ETIAM PERIERE RUINAE

Hasta las ruinas han perecido

"La muerte no nos roba los seres amados.

Al contrario, nos los guarda y

nos los inmortaliza en el recuerdo.

La vida sí que nos los roba muchas

veces y definitivamente"

François Mauriac.

Todo ha terminado, la guerra ha acabado, la sangre ha fluido, el dolor es sordo y crudo, no más muerte. Él ha muerto, nunca más volverá, jamás verá asesinar a nadie de su familia. Quizás él sea un huérfano, pero los Weasley y los miembros de la Orden del Fénix le han cuidado y querido como un hijo, como un hermano, sin tener en cuenta que no compartan parentesco y que, gracias a él, muchos murieron. Anoche, todos durmieron en La Madriguera, el sufrimiento en el lugar es verdaderamente oscuro y ponzoñoso, el más cruel y doloroso de los venenos.

Molly, está destrozada y Andrómeda con ella, ambas han perdido un hijo. El tormento acuchilla profundo en sus corazones y penetra en sus almas, las desgarra, las rompe. A su lado, se encuentra Arthur, manteniéndose de pie, firme, fuerte intentando consolar a su mujer, abrazándola, cuidando a su esposa, a la madre de sus hijos. Al otro lado, Charlie rodea entre sus brazos a una Andrómeda, una esposa sin marido, una madre sin hijos. Otra viuda más de la guerra, su pelo ha encanecido considerablemente desde que perdió a Ted. Los ojos rojos del llanto, un temblor en el labio superior y la barbilla desafiante, intentando afrontar con todas las enseñanzas de su educación de sangre pura para no derrumbarse. Desafiante ante el dolor y el abandono, sólo encuentra una pequeña luz, un atisbo que se cuela en ese oscuro mundo de tinieblas, su nieto Teddy. Un pequeño que lleva la herencia de su hija y su yerno. Con su pelo azul herencia de la auror y la nariz de su padre, esos héroes que perecieron en la última batalla.

Harry, jamás podrá olvidar sus cuerpos acostados, uno junto al otro, buscándose más allá de la muerte, sus dedos rozándose por milímetros parados en la eternidad y fuera del alcance en este mundo lleno de penurias. George, está arriba, su otra mitad lo ha abandonado en este universo lleno de oscuridad y océanos de tristeza, jamás nadie entenderá el dolor de ver la pérdida cada mañana en su reflejo y su alma grita en agonía tan alta, que hasta los demonios se estremecen. Percy vela su sueño, tuvieron que sedarlo, el remordimiento y la culpa pesan en su alma como una roca atada a la pierna de un náufrago, hundiéndolo, alejándolo de la superficie, del perdón.

Bill, con el rostro lleno de cicatrices de la guerra, una mitad completamente desfigurada, la otra mostrando al apuesto joven que siempre fue, el corazón, tan roto como el de los demás. El alto pelirrojo se abrazaba a una Fleur sollozante, consolándose el uno al otro, su amor lo único que los ayuda. Los pequeños de la casa, Ginny y Ron se aferraban, los dedos blancos de la fuerza que tiene el abrazo, consolándose en el contacto con el otro. Harry y Hermione, se habían llevado a Teddy, intentando alejarlo del ambiente lúgubre que los envuelve. Ambos, se sienten como intrusos ante tanto dolor, inútiles e inservibles, ellos mismos sufriendo. Hermione echando de menos a sus padres, pensando en buscarlos, ahora que han sobrevivido, Harry, abrumado por la culpa y recuperándose de las heridas sufridas, después de todo ha vuelto de entre los muertos.

El Elegido se estremece al ver a Teddy, el pequeño niño, consciente de todo lo que ha perdido por culpa de la guerra, por Voldemort y también suya. Sabiendo lo que siente, pues él mismo es un héroe de guerra. Harry, no sabe cómo disculparse con Andrómeda y Teddy, sabe que no hay redención posible a sus errores. Sabe que es por su causa, por la que ellos habían perdido un marido, una hija, una madre y un padre. Mañana, será el funeral a los caídos, donde se rendirá culto a los héroes del Mundo Mágico. Mañana, el mundo honrará y despedirá a muchos valientes como; Albus, Fred, Tonks, Remus y Severus. Los suyos ya lo hicieron.

Severus, el más olvidado, valiente y fuerte, para todos el anti-héroe. El caballero oscuro que todos necesitábamos y al que todos despreciábamos tildándolo de cobarde, de traidor. Ese mismo hombre que navegó durante más de una década en la línea de fuego, entre el bien y el mal, el cielo y el infierno.

