~Género: General/Romance.
~Extensión: 2,820 palabras.
~Advertencias: Semi AU. Todos vivos. ¿Fluff? ¿Crack? Medio cursi y navideño.
Masashi Kishimoto © Cuervos de Santa (fandom_insano) ©.
Notas: Tenía ganas de escribir algo dulce, navideño y normal, donde Sasuke no fuera más que el aamargado que no gusta de la Navidad, donde Itachi siguiera siendo el hermano que cabrea a su 'persona favorita' y Naruto fuera el hijo de Yodaime no el portador del Kyuubi. Ah. Espero les guste, quizá haya más 'viñetas navideñas'. La inspiración se la debo a Fandom Insano con su prompt citado acá abajo.
~El Grinch Uchiha~
Sasuke y la Navidad.
.
Resumen: Sasuke odia la navidad; sus colores brillantes y escarchados, a Itachi cantando villancicos y hasta a Naruto obligándole a ir a las reuniones pero lo que no odia del todo es a Sakura...
Pairing: Sasuke Uchiha/Sakura Haruno.
.
"El Grinch odiaba la navidad y su ambiente festivo. Mas no preguntéis por qué, nadie conoce el motivo. Quizá su cabeza estuviera mal enroscada;
quizás el zapato le apretara en una uña hincada; pero creo que la razón más probable que su mal humor es que el corazón que tenía era dos tallas menor."
.
Sasuke Uchiha odia la navidad.
Tsk.
No le gustaba esa fecha. Mejor dicho esta entre su lista de 'cosas ingratas'. No era muy amigo de las fiestas en casa de Ino o reuniones de los nueve novatos en el Ichiraku (mucho menos del intercambio de regalos organizado por la tímida Hyuuga y al que Naruto le obligaba a participar todos los años).
.
—Vamos teme, van a ir todos 'ttebayo —el rubio le estaba haciendo pucheros mientras gritaba a pleno pulmón. Sasuke tenía los ojos cerrados para evitar ver el bochorno que el hijo del Yondaime le hacía pasar—. Hinata-chan, Shino… Kiba… además de Shikamaru y su grupo, 'ttebayo creo que hasta Neji y el cejotas…
Sasuke frunció el ceño, en una clara mueca de (y eso a mí qué) que Naruto como su mejor amigo supo interpretar.
—Teme no seas amargado…
El Uchiha bufó.
— ¡Ah! Gaara va a estar aquí con sus hermanos. —Sasuke abrió un ojo en frustración, (Es que nunca se callará) pensó, mientras Naruto seguía haciendo cuentas con las manos…— Y Sakura-chan también 'ttebayo, dijo que esta vez cambiaría el turno del hospital.
Aún con los ojos cerrados se dio un cuarto de vuelta para evitar el parloteo del dobe. Naruto jugó su última carta con expectación en la mirada.
—Si no vas teme, te perderás la oportunidad de verla hasta enero, sabes lo ocupada que está Sakura-chan en esta época del año dattebayo.
Sasuke abrió por fin los ojos estrechándolos mientras Naruto le daba una mirada pícara.
—Hmp, dobe. —Él no admitiría nada ni aunque Itachi le aplicara Mangekyou Sharingan.
—Teme —lloriqueó Naruto una vez más… Sasuke lo fulminó con la mirada.
—Iré.
Y el rubio sonrió, dejando de hablar por fin. Sabía que después tendría a Naruto diciendo cómo acepto a causa de la medi-nin (aunque no es como si fuera cierto); pero decidió que mientras no lo supiera nadie más no importaba mucho (y no es como si fuese cierto… lo repetiría así fuera innecesario).
.
Odiaba el horripilante frío, las luces brillantes y los colores escarchados (esos que hacían tan feliz a su compañera de equipo); tampoco le entusiasmaban los regalos hechos a mano que ésta le daba todas las Navidades (al principio por enamoramiento, después por simple y puro cariño fraternal; que según Itachi le habían comenzado a molestar desde que Sakura se los daba sin el sonrojo, como si a él pudiera interesarle su molesta vergüenza).
Tsk.
.
Sasuke suspiró imperceptiblemente al quitarse el calzado en el recibidor.
—Bienvenido otouto… ¿qué traes ahí? —le cuestionó el más hablador de los Uchiha, después de su madre claro está.
—Hmp…
—Oh, ya veo —añadió Itachi con una sonrisa burlesca—. Otro regalo de tus fans, seguro quieres abrirlo en la intimidad… Espero no sea muy indecente esta vez, no creo que ni a Otou-san ni Oka-san les guste saberlo.
