Esta historia se me ocurrió leyendo información de unos baños curiosos en Estados Unidos.

Está dedicado a Fredo-Godofredo por el reto literario de navidad ¿Hola Fran, qué tal? No pensé que me tocaras tú, me pediste un encuentro fugas, cochinadas y sexo descriptivo, tengo a una amiga presente, así que no lo haré taaaan porno, pero de que será pervertido lo será =)

Pareja: AlfredxArthur, es ese orden aunque Arthur sea bastante caliente y tenga expectativas contrarias.

Aconsejo: Hola a todas y todos, veamos, seré más sensata, las personas mayores de catorce léanlo, las menores tómenselo con calma porque este fic contiene lenguaje algo gay, sexo depravado y lugares inadecuados para hacerlo y un Arthur no tan caballero.


Arthur era un chico elegante y jodidamenete guapo, calentaba a muchas que se le acercaban sin pudor alguno, el inglés conservaba su reputación hasta el final, sólo cuando se llevaba a una chica a la cama era cuando mostraba ese lado salvaje y desquiciado en el sexo, las hacía temblar, pero últimamente nada lo estaba llenando del todo, quizás era porque había probado demasiado, abusado de ello, no lo sabía, quería algo nuevo.

Estaba en su cama abriendo las piernas mientras gemía como un animal en celo, se toca su grueso y duro pene mientras su rostro se contrae, lo está haciendo en soledad, se sofoca, se muerde los labios mientras el semen caía desde su miembro hasta la cama, no se detenía, se imaginaba que alguien lo estaba lamiendo, que lo estaban devorando con una lengua ruda, lo chupaban, él arqueaba las piernas y elevaba sus caderas, tomaría a su amante por la cabeza y lo hundiría en su polla, para que lo tragara por completo, sus mejillas rojas y su ensalivada boca rogaban por alguien que le concediera el favor de la noche, pero nadie lo hizo.

Quería ser follado. Maldita sea.

-No es suficiente ahh ahh~ - se arquea tocándose la cabeza de su miembro, acariciando con rudeza mientras sus jadeos se vuelven gruñidos, lo mueve con más fuerza, abre la piernas lo más que puede mientras se tira hacia atrás, se desabrocha la camisa y empieza a peñiscar sus rosadas tetillas, sus mejillas se ruborizan más y suspira sexo a cada movimiento mientras no paraba de auto-complacerse.

Abre más las piernas, sin pensarlo mete un dedo manchado de semen su ano, el agujero es pequeño, no suele hacer eso seguido, mientras lo va deslizando entrecierra los ojos, pero llega hasta el fondo, grita con gusto mientras tirita, se siente espectacular -M-maldición…no…-suspira ronco, no quería meterse algo dentro, pero se había convertido en un extraño gusto, lo mueve mientras su miembro se erecta más.

Está manchado. Se excita en la soledad de su noche metiendo otro dedo lubricado, sus caderas tiritan y exigen atención, los mete fuertemente para adentro y lo va abriendo dentro de su conducto, se siente húmedo, pierde la orientación por el placer pero quería algo más grande, se auto-penetra con fuerza mientras siente que algo empieza a apretar la cabeza de su pene, seguramente aquella leche exigiendo salir, su boca gime placenteramente.

-Fu-ck… u-un poco más- y metió un tercer dedo, su rostro se contrajo en una mar de sensaciones cuando eyaculó con la impresión de sus miembros en su recto.

No habían sido más de cuatro semanas en que estaba buscando nuevas sensaciones y… sólo por sana curiosidad intento tocarse adentro o tener oral con uno que otro hombre, la primera vez que se penetró era incómodo, pero al practicarlo se sentía delicioso, su miembro se erectaza con vivacidad, su ano siendo penetrado era una exquisitez, llegando a su delicioso punto G, su próstata, mierda, shit, casi quería…que un hombre lo montara, uno con un pene enorme, o que al menos sepa usarlo.

-Kirkland, you're gentleman…-se decía a sí mismo. Volvió a mirar la cama cubierta de aquella dulce leche y pensó que se estaba transformando en un degenerado. Malditas sensaciones homos… tan placenteras.

Pero él no era gay, claro que no, a él le gustaban las vaginas, los clítoris, abrir esos labios vaginales y meter su miembro en ellos, chupar tetas, no que se lo culearan, tampoco que le dieran bien fuerte en la cama y él gimiendo como una zorra. Nunca pediría eso, además, si fuera a tener algo con un hombre él sería el que penetra, él y nadie más que él.

Exacto, exacto. Por eso ahora iba heterosexualmente a unos baños públicos en New York, por desgracia estaba residiendo fuera de su lugar de nacimiento, lo bueno era que aún fuera fin de semana. Había escuchado que los baños cercanos a la parte baja del lugar que ahora se encontraba se podía tener un encuentro sexual y gay, uno breve y pequeño, que nadie se interesaría en saber que hizo en esas paredes, era sexo y nada más, no necesitaba algo serio, menos con un hombre, él sólo estaba "experimentando" y que mejor que metiéndole su grueso y erecto pene a un hombre, dominarlo.

Se sentía tan excitado, su cuerpo ardía y miraba a cada hombre que entraba a ese baño, la adrenalina de hacer algo tan prostituto y homosexual como aquello llenaba todos sus sentidos, incluso su miembro apretaba contra el cierre del pantalón, ya tenía una erección y uno que otro hombre se relamía los labios al verlo, era torpe, no sabía cuando habría alguien que quisiera follar con él, era lógico que no iba a esos lugares. Él era un puto caballero, un perro de la reina casi, con modales, con elegancia, pero demasiado tiempo siendo correcto hacía sacar lo peor de él, como en ese día.

Se mete al baño, ya no soporta más la calentura, se da golpes en la cabeza no recordando el día exacto en que se convirtió en un ser tan pervertido, para que en el segundo en que iba a cerrar la puerta una mano le impidiera la propulsión necesaria para el acto, intentó nuevamente cerrarla, pero no conseguía mover un centímetro la puerta, fue en ese momento en que un chico entra, un sujeto con un jockey, no podía verlo bien, sólo que tenían un cabello dorado, cierra la puerta del amplio baño detrás de sí y esboza una sonrisa de lujuria.

-Hello…

El inglés no responde. El chico se relame los labios mientras un rubor escapa de los labios del inglés. Sabía lo que ambos buscaban allí. Sexo.

-¿Tú eres…?

-¿Quieres saber el nombre que gritarás…?-se rió con gracia sacándose el gorro.

Cuando lo vio un estremecimiento abordó todo su cuerpo, quizás porque era de las pocas veces en que haría eso, quizás por lo hermoso que era, quizás por su bella sonrisa, era perfecto, lo ponía a mil, era justo lo que andaba buscando, su cara sólo reflejaba infantilidad e inocencia, lo había juzgado por su apariencia. Pero lo que no sabía Arthur es que aquel chico de no más de diecinueve sería todo menos el pasivo ese día, juzgar por la apariencia es malo, muy malo.


Claro, Arthur está convencido que Alfred es un pobre chiquillo, si supiera :3

Hay baños particularmente amplios en algunos lugares de Estados Unidos donde diversos grupos homosexuales dejan mensajes de sus encuentros sexuales en éstos.

El próximo capitulo será dentro de poco, ya tengo el capitulo cuatro de "Camp gay" también, si no me joden mis padres para que me salga lo pongo…

Este capitulo estuvo muy maricón y leve, lo sé, parezco niña )=

No se preocupen, el próximo tendrá porno gay del bueno =)