Remus, el paria, pobre y cansado, el hombre-lobo, uno de los hombres a los que Harry consideró como un tutor, un amigo, un padre... Ese hombre lleno de cicatrices, dolor e inseguridades, ese hombre que luchó hasta perder la vida, la oportunidad de ver crecer a su pequeño, junto con su joven esposa.

Los valientes y alegres, Tonks y Fred, siempre con una broma y una risa para todos, los que siempre sabían decir algo en los peores momentos, que hacían a los demás sacar fuerzas de flaqueza. Los dos leales a los suyos y bravos en la batalla, muriendo de manera absurda y sin sentido, intentando proteger a todos los que amaban, puro corazón.

Los Weasley, tan maravillosos, los que lo querían como un hijo, su familia, la más aguerrida y valiente de todas. Ellos habían perdido tanto, y Harry se sentía terriblemente avergonzado de estar ahí, junto a ellos, sabiendo lo que habían perdido en la guerra. Aun puede ver el boggart de la Señora Molly, la primera mujer que se comportó con Harry como si fuera una madre y a pesar de tener siete hijos adoptó un octavo. Siempre los trataron como pobretones y parias, ridiculizándolos y burlándose de sus ropas ajadas y sus libros de segunda mano. Sin embargo, todos lucharon en la guerra desde Arthur hasta Ginny, una guerra donde desfiguraron a Bill, mutilaron a George y, finalmente, mataron a Fred.

Dolía, joder, como dolía, perder una parte de tu corazón y de tu alma en una guerra absurda, por unas creencias que no tenían razón de ser. Nunca había conocido a gente más generosa que los Weasley, bruja más talentosa que Hermione, hombre más amable que Remus, chico más divertido y gamberro que Fred, gente más leal que Tonks y Severus, que amaban sin reparos y sin límites.

Llega el amanecer y con ella la mañana, el funeral se acerca. Los Weasley y toda la Orden del Fénix, o lo que queda de ella, se dirigen a la ceremonia con sus mejores galas. George, parece un inferí, seguramente enfermo al pensar que ya sólo vería a su otra mitad en una tumba oscura y solitaria. El pobre iba lleno de pociones calmantes, los ojos opacos, sin rastro del brillo travieso que los caracterizaba. A su lado, una desconsolada y temblorosa Molly agarrada por Arthur y Charlie. Después, el reparto de las Órdenes de Merlín y un discurso del nuevo Ministro de Magia, Kingsley Schacklebolt.

En el fondo, Harry, disimuladamente sostiene a una rígida Andrómeda, con una preciosa capa negra de terciopelo, una túnica de rica seda, altiva y orgullosa cargada con un precioso bebé de cabello azul. Las lágrimas resbalan silenciosas por las mejillas de todos los presentes, magos y brujas por igual.

De repente, el cielo se llena de fuegos artificiales representando los nombres y las caras de los héroes. Fred, el más joven e inocente de todos fue el último en iluminar el cielo con su sonrisa y un guiño pícaro. Finaliza la ceremonia, los cuerpos son enterrados en las criptas familiares o en los lugares asignados a los héroes. Molly y Andrómeda se acercan, los ojos cuajados de lágrimas sin derramar y un dormido bebé en medio de ambas, su dulce e infantil aroma, recordándoles una época mejor.

Harry mira todo con una sonrisa triste las escucha hablar de lo traviesos que eran, y de todas las jugarretas que habían hecho y recuerda. Recuerda que ya ha pasado un mes, que ya han enterrado a todos en el cementerio y esto es sólo una ceremonia. A su vez, recuerda a otra mujer, a otra guerrera, a otra madre. Sabe que tenía una conversación pendiente con Schacklebolt, una deuda de mago con ella, que se jugó su vida por la de su hijo, como su propia madre, una desafiante mujer como su padrino, como otra Black...

La celda es oscura, húmeda y lóbrega, las paredes llenas de moho y polvo. Huele a muerte, codicia, podredumbre y dolor. El tiempo se hace desoladoramente eterno, tan interminable que desgarra el alma, rompe esperanzas y deshilacha la cordura. Draco, encerrado en una desde hace dos semanas, está seguro que Dante en realidad fue un mago, y esta celda está en alguna parte de los siete círculos de su famosa obra titulada, "Infierno". Su pelo antes pálido y prístino, ahora se encuentra sucio y enredado, las mejillas hundidas y los ojos opacos.