Soltó unas pequeñas carcajadas al ver el leve sonrojo en las mejillas de su hermano menor, Sasuke le tiró un kunai a modo de advertencia que el mayor esquivó hábilmente.
—Es de Sakura —añadió a regañadientes, lo que menos quería era que él le contara a sus progenitores que recibía regalos indecentes de sus fans.
—Oh, la dulce Sakura-chan—replicó Itachi con voz cantarina, Sasuke frunció el ceño visiblemente irritado soltando un gruñido—. ¿Ha mandado algo para mí?
—Hmp. —respondió el menor caminando al interior de la casa. (Ni en sus sueños).
—Bienvenido hijo —saludó su madre cuando estuvo en la cocina, el hijo menor le sonrió levemente a manera de respuesta. Mikoto suspiró percatándose del paquete que traía Sasuke—. ¿Qué traes ahí?
Desvió la vista a donde miraba su madre cuando la voz de Itachi le llegó a los oídos.
—Oka-san esta vez Sakura-chan… no ha mandado ningún presente, seguro la tendremos uno de estos días en casa.
—Ella está ocupada—respondió cortante.
—Es una pena —farfulló Itachi omitiendo la mirada de su hermano.
—Sus postres son deliciosos —intervino Mikoto tratando de calmar el ambiente de desafío entre sus hijos— A Kushina-chan también le encantan.
Sasuke ignoró el último comentario y de inmediato se dirigió a su habitación, razón por la que se perdió la mirada de reproche de su madre a su hermano mayor que solo sonrió.
Sasuke gruñó, bastante molesto con la familiaridad del Uchiha mayor para con su compañera y maldijo el día en que a Sakura se le ocurrió mandarle un presente a su familia en esas fechas y aunque sabía que en casa de Naruto también había un presente para la familia no pudo evitar pensar (con orgullo) en que él siempre era el primero en recibirlo, después de la costumbre de encontrársela en las calles el día de navidad antes de que visitara al dobe.
—Sasuke-kun, feliz Navidad —le recitó la kunoichi con las mejillas rojas, al igual que la punta de la nariz.
El Uchiha tomó el paquete que la chica le ofrecía con un seco y característico 'Hmp', pero la chica solo amplio su sonrisa pasándole otro paquete. Sasuke la miró fijamente mientras ella enrojecía hasta la raíz del cabello.
—Para tu familia —dijo suavemente.
—Hn —respondió él haciendo suspirar a la kunoichi.
—N-Nos vemos Sasuke-kun —la muchacha dudo un segundo y finalmente recogió la bolsa que había colocado en el piso cuando lo encontró en la acera frente a ella—. Ya he entregado el suyo a Hinata-chan, Kakashi-sensei y a Ino-cerda, tengo que entregarle sus regalos a Naruto y a su familia.
Se despidió con un gesto antes de desaparecer con un puff rosa, dejando a Sasuke profundamente sorprendido (hasta ese día él ignoraba que no sólo su familia recibía regalos de ella sino que la de Naruto también, eso explicaba porque cada que se encontraban con la madre del dobe ésta la gritaba a la pelirrosa: 'Tus postres son los mejores Sakura-chan 'tebbanne').
.
Tsk.
Todo era absolutamente irritante, las vacaciones ordenadas por el Yondaime (debido a falta de misiones por causa del helado clima), los entrenamientos con el equipo 7 esos de los que todos podían escaquearse menos él (Kakashi llegando tarde, casi al término de éste para ser más prácticos; Naruto en sus citas con la chica Hyuuga y Sakura con sus pendientes en el hospital o el papeleo de su borracha maestra), que siempre terminaban con Sasuke Uchiha entrenado solo o el equipo siete haciendo estúpidos ángeles y muñecos de nieve en el helado campo de entrenamiento (Naruto y Sakura entre risas mientras se olvidaban de que estaban ahí para… ¡entrenar! Era un campo de entrenamiento por Saratoubi… Y Sasuke fulminándoles con la mirada).
.
—Sasuke-kun… —llamó la kunoichi de cabello rosa—. Ven a ayudarme.
Y así fue como el menor de los Uchiha, el hijo de Fugaku y Mikoto Uchiha, hermano menor de Itachi, el pequeño prodigio como lo apodaba el clan, el mejor amigo del hijo del Yondaime como le decían los aldeanos, el vengador (como le dijo Naruto una vez en los primeros años de la Academia, aún recordaba su rostro zorruno y la amplia sonrisa 'yo soy un héroe 'ttebayo y tú eres más un vengador. Te va esa faceta de témpano de hielo, insensible y malvado, yo soy el héroe fiel y amado por todas las niñas de la Academia' y por supuesto esa vez Naruto y él habían terminado en los puños), Sasuke-kun como le decía ella (y sus odiadas fans), terminó… haciendo… un… muñeco… de nieve…
Sí.
