Nuevo mundo: La región de Alola

Chapter 1: El desembarco.

Luego que un barco pesquero haya descubierto por accidente la existencia de una región totalmente nueva e inexplorada, el mundo entero se paralizó, ahora todo giraba entorno a esas cuatro islas ubicadas en el medio de la nada y a los misterios que podían esconder, y el trabajo de explorarla se lo adjudicó la recientemente formada empresa de ocupación y exploración Azulejo S.A, la compañía gastó una generosa suma de dinero en equipo, transporte, y especialistas de distintos rubros, todo para que la operación salga bien. Y cuando finalmente reunieron todo lo necesario, zarparon en un buque en ciudad Portual con destino a ese paradisiaco lugar, en donde las especulaciones de la gente se escapaban a la imaginación.

Luego de un largo viaje el gigantesco barco Había llegado a la primera isla que exploraran, mientras todos corrían de un lado a otro preparando los últimos preparativos para desembarcar un hombre se paseaba ansioso por la cubierta, de piel blanca y cabellera castaña, rondaba los veintiocho años, llevaba un abrigo negro, pantalones de mezclilla, y un bolso de hombre colgando del hombro.

-disculpe, ¿sabe cuándo desembarcaremos?- preguntó el hombre amablemente a un tripulante que pasaba cerca.

El marinero lo miró con una cara de fastidio.

-estamos trabajando en eso profesor Johan, tenga paciencia- contestó el marinero continuando su camino.

-oh claro, ¡g-gracias!- agradeció Johan, pero el marinero ya se había perdido entre la multitud.

Por un altoparlante del barco, una rasposa voz hizo acto de presencia.

-¿se escucha?, Sí, bien les informo que tres lanchas desembarcaran inicialmente en la isla, para verificar el terreno entre otras cosas, luego desembarcaran otras lanchas pero por ahora solo serán tres- explicaba la voz -y atención, las siguientes personas que nombre preséntense en la zona de lanchas, serán los primeros en bajar-

Un brillo se apoderó de los ojos del castaño, no había nada que quisiera más que ser de los primeros en pisar esas tierras desconocidas, fue contratado en su calidad de profesor pokemon, por lo que no seria raro que quisieran tenerlo cerca para el desembarco.

Comenzaron a nombrar a quienes protagonizaran el desembarco, los nombres pasaban y pasaban, y Johan ya empezaba a preocuparse, parecía que no lo iban a nombrar nunca.

-León, Rodríguez, Ibáñez, Porto, Fistwater, y Fall. esos serian todos- dictaminó la voz, destruyendo las ultimas esperanzas del castaño -…!ah! casi se me olvidaba, también el profesor Johan-

Una sonrisa de oreja a oreja se adueño de su rostro, se sentía como un niño en navidad, nada le emocionaba más que hacer historia como una de las primeras personas en pisar la arena de esas playas remotas, y conocer lo que ocultan.

Después de empacar algunas cosas y lavarse la cara Johan llegó corriendo a la zona de lanchas, las primeras dos ya habían partido, y la que faltaba solo lo estaba esperando a él.

-¡disculpen la demora!, es que me nombraron al final, y no sabia dónde estaban las lanchas- se excusó muy apenado.

-luego nos cuenta la historia de su vida profesor, ¡suba!- le reclamó un marinero ayudándolo a subir, ya se habían retrasado lo suficiente.

El castaño abordó, y la nave rápidamente se desenganchó del barco para comenzar su camino hacia la isla.

Como iban a baja velocidad Johan tuvo tiempo para procesar mejor todo lo que le estaba pasando, hace apenas unas semanas trabajaba como ayudante de profesor en la región Kanto, y ahora estaba a punto de conocer una región desconocida para el resto del mundo, increíble las vueltas que la vida puede dar.

-¡hola!, ¡mucho gusto mi nombre es Emily!, creo que seremos compañeros en esta expedición- saludó animosamente una mujer sentada a su lado.

La dama Vestía una blusa deportiva sin mangas color blanco, unas calzas negras, zapatillas, una gorra de entrenador color rojo, y unas pulseras de colores en las muñecas, era de piel blanca y tenia una suelta cabellera rubia ondulada, parecía una entrenadora.

-eso veo, mucho gusto mi nombre es Johan, soy el profesor pokemon- dijo amistosamente.

-¿un Profesor pokemon?, pues yo he visitado las regiones más importantes del globo y no recuerdo haberlo visto como profesor de ninguna de ellas- comentó Emily pensativa.

-oh, bueno es que en realidad solo soy asistente de profesor, en Kanto, ¡p-pero puedo cumplir todas las funciones de un profesor lo juro!-

-no lo dudo, pero ¿por qué lo contrataron a usted y no a un profesor "de verdad"?, sin ofender claro- dijo Emily con una sonrisa apenada.

-no se preocupe, no seria la primera vez que me lo dicen- contestó Johan con una gota estilo anime en su cabeza -bueno al parecer todos tenían compromisos previos, la ultima opción era el profesor de Kanto el cual también estaba ocupado, pero como yo estaba ahí y les ofrecí mis servicios a muy bajo precio decidieron contratarme- terminó de contar con el pecho lleno de orgullo.

