Todo lo que reconozcáis pertenece a J. y a su magnífico y mágico mundo.

Cap.1

Una muchacha pelirroja consiguió colarse entre la muchedumbre. Recibía golpes y empujones, y en algún momento llegó a pensar que no aguantaría un segundo más y que acabaría sacando la varita para echarles a todos eso imbéciles un encantamiento confundidor y dejarles atontados. Pero se contuvo. Ahora sólo faltaba que la que saliera mañana en la prensa fuera ella, tras haber arremetido contra todos esos fanáticos de quidditch. Se permitió el lujo de sonreír tras imaginarse con la varita empuñada saltando por encima del enorme hombretón que tenía delante.

Un golpe en la cabeza con lo que parecía ser un sujetador de tremendas dimensiones la sacó de su ensimismamiento.

-¡Fírmamelo, Oliver!-chillaba la dueña del sujetador mientras lo blandía en el aire a modo de bandera.-¡O si quieres mejor fírmame las…!

Con todo el disimulo que le fue posible, Ginny había golpeado el abdomen de la chica con el codo.

No cesaron los empujones. Ginny Weasley pensó que moriría aplastada. Respiraba entrecortadamente y le pesaba de sobremanera el bolso. No se lo pensó dos veces, y cuando vio un pequeño resquicio de espacio entre las piernas de un hombre, se zambulló por allí.

-Oh, genial…voy de mal en peor.-dijo al ser empujada violentamente contra una puerta de metal. Una idea descabellada le pasó por la cabeza.- ¿Y si…?

Un segundo más tarde, tras realizar un alohomora, la pelirroja se encontraba cerrando suavemente la puerta (desde dentro).

Llevó la mano derecha a su bolso, del que sacó una pequeña grabadora de mano muggle. Presionó el botoncito rojo, se aclaró la garganta y comenzó:

-Son las nueve y media. No se cómo…pero creo que acabo de colarme en el vestuario del equipo de los Puddlemere United. -Suspiró.- Espero que no sea muy ilegal hacer esto. Acabamos de presenciar un partido magnífico por parte de este equipo, la liga ya tiene nombre. Cabe destacar la espectacular actuación del bateador Jenkins y del que parece imbatible…Oliver Wood. Sólo han conseguido traspasar sus aros en dos ocasiones en las casi tres horas que a durado el partido.

-¿Quién está ahí?

-¡Mierda!-murmuró la pelirroja mientras guardaba la grabadora rápidamente en su bolso. Intentó esconderse pero no se pudo mover. Dirigió su mirada hacia abajo y contempló con hastío que su falda se había quedado enganchada a la puerta cerrada. Se dispuso a sacar la varita del bolso, pero la voz volvió a escucharse.

Levantó lentamente la cabeza y se quedó momentáneamente aturdida. Al fondo del pasillo, un chico la observaba con atención. Estaba empapado y cubierto únicamente con una minúscula toalla blanca. Ginny intentó desviar la mirada de los formados músculos de su abdomen o de sus fuertes brazos todavía repletos de gotitas de agua pero le resultó bastante difícil. Llevaba el cabello corto y empapado. Mientras se acercaba a ella (-por merlín…se está acercando!) Ginny clavó su mirada en su rostro. Los ojos claros la miraban intesamente, sus labios estaban entreabiertos y medio sonreían. Tenía el labio superior hinchado, pues una quaffle la había parado con la cara.

-¿Estás autorizada para estar aquí?- preguntó el muchacho cuando se hubo acercado lo suficiente.

-Vale, no lo niego, hemos ganado y eso está muy bien- pensaba Oliver mientras se enjabonaba la cabeza- ¿Pero no pueden entender que por una puñetera vez no quiera ir a festejarlo?¡Tengo cosas más importantes en las que pensar! Todavía no he decidido si quiero pasarme a los Halcones. Vale que sea una oferta tentadora, me van a pagar más…pero voy a tener que dejar Londres. Este año no me ha ido nada mal…¿Por qué tendría que irme ahora del equipo que me ha dado todo? ¿Y por qué necesitan que les de una respuesta tan rápida? Sólo me quedan cuatro días para decidirme y…

Oyó un ruido, como un murmullo continuado. ¿Qué demonios era eso? A los chicos ya les había dejado bastante claro que se fueran a festejar la victoria sin él, así que en esos momentos no debería haber nadie rondando por el vestuario. Frunció el ceño, cerró el grifo, cogió una toalla y salió de la ducha.

-¿Quién está ahí?- preguntó.

Cuando salió se quedó paralizado. Una preciosidad susurraba algo a una de las puertas de emergencia. La chica era pelirroja. Tenía el largo cabello brillante, que le caía por la espalda formando unos desordenados rizos. Llevaba una camiseta negra que se ceñía generosamente a su cuerpo, una falda blanca y sandalias oscuras. ¿Quién era? Tenía que averiguarlo.