Con su compañera pelirrosa.
En el campo de entrenamiento.
En día de entrenamiento.
A la hora de éste.
En lugar de éste.
Esperaba que su hermano no se enterara; ni el dobe, que afortunadamente estaba en una cita con la chica Hyuuga… sino no vería nunca el fin de eso. Sasuke Uchiha nunca se saltaba un entrenamiento (a no ser que ella se lo pidiera, y que no hubiera nadie en 25 kilómetros a la redonda).
—Molestia.
.
Tsk.
Hasta odiaba como sonaban esas típicas cursilerías navideñas: amor, paz y alegría. (Y más que fuera ella la que se las recordara).
.
—Sasuke-kun te falta espíritu navideño —dijo cierta molestia de cabello rosa cuando él le estaba mirando con una ceja alzada.
Ella estaba en el piso haciendo un ángel de nieve o más bien a punto de morir de hipotermia al haber estado acostada en la nieve tanto tiempo. Naruto tan hiperactivo como siempre se levantó antes que ella y se puso a correr tratando de atrapar los copos de nieve con la lengua.
Sasuke arrugó el entrecejo al percibir su emoción y luego Sakura le había salido con ese comentario.
—Hmp —replicó él cuando a la vuelta tanto el dobe como ella estaban ateridos de frío. Suspiró antes de quitarse la chaqueta y pasársela a Sakura.
Ella se sorprendió al tenerla en sus manos y no reaccionó por lo que el terminó arrebatándosela y colocándosela él mismo, mientras Naruto caminaba con los ojos estúpidamente entrecerrados y las manos detrás de la cabeza; Sasuke no quería voltear porque sabía que le diría algo o simplemente se molestaría por la mirada del rubio.
—Teme, ¿a mí no me prestarás nada para el frío…? —preguntó Naruto pestañeando exageradamente como había visto hacer a Ino. El moreno contuvo la ira (aunque tenía ganas de romperle la cara) y no se permitió hacer contacto visual (de lo contrario el Sharingan también haría aparición y no podría controlarse).
—Ella tiene un trabajo —habló claramente separando las palabras para asegurarse que el idiota de su mejor amigo entendiera—, tú no.
Naruto se echó a reír a carcajadas mientras una sonrojada Sakura se aferraba a los bordes de la chaqueta del moreno.
—Ajá, lo que tú digas 'ttebayo —concedió el rubio.
.
Incluso podría jurar a cualquiera que no había nada peor que Itachi cantando villancicos, perjuró contra la novia de éste que inocentemente le había enseñado una canción que el Uchiha no paraba de cantar por los rincones de la mansión principal del clan. Hablaría con Otou-san seguro él estaría de acuerdo en mandar a Itachi a una misión larga de un par de meses (francamente no creía que su padre amara 'Los peces en el río' tan sólo de recordar el ceño fruncido de su progenitor cuando su estúpido hermano llegó anunciando la canción recién aprendida); de paso también hablaría con Iruka para que no volviera a adelantar tantos años a un shinobi en la Academia, estaba seguro de que por eso su estúpido hermano se la pasaba cantando el villancico como si fuera la única canción existente en la faz de la tierra.
Tsk.
.
Sin mencionar el comentario de Itachi, cuando decoraba el árbol con su madre.
—Sakura-chanadora esa canción —confesó el mayor cuando sintió la presencia de su otouto en la habitación—. Me lo dijo el otro día que me escuchó cantar.
Tsk.
Ni siquiera era afinado.
Hasta el dobe se lo había hecho saber. Y su madre que no paraba de sonreír cuando escuchaba a Itachi también le había mencionado que no era del todo melodioso.
Hasta él podría hacerlo mejor.
Pero era un Uchiha, y ellos no cantaban villancicos, a excepción de Itachi que parecía haber sido abducido por un alíen. Después hablaría con su cuñada.
—Hn —gruñó el menor disgustado al escuchar el comentario.
—Oh, Sasuke —fingió sorprenderse el mayor al oírlo—. Tal vez deberías aprenderla, a Sakura-chanle encanta…
—Hmp.
.
Tsk.
