Junio 15 197 AC

Acabo de reencontrar mi diario por así decirlo y creo que es lindo volver a leer todas las tontas cosas que escribía o que intentaba escribir... ¡hey, solo tenía siete años! bueno en fin, creo que debo volver a escribir, realmente ahora no tengo muchas ganas de trabajar, veamos.

Han pasado seis meses después de la guerra en contra de Dekim Barton, todos estamos bien (en general) ha sido difícil el cambio para todos nosotros, quizás el cambio ha sido benéfico pero eso no significa que sea fácil. Todos hemos manejado este asunto de la paz de distintas maneras, yo por ejemplo, doy la excusa de que por fin puedo concentrarme en la corporación Winner, pero la verdad es que solo intento distraerme.

Heero ayuda en los Preventivos de vez en cuando – por debajo del agua por así decirlo – pero si lee esto me mata – y eso no es por así decirlo – creo que no quiere aceptar que la guerra ha terminado e intenta adherirse a lo más cercano, yo haría eso. Es decir, Heero siempre estuvo en el lugar equivocado a la hora equivocada, intenta relajarse, abrirse pero simplemente no. Y creo que es bueno, que vaya a su propio ritmo y que no se incomode (y también para nosotros porque un Heero que se ría a cada momento de una de las bromas de Duo traumaría a cualquiera).

Duo... Duo es a quien encuentro más complicado, Duo es... Duo, pero después de la guerra no lo es – ¿Lo ven? Complicado – Tiene esta tendencia a salir mucho y me preocupa. A veces llega a las tres de la mañana y otras hasta las cuatro de la tarde del siguiente día. Duo dice que solo vaga por ahí y Duo no miente. Después de todo cuando pequeño era el único lugar que tenía como hogar antes de la Iglesia – oh si, nunca falta a la iglesia, va al menos un día a la semana y a veces arrastra a Wufei en cambio de Trowa que jamás pondrá un pie en esas cosas o a menos eso dice – pero eso no quita mi preocupación, al fin y al cabo es mi mejor amigo, creo.

Wufei es el más normal de todos... tiene el mismo problema que yo, trabaja demasiado. No excede tanto las horas de trabajo como yo pero en sus horas de trabajo simplemente hace demasiadas cosas. A veces dice que no es suficiente pero sabe que si trabaja de más le hará daño y que yo haga haciendo lo mismo pero aún me niego.

Trowa.

Trowa, no tengo la menor idea que le está pasando. Sigue callado, habla de vez en cuando pero no habla de él, sonríe pero no para sí. Sale a veces a caminar, al súper mercado, o visita al circo cuando puede o solo sale por ahí. En las mañanas entrena porque dice que no quiere aumentar de peso, lo cual se me hace raro pues no es como que come tanto. Desayuna, entrena, a veces pasa un tiempo con nosotros, toca la flauta, hace la cena y se va a dormir.

¡Pero no habla de él! Ahora que terminó la guerra ya no se como acercármele en éstos últimos seis meses aprendí nada de él, ni su color favorito, su comida, su música, su película, su libro... lo único que puedo hacer es inferir. Verde quizás... ¿Tacos? ¿Clásico? ¿Moulin... Rouge? ¡¿La guerra y la paz?! No se nada de él y aún así me atrevo a pensar que lo amo lo cual no tiene sentido... ¿Acaso acabo de escribir eso? Bueno, se sus cualidades y sentimientos – y eso solo porque lo siento – pero nada más, se cosas pequeñas de él, pero no se de él.

Ya no estoy haciendo ningún sentido... mejor dejo esto para mañana... tengo trabajo.

Tan pronto como Quatre dejó el bolígrafo en el escritorio suspiró. Trowa siempre estaba en su mente pero en un rincón lejano de su cabeza pensaba que Trowa realmente no estaba en su mente. El cambio del piloto era inaudito, aunque unos pensasen que el soldado cero-tres estaría más cómodo y abierto era casi lo contrario, había cambiado poco y de hecho parecía un poco más distanciado.