-¿Estás autorizada para estar aquí?

Unos ojos intensamente azules le devolvieron la mirada. Respiraba entrecortadamente, quizás estaba asustada por que la hubieran pillado. No era la primera vez que alguien conseguía colarse en los vestuarios.

Oliver sonrió. ¿De qué demonios le sonaba esa chica? Antes de que pudiera pensarlo más detenidamente oyeron pasos.

-¡Oliver!-distinguió la voz del entrenador.- ¿Seguro que no quieres venir?

-¡Vamos!-susurró agarrando a la misteriosa chica de la mano y tirando de ella. La chica se soltó.- ¿Quieres que te pillen?- le preguntó exasperado.-¡Se te va a caer el pelo!

-¡Estoy enganchada!-contestó la chica.-No puedo abrir la puerta.

Se retiró un poco para que el chico comprobara que la falda se había enganchado con la puerta.

-Espera- dijo Oliver. Agarró una parte de la tela y dio un fuerte tirón, que la desgarró y la chica pudo andar. Volvió a coger a la chica de la mano y la arrastró a las duchas. Se metieron los dos en una ducha individual y cerraron la puerta.

-Oliver…-volvió a oírse la voz del entrenador desde el pasillo- ¿Estás ahí? Quiero ver como va el hinchazón de tu cara.

Ginny y Oliver, apretados dentro del reducido espacio de la ducha se miraron. Ella estaba realmente asustada. La iban a pillar.

Oliver contempló ensimismado cómo ella se mordía fervientemente el labio y sonriendo con picardía abrió el grifo de la ducha a la vez que el entrenador entraba en la estacia. Se llevó un dedo a los labios.

-Tranquilo Bob, mi cara está bien.- Oliver levantó la voz- Y no, no voy esta vez…eh…quedado con mi madre para cenar.

Dentro del cúbiculo de la ducha, Ginny sonrió.

-¿Todavía sigues a remojo, muchacho?Está bien, dale recuerdos a tu madre de mi parte. Nos vemos mañana en el entrenamiento.

Abandonó el vestuario silbando alegremente. A pesar de que ello, Ginny y Oliver continuaron con la misma posición de alerta, demasiado juntos y bajo el agua.

Ginny estaba completamente empapada. Echó la cabeza hacia atrás, bajo el grifo, para poder dominar sus rizos. Cerró los ojos. No le parecía real estar en la misma ducha que el jugador, que se encontraba en un estado de semi-desnudez.

Oliver no le quitaba la vista de encima. Estaba tan ocupado con el quiddtch que apenas tenía tiempo para nada más, ni siquiera para las mujeres. No podía recordar la última vez que se había acostado con una. ¿Dos meses atrás? Tampoco podía dejar de recorrer sus curvas con la mirada. El agua la recorría con seducción: su cuello, su pecho, su abdomen, sus piernas..

Con el tirón de la falda le había arrancado un buen cacho de tela y podía ver su ropa interior de color negro.

Estaba más excitado de lo que había estado nuca. Alargó su mano derecha y acarició con suavidad la pierna de la chica, desde la rodilla hacia arriba, dibujando pequeños círculos imaginarios con los dedos.

Ginny abrió los ojos. Tragó saliva. Ambos sonrieron. Un acuerdo silencioso. A la vez, inclinaron sus cabezas hacia delante y sus bocas se encontraron en un beso hambriento y húmedo.

Siguió acariciándola dirigiéndose con rapidez hacia el interior del muslo de la chica. Le acarició por encima de la ropa interior. Ginny gimió. Oliver la besó con ansiedad mientras descendía suavemente las braguitas negras de la chica por sus piernas.

Con una mano, Ginny acercó el rostro del guardián al suyo y con un ágil movimiento de la otra le quitó la única prenda que él llevaba y la tiró al suelo. El chico sonrió sin dejar de besarla. Notaba su miembro duro rozándole la piel. Ambos respiraban entrecortadamente. Oliver la hizo separar un poco las piernas y la penetró lentamente y con deleite. Los dos gimieron. Las penetraciones eran lentas, los dos gemían suavemente incapaces de contenerse. Él la elevó sin esfuerzo y ella le rodeó con sus piernas sin separar un milímetro sus labios. Ginny comenzó a desabrocharse a sí misma los botones superiores de su camiseta y se la sacó por la cabeza, quedando al descubierto su sujetador.