A su alrededor, sólo pueden oírse los gritos de dementes que han perdido su alma en el camino a la muerte, o el silencio que marca la soledad de los que se aferran con uñas y dientes a sus últimos resquicios de cordura, cómo él. En las penumbras, recuerda a Crabble, su amigo de la infancia y la forma tan horrible en la que murió. Todavía no entiende cuando el odio enraizó en su corazón de forma tan profunda. No reconoce a ese niño que jugaba con él en los jardines de la mansión, su guardaespaldas, ese mismo chiquillo convertido en asesino. Draco, no deja de pensar en sus errores, en sus elecciones, en su pasado. Piensa en sus padres, en su padrino, en sus amigos, la mayoría de ellos muertos o encerrados.

Ahora, por fin, sabe qué ha ganado con esta guerra, siguiendo esta causa, perder, perderlo absolutamente todo. Sus amigos convertidos en asesinos, sus familias arruinadas como la suya, ahora la mayoría son huérfanos y pobres. Su familia encarcelada, al borde de la muerte, la deshonra ha caído sobre su apellido, el orgullo Malfoy enterrado en sangre y cenizas, su libertad rota. Los errores le han cortado las alas, ahora ha caído de la nube en la que vivía, tan fuerte que a veces no puede ni respirar. Puede que mañana incluso pierda su vida, su esencia, su alma, los Dementores aguardando su próxima comida. Era irónico, siempre fue un cobarde, un niñato caprichoso, pero ahora el miedo a morir ha desaparecido. El pánico se ha desvanecido como el agua que se escurre entre los dedos, ya no puede perder nada más, se lo han arrebatado todo por sus estúpidas acciones.

En estos momentos, podría maldecir a su padre por haberlos metido en este lío con su estúpido orgullo de sangre pura y odio a los muggles, con sus arcaicas e ilógicas tradiciones y normas. Toda su infancia siendo castigado por su incompetencia a la hora de superar a todos en todo, siempre tenía que ser perfecto. El perfecto sangre pura, el perfecto jugador de quidditch, el mejor de su promoción, el perfecto hijo y heredero. Mientras, era ignorado y mirado con decepción y desprecio, con frialdad e indiferencia, cariño comprado con regalos y culpabilidad.

Mostrándole desde pequeños los negocios y artimañas que el día de mañana tendría que ejecutar, recuerda a la gente arrastrándose por complacerlo. Mientras, ahora mismo tiene que tirar su mierda por la ventana, irónico. Toda esa etiqueta y entrenamiento, estudios de normas de comportamiento apropiado para alguien de su posición, castigos y noches de soledad. Todo para convertirlo en el mortífago más joven de la historia, un verdadero honor para un Malfoy. Todavía recuerda cuando su padre le dijo:

-Serás recordado por siempre, hijo.

¡Y una mierda!, pensó Draco.

Fue un mortífago patético, no pudo asesinar a nadie, vomitaba cada vez que tenía que cruciar a alguien. Ni siquiera fue capaz de quitarle la vida a un viejo moribundo para salvar a su madre, sabiendo que en el camino perdería parte de su alma, pero salvaría a la única persona que lo quería y conocía realmente por quien era, pero no se arrepentía él no era un jodido asesino. No tenía las manos manchadas de sangre y el alma corrupta.

En estos momentos piensa en lo estúpido, arrogante y mocoso ignorante que fue al dejarse marcar por ese asqueroso mestizo demente y cruel, ahora se avergonzaba de todo aquello. Debería haber sabido que no podría ganar, él conocía lo suficiente a Potter para saber que siempre ganaba, siempre vencía. Si hubiera sido inteligente se hubiese unido a la Orden del Fénix, quizás así hubiera salvado a su madre de la muerte. Debería haberla cuidado, su bienestar era su responsabilidad, no había sido un verdadero hombre, sino un niñito asustado.

Su madre, su pobre madre, Narcissa Malfoy Black, sangre pura, la perfecta dama y esposa, la perfecta madre, hermosa, cariñosa y fuerte. Ella, la más inteligente y fuerte de los tres, se mantuvo entera aun cuando encerraron a su padre, embaucando a su padrino para realizar juramentos inquebrantables. Obligándolo a aprender Oclumancia con Bellatrix, traicionando a todos, siendo sólo leal a los suyos, a su familia, su marido y su hijo. Ella, la que se burló del Señor Oscuro en su cara, yendo a la batalla desarmada para que yo pudiera sobrevivir. Slytherin hasta el final, egoísta, fría y astuta, lista para vender su alma para lograr sus propios fines.