Quatre se recargó en su silla salón y miró el papeleo frente a él, el diario que una vez utilizó en su infancia yacía casi intacto y sonrió. Curiosamente esa risa desapareció por el sin fin de trabajo que tenía alrededor del diario, seguramente pasaría toda la tarde y casi toda la noche revisando todas los informes.

Unos suaves golpes lo despertaron de su pensamiento y miró hacia el frente donde la puerta se comenzaba a abrir lento.

"Trowa ya casi tiene la cena lista, que bajes" dijo Duo sonriendo.

Quatre asintió con su cabeza y sonrió hacia Duo.

"¿Todo bien?" preguntó Duo notando que Quatre se veía un poco estresado.

"si, es solo el trabajo" respondió Quatre, "y encontré mi diario de cuando era pequeño, supongo que también algo melancólico"

"¿Tu diario?" Duo rió divertido.

"¿Qué?" preguntó Quatre un poco molesto ante la risa burlona del trenzado.

"Es que, no pareces de la clase de personas que lleven un diario" dijo Duo calmando un poco su risa pero aún así una sonrisa se dejaba ver.

"¿Qué clase de persona soy?" preguntó Quatre cruzando sus brazos.

"pues la que se pasa toda la tarde y la noche revisando informes a los dieciséis" Duo cerró la puerta detrás de él y recargó su espalda en ella.

"..." Quatre no dijo y miró hacia el escritorio.

"nos preocupas a todos" dijo Duo, "creo que todos recordamos aquel pequeño episodio que tuvo Wufei hace tres meses"

El pequeño episodio de Wufei. Al final de cuentas no sabían como llamarle, hace tres meses Wufei simplemente se quebró. Aparentemente un asesino en serie andaba suelto y los preventivos descubrieron que provenía de una de las colonias, temerosos por una nueva guerra, alistaron todos sus oficiales en busca de éste asesino. Heero investigaba sobre esta persona desde la casa mientras que Wufei trabajaba día y noche en la oficina, quería atrapar a este asesino porque se concentraba principalmente en niñas de entre trece y dieciséis años lo cual le enfadaba.

Cuando llegó a la casa después de cuatro días seguidos sin llegar ni a comer o dormir, se desplomó sobre el sofá y ahí se quedó. Los otros cuatro pilotos infirieron que solo estaba exhausto y lo dejaron dormir unas horas, sin embargo pasó un día entero y Wufei seguía sin despertar. A las pocas horas anunciaron que el asesino había sido capturado, lamentablemente los otros pilotos se dieron cuenta de esto cuando se encontraban en la sala de hospital esperando que Wufei fuera dado de baja.

Aparentemente la adrenalina, las horas sin dormir o comer bien tomaron efecto y Wufei simplemente apagó su mente y cuerpo como lo había hecho una vez durante la guerra con Duo en una celda cuanto cerraron las ventilas.

"Sería más efectivo si Wufei me estuviera diciendo esto" dijo Quatre mientras se levantaba de la silla y acomodaba unos papeles.

"solo, intenta no excederte" dijo Duo, "la única diferencia entre tu y Wufei es que Wufei pasaba el tiempo en la zona centro y tu estás en la casa y solo por eso no dejaremos de vigilarte"

Quatre se quedó callado de nuevo y sonrió para Duo, "de acuerdo, intentare dejarle mas trabajo a mis hermanas"

Duo rió y abrió la puerta para ambos.

.-.-.-.-.-.

En la cocina, Heero y Wufei se hallaban platicando en sus respectivas sillas y Trowa se encontraba ya sirviendo los platos para la cena con algo de dificultad.

"¿Trowa, te sientes bien?" pregunto Wufei cuando vio que Trowa casi deja caer un plato al suelo cuando se volteaba.

Trowa asintio un poco y sirvió los platos en los lugares sin mayores percances. Heero y Wufei lo observaron curioso pero no le dieron importancia. En ese momento, Quatre y Duo entraron a la cocina y se sentaron junto con Trowa.

El silencio reinó por un momento, la mayoría de la atención se concentraba en el piloto cero-tres. Todos los demás pilotos podían notar que de vez en cuando Trowa era demasiado callado o simplemente no escuchaba lo que los demás le decían. Trowa se encontraba entre comiendo su cena y mirando de vez en cuando a su alrededor o al atardecer que se veía en la ventana.

