Los personajes pertenecen a Meyer, y el inicio de la historia es una adaptación de un fragmento de una telenovela mexicana llamada Sortilegio (casi de la parte final), pero el resto de la historia saldrá de mi loca cabeza, esta es la primera historia que escribo y ojalá que les guste.
PRÓLOGO
Bella y Edward habían ido a pasar una temporada a Forks, ella a la hacienda de sus padres, y él a una cabaña también de sus padres pero él sólo viajo con su hermana menor, al menos por el momento, después se unirían a ellos sus hermanos adoptivos Rosalie y Jasper.
Bella había decidido tomarse algún tiempo sabático, la universidad había sido todo lo que ella había deseado, interesante, divertida, libre… hasta que dejó de serlo, faltando sólo un semestre para graduarse, pero de eso había tenido la culpa uno de sus profesores, curiosamente el que más admiración le provocaba, era joven guapo, inteligente pero sobre todo talentoso, o eso pensó ella.
Por su parte Edward si era talentoso, pero en otra área distinta a la literatura, que era lo que más le gustaba a Bella, él era fotógrafo profesional, desde niño le había encantado la fotografía, y él en lugar de pedir juguetes, coches, pistas de carreras o cualquier otra cosa normal en un niño él pedía cámaras fotográficas, cada vez más sofisticadas, su casa del árbol era en realidad un cuarto oscuro donde podía revelar e imprimir todas las fotografías que tomaba, pero después de un período especialmente largo y agotador decidió junto con su hermana, que era su asistente, tomarse un descanso merecido.
Ni Bella ni Edward pensaron que lo que era un simple tiempo de descanso y alejamiento de todo se convertiría en una de las épocas más inolvidables de sus vidas.
CAPÍTULO UNO
LA PRIMERA IMPRESIÓN
Edward y yo nos conocimos unos meses atrás, había sido un flechazo a primera vista, no puedo decir si fue amor o no sólo sé que ahora sí lo es, simplemente lo amo más que mi vida, más de lo que jamás pensé amar. Caminaba por esa sencilla vereda rodeada de algunos árboles y pastos, ya no era precisamente un bosque muy tupido, había ranchos que colindaban unos con otros y sólo quedaban vestigios del paisaje agreste que alguna vez fue.
Me acompañaba Alice una hermosa joven con un andar delicado, casi el de una bailarina, elegante y alegre, con un eterna sonrisa en su rostro que llegaba a sus ojos, acababa de conocerla una media hora antes; ella pasó por mi rancho y lucía realmente angustiada, había decidido salir a caminar pero el frío que hacía en esta época del año había amenazado con provocarle una crisis de asma, logró controlarla pero estaba asustada ya que estaba a unos cuatro kilómetros de la cabaña donde se hospedaba e iba sola. Cuando llegó a mi lado sentí un nudo en mi estómago al ver ese dulce rostro aún bañado en lágrimas.
- ¡ho..hola! tartamudeé, - ¿te encuentras bien? ¿cómo te llamas? –quise saber, en mi interior surgió mi instinto maternal, a pesar de que yo soy sólo un par de años mayor que ella.
- Soy Alice, me siento mejor, es sólo que soy asmática y me asusté cuando empecé a sentir que me faltaba un poco el aire.
- ¿Vienes sola? –no entendía qué hacía esa chica caminando por terrenos que pueden ser muy solitarios, sola y en un clima que obviamente no ayuda mucho a su condición.
- Vine con mi hermano a pasar unos días de descanso y alejarnos de la ciudad un poco, pero decidí salir a caminar, sólo que no me di cuenta de que ya me había alejado más de lo que esperaba, si le preguntas a Edward te dirá que soy la persona más hiperactiva que conoce -sonrió-, en fin quise regresar rápido y eso me agitó, creo. – Yo sentí en ese momento una gran curiosidad por saber quién era Edward, en realidad fue mucho más que sólo curiosidad, al oír su nombre un escalofrío recorrió mi espalda.
- ¿Edward? - pregunté, aún con la piel sensible por el extraño escalofrío que me recorrió, el cual por supuesto asumí como provocado por lo frío del clima.
- Es mi hermano mayor, somos sólo él y yo, es con quien te digo que vine a pasar algunas semanas, sólo para alejarnos de la ciudad y convivir un poco con la naturaleza, a los dos nos encanta. – poco a poco su piel empezaba a recuperar su color y sus ojos dejaron de humedecerse, sin embargo aún reflejaban algo de temor por la posibilidad de sufrir un ataque de asma.