El último año había sido una pesadilla, conviviendo con un monstruo que se apropió de su casa, de su mente, de su miedo, de su varita, de su orgullo... Que los marcó a fuego, a tinta, sangre y sobre todo dolor. Adueñándose de sus pesadillas y desgarrando sus sueños. Gracias a Merlín, Morgana, Mordred y todos los magos chiflados de la historia, Potter acabó con él. Usando su jodida varita, la varita con la que Draco no fue capaz de matar, le sirvió a su rival para con un jodidamente estúpido y simple Expelliarmus, acabar con Voldemort.

Lucius, se negaba a llamarle padre, estaba demasiado enfadado y decepcionado con él, me gustaría poder odiarte -pensaba Draco- pero no puedo, sabiendo que puede que ya estés muerto. Aunque fueras un padre frío y déspota, tiránico, a veces cruel, ciego a tus propios errores, insensible y avaricioso…me comprabas con regalos. Tantas veces me castigaste y me miraste como si fuera una completa decepción, como sino valiera el aire que respiraba. Te gritaría todo lo que ello me dolía, pero ya tienes bastante castigo. Sabiendo que has sido tú y sólo tú eres el que ha hecho caer a toda la familia Malfoy, siglos de riqueza y predominancia en la sociedad mágica y ahora no somos nada.

"Padre, madre, os amo, vosotros sois lo único que he amado con todo mi corazón y siempre os querré, a pesar de vuestros errores y de los míos. Siento haber sido un hijo tan decepcionante, una pobre excusa de hombre. Merezco morir, ahora lo sé, pero soy tan joven y he vivido tan poco. No voy a volver a lamentarme, no sirve de nada. Donde quiera que vayamos, espero encontraros y que os podáis sentir orgullosos de mí. Quizás esta sea mi última noche", pensaba Draco con tristeza.

El amanecer llega y da paso a la mañana, el Auror McCorck y su compañera Dunne, acompañan a Draco a su juicio, le administraron Veritaserum, en la puerta. Los aurores le sentaron en una silla de hierro, le ataron los pies a las patas de ésta, tan fuerte que le dolían los dedos y le colgaron un translador al cuello. Al instante, Draco apareció en una celda circular en el Wizengamot presidido por el Ministro de Magia Kingsley Schacklebolt y alrededor de cincuenta magos y brujas más lo componían.

De repente, justo antes de empezar el juicio, Minerva McGonagall, actual Directora de Hogwarts, se colocó a su lado y se presentó ante el Ministro como testigo de la defensa, todos en la sala enmudecieron, incluso Draco, al fondo se encontraba Harry Potter.

-Ministro de Magia, miembros del Wizengamot antes de empezar el interrogatorio me gustaría que se tuviera en cuenta una serie de recuerdos aportados por distintos testigos de vital importancia. Además de su propia exposición de los hechos y el porqué de las acciones llevadas a cabo por el señor Malfoy aquí presente-dijo McGonagall.

-Directora McGonagall, los recuerdos vistos se tendrán en cuenta, pero antes debemos llevar a cabo un interrogatorio sobre la participación del joven Malfoy en esta Segunda Guerra Mágica. He sido avisado de que ya se le ha administrado veritaserum, por lo que no hay ninguna razón para esperar.

****INTERROGATORIO DEL WIZENGAMOT A DRACO L. MALFOY****

-¿Cuál es su nombre y fecha de nacimiento?

-Draco Lucius Malfoy Black. Nacido el 5 de Junio de 1980.

-Draco Lucius Malfoy, se le acusa de ser miembro de la organización de mortífagos que fundó Tom Marvolo Riddle, de ser responsable de la entrada de mortífagos en Hogwarts, intento de asesinato contra Albus Dumbledore e intento de robo de la varita de Harry James Potter antes de la batalla final. ¿Era esa su misión como seguidor de Quien-No-Debe-Ser-Nombrado?

-Sí señor, yo fui el elegido para matar a Dumbledore aunque no llevé a cabo la misión. Finalmente, conseguí introducir a los mortífagos en Hogwarts gracias al armario evanescente, y antes de la batalla final intenté recuperar mi varita que estaba en poder de Harry Potter.

-¿A qué edad se unió usted a los mortífagos?

-A los dieciséis años, después de que mi padre fuera encarcelado en Azkabán, se me impuso la Marca Tenebrosa.

Los miembros del Wizengamot jadearon de la impresión, nunca había existido un mortífago más joven.

-¿Tomó usted la marca por propia elección o fue coartado y/o amenazado para tomarla?