"Así que..." Duo comenzó una oración pero simplemente no sabía como terminarla. "¿Quién más piensa que Quatre ha trabajado de más?"

Eso aparentemente obtuvo la atención de Trowa pues se volteó a ver directamente a Duo.

"Creo que deberías de tomar unas vacaciones Quatre" dijo Heero.

Wufei negó con la cabeza, "creo que todos deberíamos"

"solo han pasado seis meses Wufei, y ¿crees que ya necesitamos un descanso?" preguntó Duo.

"Creo que Heero tiene razón, es decir, después de todo no es como que podemos regresar a tener una vida normal tan rápido después de todo lo que ha pasado" dijo Wufei.

"¿Tu que crees Trowa?" preguntó Duo sonriéndole al tercer piloto.

"no es como que yo pueda opinar" dijo Trowa, después de unos segundos de silencio volvió a hablar, "no es como si yo estuviera... tan ocupado como ustedes"

Los otros cuatro se le quedaron observando, era cierto que Trowa era el único que no contaba con un trabajo, después de todo había dicho que quisiera regresar con el circo pero no hasta que obtuviera su forma física de regreso, lo cual a los otros les parecía extraño, es decir, Trowa nunca perdió esa flexibilidad, incluso su peso se encontraba estable, incluso Duo tenía un trabajo en un pequeño café pero había renunciado porque le daba flojera ya que con la fortuna de Quatre, la posición de Wufei en los preventivos y los trabajillos de Heero jamás tendrían problemas económicos.

"pero, ¿crees que Quatre y Wufei deban tomar un descanso?" preguntó Heero.

Trowa se quedó pensativo aparentemente y después asintió. Los demás se le quedaron viendo extrañados, esta situación se estaba haciendo cada vez más frecuente, en la que Trowa respondía después de un tiempo, o tenía pausas mientras hablaba, curiosamente también veía a sus alrededores disimuladamente o simplemente se quedaba viendo al espacio.

"Trowa, nos estás preocupando, ¿en serio te sientes bien?" preguntó Quatre con una cara muy consternada.

Trowa lo volteó a mirar y sonrió. Esa sonrisa se hacía cada vez menos frecuente en la cara del latino y asintió, "estoy bien, Quatre. No te preocupes"

Quatre se relajó un poco pero eso no le quitaba su preocupación. La cena continuó callada y el tema de las vacaciones fue dejado atrás para otro momento más oportuno. Trowa fue el primero en terminar, recogió su plato y lo puso en el lavabo para después dirigirse a su habitación, sin una palabra más que "buenas noches".

Lo cual era curioso porque apenas eran las siete, infiriendo que ya no lo verían el resto del día los otros cuatro guardaron silencio hasta que escucharon la puerta de Trowa cerrarse.

"bien, analicemos" comenzó Duo, "¿Qué rayos le pasa?" preguntó Duo.

Los demás se quedaron callados mirando al plato frente a ellos. Ninguno sabía como responder tal pregunta.

"creo que... no se acostumbra a esta vida" dijo Quatre dejando la cuchara en la mesa.

"pero es más introvertido que antes, es más callado y parece que siempre tiene esta cara de cero-uno puesta" dijo Duo sacando su lengua al final. "me da escalofríos"

Wufei frunció el ceño al ver la expresión de Duo, "creo que es algo más serio"

"¿a que te refieres?" preguntó Quatre aún más consternado.

"no creo que sea normal en él o en cualquier persona" respondió Wufei, "alguien sabe... ¿Cómo era antes de la guerra?"

Todos se quedaron callados, nadie sabía absolutamente nada del tercer piloto.

"lo único que digo es que no es normal que alguien sea tan introvertido" interrumpió Wufei el silencio.

Quatre tragó fuerte, era cierto pero no iba a dejar que alguien le hablase a Trowa como si fuera un experimento de un científico loco. Pero es que era cierto, gritó la otra parte de la mente de Quatre.

"olvídenlo, me retiro" dijo Quatre colocando su plato en el lavabo y dirigiéndose al segundo piso.

