Aclaraciones:
Universo alterno, Osomatsu no tiene relación sanguínea con los Matsuno. Todos tienen edades diferentes, Karamatsu es el mayor.
Todo es narrado desde el puntode vista de Osomatsu.
Osomatsu-san no me pertenece, esta historia solo es para entretener y sin fines de llucro.
Ya lo había visto en varias ocasiones, solía verlo vestido con una sudadera azul, en una ocasión intente quitarle algo de dinero pero el tipo era rudo, no se inmuto cuando le mostré un cuchillo y no dudo en defenderse, claro que lo hubiese vencido pero algún vecino entrometido llamo a la policía, ese día logre escapar; un par de días después de eso lo volví a ver, no es que lo siguiera, era siempre la casualidad que lo ponía en mi camino, lo observaba de lejos, quería retomar nuestra pelea para demostrarle lo fuerte que soy, pero era difícil encontrarlo solo. Después de una semana de observarlo descubrí que tenía 4 hermanos, por lo que pude deducir él era el hermano mayor, era curiosa su familia, en cada uno predominaba un color y estilo único, pero aun así, el chico de azul resaltaba a mi vista.
Otra noche vagando entre las sombras, buscando almas caritativas que me donaran algo de efectivo, en un callejón cercano escuche ruido, probablemente una pelea entre vándalos, me acerque lentamente podría ser divertido, un grupo de chicos le propinaban una paliza a algún pobre diablo, lastima por el tipo, así es esta vida después de todo; pensé en seguir mi camino pero al mirar detenidamente distinguí el color azul en el suelo… no podía creer que fuera él… me acerque decidido a uno de los tipos y tras noquearlo tome el bate que este tenía, los sujetos se sorprendieron, pero no fueron rivales para mí, los vencí fácilmente; me acerque al chico del suelo, tenía varios golpes y algo de sangre escurría por su frente, pero fuera de eso parecía estar vivo, me incline ante él y saque un marcador rojo que suelo cargar para garabatear en algún sitio cuando me aburro, tome el rostro del chico y escribí en su mejilla un mensaje para dejar claro que nadie más podía acercarse a el: "Mío". Lo cargue en mi espalda y lo lleve cerca de su hogar, no es que fuera a dejarlo en el callejón pero tampoco iba a tocar la puerta de su casa y entregarlo como si nada; un rato después observe cuando despertó, algo aturdido lo vi levantarse y llegar a su casa, pese a la distancia escuche con claridad las quejas de sus hermanos al verlo; me encamine al pequeño departamento que tenía como hogar mientras buscaba respuesta a mis actos de esta noche.
Al día siguiente, sorpresivamente me levante temprano, así que decidí salir a caminar, sin darme cuenta estaba a una calle de la casa del chico de azul, suspire con pesadez, ¿Por qué estaba en ese lugar?, de pronto lo vi, daba vuelta en una esquina, su rostro había sido curado, pero no tenía la palabra que le escribí, eso me molesto un poco, aunque era lógico que no se quedaría pintado por siempre. Lo seguí con sigilo una calle, no había gente alrededor así que apresure mi paso y lo alcance, me pegue a él y agarre su trasero mientras le daba los buenos días, sentí como salto al contacto, vaya que lo había tomado por sorpresa, se separó de mi con un rápido movimiento y me miro sorprendido, su expresión no podía ser más cautivadora, su rostro estaba completamente rojo, pareció reconocerme de nuestro primer encuentro y se colocó en pose de defensa, le mire divertido.
- Esa no es manera de tratar a tu héroe –
- ¿Qué dices? – se relajó un poco al cuestionarme
- Lo olvide, estabas inconsciente anoche… - sonreí esperando entendiese lo que decía
- ¿Anoche? ¡Es cierto! -
Pareció entender lo que había ocurrido, así que yo espera mi merecido agradecimiento, tal vez de forma monetaria.
- Anoche me asaltaron, ¿y tú debiste ayudarlos no? – me señalo acusadoramente, me molesto.
- Vaya que eres lento… - me acerque a él, mi rostro quedo cerca del suyo – fui yo quien te salvo idiota, ¿O acaso pensaste que tu cuerpo llego solo a casa? –
- ¿Tú? ¿Por qué? – me miraba sorprendido.