- ¿Se están quedando lejos de aquí? –le pregunté, considerando seriamente acompañarla hasta donde fuera que se hospedaran ella y su hermano, realmente quería ayudarla, pero por un motivo que no lograba entender realmente deseaba conocerlo a él.
- Mmm… -contestó mirando hacia un lado y hacia otro como tratando de orientarse- no en realidad no queda tan lejos, es en esa dirección –dijo señalando hacia el pequeño cerro que se encontraba a unos 4 km- ahí alquilamos una cabaña.
- Si lo deseas puedo acompañarte para que no te sientas preocupada, así puedes platicarme de ti y relajarte un poco para que el asma no regrese… -mis palabras salieron de mi boca casi sin esperarlo, y no es que no quisiera ayudarla pero el deseo de conocer a Edward se volvía cada vez más irracional, después de todo, no los conocía, bien podía ser una treta para secuestrarme, ahora que los secuestros parecen estar de moda, y mi familia es adinerada. Claro que no siendo tan dramáticos, también podía ser que su hermano fuera un hombre desagradable, o bizco, o adicto a la hierba (de ahí su "deseo por convivir con la naturaleza"), sonreí al darme cuenta de lo ridículo que "sonaban" mis pensamientos. Aún así estaba decidida a conocerlo y dejar que el destino tomara su propia decisión.
- No lo sé, realmente no quiero abusar, el sólo platicar contigo me ha ayudado mucho…
- Por favor -le pedí-, te aseguro que no es ninguna molestia, además no quiero que algo malo te pase y no haya nadie que pueda ayudarte. –Le conteste sinceramente, pero también sabía que no aceptaría un no por respuesta.
- Además debo confesar que por aquí no hay muchas chicas de mi edad y me encantaría que fuéramos amigas, ¿qué dices?- Yo nunca fui de muchos amigos, siempre he sido un poco tímida y callada. Mis únicas amigas eran Ángela y Jessica, además de sus respectivos novios, Ben y Tyler, pero ellos se habían quedado en la ciudad donde viven con sus familias y yo había viajado al rancho de mis padres en las afueras de Forks, para pasar ahí un tiempo antes de regresar a la Universidad.
- Ok, me encantará ser tu amiga –dijo casi dando saltitos, Ok, ya entendí por qué Edward la considera hiperactiva-, has sido realmente amable y será más divertido tener a alguien con quien platicar, ir al cine, ir de compras, -un momento ¡¿DE COMPRAS?! Está bien eso de platicar, o de ir al cine, pero ¿COMPRAS?, no, eso definitivamente no iba a suceder, yo odio ir de compras, es más Ángela y Jessica prácticamente compraban la ropa por mí, y desde que llegué aquí, sólo mi mamá me ha comprado algunas cosas adecuadas para este rancho y su clima, pero por lo demás mi guardarropa llevaba conmigo meses y algunas cosas incluso años, y por supuesto yo me sentía bien al respecto.
- Entonces ¿vamos? –le dije señalando con mi brazo estirado, hacia la dirección que ella había indicado minutos antes, como invitándola a caminar.
Empezamos a caminar, platicamos de todo un poco, de su familia y de la mía. Ella era la menor de una familia pequeña, sólo cuatro integrantes, Carlisle, su padre, Esme, su madre, Edward y ella, aunque con ellos vivían Jasper y Rosalie, que quedaron huérfanos desde hacía unos 3 años y habían sido adoptados por Carlisle y Esme. Ellos eran hijos de una pareja muy amiga de sus padres, pero fallecieron en un accidente.
- ¿Por qué Rosalie y Jasper no vinieron con ustedes a pasar unos días?- le pregunté- ¿no se llevan bien con ellos? –me miró por un momento pero no contestó. –Lo siento no quise ser indiscreta – me disculpé y sonreí tímidamente y por supuesto con un poco más de color en mis mejillas-.
- No te preocupes no estás siendo indiscreta –bufé- bueno tal vez un poco pero no me molesta- dijo riendo- es sólo que se ve que eres muy lista, en realidad a Edward y a mí nos tomó un poco de tiempo la idea de compartir a nuestros padres con un par de chicos a los que casi no conocíamos y ahora debíamos convivir con ellos las 24 horas del día, pero la verdad es que son extraordinarios, Rosalie se convirtió en una verdadera hermana para mí y Jasper… -suspiró- es el mejor amigo de Edward y su hermano del alma, realmente nos llevamos muy bien los cuatro, casi hacemos todo juntos.
