Lucha por Sobrevivir
Introducción
Había un grupo de personas en una piscina. Era un concurso de Natación. Tenían a muchas personas dentro del lugar, ya que era la primera vez que un concurso de ese tipo venía a Danville.
Un hombre sentado en una silla de ruedas vio como la multitud lo ignoraba. Quería llegar cerca de la piscina para ver a los concursantes. Entonces le pasó por la mente un siniestro plan.
Empezó a mover su silla hacia los bordes de la piscina. Al comienzo la gente le lanzó improperios por cruzarse entre ellas. El hombre llegó al borde… y entonces avanzó hasta que cayó al fondo de la piscina.
Se suspendió la competencia y al llegar los paramédicos y comprobar la identidad del sujeto se armó una terrible histeria: Ese hombre tenía Meningitis y todo el grupo de asistentes podía estar infectado.
Por otro lado, Candace llegaba de hacer unas compras y encendió el televisor.
- "Todos los hospitales de Danville están llenos después de que un promedio de 500 asistentes a un certamen de natación estén en riesgo de tener Meningitis. El CDE (Centro de Control de Epidemias) ha manifestado como prioridad el tratamiento de los posibles infectados. Si necesita ayuda médica el 911 le derivará a otra ciudad…"
- Que lamentable noticia… ¿Un momento… dónde están Phineas y Ferb?
En el garaje los dos hermanos estaban bailando su baile de los robots: "Phinedroids y Ferbots", sólo que esta vez sin robots.
Entre sus movimientos, Ferb notó una ligera convulsión de su brazo izquierdo, pero su hermano Phineas no la notó, porque podía ser confundida con la propia danza.
De repente Ferb comenzó a ver al ambiente extraño. Empezó a oír voces que le decían "No es tu hermano… es tu hermanastro. No es tu familia… no debes quererle…"
En medio de esos eventos, Ferb cogió una lata de aceite y se acercó con violencia hacia Phineas y le golpeó el rostro con esa lata 2 veces. Phineas cayó al suelo y la sangre empezó a brotar de las heridas.
En ese momento, Ferb sintió que convulsionaban sus piernas y cayó al suelo en medio de convulsiones. Cuando Candace entró al garaje vió como uno de sus hermanos yacía en el suelo sangrando copiosamente y el otro convulsionando. Ella desesperada, llamó al 911.
- ¡Necesito una ambulancia rápido! ¡Mis hermanos convulsionan!
- Su ambulancia será derivada al Hospital Universitario Princeton-Plainsboro.
- ¡No me importa donde, pero rápido!
I
(Los 2 Hermanos)
Cuando llegó la ambulancia al Princeton-Plainsboro, se armó expectativa. Todos creían que sería otro caso de Meningitis.
- Dra. Cuddy – llamó House al verla - ¿Tenemos otro paciente con meningitis? Ya se deberían encargar en la otra ciudad…
- No es eso – respondió una enfermera de urgencias – Tenemos 2 hermanos, uno sangrando en el rostro con una herida de lata y el otro convulsionando.
- Vaya… - dijo House - ¿Acaso jugaron a ver quien resiste más los golpes? – miró a Cuddy y le dijo – Quiero ese caso.
- Bueno… - dijo ella – ya me devolverás las horas de consulta…
En ese momento House tomó el ascensor y llegó a su oficina de diagnóstico. Ya les esperaban Foreman, Cameron y Chase.
- Aquí tienes la historia de ambos, House – le dijo Cameron.
House tardó un tiempo en leerlas y luego estuvo listo para empezar su trabajo.
- Hermanos de 10 y 12 años. El de 12 llegó teniendo convulsiones y el de 10 tiene una hemorragia en la cara por un golpe con objeto contundente… una lata de aceite de carro.
- ¿Epilepsia en el de 12? – sugirió Cameron
- No, que va – respondió House – Eso explicaría las convulsiones, pero no porqué de repente le dio por romperle la cara a su hermano menor. Ah, por cierto también le convulsiona el brazo izquierdo.
- Eso es ira repentina – contestó Foreman - ¿Psicosis?
- A menos que consuma cocaína… es lo único que explicaría esos 2 síntomas.
- Los padres seguramente – respondió Chase – ellos deben haber encontrado algo raro en el garaje y de ahí se origina todo…
- Bueno, ya saben que hay que hacer – dijo House – Revisen su casa… y yo tengo que ver a ese par de hermanos. Si se llevan tan bien…
Foreman y los demás salieron, mientras que House se dirigió hacia las habitaciones. Se detuvo en una donde estaban los dos: Phineas y Ferb, en camas separadas, conectados a sus monitores de signos vitales respectivos.
House entró y golpeó su bastón para hacerse notar. Phineas despertó.