Él mejor que nadie sabía que la molestia de cabello rosa amaba la navidad. Había perdido la cuenta de las veces que la había escuchado tararear cualquier villancico en los campos de entrenamiento, o de las veces que les contaba a él y al dobe alguna historia navideña de sus libros, la emoción al hablar con sus amigas del espíritu navideño y planear con la Yamanaka y la Hyuuga las fiestas y los intercambios; todavía recordaba lo histérica que se ponía cuando se acercaba la fecha de la navidad porque no había terminado los regalos que hacía o comprado los materiales y mejor que nadie sabía (lo confirmaban las ojeras de la kunoichi, ella y su manía de creerse la señora Claus) que siempre se desvelaba antes de hacer su acostumbrada entrega de regalos, porque siendo sinceros él único que era comprado era la típica botella de sake que le daba a su maestra todas las navidades.
Si meditaba un segundo juraría que podía escuchar sus chillidos emocionados (no tan molestos como los del dobe) cuando recibía sus regalos.
Todos los años era lo mismo.
Quizá por eso Itachi hacía que le afilara sus armas ese día, aunque Sasuke sabía que él lo hacía para que su estúpido hermano no tuviera necesidad de comentar nada; y a Naruto un simple tazón de ramen valía para que tuviera la bocaza cerrada e inexplicablemente para el hijo del Yondaime sabía que ese día la cuenta estaba pagada y su sensei simplemente encontraba organizada su sección de Icha Icha a sabiendas de que siempre aparecía ese volumen edición especial que se le había quedado en casa de Obito y Rin la semana anterior.
Pero Sakura…
— ¿Sasuke-kun?
—Hn.
Ambos se miraron simplemente, la medi-nin sorprendida de verlo allí, sentado en el helado portón de su casa como esperándole. Se sintió un poco mal por haber salido tan tarde del hospital, justo hoy tuvo que ayudar a Tsunade-sama con los archivos médicos.
El Uchiha frunció el ceño ante la vista que ella le ofrecía, con su uniforme del hospital tan delgado y la bata blanca que resaltaba su rostro, con ese cabello y ojos tan exóticos y los labios rojos; no pudo evitar molestarse por los que la habrían mirado (aunque no eran celos, sino los típicos sentimientos de protección que ella le inspiraba) como siempre que la veía en uniforme. Se veía cansada.
—Sa-ku-ra. —Replicó lentamente el menor de los Uchiha al sentir la sorprendida mirada jade posada sobre él, extendió el presente con las mejillas ligeramente rosadas—. Hmp.
La kunoichi tomó con confusión la pequeña cajita, Sasuke no era muy de regalos, ella lo sabía mejor que nadie; pese a que siempre le daba uno jamás recibía uno de su parte.
Él tampoco entendía porque la kunoichi siempre tomaba todos los turnos habidos y por haber, el dobe siempre mantenía que ella era una workaholic y a ella simplemente le sacaba un confundido 'quién más los haría'…
—Tienes ojeras —mencionó Sasuke, quizá hasta sorprendido por el tono preocupado de su voz y sin evitarlo añadió—, y estás pálida.
Sakura sonrió levemente.
—Fue un turno largo Sasuke-kun.
—Hmp, molesta.
Ella sabía que era alguien importante para él, no por nada le hablaba así, con preocupación y además de alguna manera ella era Sakura mientras que las otras chicas de Konoha eran llamadas por sus apellidos, igual ella podía pedirle algo con la certeza de que él le ayudaría (así fuera algo inverosímil), o que trataría de protegerla en alguna misión, no sólo por ser la médico del equipo. También podía decir que para la familia Uchiha era 'Sakura-chan' aunque eso también aplicaba para la de Naruto. Los actos del portador del Sharingan eran suficientes para saber que era importante, por esa razón la desconcertó la cajita que yacía en sus manos.
— ¿Sasuke-kun? —volvió a preguntar en confusión, mientras que el aludido desviaba la mirada evidentemente azorado.
—La Navidad —explicó secamente el Uchiha.
La médico parpadeó unos segundos antes de comprender, y sonrió. Profundamente agradecida con él, por el detalle.
—Gracias Sasuke-kun —dijo antes de acercarse a él y darle un casto beso en la mejilla. Y por eso se sorprendió cuando fue el mismo Sasuke quien corrió el rostro y recibió el beso de lleno en los labios, tomando con sus manos la cintura y nuca de la kunoichi.
Ella abrió los ojos desmesuradamente y él sólo sonrió socarrón cuando el sonrojo de la ninja se hizo presente hasta la raíz del cabello. Sasuke acarició sus labios con los suyos con delicadeza y parsimonia como prolongando el contacto hasta que la sitio relajarse contra él y subir los brazos hasta su cuello. Sonrió contra el beso cuando la sintió responder fervientemente, unos segundos más de suaves caricias y rompió el beso con un amago de sonrisa.
