvo que casarse con una hermosa, pero ambiciosa mujer de una de familia de clase media de Chicago, debido a una situación muy comprometedora en la que fue hallado y de la cual no pudo forzarse con dinero; ellos querían más y la joven mujer fue la llave para que dicha familia entrara al circulo social de los Leagan…
Ya sentada en su silla favorita, y aunque esta no era su casa principal, ya que debido al embarazo de la esposa de William, debieron de celebrarse las fiesta en la mansión de New York; debía decir que la esposa de su sobrino William; sí que sabía como tratarla. Tomó su tasa de té y llevándola a la boca otro recuerdo llenó su memoria…. Sus deseos, lo que tanto anheló, quedó sólo en eso en deseos…. Y para rematar estaba la huérfana, otra que sólo ha pisoteado el apellido de lo Ardleys…
Odiaba que luego de los sucesos de hace 5 años, William le permitiera continuar siendo parte de la familia, ella hubo enlodado de la forma más imprudente el apellido, y cuando quizo enmendar aquella situación casándola con un hombre de bien, William se lo prohibió. No toleraba ni siquiera el aire que ella respiraba, no toleraba aquel bultito que siempre andaba con ella y que ella presentaba con tanto orgullo; no entendía como podia sentir orgullo de tener en su vida un bastardo; sí esa era la palabra exacta, un bastardo…
Un ruido hizo que la señora Elroy saliera de sus pensamientos y cómo llamada por ellos sus ojos se posaron en la figura de aquella rubia que minutos antes ocupaban sus recuerdos. La miró de arriba a abajo y cabía decir que lucía hermosa. La maternidad y los años transformaron la jovencita atolondrada en una dama, con manchas, según su criterio, pero una dama al fin. Sus verdes ojos le recordaban demasiado a los de su sobrina, pero su sonrisa era un reflejo de alguien que hubo visto antes, pero no podia recordar.
¿Qué haces aquí? - fue el seco saludo de la tia a la joven
Buenos días tia… - Le respondió la joven con una leve sonrisa - Espero que haya tenido una excelente noche
Te hice una pregunta Candice… - Volvió a hablar secamente
Alb… William y Melissa me invitaron - Le respondió la joven, mientras acariciaba una melena de pelos color chocolates que se escondía en su falda
Veo que has traído…
Si tia, usted sabe que donde yo voy, va mi hija…- Le interrumpió ya que sabia el dialogo de memoria ya que cada vez que la veía era lo mismo - Si me disculpa Tia me retiro estamos cansadas, recién llegamos de Chicago
Espero por el bien de William que ambas se comporten, Candice y por favor trata de no seguir ensuciando nuestro apellido, aprende de Annie y Mellisa, ellas están CASADAS.
No se preocupe tia.. - La joven respiro fuertemente, ya estaba cansada de lo mismo, pero por respeto hizo una mini reverencia y dando vuelta se retiró.
Al entrar a la sala familiar el panorama fue totalmente diferente, a pesar de la excelente decoración de la misma, ya que Mellisa tenia un gusto para decorar que sólo se podía comparar con él de la señora Conway. Mellisa estaban en el sofa mientras Albert le acariciaba su avanzado vientre, sí en efecto era cuestión de pocos días para que su hermanito naciera, sonrió para si ante aquel pensamiento y continúo mirando aquella hermosa postal familiar.
En otro sillón estaba Annie, como siempre pendiente a las revistas de moda y chismes de farándula y a sus pies su esposo jugando con sus dos pequeños. El matrimonio Conway fue bendecido con dos gemelos una niña idéntica a su padre y un niño con todas las facciones de su desaparecido tío, ellos nacieron 3 meses después del nacimiento de Ellie Ann, la hija de Candice. Fue una boda que se tuvo que realizar corriendo ante la sorpresa de que Annie estaba embarazada y para evitar mas comentarios la pareja fue enviada a Europa durante un tiempo mientras nacían los bebes..