- ¿Y entonces por qué no vinieron? –volví a insistir.
- Por su trabajo, Jasper es Contador Público y es época de pagar impuesto, así que es la época que más trabajo tiene- sonreí asintiendo, me imaginaba que el pobre hombre debía estarse volviendo loco- pero en un par de semanas nos alcanza y se queda hasta que todos nos vayamos de regreso a casa.
- ¿Y Rosalie?
- Ella también está trabajando, es ingeniera mecánica, y trabaja en una de las mejores fábricas del país, y tiene sus vacaciones programadas dentro de una semana y también viene para acá, y se queda igualmente hasta que nos regresemos todos. ¿Y tú, tienes hermanos y hermanas? -Me preguntó con una enorme sonrisa y una mirada pícara, cualquiera diría que empezaba a maquinar en su mente la posibilidad de hacerla de Cupido.
- No, soy hija única, pero tengo un primo tres años mayor que yo, con quien tengo una excelente relación, es muy divertido y juguetón y siempre me tiene riendo, casi siempre estudiamos en las mismas escuelas, siempre me trató como a su hermana menor. Ahora el trabaja como Administrador de la Hacienda de mis padres, y es realmente bueno, en los 3 años que lleva al mando paso de ser un simple rancho a una hacienda muy productiva, mi papá está feliz ahora que se retiró, eso les permite a él y a mi madre viajar y disfrutar de su relación, porque al principio dedicaban mucho más tiempo a sacar adelante el rancho y tenían poco tiempo para ellos mismos. Yo me alegro mucho que por fin pasen más tiempo juntos, se aman mucho y lo merecen. –me sorprendí de mí misma, generalmente no doy tanta información personal a alguien a quien apenas conozco, bueno ni siquiera hablo tanto con quienes sí conozco, así que ahora siento que me quedé incluso sin saliva.
- Mis papás también han estado muy enamorados siempre… -me dijo Alice con una gran sonrisa- así como lo estaremos Jasper y yo… -se tapó la boca con las dos manos y me miró con cara de que, al igual que yo, había hablado demasiado.
- ¿Jasper y tú? ¿no eran como hermanos? – pregunté divertida al ver que el rostro de Alice había pasado por diferentes tonos de rojos.
- Mmm..sí, bueno no, es que… él siempre me ha… no sé… - la pobre empezó a hablar sin sentido claramente apenada por haber dicho en voz alta algo que quizá no sabía su amiga Rosalie, hermana precisamente de Jasper.
- No te preocupes no tienes que contarme, quizá algún día si sientes la confianza suficiente quieras hacerlo y yo estaré encantada de escucharte. –le dije abrazándola por los hombros, tratando de mostrarle que podía confiar en mí, pero que no pretendía forzarla a hablar de algo que claramente la hacía confundirse.
Seguimos caminado y platicando durante un rato más, hablando de todo un poco, hasta que "I gotta feeling" empezó a sonar en su celular, ella me hizo una pequeña seña con su mano, como disculpándose y tomó su teléfono para contestarlo.
- Si Edward, estoy bien, lamento haberme tardado, no me di cuenta de lo tarde que era, pero ya estamos cerca de la casa… - supongo que del otro lado de la línea Edward debe haber notado el "estamos"- sí, conocí a una amiga, su nombre es Isabella… -la interrumpí pidiéndole que me llamara Bella- bueno se llama Isabella pero le gusta que le digan Bella...-silencio- sí ella va conmigo, se ofreció a acompañarme, porque yo me asusté cuando creí que me daría un ataque de asma… -más silencio- no, ya estoy bien, sólo fue un susto... Ok, nos vemos en un rato… si yo también te quiero, bye. –no supe si enternecerme por la clara preocupación de él por el bienestar de su hermana, y porque no tiene mayor problema en decirle a su " hermanita" que la quiere (seamos honestos ¿cuántos hombres lo hacen? y cuando lo hacen la gente piensa que son gay, mhh!! ¿será que Edward es gay?), ¿Ok ya estás pensando como la demás gente! ¡¡COMPÓRTATE!!
- Parece que tu hermano se preocupa mucho por ti… -le dije más como afirmación que como pregunta.
