¡Hola! Bienvenidos y Gracias por haber decidido darle una oportunidad a esta nueva historia.
Esta es la primera historia de One piece que escribo así que espero que sea de su agrado. Pero tengo que hacer una aclaración: hasta el momento no he podido leer ningún FanFic de One piece así que cualquier coincidencia con otro FanFic es pura coincidencia.
Aún voy solo por el episodio 570 aprox. del anime, así que por ahora me voy a basar en las cosas ocurridas hasta entonces aunque la historia transcurre años después.
Declainer: One piece no me pertenece, pertenecen a Eiichiro Oda y Toie Animation Company. Esta historia está basada cuatro años después de los sucesos ocurridos en Marineford.
Capítulo 1: La Isla Protegida por los Reyes Marinos - ¡Llegado a la isla Subarashi Tsuru!
4 años después de la Guerra en Marineford. En algún lugar del Grand Line:
- ¡Sanji! - dijo el capitán de un navío pirata - ¡Tengo hambre! ¡Dame más comida! - exigió mientras se recargaba sobre la mesa de la cocina de su barco
- ¡Ya te has comido las provisiones de un mes! - dijo el cocinero muy enfadado - solo queda suficiente para Nami-san y Robin-chan - dijo cambiando su tono a uno más amoroso y dulce
- ¡Pero Sanji, tengo mucha hambre! - insistió su capitán
- ¡Te aguantas! - dijo el cocinero cambiando nuevamente su tono a uno furioso
- ¡Chicos! - interrumpió el llamado de una joven desde la cubierta del barco en el que se encontraban
- ¡Nami-swan! - gritó alegremente el cocinero mientras se dirigía rápidamente a la cubierta para ver que le sucedía a la dueña de aquella voz
Toda la banda pirata se reunió en la cubierta del barco para ver que sucedía. Fue entonces cuando la navegante, quien los había reunido, comenzó a hablar.
- dentro de muy poco llegaremos a una isla que está resguardada por Reyes Marinos, quiero que estén atentos a las indicaciones que yo les dé para evitar cualquier percance, ¿de acuerdo?
- ¡De acuerdo! - dijeron todos efusivamente, a excepción de dos de ellos: una joven alta de cabello oscuro, quién permaneció quieta y respondió solo con una pequeña sonrisa, y un joven corpulento de cabello verde que cargaba consigo tres espadas, el cual no hizo ningún tipo de gesto.
Al poco tiempo, como si se tratara de un acto de magia, una gran isla cubierta totalmente por árboles de todo tipo, apareció ante los ojos de los tripulantes (a pesar de que uno de ellos no tenía ojos y otro solo tenía uno), y, como ya lo había advertido la navegante, el mar a su alrededor estaba plagado de gran cantidad de Reyes Marinos, cantidad solo comparable con los del Calm Belt.
Al divisar tierra, Franky, el carpintero de la tripulación y creador de aquel magnífico barco, tomó el timón para guiar el barco por la ruta que la navegante aseguraba ser la más segura para llegar a la isla. Mientras tanto, el resto se preparaba para pelear, e caso de ser necesario, contra los Reyes Marinos.
- todavía no han notado que estamos aquí - dijo Nami, la navegante - guarden silencio par… - ni siquiera pudo terminar la frase cuando su capitán hizo un estruendoso ruido al golpear a uno de ellos, llamando, instantáneamente la atención de todos los demás - ¡LUFFY!
Después de tremendo golpe, el animal cayó al agua inerte, moviendo ligeramente el barco con las olas que la caída había provocado. Frente a esta situación en el barco abundaban diversas actitudes; por un lado, Nami y Sanji estaban furiosos por lo que su descuidado capitán había hecho; por otro, Usopp, el francotirador, Chopper, el doctor y Brook, el músico, estaban aterrados; Franky, quien ni por un segundo había dejado de maniobrar el barco para ponerlo devuelta en la ruta que había elegido, se había sorprendido más que nada por el hecho de que con un solo golpe proveniente de su capitán fue capaz de derribarlo; mientras que, ni Robin, la arqueóloga, ni Zoro, el espadachín, se inmutaron al respecto.