-Mi padre siempre me dijo que a los diecisiete tomaría una gran decisión, eso se tradujo en la Marca Tenebrosa, sería un verdadero honor luchar por la causa. Un deber que llevaría a cabo como sangre pura. Era mi responsabilidad luchar por la pureza de sangre, por mi apellido, por mi estirpe. Al ser encarcelado mi padre, estaba furioso con Potter. Tuve que tomar la marca para proteger a mi madre cuando El Señor Tenebroso amenazó con entregarla como concubina de Greyback, ya que, era uno de sus mortífagos más fieles, debido a su naturaleza sanguinaria. Ordenó a Bellatrix enseñarme Oclumancia y Legeremancia, en menos de un mes- el Wizengamot se llenó de susurros. Mi tía estaba realmente loca, pero sabía muy bien como incentivar para que aprendiera rápido -dijo con un toque de ironía propia de Draco.

-¿ Fue usted castigado y/o torturado cuando falló en su misión de asesinar a Dumbledore?

- V...Vol..Voldemort, nos castigaba si se sentía furioso o por cada pequeña falta, fuera de día o de noche. Algunos creen que su maldición favorita es el Avada Kedavra, pero en realidad, la Cruciatus era su favorita. Al mismo tiempo, nos obligaba a ver como torturaba y mataba a la gente y las daba de comer a Naginni mientras reía. Cuando fallé mi misión, me obligó a Cruciar a unos muggles padres de mestizos que iban a Hogwarts, él dijo que era para fortalecer mi débil carácter.

"Después, yo pasaba horas vomitando y llorando completamente enfermo, Snape y mi madre tenían que esconderme y llenarme de pociones para dormir sin sueños", pensó Draco, sin saber que esos recuerdos los había conseguido Potter, gracias a su madre y la caja fuerte de Severus.

- La primera vez que fallé, en la misión anteriormente mencionada, se turnaron para cruciarme Bellatrix y él. La segunda vez me crució él sólo y me dejó sin comer durante tres días amenazando con entregarme a Greyback como concubina en lugar de mi madre. Cuando no reconocí a Potter, Granger y Weasley y consiguieron huir, mató a todos excepto a mis padres y mi tía.

-¿Reconoció usted a Potter, Weasley y Granger cuando fueron capturados en la mansión Malfoy?

-Por supuesto, he convivido durante seis años con ellos y los reconocería en cualquier parte, nadie podría tener un pelo tan revuelto como Potter -eso generó algunas risas entre el Wizengamot, camufladas con toses.

-¿Intentó usted entregar a Harry Potter en algún momento, tanto en la mansión como en la Sala de los Menesteres?

-No, en la mansión los reconocí, pero no podía ayudarlos sin poner en peligro a mi familia. Bellatrix jamás los hubiera dejado ir, por lo cual no los entregué y mandé a Pettigrew en mi lugar al sótano. En la Sala de los Menesteres, quería recuperar mi varita para proteger a mi familia. Voldemort tenía la varita de mi padre para que no conectara con la de Potter. Éste había robado la mía en la mansión antes de huir, yo tenía la de mi madre, que no nos funcionaba realmente bien, ya que, no era la mía. Sólo quería recuperar mi varita para poder protegernos.

-¿Cree usted que los sangre muggles o los mestizos son inferiores a los sangre puras?

-Dumbledore era un mestizo y acabó con Grindelwald, fue uno de los magos más poderosos del mundo. Potter es un mestizo y es el Salvador del Mundo Mágico. Incluso Granger, hija de muggles, fue la primera de su promoción durante seis años y superó las expectativas de todas las asignaturas, lo sé bien pues mi padre me castigaba porque yo sacaba peores notas que ella.

-Muy bien, deliberaremos, y se le volverá a llamar. En veinticinco minutos.Cuando los miembros salieron de la sala, Draco se volvió con mirada interrogante hacia McGonagall, la que procedió a explicarle.

-El cuadro de Snape ahora colocado en Hogwarts como director y héroe de guerra le había dejado varios recuerdos a su disposición por si usted sobrevivía a la guerra. Fui informada de que usted fue incapaz de matar a Dumbledore por el señor Potter, él dijo que bajó la varita antes. Le ofreció ayuda y que estaba protegiendo a su madre. Potter habló con los miembros del Wizengamot sobre tus acciones en la guerra antes de que entraras, por eso el juicio se retrasó.

Draco enmudeció, sin explicarse porqué ellos dos de entre todos lo estaban ayudando.