-en ese caso, ¡le deseo la mejor de las suertes en este viaje, profesor!- dijo Emily con una cálida sonrisa.

Johan soltó unas pequeñas risitas por el entusiasmo de la chica -lo mismo digo señorita Emily-

-¡no!, solo dígame Emily, nada de formalidades- dijo ésta guiñándole un ojo.

-jeje claro, Emily- dijo Johan algo rojo.

La isla a la cual se dirigían cada vez se hacia más cercana, lentamente se empezaban a notar las blancas playas listas para recibirlos a todos, las tripulantes de las otras dos lanchas que llegaron antes ya habían desembarcado, se encontraban armando tiendas de campaña, verificando los alrededores, entre otras cosas.

Lo primero que llamó la atención del profesor, fue la presencia de varios uniformados custodiando la zona, sus uniformes color verde se confundían con la vegetación del lugar, varios de ellos llevaban armas consigo.

Johan no tenia muy claro el propósito de tanta seguridad en una expedición pacifica, pero supuso que solo era para garantizar la seguridad de todos.

-¿no son bellas, profesor?, esas playas parecen hechas por las mismísimas patas de Arceus- comentó Emily con un brillo en sus ojos.

-concuerdo, es una playa muy linda- dijo Johan viendo con simpatía la emoción de su colega.

La lancha finalmente acabó su recorrido, colisionando estrepitosamente con la playa, rápidamente varios marineros se acercaron para ayudar a los tripulantes a bajar, afortunadamente nadie salió herido en el choque.

-¡eso fue asombroso!- dijo Emily bajando enérgicamente de la nave, mientras era seguida por Johan que bajaba de la lancha con la ayuda de dos marineros, el castaño se había mareado por el viaje y el choque.

-son muy amables, caballeros- dijo Johan tratando de mantenerse en pie.

-¿se siente bien profesor Johan?, lo noto pálido- dijo uno de los marineros que lo ayudaba a caminar.

-estoy bien solo necesito descanso, ¿podrían dejarme en la arena por favor?-

Los marineros obedecieron y lentamente bajaron al profesor al suelo hasta dejarlo sentado en la arena.

Mientras Johan recuperaba el color normal del rostro, una mujer de entre la multitud sacó una pistola y dio un disparo al aire, llamando la atención de todos -¡escuchen!, necesito que vengan todos, debo que comunicarles algo- dijo ella, inmediatamente todos se fueron a reunir a su alrededor. La mujer era de cabello negro un poco desarreglado, de tez morena, vestía una chaqueta de cuero café oscuro que le quedaba un poco suelta, pantalones de mezclilla y botas negras.

-¿están todos?- preguntó ella viendo al publico.

-falto yo, un momento- dijo Johan parándose del suelo para acercarse a paso lento, todavía no se sentía muy bien.

-bien ahora sí estamos todos. Me presento soy Asunción, y seré la encargada de la seguridad en toda la expedición- decía la morena hasta que fue abruptamente interrumpida por Emily que se paró en puntillas y levanto su brazo entre las la gente para hacerse notar.

-disculpe, ¿Cuál es el objetivo de traer guardias armados a una expedición pacifica?- preguntó Emily arqueando una ceja.

-proteger tu trasero en caso de que pase algo malo- contestó Asunción sin ningún cuidado produciendo que Emily se cohibiera -como iba diciendo antes que me interrumpieran, por el momento no desembarcaran más lanchas, primero hay que realizar un reconocimiento del terreno para verificar que es seguro-

-¿puedo ir?- preguntó Emily esbozando una sonrisa nerviosa.

-claro…- contestó Asunción sin mucho animo -usted también venga profesor, nos serviría un experto en pokemons en caso de que nos encontremos algunos-

-¡será un placer!- celebró Johan sintiéndose mejor.

Luego que se alistaran, el grupo que exploraría la zona partió del campamento a explorar los alrededores de la selva, algo que llamó la atención de todos los presentes fue la aparente inexistencia de algún pokemon salvaje ya que no aparecía ninguno.

Johan caminaba nervioso, uno de los grandes rumores que tenia la región era la probabilidad que en ella vivieran pokemons nuevos, nunca antes vistos, la posibilidad de encontrar uno le ponía los pelos de punta al castaño, descubrir nuevas especies pokemon era el sueño de su vida.

-escuche a unos marineros decir que aquí, habitan caníbales- dijo uno de los soldados del grupo a su compañero.

-cállate Morris, me estas asustando- le contestó éste apretando su arma con fuerza.

Detrás de esos dos soldados venían Emily y Johan, la rubia veía como como el castaño estaba muy sumergido en sus pensamientos, y decidió jugarle una pequeña broma para ponerle los pies de nuevo en la tierra.

"no creo que se enoje…- pensó Emily traviesamente.