Rápidamente un gigantesco Rey Marino se abalanzó contra el barco con la intención de comérselo de un solo bocado, pero sus intenciones se vieron frustradas por Zoro.
- Ittoryu Sanryaku Rokuyuu Pondo Hou (Cañón de 360 libras) - quien después de decir esta frase le proporcionó un corte que lo dividió a la mitad - supera eso, cejas encrespadas - dijo desafiando al cocinero
- ¡No dudes de ello, maldito marimo! - contestó este, aceptando el desafío - Anti-Manner Kick Course (Patadas anti-modales) - dijo al darle unas certeras patadas a otro Rey Marino, incluso más grande que el anterior, dejándolo inconsciente. Esto, por otra parte, provocó la ira del espadachín. Ambos se lanzaron al ataque para descubrir quién de los dos podía acabar con más Reyes.
Cada quien peleaba de la forma que mejor podía. Robin usaba las habilidades que la Hana Hana no mi le habían dado para inmovilizar a los Reyes Marinos que se le presentaban, haciendo más fácil para Zoro, Sanji y Luffy atacarlos; mientras que Brook tocaba una canción que los hipnotizaba para después cortarlos con su espada sin que se dieran cuenta. Chopper había cobrado una forma que él llamaba Kung Fu Point y atacaba desde el barco a los pocos que lograban acercarse a él. Usopp, por su parte, usaba sus Pop Green, unas semillas que pueden hacer crecer plantas donde se las arroje.
- Midori Boshi: Devil (Estrella Verde: Diablo)- dijo al disparar una de las Pop Green, surgiendo de ella una planta que tragaba a los más pequeños, aunque también atacaba con Hissatsu Firebird Star a los oponentes que se encontraban más lejos.
Así, mientras todo esto sucedía, Nami y Franky guiaban al barco hasta la isla, donde por fin podrían estar seguros.
A pesar de que la pelea se extendió más de lo que Luffy pensaba pudieron llegar a salvo a la isla.
- ¡IDIOTA! - le gritó Nami a Luffy mientras lo golpeaba en la cabeza - ¡PUDIMOS HABER MUERTO!
- pero Nami, tengo hambre - dijo este
- ¡ESO NO JUSTIFICA QUE NOS PUSIERAS EN PELIGRO! - siguió diciendo la navegante
- Sanji, cocínalos - dijo Luffy
- ¡POR LO MENOS PON UN POCO DE ATENCIÓN! - le dijo Nami al darle, nuevamente, otro golpe
- ¡Oye, Nami! - interrumpió Usopp la discusión - ¿Qué isla es esta?
- es la isla Subarashi Tsuru (Gran Enredadera) - dijo la arqueóloga - actualmente se encuentra deshabitada ya que es muy difícil llegar a causa de los Reyes Marinos, y, en el caso de que personas pudieran llegar no durarían ni un mes, porque si quedan atrapados en las enredaderas no podrían escapar y serían devorados por bestias salvajes - dijo tranquilamente
- ¡No digas cosas como esas tan tranquila! - dijo Usopp
- Robin da miedo - dijo Chopper asustado
La navegante miró el cielo y dijo a sus nakamas: - anochecerá dentro de poco, acampemos aquí y nos iremos cuando el Log esté listo
- ¡Pero, Nami! - dijo Usopp - ¡Es Peligroso!
- no lo es si no nos adentramos en la isla - explicó Sanji - podemos dormir en el barco
- está bien, pero vayámonos en cuanto esté listo, hay algo en esta isla que no me gusta - dijo Usopp al sentirse observado desde que llegaron
Ciertamente Usopp no estaba muy errado en lo que decía, sí había alguien observándolos desde que llegaron, pero no era alguien que pudiera hacerles daño alguno. Quien los observaba estaba maravillado por la fuerza de aquellos piratas que acababan de llegar a la isla en la que, desde hace poco tiempo, él se encontraba. Sin embargo, por más deseo que tuviese esa persona de ir a conocerlos, todavía no era el momento para mostrarse ante ellos. Ya habría más tiempo para eso. Mucho más tiempo…
La noche llegó, y todos se reunieron frente a una fogata en la que Sanji estaba terminando de preparar uno de sus platillos con la carne que acababan de conseguir. Una vez que la cena estuvo lista, Sanji sirvió un plato a cada uno de sus compañeros, aunque claro, el plato de Luffy tenía que ser nuevamente servido cada minuto ya que este comía sin parar.