- Aaay… - se quejó - ¿Eres tú Candace?
- Ya quisiera ser tu hermana histérica – respondió House.
- ¿Quién es usted? – preguntó Phineas, reconociendo que ese no era Candace.
- Soy el Dr. House – respondió – Veo que llevas una excelente relación con tu hermano. ¿A que él es el que pega y tú el que recibe no? ¿Entrena para las ligas de lucha libre?
- No diga eso – respondió Phineas – Ferb es el mejor hermano que he podido tener. No sé porqué me hizo eso… pero seguro es porque está enfermo.
- Seguro que dirías lo mismo si otro fuera tu hermano. Los hermanos no se escogen… siempre están ahí. Te guste o no…
- Y los médicos que escogemos también – balbuceó Ferb – No siempre tenemos al que queremos… no siempre a uno que entienda como te sientes…
- Ya despertó – dijo House para sí – Enhorabuena chico… pero te advierto que ese brazo te seguirá molestando. ¿Deseas un sedante?
- ¿Y eso? – preguntó Phineas.
- No te incumbe – dijo House – Tú pronto estarás bien y te podrás ir a bailar en tu garaje…
Ferb asintió con que quería el sedante. Phineas simplemente se volvió a dormir.
- Bien… supongo que te daré Haloperidol. Sólo tienes que estar dormido.
Trasladémonos a la casa de Phineas y Ferb. Foreman, Cameron y Chase ya habían llegado.
- ¿Y qué se supone que hacemos revisando un inocente garaje? – dijo Chase – A lo mejor no se llevan muy bien esos dos.
- Sólo lo sabremos cuando veamos que ha sucedido – dijo Cameron.
- Chicos vean esto – llamó Foreman – Son planos.
Los miembros del equipo de House vieron los planos de algunos de los inventos de Ferb. Entre ellos la Montaña Rusa.
- Creo que a House no le interesará ver los juegos de esos 2 chicos – dijo Chase.
- No es porque sean juegos… miren bien.
- No puede ser… ¿Acaso creen que han construido todas esas cosas? Una máquina del tiempo, una montaña rusa, una playa en un jardín.
- Delirios. Ambos hermanos están enfermos, ya que tienen esas alucinaciones – dijo Chase.
- Pues bien – dijo Foreman – Entremos a la casa a ver que encontramos.
Entraron a la casa. No encontraron nada anormal: Cereales, frazadas, libros y demás. Entonces decidieron entrar en las habitaciones.
- Parece que los dos duermen bajo un solo techo. Creo que su relación no es tan mala después de todo… - dijo Cameron.
- ¿Y esto? – dijo Foreman – Fue esa ridícula canción que salió en la radio hace ya unos días…
- No me digas que ellos compusieron eso del "Te quiero a ti" – respondió Chase – Seguro eso ya es síntoma de algo peor.
- No se distraigan – respondió Cameron – Sólo es una canción de un par de niños… no creo que sea la gran cosa tampoco…
- Iré a ver a la otra habitación – dijo Chase mientras entraba a la habitación de Candace.
Foreman rebuscó entre un cilindro etiquetado con "Peligro" cerca de la cama de Phineas y entonces…
- Ritalin – dijo triunfalmente – No sé cómo llegó a sus manos, pero explicaría los síntomas.
- Ritalin – dijo Chase volviendo a la habitación – La hermana consume ese medicamento.
- Ay no… - se quejó Cameron – Si los dos toman Ritalin… entonces…
- Tenemos que volver al Hospital ahora mismo…
Ya era tarde… Phineas estaba teniendo un ataque.
- ¡Aléjense de mi hermano! – gritaba furioso.
- Phineas – decía House – Tranquilízate… sólo queremos sacarle sangre.
- ¡Mentira! ¡Todos dicen que no debe ser mi hermano! ¡Las voces dicen que quieren matarlo!
- ¿Qué pasa aquí? – dijeron los padres de Phineas al ver la escena.
- Su hijo tiene un acceso psicótico – respondió House – No sé que lo provoca.
En ese momento sonó el celular de House.
- ¡House! – gritó Foreman por el móvil - ¡Consumen Ritalin! ¡La hermana y ellos 2!
- Increíble – dijo House al oírlo.
- ¡Largo de aquí! ¡Largo! – seguía diciendo Phineas.
House simplemente golpeó a Phineas con el bastón, haciéndolo caer. Luego llamó:
- ¡Rápido, 20 mg de Dorazepan!
- ¡Nooo! – seguía Phineas - ¡Aléjense de mi hermano! ¡Basta de experimentos! ¡Basta!
House notó entonces que Phineas tenía los ojos amarillos.
- Eso no son lentes de contacto… le está fallando el Hígado al no-enfermo…