- Sí, él y yo nos hemos querido mucho desde que éramos pequeños, mis papás nos enseñaron a cuidar él uno del otro, aunque claro él es el mayor así que siempre me cuidó más a mí, de lo que yo lo cuidé a él, y aunque hemos crecido eso no ha cambiado, Edward es un hombre realmente extraordinario, noble, gentil, justo pero con un gran carácter, jamás se da por vencido y nunca permite que los "poderosos" abusen de los demás, mientras él esté presente. Ah! Y realmente guapo. – me lo dijo con una mirada y un tono que cualquiera pensaría que me lo estaba "vendiendo". Yo sólo sonreí y volteé mi vista al frente para hacer como que no entendí la indirecta, pero sobre todo para evitar que notara en mis ojos que realmente deseaba conocerlo desde que lo nombró por primera vez, después de todo, la gente que me conoce dice que mis ojos son realmente expresivos y que es fácil saber lo que pienso y siento con sólo mirarlos con atención.
Después de unos minutos de reír tanto que casi me dolía el estómago, giramos siguiendo la vereda y frente a nosotros apareció una hermosa cabaña de dos pisos, con una amplia terraza, ligeramente elevada, la cabaña tenía grandes ventanales al frente. En la terraza había un par de hamacas, y una barandilla de madera del mismo tono que el resto de la cabaña y la terraza, era un lugar realmente de ensueño, pero lo que atrapó mi vista sin poder evitarlo, incluso la risa desapareció en un instante, fue el hombre recargado en la barandilla, quien nos miró primero con su rostro serio, casi preocupado, para luego sonreír con la más hermosa sonrisa de lado que haya visto hasta entonces. Su cabello cobrizo y unos ojos casi del mismo tono que el bosque, tez blanca y labios carnosos – grrrr- color sangre. Se incorporó al vernos llegar, era alto, quizá 1.85 m, iba vestido como vaquero, con la clásica camisa clara a cuadros, desabotonada de arriba, permitiendo un atisbo de lo fuerte y bien formado de su pecho, cinturón ancho con una gran hebilla, pantalón de mezclilla, botas texanas y sombrero texano; caminó lentamente hacia la escalerilla que bajaba al nivel del terreno, su porte era el de un hombre de la realeza, su andar majestuoso, su cuerpo atlético y su mirada transparente, Alice no se había equivocado, Edward era simplemente un Dios.
Detuve ligeramente mi paso en cuanto lo vi, mis piernas perdieron de pronto su fuerza y todo a nuestro alrededor desapareció, sólo quedábamos él y yo, pero por supuesto la pequeña duende que se había convertido en mi amiga, me jaló del brazo, recordándome, no sin divertirse, que debía seguir caminando si pretendía ser presentada con esa divinidad. Yo traté de reponerme y seguir con mi andar como si nunca me hubiera detenido, y al cabo de unos pasos me encontré con él, que también había caminado hacia nosotros sin quitar su mirada de mí, (¿será cierto?, a diferencia de él yo no soy la persona más hermosa que pisa sobre la tierra, de acuerdo, soy guapa, tengo bonito cuerpo y mi cabello es hermoso (lo que más me gusta de mí, ah! y también me gusta mi sonrisa pero jamás me he sentido nada especial, bonita sí, pero tanto como muchas otras chicas, de nuevo, nada especial. Pero ese chico sí que era alguien fuera de este mundo) y sin dejar de sonreír, ¡por Dios! cómo podía alguien tener una sonrisa como ésa, y eso que era sólo una media sonrisa, no quiero ni pensar lo que me va a pasar si completa la sonrisa, creo que me desmayo.
- Mira Edward, ella es Bella. –le dijo Alice, él prestó atención a lo que ella le dijo, pero en ningún momento quito su mirada de mí, si claro, así debe hacer con todas las chicas, seguramente es su forma de seducirlas, y por lo que se puede ver le debe funcionar muuuy bien, porque conmigo prácticamente ya funcionó, ¡BELLA REACCIONA!
- Hola Bella – ok, una cosa es que sea hermoso y otra que además tenga una voz salida del cielo, a esta altura, seguramente canta como los mismísimos ángeles, ah! y también debe volar o tener una fuerza sobrenatural.
- Hola… ¿Edward? ¿verdad? – contesté tratando de sonar casual, ja!! A quién trato de engañar, a mí no por supuesto. Estire mi brazo para tomar su mano, la cual extendía hacia mí, en el momento que mis dedos se cerraron en torno a los suyos una descarga corrió por mi brazo tan intensa como cuando te golpeas el codo y te recorre una corriente eléctrica, sólo que esta vez no había dolor sólo una agradable sensación, desconcertante sí, pero agradable.