Mientras comían, Usopp no paraba de sentirse incómodo, cosa que no pasó desapercibida para el resto.
- ¿sucede algo, Usopp? - le preguntó Nami
- no, nada… es solo… que… me he sentido un poco… incómodo, desde que llegamos - dijo este - ¿ustedes no?
- la verdad es que no - dijo Nami
- ¿segura?… - preguntó Usopp - realmente siento como si alguien nos observara
- debe ser tu imaginación - dijo Zoro sin darle mucha importancia, mientras bebía sake nuevamente
- si, tal vez es cierto - dijo Usopp un poco desanimado
- no te preocupes, Usopp - le dijo Luffy en un tono alegre - si algo intenta hacernos algo yo me encargare de él - dijo mostrando una gran sonrisa
Estas palabras hicieron sentir un poco mejor a Usopp.
Después de cenar todos se dirigieron a sus cuartos para descansar.
A la mañana siguiente, Nami se levantó de su cama y se dirigió a la cocina donde solo se encontraban Robin y Sanji, este último se encontraba preparando el desayuno para ambas.
- Buenos días - dijo Robin al entrar
- Buenos días, Robin - respondió Nami
- ¡Buenos días, Robin-chwan! - dijo Sanji al mismo tiempo que corría rápidamente una silla invitando a Robin a sentarse. Una vez que esta lo hizo, regresó inmediatamente a la cocina a buscar las dos tazas de té y el pastel que les había preparado y les sirvió un poco a ambas.
Mientras comían, Robin, Nami y Sanji charlaban tranquilamente hasta que:
- Creo que hoy recorreré más a fondo esta isla - dijo Robin
- ¿¡Qué!? - dijeron sus nakamas
- Tu misma dijiste que esta isla era peligrosa, ¿y ahora quieres ir a explorarla?, ¿Acaso estás loca, Robin? - dijo Nami
- ¡No puedes hacer eso, Robin-chan! - dijo Sanji - ¿Qué harías yo si algo te pasara?
- A pesar de que ya no, en la antigüedad existieron civilizaciones que habitaron en esta isla - dijo Robin - solo quiero estudiar la historia de esta isla… es importante para mí
Los tres se quedaron en silencio.
- al menos déjame acompañarte - le dijo Sanji unos segundos después - si algo te ocurre nunca me lo perdonaría
- Está bien - le respondió la chica
Sanji preparó el desayuno para el resto y, ya que Robin le advirtió que podían tardar unas cuantas horas, preparó además unas cajas bento para Robin y él. Dejó la comida de los demás sobre la mesa y cargó los bentos en una mochila y ambos salieron directo al bosque, no sin antes despedirse de Nami.
Después de caminar durante al menos 3 horas llegaron a una ciudad antigua completamente abandonada y en ruinas, los edificios estaban tan dañados que daban la impresión de que se vendrían abajo con una simple brisa, esto, por un lado, alarmó a Sanji cuando vio entrar a Robin en una de ellas. Entró rápidamente a buscarla y advertirle a su nakama que tuviera cuidado.
- ¡Robin! - dijo Sanji al entrar, en cuanto la vio la tomó del brazo y le dijo: - entrar aquí es peligroso, salgamos - pero lejos de moverse, Robin señaló con el dedo más al interior del lugar, en donde se podía apreciar una estatua de una mujer situada en el centro de una sala que, de algún modo, había logrado sobrevivir al paso de los años, a los constantes cambios climáticos y a las inmensas tempestades que abundaban en aquella isla. Por dentro el edificio era completamente diferente a lo que era por fuera; mientras que por fuera se veía como un edificio abandonado, por dentro parecía haber sido construido en ese mismo instante.