—De nada Sa-ku-ra… —articuló en medio de la confusión de la medi-nin.
Guardó las manos en los bolsillos y se fue andando a paso lento mientras a sus espaldas la chica de cabello rosa abría lentamente el paquete. Sakura sacó con delicadeza un colgante color plata con un dije extraño: el símbolo del clan Uchiha con zirconitas rojas y blancas respectivamente y un círculo blanco alrededor, el mismo que ella reconocía en su espalda como el de su familia.
Reprimió un gritito de sorpresa que el pelinegro que no estaba tan lejos alcanzó a escuchar.
Sasuke esbozó una media sonrisa.
Después de todo seguía odiando la Navidad, pero aun así había un par de cosas que rescatar.
Sasuke Uchiha odia la navidad.
Tsk.
No le gustaba esa fecha. Mejor dicho esta entre su lista de 'cosas ingratas'. No era muy amigo de las fiestas en casa de Ino o reuniones de los nueve novatos en el Ichiraku (mucho menos del intercambio de regalos organizado por la tímida Hyuuga y al que Naruto le obligaba a participar todos los años).
.
—Vamos teme, van a ir todos 'ttebayo —el rubio le estaba haciendo pucheros mientras gritaba a pleno pulmón. Sasuke tenía los ojos cerrados para evitar ver el bochorno que el hijo del Yondaime le hacía pasar—. Hinata-chan, Shino… Kiba… además de Shikamaru y su grupo, 'ttebayo creo que hasta Neji y el cejotas…
Sasuke frunció el ceño, en una clara mueca de (y eso a mí qué) que Naruto como su mejor amigo supo interpretar.
—Teme no seas amargado…
El Uchiha bufó.
— ¡Ah! Gaara va a estar aquí con sus hermanos. —Sasuke abrió un ojo en frustración, (Es que nunca se callará) pensó, mientras Naruto seguía haciendo cuentas con las manos…— Y Sakura-chan también 'ttebayo, dijo que esta vez cambiaría el turno del hospital.
Aún con los ojos cerrados se dio un cuarto de vuelta para evitar el parloteo del dobe. Naruto jugó su última carta con expectación en la mirada.
—Si no vas teme, te perderás la oportunidad de verla hasta enero, sabes lo ocupada que está Sakura-chan en esta época del año dattebayo.
Sasuke abrió por fin los ojos estrechándolos mientras Naruto le daba una mirada pícara.
—Hmp, dobe. —Él no admitiría nada ni aunque Itachi le aplicara Mangekyou Sharingan.
—Teme —lloriqueó Naruto una vez más… Sasuke lo fulminó con la mirada.
—Iré.
Y el rubio sonrió, dejando de hablar por fin. Sabía que después tendría a Naruto diciendo cómo acepto a causa de la medi-nin (aunque no es como si fuera cierto); pero decidió que mientras no lo supiera nadie más no importaba mucho (y no es como si fuese cierto… lo repetiría así fuera innecesario).
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Odiaba el horripilante frío, las luces brillantes y los colores escarchados (esos que hacían tan feliz a su compañera de equipo); tampoco le entusiasmaban los regalos hechos a mano que ésta le daba todas las Navidades (al principio por enamoramiento, después por simple y puro cariño fraternal; que según Itachi le habían comenzado a molestar desde que Sakura se los daba sin el sonrojo, como si a él pudiera interesarle su molesta vergüenza).
Tsk.
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Sasuke suspiró imperceptiblemente al quitarse el calzado en el recibidor.
—Bienvenido otouto… ¿qué traes ahí? —le cuestionó el más hablador de los Uchiha, después de su madre claro está.
—Hmp…
—Oh, ya veo —añadió Itachi con una sonrisa burlesca—. Otro regalo de tus fans, seguro quieres abrirlo en la intimidad… Espero no sea muy indecente esta vez, no creo que ni a Otou-san ni Oka-san les guste saberlo.
Soltó unas pequeñas carcajadas al ver el leve sonrojo en las mejillas de su hermano menor, Sasuke le tiró un kunai a modo de advertencia que el mayor esquivó hábilmente.
—Es de Sakura —añadió a regañadientes, lo que menos quería era que él le contara a sus progenitores que recibía regalos indecentes de sus fans.
—Oh, la dulce Sakura-chan—replicó Itachi con voz cantarina, Sasuke frunció el ceño visiblemente irritado soltando un gruñido—. ¿Ha mandado algo para mí?
—Hmp. —respondió el menor caminando al interior de la casa. (Ni en sus sueños).