****CONDENA A DRACO L. MALFOY****

-El Wizengamot en pleno, tomando en cuenta el interrogatorio y las pruebas de los testigos presentados por Harry James Potter y Minerva McGonagall, condena al ex-mortífago Draco Lucius Malfoy a pagar con un treinta por ciento de su patrimonio, así como ayudar a la reconstrucción de Hogwarts durante este verano hasta su total reconstrucción. Tiene de manera obligatoria que completar su séptimo año correspondiente a su formación académica. Se le obliga a asistir a la asignatura de Estudios Muggles y convertirse en un miembro respetable de esta sociedad. Se le prohíbe hacer cualquier hechizo de magia oscura so pena de permanecer en Azkabán. Tendrá que ayudar en la enfermería de la escuela cuando Madame Pomfrey lo necesite y a las reconstrucciones del colegio. Se le prohíbe salir al extranjero en dos años. Finalmente, se le devolverá a usted la mansión Malfoy cuando sea totalmente revisada.

Draco no podía creerlo, era libre, libre de verdad y todo se lo debía a Potter, McGonagall y a Severus, los ojos se le llenaron de lágrimas, no podía ser cierto, era un sueño y se despertaría con las patadas de los aurores. Los insultos entre dientes de los aurores lo hicieron salir de su estupor, convirtiendo los hechos en realidad, reconstruyó su máscara Malfoy y se acercó al estrado y pidió poder dirigirse al ministro.

-Señor Ministro, discúlpeme, pero es imposible poder revisar toda la mansión, debido a que usted no ha podido registrar la bóveda familiar, pues, se necesita sangre Malfoy para poder entrar en ella-Draco, creó un frasco y dejó un poco de sangre. Con desparpajo siguió hablando -Ésta se encuentra situada debajo del cuadro de mi abuelo Abraxas Malfoy, he de avisarle que habrá varios objetos de magia oscura puestos ahí por el propio Voldemort. Si alguno atacara a un auror entendería que éste le lanzara un Avada defenderse y si por casualidad tocara el pilar adjunto y la mansión se viniera abajo ni yo, ni nadie, podría culparlos...- anunció Draco arrastrando las palabras. Luego, dio un suave asentimiento y salió de la sala rumbo a su nuevo hogar, dejando a todos los magos impactados.

Draco apareció en la calle de La Hilandera, era muy estrecha hasta para ser muggle y de un color gris plomizo, una puerta al fondo se abrió y Narcissa se asomó al umbral. Al verla Draco, corrió a su encuentro y los dos lloraron abrazados en el salón contándose todo lo ocurrido en el tiempo que habían sido separados.

Pasaron los días en pacífica convivencia, los Malfoy habituándose a las dimensiones de su nueva casa y sus restricciones. Narcissa era la que se ocupaba del cuidado y limpieza de la casa, la cocina y demás. Tenía el número de hechizos restringidos hasta que finalizara su arresto domiciliario de cinco años y cinco de libertad condicional.

Al mismo tiempo, en otra casa, otra Black con otro apellido, recibía la ayuda de un joven héroe para criar a su travieso nieto que había resultado igual de precoz que su madre y podía cambiar su pelo a placer, lo que obligaba a restringir las salidas y a usar un gorro en la zona muggle. Esa mañana salió una impresionante noticia en el Profeta:

LA MANSIÓN MALFOY HA SIDO DERRUIDA

Rita Skeeter

Queridos Magos y Brujas, vuestra reportera favorita que vive para traeros los mejores reportajes y los jugosos escarceos de la alta sociedad y más interesantes miembros de la comunidad mágica, os trae este reportaje sobre la familia de ex-mortífagos más famosa del mundo mágico. Como ya pudisteis leer en mi anterior reportaje, sobre la condena de los Malfoy. Se les permitía quedarse con la mansión como parte de su patrimonio natural. Sin embargo, esta mañana varios aurores se han encontrado con la Mansión Malfoy hecha pedazos, el antiguo bastión de una de las familias más poderosas del mundo mágico con origen de rancio abolengo por siglos y antigua residencia y cuartel de El-que-no-debe-ser-nombrado y sus mortífagos ha sido encontrada en ruinas, se desconoce la causa que haya podido producir el derrumbe de tamaño palacio de la oscuridad. Una fuente cercana a la familia, nos ha comunicado que estos pudieron rescatar sus pertenencias más valiosas además de su extenso guardarropa y joyería. Actualmente, los Malfoy viven en una residencia de ubicación desconocida protegida recientemente con un Fidelio. La cuestión más importante, sin embargo, es la causa de este derrumbe, han sido mortífagos buscando venganza o quizás algún hijo de muggles...