- Buena pregunta… – me acerque un poco más a su rostro él se quedó quieto, estaba a centímetros de sus labios y ocurrió algo que no esperaba… un gruñido, este provenía de mi estómago y me hizo detenerme al acto, era vergonzoso, ¿Justo en este momento tenía que solicitar alimento mi cuerpo? Me gire dándole la espalda y dispuesto a irme, pero no logre dar más de un paso al sentir que una mano me sostenía del brazo, gire un poco el rostro para ver al chico de azul, quien parecía algo indeciso en hablar.
- ¿Tienes hambre cierto? -
- … - no respondí, mi cuerpo ya había dicho suficiente.
- Déjame invitare algo, para agradecer lo que hiciste por mí – sin esperar afirmación de mi parte me llevo con el hasta una tienda.
Al llegar decidí esperar afuera en una banca mientras él hacia las compras, no quería importunar su tarea atrayendo miradas de sospecha del resto de personas, aunque de igual manera las conseguí estando sentado, a lo que respondía con una agradable seña de mi dedo medio. El chico no tardó mucho en salir, traía consigo dos bolsas de las cuales me extendió una de ellas, no dude en tomarla, después de todo era comida gratis. Comenzamos a andar de regreso a su casa, en el camino menciono algo de que se disculpaba por no poder acompañarme a comer pero debía llegar con las compras para desayunar con sus hermanos, ni siquiera entiendo su actitud, ¿Por qué habría de disculparse? Entiendo que lo salve, pero ¿Acaso era para tanto? Después de todo compartir alimento con una sanguijuela como yo… ¡¿Pero en que estoy pensando?! Claro que debía estarme agradecido ¿no? es decir, salve su trasero… entonces ¿Por qué me siento obligado a agradecer sus actos?
Estando a una calle de su casa, susurre un débil "gracias" esperando no tener que repetirlo, ya me encaminaba pero me detuve cuando me hablo.
- E-espera, ayer tenía una marca en mi rostro… ¿sabes quién…?
- Yo lo hice - le respondí sin siquiera dejarle terminar de preguntar y girándome para observar su reacción.
- ¿T-tú me pintaste? ¿Por qué lo hiciste?– cuestiono apresurado a la vez que se sonrojaba el idiota, me acerque lentamente a él.
- Porque me gusta marcar lo que me pertenece – acaricie su mejilla en donde había estado aquella palabra en rojo.
- ¿Y-yo? – tartamudeo sorprendido.
-Parece que vas entendiendo, tú eres mío… - sin dejarle protestar me adelante y lo sujete del mentón para en seguida plantarle un beso, aprovechando su confusión logre colar mi lengua en su boca, escuche cuando dejó caer sus compras y coloco sus manos en mi ropa intentando separarme, deje caer suavemente mi bolsa y con la mano ahora libre lo sujete fuerte de la cintura, el no correspondía mi beso pero tampoco lograba finalizarlo, sentí su cuerpo temblar, finalice el acto mordiendo su labio inferior a lo que respondió con un leve quejido, dio un par de pasos atrás cubriendo su boca con su mano derecha, no pude evitar sonreír con satisfacción al ver el sonrojo y un par de lágrimas formándose en sus ojos, era definitivo, ese chico ahora me pertenecía, me di la vuelta, recogí mi comida y comencé a alejarme con un "Hasta luego bebé". Calles más adelante saque de mi bolsillo la cartera que había tomado de su pantalón mientras le besaba, revise su identificación, Matsuno Karamatsu, bien, al menos ahora sabia su nombre.
Ya había pasado una semana desde mi encuentro con el chico de azul y no me había cruzado con el nuevamente, era algo extraño, había visto al resto de sus hermanos, pero él no daba señales de vida, empezaba a sentirme ignorado y muy molesto, debía hacer algo al respecto.
Era temprano, caminaba por una calle bastante concurrida cuando creí ver al dichoso Karamatsu, pero no, este debía ser uno de sus hermanos ya que se veía mucho más joven, el chico vestía de una camisa blanca, un pantalón rosado, una corbata del mismo color y para finalizar un sombrero cafe, venia hacia mí, me pare justo en frente para detener su paso.
- ¿Eh? – me miro un momento y siguió su camino pasando a mi lado – No tengo dinero – me dijo pasándome de largo.