—Bienvenido hijo —saludó su madre cuando estuvo en la cocina, el hijo menor le sonrió levemente a manera de respuesta. Mikoto suspiró percatándose del paquete que traía Sasuke—. ¿Qué traes ahí?
Desvió la vista a donde miraba su madre cuando la voz de Itachi le llegó a los oídos.
—Oka-san esta vez Sakura-chan… no ha mandado ningún presente, seguro la tendremos uno de estos días en casa.
—Ella está ocupada—respondió cortante.
—Es una pena —farfulló Itachi omitiendo la mirada de su hermano.
—Sus postres son deliciosos —intervino Mikoto tratando de calmar el ambiente de desafío entre sus hijos— A Kushina-chan también le encantan.
Sasuke ignoró el último comentario y de inmediato se dirigió a su habitación, razón por la que se perdió la mirada de reproche de su madre a su hermano mayor que solo sonrió.
Sasuke gruñó, bastante molesto con la familiaridad del Uchiha mayor para con su compañera y maldijo el día en que a Sakura se le ocurrió mandarle un presente a su familia en esas fechas y aunque sabía que en casa de Naruto también había un presente para la familia no pudo evitar pensar (con orgullo) en que él siempre era el primero en recibirlo, después de la costumbre de encontrársela en las calles el día de navidad antes de que visitara al dobe.
—Sasuke-kun, feliz Navidad —le recitó la kunoichi con las mejillas rojas, al igual que la punta de la nariz.
El Uchiha tomó el paquete que la chica le ofrecía con un seco y característico 'Hmp', pero la chica solo amplio su sonrisa pasándole otro paquete. Sasuke la miró fijamente mientras ella enrojecía hasta la raíz del cabello.
—Para tu familia —dijo suavemente.
—Hn —respondió él haciendo suspirar a la kunoichi.
—N-Nos vemos Sasuke-kun —la muchacha dudo un segundo y finalmente recogió la bolsa que había colocado en el piso cuando lo encontró en la acera frente a ella—. Ya he entregado el suyo a Hinata-chan, Kakashi-sensei y a Ino-cerda, tengo que entregarle sus regalos a Naruto y a su familia.
Se despidió con un gesto antes de desaparecer con un puff rosa, dejando a Sasuke profundamente sorprendido (hasta ese día él ignoraba que no sólo su familia recibía regalos de ella sino que la de Naruto también, eso explicaba porque cada que se encontraban con la madre del dobe ésta la gritaba a la pelirrosa: 'Tus postres son los mejores Sakura-chan 'tebbanne').
.
Tsk.
Todo era absolutamente irritante, las vacaciones ordenadas por el Yondaime (debido a falta de misiones por causa del helado clima), los entrenamientos con el equipo 7 esos de los que todos podían escaquearse menos él (Kakashi llegando tarde, casi al término de éste para ser más prácticos; Naruto en sus citas con la chica Hyuuga y Sakura con sus pendientes en el hospital o el papeleo de su borracha maestra), que siempre terminaban con Sasuke Uchiha entrenado solo o el equipo siete haciendo estúpidos ángeles y muñecos de nieve en el helado campo de entrenamiento (Naruto y Sakura entre risas mientras se olvidaban de que estaban ahí para… ¡entrenar! Era un campo de entrenamiento por Saratoubi… Y Sasuke fulminándoles con la mirada).
.
—Sasuke-kun… —llamó la kunoichi de cabello rosa—. Ven a ayudarme.
Y así fue como el menor de los Uchiha, el hijo de Fugaku y Mikoto Uchiha, hermano menor de Itachi, el pequeño prodigio como lo apodaba el clan, el mejor amigo del hijo del Yondaime como le decían los aldeanos, el vengador (como le dijo Naruto una vez en los primeros años de la Academia, aún recordaba su rostro zorruno y la amplia sonrisa 'yo soy un héroe 'ttebayo y tú eres más un vengador. Te va esa faceta de témpano de hielo, insensible y malvado, yo soy el héroe fiel y amado por todas las niñas de la Academia' y por supuesto esa vez Naruto y él habían terminado en los puños), Sasuke-kun como le decía ella (y sus odiadas fans), terminó… haciendo… un… muñeco… de nieve…
Sí.
Con su compañera pelirrosa.
En el campo de entrenamiento.
En día de entrenamiento.
A la hora de éste.
En lugar de éste.
Esperaba que su hermano no se enterara; ni el dobe, que afortunadamente estaba en una cita con la chica Hyuuga… sino no vería nunca el fin de eso. Sasuke Uchiha nunca se saltaba un entrenamiento (a no ser que ella se lo pidiera, y que no hubiera nadie en 25 kilómetros a la redonda).
—Molestia.