Oliver admiró sus pechos grandes y firmes y con un gruñido, sin dejar de penetrarla comenzó a lamerlos con determinación. Fue ella misma la que se quitó el sujetador para que él pudiera realizar más a fondo su cometido. Ella comenzó a gemir con fuerza y se aferró a él mientras sus cuerpos se movían más rápidamente, acompasados. Oliver intentó ahogar los gemidos de la chica en su boca. Le agradó verla disfrutar de aquélla manera. Con los ojos cerrados y casi gritando cada vez que él la embestía con fuerza. Hundió su rostro en el cuello de ella y comenzó a moverse con rapidez. Ambos jadeaban sin poder evitaro, acariciándose el uno al otro sin parar. Ginny abrió los ojos de par en par y arañó la espalda del chico con fuerza cuando la invadió una explosión de placer por todo el cuerpo. Oliver pegó más su cuerpo al de ella y realizó los últimos e intensos movimientos.

Poco a poco el ritmo cesó. Suavemente, Oliver la depositó en el suelo y la besó con lentitud.

Tras corresponerle al beso, Ginny utilizó toda su fuerza de voluntad para apartarse de él. Quedaron frente a frente, todavía respirando con dificultad y mirándose a los ojos.

-¿Que ha pasado?- preguntó Ginny.

Oliver sonrió.

-Me encantaría saber responder a esa pregunta.- añadió el jugador de quidditch.

Tras el momento de desenfreno ambos se encontraban un poco avergonzados. Ginny se llevó las manos a la cabeza.

-Debo de estar loca…-murmuró mientras se separaba del muchacho y recogía sus cosas. Las piernas le temblaban y tenía al pulso a doscientos por hora- Completamente pirada…

-Lo siento…yo no debería…haber…- Oliver se sentía fatal. Nunca se había acostado con una seguidora.

-¿Qué no deberías haber hecho qué? Yo no te he detenido en ningún momento, no te atormentes- Sonrió antes de abrir la puerta de la ducha y salir de ella.

Oliver se quedó sólo dentro de la ducha, con cara de atontado y sonriendo ligeramente. Se apresuró a cerrar el grifo y salir detrás de pelirroja había cogido una de las toallas limpias y se había envuelto en ella. Se estaba secando el pelo con ayuda de la varita. Recorrió al chico de arriba abajo con la mirada.

-No es que no me guste verte desnudo pero…ya estas rozando el exhibicionismo.

Oliver se sonrojó un poco y se apresuró a coger una toalla.

-¿Sabes qué es lo que no deberías haber echo?- siguió hablando ella.- Romperme la falda…era mi favorita.- dijo examinando lo que quedaba de la falda blanca.

-Lo siento- Seguía ensimismado con todos los movimientos de la chica que había comenzado a secar todas sus prendas.

Ginny sonrió.

-En fin…veamos que tenemos aquí- dijo metiendo una mano en el bolso. Cuando la sacó, comenzó a tirar y poco a poco fueron saliendo unos ajustados pantalones negros.- Esto servirá.

-¿Puedo preguntarte algo?- Ginny asintió.- ¿Cómo te llamas?

Ginny se quedó perpleja. Comenzó a vestirse rápidamente. ¡No sabe quién soy!¿Qué va a pensar cuando lo descubra? ¡La menor de los Weasley!

-Será mejor que no lo sepas- se sorpendió a si misma contestando. Terminó de vestirse a toda prisa y se encaminó hacia la puerta. ¡TENGO QUE SALIR DE AQUÍ!

Pero se había olvidado de los buenos reflejos del guardián. La agarró.

-Creo que yo soy el más indicado para decidir si es mejor que lo sepa o no. Y quiero saberlo. Me suenas un montón pero no consigo relacionarte con ningún nombre. ¡Se que nos conocemos!

-Pues vas a tener que averiguarlo tu solito porque no pienso decírtelo. No te alegrarías de saber quién soy, créeme.

Se encaminó hacia la salida. Retrocedió un par de pasos, le dio un fugaz beso en los labios y se escabulló de allí.

Oliver sonrió mientras le veía marcharse.

-Pues claro que pienso hacerlo, preciosa…

Ooooooooooooooooooooooooo

Hola! ¿Hay alguien ahí? Espero que os haya gustado un poco, lo sé…a veces se me va un poco la olla verdad?y escribo este tipo de cosas tan raras.

Este va a ser mi primer mini-fic! No quiero que tenga más de cinco capítulos porque los fics largos me cuesta mucho actualizarlos…llego a un punto en el que me bloqueo y nada…que me cuesta mucho arrancarlos.

Por eso he decidido hacer un fic cortito, para ver si así soy capaz de terminarlo. Y de actualizar más a menudo, que es mi TREMENDO Y GRAN fallo.

Pues eso, que espero que os guste y me dejéis vuestra opinión. Ya sea tirándome tomates, lechugas, o la frutería entera de vuestro barrio vale?

Un saludito a todos!

vinnesa