"¿Qué sugieres hacer al respecto?" preguntó Heero volteándose hacia Wufei.

"no se, esperemos unas dos semanas más, para ver si logramos averiguar que se trae y si no, buscaremos ayuda" terminó Wufei.

"¿crees que así de serio es, Wu?" preguntó Duo.

Wufei asintió, "francamente, realmente creo que esperar no sea lo mejor para Trowa pero quizás si para Quatre"

Heero se mantuvo callado, intentaba averiguar porque Trowa se encontraba como estaba. Intentaba compararse con él lo más que podía pero no hallaba solución, era como si Trowa estuviese regresando hasta el inicio de la Operacion Meteoro, aquel ser callado y privado, sin embargo, era incluso más ambiguo que en el año 195 AC. Era como si Trowa fuese como él cuando tenía ocho años, aún más callado y frío.

"Una moneda por tus pensamientos" dijo Duo sonriendo moviéndose de silla sentándose al lado de Heero. "Wufei también se frustró y se fue"

"entiendo" dijo Heero, "crees que...

"No se si debamos hacer algo" terminó Duo. En los últimos meses ellos dos se habían estado conociendo mejor, ya que después de que Duo renunció a su trabajo pasaba más tiempo a solas en la sala con Heero que estaba normalmente en el sillón con su computadora.

"Trowa normalmente estaría encerrado en su habitación" susurró Heero.

"¿eh?" preguntó Duo.

"cuando Quatre y Wufei están fuera, tu y yo en la sala solos... pero Trowa en su habitación" respondió Heero con un pequeñísimo sonrojo.

Duo sonrió, "si..."

Después de todo el tema de Trowa había sido dejado esta noche, al diablo con todo. Duo se acercó a Heero.

"quizás debamos hacer algo más ahora que lo pienso" susurró Duo juntando sus labios con los de Heero. Heero abrió su boca gustoso y cerró los ojos.

.-.-.-.-.-.

'Trowa... ¿en serio es tan grave?' pensó Quatre cerrando los ojos y se recostó en la cama hundido en sus pensamientos intentando ignorar todo el papeleo que había dejado en el escritorio. Él por el momento solo quería descansar, era muy temprano pero su mente estaba exhausta, suspiró hondo dejando que la música de la flauta lo rodeara y lo lleva-

"¿flauta?" pensó Quatre levantándose rápidamente de la cama y saliendo de su habitación, donde Wufei ya estaba en el pasillo. Wufei lo volteó a verlo y Quatre asintió.

"yo voy" dijo Quatre leyendo la mirada de Wufei. Quatre continuó caminando por el pasillo pasando unas puertas hasta llegar al final, ahí a la izquierda se encontraba una puerta doble de donde se escucha la flauta aún más fuerte.

Abrió lentamente una puerta y asomó ahí su cabeza, miró alrededor. Todo se encontraba apagado, podía ver las sombras de piano, la de los estantes, sin embargo, Trowa no parecía estar a la vista... era alto el chico, ¿porqué no sobresalía?

"¿Trowa?" susurró Quatre entrando por completo al oscuro salón. Cuando cerró la puerta detrás de él escuchó como la flauta dio un pequeño salto de desafinación y después continuó la melodía.

"Trowa soy yo, Quatre" dijo Quatre sintiendo la necesidad de que Trowa lo reconociera. Comenzó a caminar por el lugar, miró la silla que se encontraba al lado del gran ventanal, miró el piano un poco más a la derecha, el estante al lado de la esquina y el armario con puertas de vidrio donde se encontraba su estuche de violín, armónica y una larga caja vacía donde se supone que se encuentra la flauta.

Quatre se rindió y se dirigió a la silla para escuchar calmadamente la flauta. Cerró los ojos y dejó que la música lo tranquilizara. Por un momento pensó que sería buena idea unirse con el violín pero algo lo detenía, algo no estaba bien... Trowa…

Abrió los ojos y miró a su alrededor, era suficiente. Se levantó rápido y cuando lo hizo, la flauta se detuvo súbitamente. Quatre se dirigió hacia detrás del piano y ahí estaba. Por un momento sintió alivio pero cuando vio la mirada asustada de Trowa fue como si todo su mundo se cayese. Quatre se hincó al lado del latino y colocó su mano en su mejilla, podía sentir un frío muy fuerte.