Draco quemó el periódico con rabia mal contenida, si la bruja supiera que el mismísimo Malfoy era el que había derruido la mansión, por un comentario, se quedaría petrificada. Lo que fue toda una sorpresa fue recibir la herencia de los Lestrange, por parte de su tía Bellatrix puesto que la familia se había extinguido por la rama de su marido y cuñado. Después de derruir dicha mansión, él como último heredero de la familia podía reconstruirla a su antojo, les habían robado varios muebles y destrozado obras de arte, aunque la mayoría de sus objetos de valor se encontraban en la bóveda familiar de los Malfoy, la que se encontraba en la casa de campo de Francia.

A la semana, Draco diseñó y contrató con ayuda de algunos galeones unos albañiles americanos, pues sabía que ningún trabajador de Inglaterra le ayudaría. Él mismo había empezado a reconstruir una nueva y mejorada Malfoy Manor que no tuviera los amargos recuerdos de la última.

-No hay tiempo para pensar en tonterías.-le dijo un Hufflepuff mientras le empujaba para continuar el trabajo.

Debía seguir con la reconstrucción de Hogwarts, además el trabajo a veces manual le ayudaba a llegar tan cansado a casa que no tenía ganas de nada, sólo de descansar en su cama e incorporar algunos detalles a la nueva mansión, como un nuevo jardín para su madre. Draco llevaba puesta su nueva ropa de trabajo, unos jeans desgastados, unas zapatillas de trabajo, unas gafas de sol y una camiseta ajustada con capucha de color verde que ocultaba el color de su pelo por completo.

Su madre odiaba su nueva ropa, pero él ya se sentía cómodo con ella y lo mejor era que nadie reconocería al sofisticado heredero y snob Draco Malfoy con ella puesta. Por lo que le era muy útil sobre todo para salir a comprar sin que intentaran matarlo sobre todo, ciertas cosas en más de una ocasión. Como la primera vez, aquel día después del juicio.

-FLASH BACK-

-Entonces madre, ¿me estás diciendo que Severus me dejó en herencia la casa al morir y Potter es nuestro guardián secreto y que en realidad éste era un espía doble de la Orden, que aceptó el juramento inquebrantable para que no me convirtiera en un asesino y dejó una serie de frascos con recuerdos por si sobrevivíamos a la guerra? -preguntó Draco - Realmente debo de estar en Azkaban, demente y moribundo.

-No seas ridículo, Draco, tu padrino te quería como a un hijo. Además, fue Potter quien nos ayudó a salir de Azkabán, al presentarse por propia voluntad con recuerdos de la Torre de Astronomía e interceder por nosotros ante el Wizengamot, dijo que gracias a ti en la mansión y a mí en el bosque, había podido matar a Voldemort en el preciso momento y estaba dispuesto a pagar su deuda de mago -respondió Narcissa.

-Madre, creo que deberíamos mandarle algo a Potter, después de todo, se lo ha ganado y los Malfoy siempre hemos tenido clase para agradecer, no vamos a dejar que los pobretones de los Weasley queden por encima- comentó como al descuido mientras degustaban unas pastas con su té.

-Yo también lo creo, mi pequeño dragón.-respondió Narcissa ocultando una sonrisa tras su taza.

-FIN FLASHBACK-

Había comenzado su trabajo en Hogwarts dos días después de salir de Azkaban y faltaba otro mes o dos para que la escuela empezara. A la semana de salir, había enviado por medio de su lechuza Lumus, una corona formada por un grandioso ramo lleno de Nenúfar, Zinnia y Gladiolos, con una rosa negra en el medio junto a un narciso y una boca de dragón. Todo el ramo estaba rodeado de una cinta verde esmeralda y plateado los colores de su querido padrino, Severus, el cual fue enterrado al lado de Lily Evans. El eterno amor de su padrino, la madre de Potter.

Cosa que impresionó al rubio, después de tantos años, sabía a quién pertenecía la foto rota que su padrino conservaba en su despacho de una preciosa pelirroja, debería haberla reconocido por los ojos y la sonrisa. Draco, había estado pensando mucho sobre qué carrera elegiría para su futuro, no es como si un Malfoy necesitara trabajar para subsistir, a pesar de no ser tan rico como antes. Pero después de ver todo el desastre del que él había formado parte no quería quedarse de brazos cruzados, quería tratar de enmendar un poco todo el daño que había causado en la guerra. Sabía que no lo aceptarían en la academia de Aurores y de todas formas no se imaginaba de compañero de San Potter y la Comadreja.