La rubia se acercó sigilosamente a la oreja de Johan y sin pensarlo dos veces le propino una pequeña mordida, lo suficientemente suave como para no lastimarlo.

-¡AAAAHHHHGG!, ¡un pokemon me está mordiendo la oreja!- gritó éste pidiendo auxilio.

Por el grito todos los presentes entraron en pánico, la confusión se reinó el lugar, Johan se tiró al suelo gritando con exageración, Emily se echó a reír, todos estaban descontrolados menos Asunción, que solo se limitaba a mirar a todos con indiferencia.

-¡ahí!, ¡ahí están los pokemon!- gritó un soldado apuntando a un arbusto común y corriente.

Todos los que portaban armas las dispararon contra el indefenso arbusto que se desintegró por la lluvia de plomo que recibió.

-¡esperen solo era una broma!- dijo Emily tratando de calmar la situación, pero no funciono.

-¡no!, ¡en el cielo, ahí están los pokemon!- gritó el mismo soldado apuntando al cielo que se encontraba totalmente despejado.

Los mismos hombres estaban por disparar sus armas al cielo, pero antes que pudieran hacerlo Asunción llevó sus dedos en su boca y dio un fuerte silbido que retumbó en los oídos de quien lo escuchó.

-¡mis oreja!, ahora me duelen las dos- se quejó Johan aun en el suelo.

-¡silencio!, ¿acaso son idiotas?, ¡no hay absolutamente nada!, no hay peligros, solo están gastando balas como retrasados- los reprendió la morena.

-¡ahí, hay un pokemon!- chilló Emily apuntando a un lugar con una expresión de asombro en su rostro.

-tú cállate que por tú culpa todos se volvieron locos, no creas que no te vi- le dijo Asunción en tono firme.

-¡tiene razón jefa!, ¡mire!- exclamó un soldado señalando algo a las espaldas de Asunción.

-si esto es una broma más vale que comiencen a correr- dijo la morena, pero al voltear a mirar el lugar que todos observaban con cara de tontos se encontró con nada menos que un pokemon, pero no cualquier pokemon, sino uno que nunca antes había visto en la vida.

-¿¡qué es eso!?- exclamó Asunción abriendo su ojos como platos

-es… es increíble- dijo Johan levantándose del suelo para ver mejor a la criatura.

El pokemon en cuestión era un tipo vicho por lo que se podía ver, bastante pequeño, similar a Caterpie pero este era más grueso y cuadrado, además de portar unos afilados dientes (Charjabug).

-… ¡lo necesito en mi equipo!- dijo Emily sacando una pokeball de su mochila.

-¡espera Emily!, no podemos capturarlo- dijo Johan quitándole la pokeball de las manos.

-¿pero por qué no?- reclamó Emily haciendo pucheros.

-no podemos llevarnos ningún pokemon de esta región, no sabemos como podrían reaccionar en otros ecosistemas, además, puede ser un pokemon agresivo- dijo Johan mirando a la criatura con desconfianza.

Emily se encogió de hombros -¿agresivo?, pero si es una ternura- dijo agachándose para sostener al pokemon en su manos.

-¡no lo haga señorita!- exclamó un soldado horrorizado.

Al acercarlo a su cara el pokemon oruga sacó su lengüita para lamer cariñosamente el rostro de Emily, causando risas en la joven.

-¿ven?, no es peligroso, ¡es amistoso!- dijo Emily entre risas.

-talvez te quiere comer- dijo un soldado mirando a la criatura con recelo.

De pronto, un estruendoso rugido proveniente desde el fondo de la selva encendió las alarmas de todos, las caras del grupo cambiaron a unas bastante preocupadas e incomodas.

-creo que será mejor volver a la playa- dijo Johan tragando saliva.

-¡tonterías!- dijo Asunción -ya estamos aquí, hay que seguir un poco más, para asegurarnos que en los alrededores no haya ningún pokemon que ponga en peligro la seguridad de la gente. Emily tráete a ese vicho contigo, puede sernos útil-

La rubia sonrió esperanzada -¡por supuesto!, vamos amiguito- dijo Emily colocando al Charjabug en su hombro, éste le correspondió con otra lamida en la mejilla -te llamare ladrillito, porque pareces un ladrillo-

Todos volvieron a retomar su camino hacia las profundidades de la selva, menos Johan que se quedó en su lugar con una expresión de inseguridad.

-creo que deberíamos volver al campamento y regresar con más gente, por si acaso- dijo Johan rascándose la nuca, fingiendo que no tenia miedo.

Sin embargo nadie lo tomó en cuenta, el grupo continuó su camino.

-¡apúrese Profesor!, no querrá quedarse atrás- llamó la voz de Emily desde el fondo de la jungla.

-maldición, ¡espérenme!- dijo Johan apresurándose a seguirlos.

Esta historia continuara…

Nota: ¡hola!, espero que hayan disfrutado lo que leyeron y si quieren que continúe la historia o solo quieren dejar su opinión los invito a dejar un review, Follow, o favorito, seria de mucha ayuda ^-^, ¡nos leemos luego!.