- Esa es Khetla, la antigua Emperatriz de toda la isla - dijo Robin refiriéndose a la mujer de la estatua - era sabia, guerrera y muy justa con todos los habitantes, hasta que un día alguien la mató - dijo - estoy aquí para saber quién es el responsable y cuál fue su objetivo… eso es un misterio aún sin resolver para el mundo entero
- ¿Y, cómo planeas hacer eso, Robin-chan? - preguntó Sanji
Después de leer una fecha grabada en la pared de aquel lugar, Robin dijo: - Este templo fue construido después de su muerte y los lugareños son los únicos que saben lo que pasó, tal vez alguno dejó por escrito algo relacionado con el tema - explicó
- ¡Eres muy lista, Robin-chwan! - exclamó Sanji
Avanzaron un poco más para ver mejor el lugar y, al ver una biblioteca, Robin se dirigió inmediatamente ahí. Mientras que Sanji se acercaba a la estatua de Khetla para apreciarla mejor.
- ¡Vaya!, sí que era una mujer preciosa - dijo al estar suficientemente cerca de la estatua
- No pises ahí - le advirtió Robin al volver de la biblioteca con cinco libros en sus manos
- ¿Por qué? - preguntó Sanji
- Khetla está enterrada ahí - le dijo la arqueóloga. Y en efecto, al bajar la mirada Sanji notó que estaba parado sobre un sepulcro en el que la placa decía:
"Descanse en Paz, Emperatriz Khetla"
Rápidamente Sanji se movió de donde estaba y fue hacia donde se encontraba su amiga, repitiéndole una y otra vez a la difunta que lo sentía.
Cuando llegó al lado de Robin, esta le dio uno de los libros que había sacado de la biblioteca para que buscara algo relacionado a la muerte de aquella emperatriz. Sin embargo, todos los libros que Robin había sacado trataban de las guerras que Khetla comandó, ya que además de ser la emperatriz de la isla, también era comandante de un ejército de hombres, cosa que convertía a esa mujer en una guerrera a la que no le temblaba la mano a la hora de levantar una espada para castigar a quien le hizo daño a uno de los suyos, cosa que daba para pensar el cómo fue posible que la mataran tan fácilmente.
Tras pasar horas y horas buscando información útil en los libros de la biblioteca y no encontrar nada, ambos salieron de vuelta al exterior para comer sus bentos y charlar un poco sobre qué harían ahora.
- ¿Qué hacemos ahora, Robin-chan? - preguntó Sanji
- Si no hay problema, me gustaría recorrer las demás edificaciones
Al terminar de comer los bentos guardaron todo de nuevo en la mochila que llevaba Sanji.
Cuando se disponían a continuar, el gritó asustado de una niña hizo que se detuvieran y miraran en la dirección en la que este había venido. Fue cuando entonces una niña, no mayor a los cinco años, apareció corriendo desde el bosque hacia ellos. No alcanzaron a reaccionar a la situación, cuando la niña se ocultó detrás de Sanji, ocultándose de lo que la perseguía. Resultaba ser que lo que la perseguía no era nada más ni nada menos que un tigre que la doblaba en tamaño.
La pequeña les pidió que la ayudaran y así lo hicieron:
- Treinta Fleurs Clutch - dijo Robin al momento en que multiplicó sus manos para atrapar al tigre y romperle la espalda a este; sin embargo, el animal estaba acompañado de otros tres tigres más, de los que Sanji se hizo cargo sin mucho esfuerzo. Una vez que se encargaron de los cuatro animales, ambos miraron a la niña (que ahora se encontraba abrazando la pierna de Robin) para hacerle una pregunta.
- ¿Quién eres tú?
¡Y eso es todo por hoy, queridos lectores! Espero que les haya gustado, no olviden dejar sus comentarios y opiniones.
Quiero aclarar que no sé exactamente cuando podré actualizar pero trataré de que sea lo antes posible.
¡Saludos y Besos!