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Tsk.
Hasta odiaba como sonaban esas típicas cursilerías navideñas: amor, paz y alegría. (Y más que fuera ella la que se las recordara).
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—Sasuke-kun te falta espíritu navideño —dijo cierta molestia de cabello rosa cuando él le estaba mirando con una ceja alzada.
Ella estaba en el piso haciendo un ángel de nieve o más bien a punto de morir de hipotermia al haber estado acostada en la nieve tanto tiempo. Naruto tan hiperactivo como siempre se levantó antes que ella y se puso a correr tratando de atrapar los copos de nieve con la lengua.
Sasuke arrugó el entrecejo al percibir su emoción y luego Sakura le había salido con ese comentario.
—Hmp —replicó él cuando a la vuelta tanto el dobe como ella estaban ateridos de frío. Suspiró antes de quitarse la chaqueta y pasársela a Sakura.
Ella se sorprendió al tenerla en sus manos y no reaccionó por lo que el terminó arrebatándosela y colocándosela él mismo, mientras Naruto caminaba con los ojos estúpidamente entrecerrados y las manos detrás de la cabeza; Sasuke no quería voltear porque sabía que le diría algo o simplemente se molestaría por la mirada del rubio.
—Teme, ¿a mí no me prestarás nada para el frío…? —preguntó Naruto pestañeando exageradamente como había visto hacer a Ino. El moreno contuvo la ira (aunque tenía ganas de romperle la cara) y no se permitió hacer contacto visual (de lo contrario el Sharingan también haría aparición y no podría controlarse).
—Ella tiene un trabajo —habló claramente separando las palabras para asegurarse que el idiota de su mejor amigo entendiera—, tú no.
Naruto se echó a reír a carcajadas mientras una sonrojada Sakura se aferraba a los bordes de la chaqueta del moreno.
—Ajá, lo que tú digas 'ttebayo —concedió el rubio.
.
Incluso podría jurar a cualquiera que no había nada peor que Itachi cantando villancicos, perjuró contra la novia de éste que inocentemente le había enseñado una canción que el Uchiha no paraba de cantar por los rincones de la mansión principal del clan. Hablaría con Otou-san seguro él estaría de acuerdo en mandar a Itachi a una misión larga de un par de meses (francamente no creía que su padre amara 'Los peces en el río' tan sólo de recordar el ceño fruncido de su progenitor cuando su estúpido hermano llegó anunciando la canción recién aprendida); de paso también hablaría con Iruka para que no volviera a adelantar tantos años a un shinobi en la Academia, estaba seguro de que por eso su estúpido hermano se la pasaba cantando el villancico como si fuera la única canción existente en la faz de la tierra.
Tsk.
.
Sin mencionar el comentario de Itachi, cuando decoraba el árbol con su madre.
—Sakura-chanadora esa canción —confesó el mayor cuando sintió la presencia de su otouto en la habitación—. Me lo dijo el otro día que me escuchó cantar.
Tsk.
Ni siquiera era afinado.
Hasta el dobe se lo había hecho saber. Y su madre que no paraba de sonreír cuando escuchaba a Itachi también le había mencionado que no era del todo melodioso.
Hasta él podría hacerlo mejor.
Pero era un Uchiha, y ellos no cantaban villancicos, a excepción de Itachi que parecía haber sido abducido por un alíen. Después hablaría con su cuñada.
—Hn —gruñó el menor disgustado al escuchar el comentario.
—Oh, Sasuke —fingió sorprenderse el mayor al oírlo—. Tal vez deberías aprenderla, a Sakura-chanle encanta…
—Hmp.
.
Tsk.
Él mejor que nadie sabía que la molestia de cabello rosa amaba la navidad. Había perdido la cuenta de las veces que la había escuchado tararear cualquier villancico en los campos de entrenamiento, o de las veces que les contaba a él y al dobe alguna historia navideña de sus libros, la emoción al hablar con sus amigas del espíritu navideño y planear con la Yamanaka y la Hyuuga las fiestas y los intercambios; todavía recordaba lo histérica que se ponía cuando se acercaba la fecha de la navidad porque no había terminado los regalos que hacía o comprado los materiales y mejor que nadie sabía (lo confirmaban las ojeras de la kunoichi, ella y su manía de creerse la señora Claus) que siempre se desvelaba antes de hacer su acostumbrada entrega de regalos, porque siendo sinceros él único que era comprado era la típica botella de sake que le daba a su maestra todas las navidades.
Si meditaba un segundo juraría que podía escuchar sus chillidos emocionados (no tan molestos como los del dobe) cuando recibía sus regalos.