"Trowa" susurró Quatre.

Trowa cerró los ojos, sus manos apretaban con fuerza la flauta que ahora yacía en su regazo. Trowa se recargó hacia Quatre y ahí se quedó paralizado.

"Trowa... ¿Qué te pasa?" preguntó Quatre preocupado, colocó su brazo alrededor de Trowa y éste desesperadamente intentó buscar calor en el abrazo.

Sin respuesta alguna, Quatre apretó un poco más a Trowa y colocó su barbilla en la cabeza del latino.

"Trowa respóndeme por favor" murmuró Quatre.

'no los dejes'

"¿No dejar que Trowa?" preguntó Quatre frunciendo el ceño.

"no dejes que me lastimen" susurró Trowa y Quatre notó la pequeñísima diferencia que Trowa ni siquiera había hablado la primera vez.

"¿Quiénes Trowa?" preguntó Quatre, intentando calmarlo, pero Trowa comenzó a temblar. "¿Trowa?"

"ellos" susurró Trowa, "están en todas partes..."

'no los dejes'

"¿ellos quienes, Trowa?" Quatre intentó suavizar su voz lo más que podía pero simplemente... tenía miedo.

Trowa negó con su cabeza, "pensé... que todo estaría bien... que ellos ya no estarían... pero siguen aquí, Quatre. Siguen aquí y vienen por mi"

"Trowa, estas helado" murmuró Quatre, "¿Quién vienen por ti?"

Trowa asintió, "quienes quieren matarme Quatre..."

'no los dejes'

"¿Trowa?"

'no dejes que me maten'

"Trowa, ¿de quien rayos estas hablando?" preguntó Quatre.

Quatre esperó con calma... y esperó... hasta que no hubo respuesta. Sintió como la respiración de Trowa se igualó y como el calor regresaba a su cuerpo. Quatre no comprendía que le estaba pasando a Trowa, definitivamente esto no tenía nada que ver con una depresión post guerra.

La puerta doble se abrió por completo y la luz se encendió. Quatre miró hacia arriba aliviado con ver a Wufei parado en medio de la sala algo confundido.

"no se" susurró Quatre con una voz quebrante, dos lágrimas cayeron por sus mejillas, "no se"

Quatre abrazó más fuerte a Trowa quién se recargó un poco más hacia Quatre. "no se que le pasa... no... él no está bien"

"Quatre" dijo Wufei, "él nunca estuvo bien"

Wufei sabía que eso quizás se oyó demasiado franco pero era cierto, Trowa siempre fue diferente pero a lo largo de los meses simplemente no estaba funcionando. Algo le pasaba y estaba afectando a Quatre más de lo que debería.

"yo se" susurró Quatre.

"¿tu sabes?" preguntó Wufei extrañado.

"¿podemos seguir esto mañana? Estoy cansado" dijo Quatre mientras volteaba a ver a Trowa.

Wufei asintió, después de todo había sido mucho para ambos. Los dos se quedaron callados por un momento, Wufei ahí parado en medio del salón y Quatre sentado en el piso con Trowa recostado.

"¿me ayudas?" preguntó Quatre sonriendo un poco. Wufei se dirigió hacia Quatre y sacudió de los hombros un poco a Trowa. Éste no respondió en lo absoluto y siguió recargado sobre Quatre. Wufei tomó a Trowa en brazos con algo de dificultad pero Quatre lo ayudó al separarlo de su cuerpo.

Con Trowa ya en cama – y aún con la flauta en manos – los dos salieron de la habitación del latino.

"Quatre... ¿quieres habl-

"no... mejor mañana cuando llegue del trabajo, estoy cansado" dijo Quatre caminando a su propia habitación. Estaba exhausto y solo quería dormir, sin embargo lo que acababa de ocurrir solo le ocupaba la mente y sabía que pasaría al menos unas dos horas despierto.