Finalmente, había decidido estudiar Medimagia y especializarse en daños provocados por hechizos y encantamientos, era lo bastante bueno en pociones como para no tener ningún problema en el caso de que ningún pocionista quisiera ayudarlo con las pociones necesarias y sus notas eran lo suficientemente buenas para no tener que preocuparse por entrar a las asignaturas correspondientes a los EXTASIS. Pero eso tenía que esperar hasta 1 de Septiembre y ver si sobrevivía a un año escolar. Su último año. Hoy era el cumpleaños de Potter y McGonagall había dejado al mando a unos Hufflepuff de séptimo que se habían presentado voluntarios. Hufflepuff, siempre tan laboriosos, estúpidos tejones serviciales.

Era el primer cumpleaños de Harry después de la guerra. El héroe, estaba rodeado de su familia y amigos. Este año, iba a tener por fin un cumpleaños de verdad. La señora Weasley había hecho una fuente de sándwiches y empanadas de calabaza. Fleur había cocinado su famosa Bullabesa, ranas de chocolate, cerveza de mantequilla, whisky de fuego y por supuesto, una tarta gigante de melaza, la favorita de Harry.

Se encontraban todos reunidos: los Weasley al completo, Hermione, los restantes miembros de la Orden, Andrómeda y, por supuesto, el pequeño Teddy. Este último, se había manchado toda la cara comiendo una rana de chocolate y su abuela intentaba alcanzarlo para limpiarlo mientras corría alrededor de la mesa entre risas del pequeño y ánimos de George, que adoraba al niño y parecía estar mejorando con el tiempo. Aunque, no tenía su habitual brillo en los ojos. Hermione y Ron habían averiguado que McGonagall con ayuda de un prestigioso Medimago había hecho regresar la memoria a los Granger. Lo que estaban celebrando en La Madriguera.

Después de la comida decidieron abrir los regalos. Los señores Weasley le habían comprado un nuevo baúl para Hogwarts, Charlie unas botas de piel de dragón de un precioso azul marino, Bill y Fleur le había traído una boina y una bufanda roja para pasar el frío. En Hogsmeade, George y Ron le regalaron un surtido de Sortilegios Weasley que ellos mismos habían creado para Harry. Hermione le había regalado un nuevo caldero después de que el suyo se rompiera y el libro "Quidditch a través de los tiempos".

McGonagall, entre un guiño pícaro que le recordó a Dumbledore, le había regalado "La responsabilidad de ser un Animago y el animal que hay en ti", Harry estaba muy emocionado por la perspectiva. Kingsley le había regalado "Maldiciones y contra conjuros de todo el mundo". Andrómeda le había regalado una copia de llave de su casa y le había invitado a vivir con ella y el niño, el cuál, le regaló un dibujo muy bonito. Ginny, un precioso juego de plumas, tinteros y pergaminos. Luna, unas gafas especiales para ver tordosoplos y Neville una maceta con lirios, en honor a la madre de Harry para su jardín. Hagrid le regaló un precioso cuervo adiestrado para mandar mensajes, tan negro como blanca fue en su día Hedwing, e igual de cariñoso que ella, el cuervo se llamaba Nox. Harry se sentía triste y a la vez alegre por volver a tener una mascota.

Finalmente, solo quedaba un regalo, no llevaba ninguna nota y todos se asustaron hasta que Kingsley le realizó todos los hechizos contra maldiciones y lo abrió dejando a todos sorprendidos. Era una preciosa túnica de gala de seda negra con ribetes dorados. Un orgulloso león dorado y rojo bordado a la espalda. Además, un pequeño paquete que contenía un enganche para la capa de oro con la cabeza de león rugiendo a juego con un par de gemelos, también de oro, no tenía una tarjeta solo un eupatorio, que como dijeron Molly y Andrómeda significa gratitud.

Era el regalo más hermoso y costoso que Harry había recibido nunca y le entristecía no saber quién se lo había comprado. Todos estaban maravillados por la delicadeza y belleza del regalo, la seda lo envolvía suave y delicada como la caricia de un amante. No parecía el regalo de ninguno de sus fans, era demasiado personal y se le ajustaba de manera impecable. Era el regalo de alguien que lo conocía y que sabía cuánto necesitaba una nueva túnica para todas las nuevas ceremonias del Ministerio. Harry no podía imaginar quien podría ser, ni siquiera Ginny conocía su talla de esa manera. El color negro era del tono exacto de su pelo y lo hacía ver elegante e imponente, poderoso. Jamás había recibido algo tan precioso y perfecto.