Me gire molesto y le tome del hombro – ¡Un segundo…! – aun no le daba la razón de haberlo encarado cuando ese chico compuso un expresión llorosa y comenzó a gritar que no le hiciera daño, escena que obviamente llamo la atención de las personas a nuestro alrededor, le solté de inmediato y a lo lejos ya veía un par de policías venir, - Maldición – dije entre dientes y emprendí la retirada, sin haberme alejado mucho me gire solo para alcanzar a ver que el hermano de rosa tenía una sonrisa maliciosa, ¡Infeliz!, ese maldito mocoso solo estaba fingiendo, ya me las pagaría después.
Unas horas más tarde esperaba cerca de un callejón para emboscar a algún distraído, escuche pasos acercándose y con la agilidad que me caracteriza tome al tipo de la camisa y lo jale al callejón en donde lo empuje de cara a la pared más cercana sosteniendo uno de sus brazos en la espalda impidiéndole moverse.
- Veamos que tienes – le dije mientras revisaba sus bolsillos traseros, note que en su otra mano sostenía una bolsa, pero no alcanzaba a ver lo que contenía así que metí la mano y lo que salió fue una revista, esta tenía una portada muy colorida y en el centro una chica con orejas de gato.
- ¿Qué carajos es esta basura? – pregunte molesto al no haber hallado comida o algo de valor; sin saber cómo ocurrió termine al otro lado del callejón con un dolor en el estómago, maldito… ¿Cómo logro patearme?, me levante lentamente aun con la revista en un mano y con la otra sujetando en donde había recibido el golpe, me sorprendí un poco al ver al chico frente a mí, su camisa verde a cuadros y una mirada asesina, le conocía de vista, otro de sus hermanos… sonreí de lado, esta era mi oportunidad.
- Oye… buenos reflejos, me recuerdas a tu hermano. – el tipo me miro con frialdad y estiro su mano.
- Devuélveme mi revista –
Mire un momento el artículo en mi mano y luego al chico, parecía querer matarme por esto, tal vez era más valioso de lo que pensé, pero tendría que dejar pasar la oportunidad si deseaba obtener respuestas, le lance la revista y el de verde la atrapo sin problemas, su cara de frialdad desapareció y en cambio un rostro sonrojado con una gran sonrisa apareció.
- ¡Mi querida Nya-chan! – el chico abrazo la revista con euforia e incluso podría jurar que estaba babeando. Tras un momento de su locura, procedió a guardar la revista en su bolsa y alejarse, yo me quede quieto en mi lugar… ¿Qué carajo acaba de pasar?
El sol apenas se empezaba a ocultar, caminaba sin rumbo alguno cuando escuche algo de ruido en un callejón cercano, me asome y vi varios gatos rodeando a un chico de polera morada, le mire detenidamente, no había duda, otro hermano Matsuno, camine confiado al interior, al escuchar mis paso los gatos y el chico de morado se erizaron ante mi llegada.
- Tranquilo chico, no te hare daño – el me miro con desconfianza – ni a tus gatos… - agregue y pareció relajarse un poco.
- ¿Qué quieres? – Pregunto de manera fría – Si es dinero no tengo, ya lo gaste todo – sonrió de forma burlona.
- Eso no es lo que quiero, en realidad busco a uno de tus hermanos – la sonrisa se borró de su rostro y me miro de forma sombría.
- ¿A cuál? – fue todo lo que pregunto.
- Al azul – respondí con total tranquilidad.
- ¿Él? – Pregunto dándome la espalda - ¿Le harás daño?
- Prometo no hacerlo – respondí sin dudar.
- mmm… no te diré entonces –
-¿Qué? Ni siquiera te he dicho… - no logre terminar la frase ya que al intentar acercarme pise por accidente la cola de uno de los tantos gatos el cual chillo casi rompiendo mis tímpanos, pero no fue tan malo como el aura que se formó alrededor del chico de ropa morada, su mirada era más aterradora que la del hermano anterior, sin dudar el chico se lanzó contra mí, apenas y logre esquivarle, pero el chico parecía un gato demoniaco que se lanzaba contra mi lanzando golpes a diestra y siniestra, apenas y lograba evitarlo, por suerte uno de los gatos trato de huir por nuestra pelea y corrió hacia la calle, el chico me ignoro en seguida y corrió para tomar al gatito en brazos y evitar que un carro que venía lo aplastara; aproveche para alejarme del lugar.