- Sí, gracias, por acompañar a mi hermanita - ¿hermanita?, si sigue hablando así y sonriendo así, ay!! esa sonrisa!, definitivamente me le voy a aventar encima– algunas veces ha sufrido ataques de asma y no han sido nada agradables, la asustan mucho, y debo confesar que a mí también, no sé qué haría si algo le pasara…
No supe en qué momento lo decidí sólo sé que me había abrazado a su cuello y que lo besaba desesperadamente, sintiendo como él se sorprendía por un instante pero inmediatamente me correspondía con la misma pasión, apretándome contra su cuerpo, tan firme, tan cálido, tan…
- Por eso te agradezco de corazón que te tomaras la molestia de venir hasta acá… -maldición sólo soñé despierta-, ¿te gustaría tomar algo? ¿un café, un refresco, agua…? –ta vez sólo es mi imaginación o mi propio estado anímico, pero cada vez más sentía que Edward estaba ¿nervioso?, no, debe ser mi propio deseo de que yo, una chica como cualquier otra pusiera nervioso a una dios como él.
- Gracias, pero ya me tardé y no quiero que mis papás se preocupen por mí…
- Pero puedes llamar a tu casa, -sugirió Alice señalando hacia dentro de la cabaña, como indicando que podía usar su teléfono- y avisar que te quedas un rato, después nosotros podemos llevarte de regreso, ¿verdad Edward?
- Claro será un honor poder platicar un poco y conocerte, y no te preocupes yo te llevaría hasta tu casa. –¡Vamos Bella! Acaba de decirte que ÉL te llevaría, sin la compañía del pequeño duende que tiene por hermana, es muy agradable sí pero ahora quisieras estar sola con él, ACÉPTALO.
- Gracias, pero en verdad debo irme, quizá en otra ocasión. –pero ¿qué demonios haces? ¿por qué rechazas la invitación? Tu hora de queda ni siquiera está próxima, ¿A QUÉ DIABLOS LE TIENES MIEDO? Arggg-
Sonreí a Edward y caminé a su lado para acercarme a Alice quien se había sentado en los escalones que suben a la terraza.
- ¿Te sientes mejor? Le pregunté, con una sonrisa, mientras me agachaba para quedar a su altura.
- Sí gracias, ya me siento mucho mejor -me contestó con una sonrisa aún más radiante, realmente parecía feliz, y yo no alcanzaba a entender por qué, sobre todo después del susto que se llevó, miró por un momento a su hermano y luego a mí y luego nuevamente a él, eso me puso algo nerviosa, apenas la conocía pero era claro que algo crecía en esa hermosa cabecita, así que decidí huir de ahí antes de que se pusiera más peligroso.
- Ok, entonces me voy, espero volver a verte… a verlos –me corregí rápidamente y ella sonrió aún más, sí definitivamente debo irme. Le di un beso en la mejilla y me levanté para caminar hacia Edward para despedirme, pero él aún seguía mirándome a pesar de que yo prácticamente le daba la espalda cuando me despedía de Alice.
- Nos vemos, ha sido un placer conocerte Edward… co-conocerlos – me corregí nuevamente, maldición, ¿que no puedo hacer nada bien?, pero para mi defensa ese hombre con esos increíbles ojos y la más hermosa media sonrisa pondría nerviosa a cualquiera- gracias por la invitación y espero volver a verlos –dije esto último obligándome a ver también a Alice para no seguir delatándome a mí misma.
- Cuando quieras ésta es tu casa- me lo dijo con una sonrisa y un tono que hubiera jurado que realmente deseaba que esa también fuera mi casa, yo sentí como todas las mariposas del mundo fueron a revolotear a mi estómago y volví a sonreírle antes de levantarme de puntitas y besar su mejilla como despedida, finalmente me di la vuelta y empecé a caminar hacia mi casa, sin poder evitar sentir que dejaba mi corazón, detrás de mí, en esa dulce mirada, como ninguna otra que hubiera yo visto antes, después de caminar un tramo volteé a verlos para decirles adiós con la mano y los dos estaban parados mirándome con una sonrisa en sus ojos, realmente me sentía feliz había conocido a quienes se convertirían en dos de las personas más importantes de mi vida. Mi amiga y el amor de mi vida. Sí, ya no había vuelta atrás.
Ojalá les haya gustado esta historia, es mi primera vez, y no se si sea buena, pero sí me divertí escribiéndola, pronto publicaré el siguiente capítulo desde la perspectiva de Edward. Por favor dejen sus comentarios, críticas y demás. Así sabré si lo estoy haciendo aunque sea un poco bien. Cuídense mucho, y que éste sea un gran año.
