Gustos son gustos

Una mirada va, una sonrisa viene, y el uruguayo ya está sentado sobre las piernas del argentino.

No es que sea un entregado, claro que no, pero si hay algo que le gusta a Sebastian, es un día frío, con lluvia, sentir un cuerpo caliente sobre el suyo. Gustos son gustos, no? El charrúa no es una excepción a esa regla.

-Que pasa?- Pregunta Martín con una sonrisa ladina, y es que el rubio se sacó los anteojos, y esos ojitos color miel le piden algo a gritos.

Sebastian entorna los ojos y se muerde el labio inferior. -¿Qué puede ser, boludo?- No quiere sonar necesitado ni nada de eso, así que no le sigue el juego al pelotudo de su amigo.

-En serio... ¿Que pasa?- Sigue jugando con la necesidad de su amigo acercando la cara un poco mas a la de Sebas. El otro no responde y solo une sus bocas de forma tosca. El beso es apasionado, simple, ya lo han hecho muchas veces antes y es algo hasta amistoso. Las manos del argentino bajan por la espalda del otro y llegan hasta apretarle el culo. Sebastian sonríe de pura satisfacción, las manos del rubio le resultan conocidas y se sienten bien. Sus dedos acarician los botones de la camisa de Martín, este sonríe y se deja.

Y sus cuerpos ya están desnudos. Jadean. Uno que otro insulto afectuoso y llegaron a la cama.

Afuera llueve. La gente se despide de febrero y marzo llega volando. Humedad todos los días. Daniel está podrido de todo eso. Por mas que llama, ninguno de sus primos le responde el teléfono y no tiene ganas de estar solo. Tampoco quería recurrir a Julio porque lo mas seguro es que Miguel lo sacara rajando... ¿Entonces?

Saca una campera del placar y sale poniéndose la capucha. -Estos estúpidos ..- Se queja mientras camina a paso rápido por debajo de la lluvia. Iba a ir a lo de Sebastian... de seguro se había juntado y no lo habían invitado.

-Que hijos de puta...- Sigue puteando en voz baja. Nunca podían ir a visitarlo a el, no? -Basti!- Golpea la puerta con fuerza, se estaba mojando todo. - Basti!- Vuelve a llamarlo pero nota que está sin llave. Vuelve a putear al notar que se había estado mojando al pedo.

Entra, se sacude el pelo, se deshace de la campera y camina por el pasillo hasta llegar a la cocina. -Eh?- Una camisa tirada por el suelo. El uruguayo no es nada desorganizado, y eso le suena a cualquier cosa.

La habitación le parecía un lugar al que no quería ir, al menos hasta que escuchó ese claro y fuerte -T-Tincho...- Un gemido largo. Y el que creía que interrumpía algo con el brasilero.

-¡¿Que mierda pasa acá?!- Y la puerta se abre azotándose contra la pared. Decí que los dos pararon en aquel instante y lo miraron con los ojos abiertos de forma subnormal, porque Daniel estaba que hervía de rabia...

...Y es que... NO LO HABÍAN INVITADO!

-Vallanse a la mierda...- Se sacó la remera y se desabrochó el pantalón metiéndose a la cama ante la mirada incrédula de los otros dos... que al final, ezbozaron una sonrisa gatuna...

-Te estábamos por llamar...- La excusa del uruguayo.

-Si, pero Sebas estaba demasiado caliente para esperar...- La acotación del argentino.


LOL xD Nuevo record... y es que para escribir este fic habré estado, como mucho, 25 minutos.

La cosa es que siempre quise escribir de estos tres loquillos, y puede que no sea EL FIC!, pero son las 6 de la mañana y no dormí en toda la noche, por lo tanto, no estoy demasiado imaginativa ni lucida para escribir.

Bueno, si les gusta, soy feliz! Pueden deja un review! :3 Si no les gusta, bueno... al menos intenté caerles bien...

Jeje, me despido! Besos, gente!