Ya empezaba a anochecer, me encontraba cerca de un lote baldío cuando distinguí un rayo fugaz amarillo moviéndose por todo el terreno, ¿acaso sería algún tipo de fenómeno natural o paranormal?, no era así, solo era otro fenómeno Matsuno, empezaba a creer que el destino me estaba poniendo a prueba, después de todo, ¿Por qué otra razón habría de encontrarme a los hermanos de aquel chico en un solo día?, suspire pesadamente, si así era el juego no me dejaría vencer tan fácilmente. Me acerque con cautela, un chico muy energético con un conjunto deportivo corría de un lado a otro con un bate, cuando noto mi presencia se detuvo de golpe.
- ¿Quieres jugar? – pregunto animado con una gran sonrisa.
- No, busco a Karamatsu Matsuno – decidí ser directo y enfrentar lo que fuera, el chico ladeo un poco su cabeza sin borrar su sonrisa.
- ¿Eres amigo de Niisan?
- Si, ¿Sabes en donde esta?
- … te diré… - no pude evitar sonreír, pero poco me duraría el gusto cuando completo la frase – solo si juegas conmigo -
Suspire con resignación, más valía que el bobo de azul comprendiera todo lo que tenía que pasar para hallarlo; asentí suavemente a lo que el de amarillo brinco de alegría.
Pasaron al menos dos horas desde que empecé a jugar con el chico, ahora me encontraba tirado a mitad del terreno respirando agitado, mi compañero de juego seguía de pie bateando al aire, sentí mis músculos doler, creí tener mayor resistencia inclusive una vez luche con 10 tipos sin sudar una gota y ahora solo por un rato de juego me estaba muriendo de cansancio. Este niño tenía bastante energía, algo de admirar y de temer.
-¿Ahora me dirás en donde esta? -
- … Niisan está de viaje – respondió bajando el bate.
Ante su respuesta no pude evitar soltar una gran carcajada, el otro se acercó para sentarse a mi lado con una expresión curiosa.
- ¿Has enloquecido? – pregunto divertido
-¡Eso parece! – Reí fuerte – Hoy fue un día de mierda y al final no conseguí verlo… que estupidez – sonreí un poco,
-¡Pero niisan regresa pronto! ¡No estés triste! - agitaba sus brazos con premura.
¿Triste?, no, más bien decepcionado.
- ¿A dónde fue? – pregunte enderezándome para quedar a su altura.
- Fue a trabajar, él trabaja mucho y a veces se va lejos un rato – tenía una sonrisa mientras respondía pero aun así se veía triste.
- ¿Siempre juegas solo? – el cambio de tema pareció sorprenderle pero aun así me contesto.
- Juego con mis otros hermanos, pero baseball solo con Karamatsu niisan, es el único que aguanta… pero debo jugar solo cuando él se va… ¡aunque dijo que si continuaba practicando me traería dulces! – grito emocionado.
- Tengo un trato para ti – me miro intrigado - ¿Qué te parece si juego contigo hasta que regrese tu hermano mayor? Y a cambio me hablaras de él – el chico ni siquiera medito la petición y en seguida sacudió la cabeza afirmativamente.
- Trato hecho – despeine sus cabellos cerrando el pacto – Pero no debes decirle a nadie de esto, será nuestro secreto –
- ¿Por qué? -
- Porque si alguien sabe que juego contigo, tu hermano no te traerá dulces, ¿recuerdas?, dijo que te los daría si practicabas solo – el chico se congelo un momento analizando mis palabras, en unos segundos pareció comprender la situación y se apresuró a cubrir su boca con ambas manos.
- ¡Secreto! – grito aun cubriéndose.
-Buen chico – sonreí complacido, ¿Por qué no me topé con este chico desde el principio? – Bien, ya deberías ir a casa – le indique mientras me levantaba – Una cosa más, ¿Cuántos hermanos son?
- ¡Cinco! – grito mostrándome todos los dedos de la mano derecha.
Sentí un gran alivio, significaba que mi teoría era correcta y ya no me toparía con más hermanos.
- Eso es genial, nos vemos mañana – me despedí con un ademan comenzando a avanzar, el chico cargando sus cosas tomo el camino contrario, a lo lejos le escuchar gritar una especie de mantra: ¡Muscle, muscle, hustle, hustle!, sonreí, el chico era simpático.
~Continuara~
