Ok, este es mi primer fic, y como le dije a Embercita estoy nerviosa... Espero que les agrade tendra más de un capitulo y fue un regalo para dos de mis amigos en un foro

Con ustedes el primer capitulo de siempre fuiste tú... un Heidi/Demetri


Ella

Ella era lo más hermoso que él había visto en su vida, desde el primer momento que llego a Volterra, se había convertido en todo lo que el deseaba, todo lo que esperaba, verla caminar era casi ver el cielo, ella paso frente a el, con ese sensual caminar, paso y tomo delicadamente su mentón, el sintió que estaba en el cielo, solo le sonrió.

-¿Me mandaron llamar padres?

Su voz era tan hermosa, digna de ser escuchada a cada momento, era como un hechizo de verdad tenía el mejor don del mundo, o el estaba embobado por que quería.

-Si querida, verás

Hablo grutualmente la voz de su padre, el se arrecostó a un muro viendo como le daban ordenes a Heidi de salir inmediatamente junto con otras personas de la guardia.

-¿Escuchaste Demetri?

El salió de su sueño y miró a su padre, Heidi lo miraba con una sonrisa, moviendo la cabeza de manera negativa.

-¿Lo siento padre, estaba distraído?

-Tu siempre corazón

Se adelanto Heidi, con una sonrisa que lo dejo como tonto como diez minutos.

-Te decía Demetri que serás tu el que vaya con Heidi, a Rumania, necesito que hablen con Stefan

-Claro señor como usted diga

No pudo evitar esbozar una sonrisa, cuando hizo la acostumbrada inclinación de respeto, seria una oportunidad que no desaprovecharía, tiempo al lado de la mejor mujer del mundo.

Heidi lo tomo de la mano, levemente para salir de la sala legislatoria, el sonrió ante su frió tacto, que mas daba estar muerto si de camino al Hades la había hallado, si su resurrección había sido entrar a una vida llena de lujos, casi tuvo que esperar cien años, para encontrarla, el mismo había sugerido su transformación, cosa que Aro acepto gustoso, pero lo que Aro nunca supo, era que el se había enamorado a primera vista de ella, que solía observarla de humana, y que por un maldito descuido no había estado ahí, el día que la atacaron, que decidieron matarla para luego… Por suerte si habían llegado antes de que esos malditos humanos ahora muertos, abusaran de ella, de su chica.

Levanto la mira encontrándose con esos ojos violetas, gracias a las lentillas que usaba, se cruzaran con su ojos rojos carmesí, ella le regalo una sonrisa sincera, el la correspondió y luego paso el dorso de su mano, por sus mejillas, quería gritarle lo mucho que la amaba, pero su mente no se lo permitía, sabia que Félix su hermano también estaba interesado en ella, y si bien ella era cariñosa nunca le había demostrado un interés hacia el…

-Heidi... yo

Tartamudeo, ella levanto su mirada, y le tomo del mentón, sonriendo.

-¿Tu que?

Las palabras se quedaron pegadas en su garganta, su voz salió más ronca de lo normal, le ardían los ojos ¿acaso quería llorar?, la miro deteniéndose.

-Yo estoy complacido de que seas tú, la que tiene que acompañarme

Mintió descaradamente, como solía hacer para guardar sus sentimientos hacia ella, su gran amor, la mujer con la que quería compartir sus días, ella sonrió, y le beso fugazmente una mejilla

-A mi también me alegra ir contigo así me siento protegida

El resto de Demetri se ilumino, al menos se sentía protegida con el, eso quería protegerla y amarla.

-Voy a acomodar mi ropa Demi

Ella giro dejándole esas palabras que habían tardado casi ciento cincuenta años, en salir, el entro a su cuarto, viendo como ella entraba a despedirse de sus hermanas Chelsea, Renata y Jane.

Mientras el se sentaba en su cama, tratando de convencerse de que todo estaría bien, que le iba a soltar de una vez que la amaba, le pediría que fuera su pareja, igual casi todos en el castillo, eran felices en pareja, Chels y Afton, Renata y Santiago, y las demás parejitas, todos menos los gemelos, que eran muy chicos para pensar en esas cosas, parecía solo importarles hacer sufrir…Pero el solo quería estar con su rubia, abrazarla.

Un toque en su puerta lo saco de su ensoñación, abrió la puerta era ella, le sonrió y movió la cabeza por encima de su hombro, buscando algo en el interior de la habitación.

-Demeeeeeeetri

Soltó en un canturreo enfadado, poniendo sus pequeños puños contra su pecho, golpeando casi sin fuerzas.

-¿Por que no has hecho tus maletas?

El levanto los hombros restándole importancia.

-Ayúdame, sabes que apenas podemos llevar dos mudas

Ella entro y metió dos mudas del, bien escogidas, y las metió en un pequeño bolso, y lo tomo de la mano, sacándolo casi a rastras de su habitación, se despidieron con la mano de sus hermanos y padres, dirigiéndose a Rumania.