Wufei mejor lo dejó en paz y se dirigió a Heero para comentarle lo que recién había ocurrido. Tocó en la puerta al menos unas cuatro veces, hasta que escuchó ruidos desde la sala. Se sonrojó al pensar en lo que aquellos dos estarían haciendo pero no le importó, Trowa por el momento era más importante.

Bajó las escaleras cerrando los ojos para no ver nada que no quisiese. Cuando llegó al final de las escaleras los ruidos callaron.

"¿ya puedo abrir los ojos?" preguntó Wufei enojado.

"este... si, Wu... creo" susurró Duo sonriente. Wufei los abrió y vio a ambos en el sofá sentados. Sus camisetas estaban desarregladas al igual que su pelo.

"¿Qué pasó Wufei?" preguntó Heero serio como si nada hubiese pasado.

"más les vale que estén atentos en los próximas días, Trowa acaba de pasar por algo y aquí están ustedes perdidos en su mundo... si Quatre no lo hubiera encontrado no quiero saber que pudo haber hecho" dijo Wufei enojado como si estuviese regañando a dos niños pequeños, sabía que quizás – solo quizás – había exagerado, pero ni él sabía las consecuencias de lo que acababa de pasar. Pero es que simplemente el hecho que los dos prefirieran jugar en la sala en vez de preocuparse por su compañero era algo que le disgustaba.

"¿Qué le pasó a Trowa?" preguntó Duo más preocupado porque sabía que si no mostraba interés por el momento Wufei se enojaría más.

"no se" dijo Wufei. La respuesta era tonta pero era cierto. "Quatre lo encontró tocando la flauta atrás del piano aparentemente... cuando entré, Quatre estaba llorando, no me quiso decir lo que había pasado, estaba cansado.

"me habló muy vagamente... algo lo descontroló... no se si fue su-

"¿coco no cosa?" preguntó Duo intentando sacar una broma, sin embargo Wufei asintió.

"creo... algo debió sentir en Trowa para que se agitara de tal manera" respondió Wufei. "me voy a la cama, no quiero pensar más en esto. Sólo quería decirles para que tuvieran más cuidado con Trowa mañana cuando Quatre y yo no estemos"

Y con eso se volteó para subir las escaleras, dejando a ambos en la sala.

"las cosas se van a complicar, ¿no crees?" susurró Duo cerrando los ojos y recargándose en el sofá. Heero lo volteó a ver con una cara de duda y Duo le sonrió. "solo un tonto presentimiento mío en mi opinión"

Heero suspiró sin saberle responder a Duo, algo raro estaba pasando y Trowa tenía la respuesta ya que todo giraba entorno de él.

"Voy a mi cuarto" susurró Heero levantándose del sofá y subió las escaleras. Duo se quedó estático en donde estaba.

"si, ya te dije que es solo mi opinión" murmuró Duo en la soledad de la sala.

-.-.-.-.-.-.

'Nanashi'

Trowa se volteó de la cama intentando darle la espalda a lo que sea que lo estuviese llamando.

De nuevo.

'Nanashi'

Trowa apretó con fuerza la flauta que se encontraba aún en sus manos, su cuerpo adquiriendo una posición fetal.

'no puedes huir Nanashi'

Un pequeño gemido de disgustó salió por la seca boca del latino, mientras que el sudor de su frente comenzaba a humedecer la almohada.

'¿sabes porqué, Nanashi?'

Aquella voz, siniestra y cruel Rasposa y varonil que deseaba jamás haberla escuchado en su vida lo torturaba ahora casi todas las noches.

'Porque soy de tu pasado'

Trowa dejó salir un gemido de terror un poco más fuerte.

'Soy tu pasado, corazón roto, y no te puedes librar de mí. Porque soy tu demonio. Tu demonio personal a tus servicios'

Aquella voz, no solo siniestra y cruel. No solo rasposa y varonil sino familiar. Torturante, conocía aquel demonio demasiado bien. El que ahora estaba muerto que llevaba su nombre. Cada vez que le llamaban era un recordatorio de su cruel destino. Cada vez que le llamaban era para saber que él estaba atado a ese pasado y a ese hombre.

El que ahora era su demonio.

Tenía suerte esta noche, sólo era uno.

