Bueno, antes que nada quisiera aclarar algunos puntos respecto a este fic, que hasta hace unos días se encontraba circulando por mi perfil de ff y que borre debido a que comenzara a ser publicado nuevamente, corregido en algunas MAYUSCULAS faltas de ortografía, pero se conserva la misma historia.

Como lo había dicho antes este fic fue una conjunción de ideas entre mi tía y yo y el primer fic de twilight que comencé a escribir. Jamás me imagine que dentro del tiempo en que iba a ser publicado sucederían tantas cosas, entre ellas la muerte de una de sus autoras. Me llevo mucho tiempo, al menos para mí estándar, decidirme a continuar con el después de que la aportante principal decidió dejar este mundo para unirse a Dios.

Sé que no va a quedar ni de lejos como ella lo esperaría y sé que tal vez a alguien no le guste, intente hacerlo lo mejor posible, retomando algunos defectos de redacción y apartes de la historia que estaban dejando muchas dudad sin respuestas. No puedo responderlas a todas por que como les dije, mi tía era la que tenía la idea original, puede que esto no fuera lo que ella quisiera pero fue lo único que se me ocurrió para poder continuar con la historia intentando obviar los detalles menos importantes. Ella, espero, sabrá comprenderme, porque quería hacerle un tributo especial por su lugar en mi vida, que fue casi palco de honor, un ejemplo a seguir y un modo de vida excepcional.

Aclarando también un punto aparte de la otra historia de twilight que estoy escribiendo, también me obligare a reescribirla para primera persona, me he dado cuenta de que puede que no sea tan buena escribiendo en tercera persona, estoy intentándolo con un fic de CCS que estoy escribiendo y la verdad me da un poco de dificultad porque estoy acostumbrada a escribir en primera persona, pero supongo que si deseo ser una buena escritora debo adaptarme a todas las formas de escribir habidas y por haber, lo intentare ´para las que lo leen.

Espero que el final sea, no tanto como lo esperaron, por que se que será imposible, sino que colme aunque sea una parte de las altas expectativas que parecían tener en el. Me disculpo si en algo ofendí la sensibilidad de alguien.

Nos leemos en las otras historias y espero que sean todas y todos muy felices.

Los personajes de Twilight son propiedad de Steph Meyer.

Prologo

Bella

Deje de respirar por un momento, parecía que mis pulmones hacía mucho tiempo se habían quedado sin aire.

Nada era claro y solo podía pensar en desaparecer de la tierra, mi vida ya de por sí difícil, ahora lo era mucho peor, mi madre había muerto y mi padre me había abandonado nada mas ella le informo de mi concepción.

El accidente la había matado y no tenia mas familia que ella, nunca imagine que algo así podía llegar a pasar pero como ocurría a menudo, y más a mí, nada era como lo imaginaba, ahora estaba frente a el abogado, un ser de mirada fría y calculadora, y ante la juez de familia, quienes estaban decidiendo acerca de mi futuro, el fidecomiso que me habían dejado se iba a quedar con ellos, bueno, el abogado decía que pertenecía al estado pero estaba segura de que por ese aporte les darían algo en compensación.

Por lo que podía entender a mi me iban a mandar a un reformatorio de huérfanos.

"Prefiero morir" pensé en decir, pero al parecer ni allá arriba ni abajo querían saber tampoco nada de mí, a lo largo de mi existencia había tratado de matarme dos veces, pero mama siempre encontró la manera de mantenerme aquí, y ahora ella se había ido, dejándome aquí…con la cruda realidad.

- Saint George, y no hay otra disponibilidad- comentó el abogado mirando todos los papeles que tenía en frente tan rápido que me obligaba moralmente a preguntarme si en verdad estaba leyendo los papeles para darme una opción o si era solamente algo que hacia como reflejo.

Pero después de unos segundos de dejar sus movimientos supe que había dicho en serio esas palabras y que tenía intención de enviarme a ese centro de acogida que tenía una reputación bastante maltratada.

Así que ya estaba decidido…

Me quede clavada en mi silla porque tal vez pensé inútilmente que eso me iba ayudar en algo.