Otros ojos del color azul zafiro y de oscura cabellera miraba la misma escena, pero se concentraba en ver a su tío Archie jugar con sus hijos en el piso. Sus ojos se pasaban de uno a otro. A sus 4 añitos no entendía por qué sus primos tenían un papá que jugaba con ellos y ella no; su mayor deseo era un papi, alguien que le cargará como su tío cargaba a sus primos, un papi que le dijese princesa y le enseñara a bailar como su mami bailaba. Era todo lo que este año le había pedido a Santa: Un papi para navidad. No quería juguetes, ni siquiera chocolates o dulces. Su deseo era tener un papi…. Le dolía cada vez que le decían que ni su padre la quería y que por eso la abandonó, ella sabia que decirle esas palabras herirían a su madre quién hacia de todo para verla feliz. Miró a su Tio-abuelo Albert y recordó que su mami le hubo dicho él pronto también sería papá y se preguntó "¿qué tenia que hacer ella para conseguirse uno?"
Ya había hablado del tema con su mami sobre quién era su papá, pero esta nunca le respondía, solo se limitaba a abrazarla y darle besos. Su mamá no entendía que su deseo era un papá, tener un papá para jugar como sus primos y compañeros de la escuela; de noche antes de dormir se ponía de rodillas luego que su mami salía de la habitación y pedía por ello, pedía por tener un papá. Muchas fueron las veces que lagrimas salieron de sus ojos al ver como otros niños, incluyendo los odiosos de Lisa hija de Eliza y Daniel hijo de Niel tenían sus padres juntos.
A sus 4 añitos, Ellie Ann, era sumamente inteligente, tanto que cursaba cursos superiores a su edad, era muy madura y muchas de las veces hacia preguntas que a un adulto le era difícil responder. Más sin embargo no entendía el por qué ella no tenia un papá; "¿que hubo hecho mal para que no le dieran uno? ¿acaso él no la quería? ¿acaso ella no era una niña buena?"
Bajó la mirada y una suave y tímida lagrima bajo por su rostro, su larga y oscura cabellera le tapó la cara y con sus pequeñas manitas se limpió aquello que no quería que nadie viese; sin embargo su tío al levantar la cara le vio y también el dolor en aquellos pequeños ojos color zafiro.
Rápidamente se incorporó del piso y se dirigió a ella levantándola y llenándola de besos y cosquillas, en su interior Archie entendió lo que le sucedía a Ellie, y aunque nunca lo hubo comentado con Candy, hacia ya tiempo que había visto aquella sombra de celos en los pequeños ojos que tanto le acordaban a cierto aristócrata que no soportaba.
Mi pequeña gatita - Le dijo mientras la levantaba, todos les miraban felices al ver que Candy y Elli hacían entrada
Tio Archie…. - Gritó la beba y le abrazó muy fuertemente. Archie desde el nacimiento de sus hijos quizo brindarle mucho más afecto a la niña, pues al ser padre entendía la falta que uno le haría a ella.
Pequeña - Fue la bienvenida que le dio Albert abrazando a su hija - No pensé que fueras a venir… Es una gran sorpresa
Yo… La verdad Ellie no quería estar sin ustedes este día de navidad, lloró tanto que no tuve otra opción que subirme en el tren y aquí estamos…. - Dijo ella, excusándose por la abrupta llegada a la mansión
Candy…. Bienvenida - Dijo Annie abrazándola fuertemente. Ella entendía el sentir de Candy, estaba en New York, por primera vez en tantos años estaba en "Su Ciudad"; aquella de la que se fue para nunca más volver.
Mellisa, no te levantes - Le dijo Candy al ver como su nueva madrastra intentaba levantarse y dirigirse a ella para abrazarla y tocarle su vientre - Mi hermanito esta cada día mas grande - le dijo y todos comenzaron a reírse. Luego de un rato de risas las recién llegadas se excusaron para ir a refrescarse y estar listas para la comida, Mellisa llamó su mayordomo y este las dirigió hacia la habitación de la joven, mientras Annie y sus gemelos hacían lo mismo.
Albert se sentó junto a Mellisa y se perdió por un instate en sus pensamientos, recordando un detalle importante y que no sabia cómo manejar.