Todos los años era lo mismo.
Quizá por eso Itachi hacía que le afilara sus armas ese día, aunque Sasuke sabía que él lo hacía para que su estúpido hermano no tuviera necesidad de comentar nada; y a Naruto un simple tazón de ramen valía para que tuviera la bocaza cerrada e inexplicablemente para el hijo del Yondaime sabía que ese día la cuenta estaba pagada y su sensei simplemente encontraba organizada su sección de Icha Icha a sabiendas de que siempre aparecía ese volumen edición especial que se le había quedado en casa de Obito y Rin la semana anterior.
Pero Sakura…
— ¿Sasuke-kun?
—Hn.
Ambos se miraron simplemente, la medi-nin sorprendida de verlo allí, sentado en el helado portón de su casa como esperándole. Se sintió un poco mal por haber salido tan tarde del hospital, justo hoy tuvo que ayudar a Tsunade-sama con los archivos médicos.
El Uchiha frunció el ceño ante la vista que ella le ofrecía, con su uniforme del hospital tan delgado y la bata blanca que resaltaba su rostro, con ese cabello y ojos tan exóticos y los labios rojos; no pudo evitar molestarse por los que la habrían mirado (aunque no eran celos, sino los típicos sentimientos de protección que ella le inspiraba) como siempre que la veía en uniforme. Se veía cansada.
—Sa-ku-ra. —Replicó lentamente el menor de los Uchiha al sentir la sorprendida mirada jade posada sobre él, extendió el presente con las mejillas ligeramente rosadas—. Hmp.
La kunoichi tomó con confusión la pequeña cajita, Sasuke no era muy de regalos, ella lo sabía mejor que nadie; pese a que siempre le daba uno jamás recibía uno de su parte.
Él tampoco entendía porque la kunoichi siempre tomaba todos los turnos habidos y por haber, el dobe siempre mantenía que ella era una workaholic y a ella simplemente le sacaba un confundido 'quién más los haría'…
—Tienes ojeras —mencionó Sasuke, quizá hasta sorprendido por el tono preocupado de su voz y sin evitarlo añadió—, y estás pálida.
Sakura sonrió levemente.
—Fue un turno largo Sasuke-kun.
—Hmp, molesta.
Ella sabía que era alguien importante para él, no por nada le hablaba así, con preocupación y además de alguna manera ella era Sakura mientras que las otras chicas de Konoha eran llamadas por sus apellidos, igual ella podía pedirle algo con la certeza de que él le ayudaría (así fuera algo inverosímil), o que trataría de protegerla en alguna misión, no sólo por ser la médico del equipo. También podía decir que para la familia Uchiha era 'Sakura-chan' aunque eso también aplicaba para la de Naruto. Los actos del portador del Sharingan eran suficientes para saber que era importante, por esa razón la desconcertó la cajita que yacía en sus manos.
— ¿Sasuke-kun? —volvió a preguntar en confusión, mientras que el aludido desviaba la mirada evidentemente azorado.
—La Navidad —explicó secamente el Uchiha.
La médico parpadeó unos segundos antes de comprender, y sonrió. Profundamente agradecida con él, por el detalle.
—Gracias Sasuke-kun —dijo antes de acercarse a él y darle un casto beso en la mejilla. Y por eso se sorprendió cuando fue el mismo Sasuke quien corrió el rostro y recibió el beso de lleno en los labios, tomando con sus manos la cintura y nuca de la kunoichi.
Ella abrió los ojos desmesuradamente y él sólo sonrió socarrón cuando el sonrojo de la ninja se hizo presente hasta la raíz del cabello. Sasuke acarició sus labios con los suyos con delicadeza y parsimonia como prolongando el contacto hasta que la sitio relajarse contra él y subir los brazos hasta su cuello. Sonrió contra el beso cuando la sintió responder fervientemente, unos segundos más de suaves caricias y rompió el beso con un amago de sonrisa.
—De nada Sa-ku-ra… —articuló en medio de la confusión de la medi-nin.
Guardó las manos en los bolsillos y se fue andando a paso lento mientras a sus espaldas la chica de cabello rosa abría lentamente el paquete. Sakura sacó con delicadeza un colgante color plata con un dije extraño: el símbolo del clan Uchiha con zirconitas rojas y blancas respectivamente y un círculo blanco alrededor, el mismo que ella reconocía en su espalda como el de su familia.
Reprimió un gritito de sorpresa que el pelinegro que no estaba tan lejos alcanzó a escuchar.
Sasuke esbozó una media sonrisa.
Después de todo seguía odiando la Navidad, pero aun así había un par de cosas que rescatar.