- Lo siento, Isabella...- murmuró el abogado a mi lado pero no escuché lo que siguió, así no lo hubiera escuchado ya sabía lo que vendría…me había quedado lo suficientemente claro.

Él intentó levantarme ofreciéndome su mano, aunque su gesto sugería que lo que menos quería hacer era tocarme. Lo seguí por pura inercia, mi corazón lloraba pero la misma emoción no la podía transmitir mis ojos, aquellos que tantas veces antes habían llorado, cuando la depresión era peor… sentía un dolor pausado en la cabeza el cual decidí ignorar asociándolo a los esfuerzos que hacía por no caer de rodillas frente a ese hombre y pedirle, rogarle que no me enviara a ese lugar.

Mi desesperación era tal que hasta los ojos me dolían. Cuando levanté la mirada uno de los vasos que tenia la jueza se resbalo de la mesa sin que nadie hiciera nada y se derramó su contenido por el suelo, los pedazos de cristal volaron en diferentes direcciones, se podía pensar que el vaso había estado en el borde y que por eso se había caído pero sabía que no era así.

-¿Qué demonios...?- escuché que la jueza decía pero ella no podía imaginar siquiera lo que había pasado, como yo tampoco podía controlarlo.

¿A que me refería?

Desde mi primer intento de suicido había estado en un mundo paralelo por unos segundos, había sentido la corriente correr a través de mi cuerpo, nunca supe si se había tratado de las múltiples veces que me desfibrilador pero vi una luz muy blanca y la corriente era diferente de cuando te electrocutas a partir de ese momento mi mente se había transformado en algo que no podía entender, las cosas se movían a mi alrededor sin que hiciera nada, tenia terribles dolores de cabeza que nunca pudieron ser diagnosticados más que simples jaquecas,( lo que los doctores no se explicaban era que después de los dolores de cabeza entrara casi en estado de letargo y mi corazón comenzara a palpitar bradicardicamente).

Mi madre ocultó celosamente ese secreto, porque ella me vio hacerlo cuando trate de matarme la segunda vez...y dijo que lo único que quería era protegerme y que no le iba a decir nada a nadie...pero ahora ella ya no estaba y yo debía reaccionar, ya no la tendría a ella para que me orientara.

Cuando, abrí los ojos nuevamente estaba frente a la casa donde habíamos vivido, parecía que habían pasado horas desde que estábamos reunidos en esa sala estéril en donde se había decidió mi destino.

- ¿Qué pasara con nuestras cosas, nuestra...?- pude preguntar antes de que la garganta se me cerrara otra vez por la emoción.

- No podrás quedarte con nada, tu madre no dejó nada por escrito y eres menor de edad…- dijo el abogado indistintamente.

- No tengo por qué ir a ese orfanato- dije sintiendo un ligero acceso de valentía y rogando porque mi voz sonara firme - puedo trabajar...puedo mantener las cosas...- él me interrumpió como si estuviera hablándole a un niño de cinco años y no a una mujer, o chica de casi diecisiete.

- Es imposible, para cuando cumplas la mayoría de edad no quedara nada que puedas aprovechar, es mejor que te quedes en un lugar donde te van a proteger- dijo él.

Proteger…

En mi vocablo la palabra proteger y orfanato no iban de la mano, había escuchado toda clase de cuentos de esos sitios, de ese en particular y no quería...

Todo lo hice rápido.

Encontré mis cosas y las empaqué, de nada me sirvió inventar argumentos, la cosa estaba decidida y el abogado más que parecer querer ayudarme, parecía que quería deshacerse de mí. Maldije por lo bajo, y después me arrepentí, mi madre había dicho que maldecir era pecado, y por muy precaria que mi vida había sido, yo aun creía en Dios, todavía creía que tenía un destino mejor para mí que todo lo que estaba viviendo ahora.

Salimos de la casa y fui rápidamente conducida por las calles de esa ciudad que casi desconocía. Unos minutos después estacionaron el auto frente a una casa lúgubre de rejas blancas pero enmohecidas y oxidadas.

Las puertas de Saint George se abrieron para recibir al nuevo fenómeno...