¿Qué sucede tío ? - Le dijo Archie mientras le hacía llegar un vaso con Whisky
Es que no creí que Candy viniera a la cena, primero por que ella no ha querido salir de Chicago en los últimos años y segundo por que la cena sería en este estado. - Dijo él joven magnate sin dejar de mirar su vaso
Te entiendo, yo tampoco pensé viniera - Le respondió Archie demostrando tristeza en su expresión
¿Albert? - Preguntó Mellisa haciendo que el joven rubio le mirara y entendiera la pregunta que ella
No te preocupes Mellisa, estoy seguro que él no vendrá, no celebra estas fiestas y aunque está de visita, lo más seguro es que la pase con sus padres
¿De quién hablas tío? - Preguntó un curioso Archie
De Terry….
¿Terry? ¿Qué pasa con él? -Preguntó el joven un poco confundido
Archie…. Tu sabes muy bien quién es el padre de Ellie Ann… ¿O no me digas que no te has dado cuenta del parecido?
Sí…. Desde la primera vez que la tuve en mis brazos supe quien era el padre y por eso no entiendo…. - Dijo el joven molesto ante aquellos recuerdos que comenzaban a llenar su memoria - ¿Cómo es posible que haya sido tan tonto de dejarlas? ¿Cómo es posible que no le haya importado para nada su hija, Candy? Siempre pensé que el realmente la amaba…
Archie, tranquilízate… - Intentó serenarlo Albert - Terry no sabe de la existencia de Ellie - Le respondió el joven magnate
¿Qué estás diciendo? - Dijo el joven sin entender cómo era posible aquello
Candy nunca le dijo que estaba embarazada y luego de la muerte de Susana, ella se escondió por miedo a que él se molestará por haberle escondido a su hija. - Albert tomó la mano de su mujer la besó y continuó - Terry intentó buscarla, le envió una carta, pero al no recibir contestación de ella decidió aceptar la propuesta de su padre y se ha convertido en el nuevo duque de Granchester. Hemos continuado con nuestra amistad con cartas y cada vez que he viajado a Inglaterra me he reunido con él y para decirte la verdad; ocultarle la existencia de Ellie me ha dolido.
Pero… Es que está mal que Candy…
Candy le ama y prefiere estar alejada que saberse odiada por él…. Ella nunca lo admitirá, pero teme ver odio en sus ojos…
Ellie sufre al no tener un padre tío… - Le respondió Archie
Lo sé y ella también… - Respiro de forma cansada y continuó - Hace dos días me encontré con Terry y sus padres aquí en New York, estaba resolviendo unos compromisos de negocios y le invité a cenar hoy con nosotros, pero como te dije…. Dudo mucho que venga, él no celebra las fiestas y menos esta época que están difícil para él.
¿Por la actriz?- Pregunto el joven recordando la difunta prometida del Terry
No, el nunca amó a Susana, él sólo ha estado enamorado de nuestra Candy - Sonrió de medio lado al recordar la última borrachera juntos en Inglaterra, dónde el joven duque le decía que aún la amaba - Estas fechas son de suma importancia por que se acerca el fin de año y fue un 31 de diciembre cuando la conoció
Te escucho y me parece escuchar una novela de drama… y lo peor de todo es que quien sufre la peor parte es Ellie.
Lo sé - Dijo Albert sirviéndose otro trago.
¿Crees que vendrá? - Preguntó nuevamente Mellisa
No, pero si lo hiciera sería el mejor regalo para Ellie y Candy
¿Le vas a decir a Candy que le invitaste? - indago el joven Conway
No…. No creo que venga y para qué estresarla
La conversación se terminó al llegar Annie y pedirles pasaran al comedor, donde ya estaban los demás familiares Ardley y Leagan. Candy se sintió incomoda ante la presencia de los último, pero decidió poner su mejor cara para pasarla bien. Estaba en esta ciudad, en este lugar y en esta mesa por su hija, por qué quitarle compartir las fiestas con sus tíos series demasiado doloroso para la niña, aunque para ella representara un suplicio estar allí con tantos recuerdos.
