¡Hola a todos!

Inicio un nuevo fic, sin descuidar el de "Serket, la diosa escorpión". Hacía tiempo que quería dedicar un fic en exclusiva a Kanon, ya que tengo adoración por él (aunque lo siento, pero Milo para mí seguirá siendo el rey de mi corazón). ¿Cómo surgió? Pues tras recibir el Myth Cloth de Dragón Marino, el ver fotos de la isla volcánica donde estuve viviendo una temporada hace un año y medio, y sobre todo…es Kanon. Es el único personaje de Saint Seiya que tiene una evolución clara de comportamiento. Es decir, hay personajes que han sido cabrones en el manga todo el tiempo. Otros que han sido buenos todo el tiempo. La mayoría de dorados seguían al Patriarca Saga influidos por él o porque no tenían otra opción, a pesar de que se cuestionaban el por qué de sus mandatos. En cambio Kanon tiene esa evolución: de pinchar a su gemelo para que sacara su lado perverso, a ser encerrado, manipular a Poseidón en su propio beneficio, que luego se entere de que Atenea le salvó y por eso se vuelve bueno al final (aunque le da para soltar algunos darditos a los de bronce).
Ese camino, que muchos de nosotros hemos pasado, pero nos ha mejorado. A veces tienes que visitar el infierno y conocerlo para acceder al cielo ¿no?

En fin, pues este fic va sobre este caballero, el detonante de la saga de las 12 Casas y de Poseidón. Y en él hago un recorrido temporal desde que finaliza los acontecimientos de Poseidón hasta que comienza la de Hades.

Resumiendo, esta la historia de Kanon, qué hizo desde que recibió el tridente de Poseidón hasta que llega al Santuario para proteger a Atenea en vistas de la nueva Guerra Santa contra Hades.
No sé exactamente cuánto tiempo transcurre en el manga de un punto a otro, algunos dicen que 2 meses, otros que un año…así que no tengáis en cuenta el tiempo, porque yo tampoco lo he tenido para relizarlo.

Fic dedicado a Sanathos Ananke, que sé que adora a los gemelos ;)
Y a Lule de Zodiak, que comparte signo con ellos :D

¡Un saludo, espero que os guste!

**DISCLAIMER: Los personajes de Saint Seiya pertenecen a Masami Kurumada. **
**Fic NO Yaoi**


1. Prólogo

Abrió los ojos lentamente. La luz cegadora del sol nublaba su vista y volvió a cerrarlos.
Escuchaba el rumor de las olas deslizándose sobre la playa y a las gaviotas que volaban sin descanso en el cielo despejado.

Sentía el cuerpo lleno de magulladuras tras los enfrentamientos en Atlantis. Pero ese dolor físico no le importunaba demasiado, aunque le sirvió para centrarse y tratar de pensar en su localización.
Emitió una larga espiración acompañada de fuertes toses. Al notar que su tráquea iba a obturarse, se incorporó rápidamente y sintió un reflujo subiendo por su garganta. Se colocó a cuatro patas y vomitó sobre la arena.
Había tragado gran cantidad de agua, en ese viaje donde la fuerza del mar le empujó a la superficie.

Se llevó una mano a la cabeza, sintiendo una punzada de dolor. Ahora recordaba todo.
Los sucesos en Atlantis…los caballeros de bronce peleando contra los Generales Marinos…los reproches de Sorrento e Ikki…la destrucción del Templo de Poseidón…la certeza de que él era el responsable de esos acontecimientos…que había sido desagradecido con su diosa, Atenea…que fue ella quien le salvó de morir ahogado de morir en cabo Sunión…y él le pagó con la traición y una Guerra Santa por su arrogancia…sólo cuando vio al dios lanzando su tridente hacia los caballeros de bronce, consiguió reaccionar al estado de shock, y sus piernas corrieron ágiles...luego sintió el tridente de Poseidón atravesándole el vientre…su vista tornándose borrosa y rojiza…los gritos de los jóvenes y de su diosa…y después…negro.

Se sentó en la arena, inclinado hacia delante con los brazos apoyados en sus rodillas. Contempló el Mediterráneo, pues estaba seguro que de la playa donde se encontraba pertenecía al mar que fuera hogar de Poseidón.
La noción del tiempo estaba perdida, pero imaginó que serían las tres de la tarde, por la posición del astro rey.

Se mesó los cabellos, ahora revueltos por haberse secado al sol de la mañana.
-Estoy vivo…- murmuró incrédulo.
Se incorporó de un salto y arrancando el cinturón de cuero marrón, se levantó la camiseta de sus ropas de entrenamiento. En el vientre, una herida mortal de necesidad para cualquiera. Pero estaba cerrada. Sólo se notaba una ligera inflamación en los bordes de la cicatriz, debido a su reciente curación.

"¿Cuánto tiempo llevo aquí, entonces?"

Se sacudió la cabeza y sintió un redoble en su estómago. Tenía hambre, mucho hambre.
Lo primero era buscar comida. Luego emprendería la búsqueda a las respuestas de las múltiples preguntas que se apelotonaban en su cabeza.

Recogió el cinturón y se lo abrochó. Caminó arrastrando los pies por la arena, mientras las gaviotas seguían dando vueltas en el firmamento.