"solo eres uno" murmuró Trowa en su no tan calmado sueño.

"solo eres uno" repitió. "yo puedo con uno, no te necesito para que me recuerdes que ahí esta mi pasado de mierda"

Trowa se levantó de la cama, su mano aún ejerciendo presión sobre la flauta. Se dirigió hacia el centro de la habitación, sentándose en la alfombra con las piernas cruzadas y sus ojos verdes aún cerrados.

Los abrió y la putrefacta cara de Trowa Barton se encontraba mirándolo frente a frente. La piel caída dejaba expuesta los huesos de la cara como los pómulos, aquellos labios estaban secos y quebradizos en una tétrica sonrisa de pura maldad. Pero sus ojos... sus ojos seguían fríos. Azul pálido y sin brillo contrastaban con los esmeraldas de Trowa.

'Te estás quebrando' dijo Trowa Barton sin mover sus labios que apenas y podían formar aquella sonrisa, sin embargo, esa voz ronca se encontraba dentro de la mente de Trowa y lo llevaba a la locura sin poder bloquearla.

'te vas a quebrar' dijo de nuevo aquella voz burlona, '¿Qué vas a hacer?'

"nada" dijo Trowa, su cara impaciente ante a uno de sus demonios. No pensaba en hacer nada, era cierto que estaba perdiendo no sólo esta batalla, sino la guerra. Después de todo la había peleando desde los diez años y pensó que quizás ya era hora de rendirse. Aquel demonio llamado Trowa Barton se había unido a la colección, junto con los demás hombres malditos de su primer grupo mercenario más los del segundo.

Era un maldito.

Aquellos demonios lo atormentaban durante la guerra y lamentablemente después. Pero en los últimos meses, las cosas se habían estado complicando, aquellos demonios lo habían estado molestando más de lo que debían. Psicológica y físicamente. Rara vez salía de su habitación porque o no se podía mover o no lo dejaban.

Al menos no habían estado lastimando a sus compañeros, pero tenía el presentimiento que eso no duraría mucho.

'te encuentro pensativo' dijo Trowa Barton.

"¿Por qué estas solo tu aquí?" preguntó Trowa curioso. Era extraño la verdad, la mayoría de las veces esos demonios – los cuales eran al menos unos sesenta – estaban en su habitación o a veces lo seguían para seguir torturándolo, pero no duraría mucho.

Porque cuando Trowa muriera... él se iría directo al infierno donde lo estarían esperando aquellos ex compañeros suyos.

Si, un maldito.

'los demás se han cansado Nanashi' respondió Trowa Barton. 'ya te quieren de regreso'

Trowa suspiró fuerte, "no me voy... no aún, para dejar a mis a los que quiero solos... quien sabe que harías tu con ellos"

'nada, de eso te lo aseguro' y Trowa Barton sonrió aún más haciendo que brotasen gotas de sangre de sus labios, 'contigo nos entretendremos bastante'

"¿lo prometes?" preguntó Trowa casi como su fuera una plegaria.

Y Trowa Barton asintió, haciendo que aquellas gotas cayeran a la alfombra frente a Trowa.

Por un momento lo considero, matarse en ese momento no parecía tan difícil. Parecía... una excelente idea. Terminar todo en solo unos segundos... minutos, y terminaría con la batalla, con la guerra. Claro está que sufriría por el resto de la eternidad en el infierno pero no había mucho que podía hacer al respecto.

Pero por otro lado... no confiaba mucho en Trowa Barton. No por nada lo mataron antes de la Operacion Meteoro.

¿Cuál es tu respuesta?' preguntó aquella tétrica voz.

Claro estaban los otros cuatro, Heero, Duo, Wufei... Quatre en especial estarían devastados. Después de todo se preocupaban mucho por él. Quatre.

"no" respondió Trowa levantándose de la alfombra cerrando los ojos. Se recostó de nuevo en la cama esperando poder dormir esta noche al menos.

'nos vas a obligar a nosotros a hacerlo' dijo Barton antes de sentarse en un rincón de la habitación para quedarse ahí esperando.

-.-.-.-.-

Trowa se levantó de la cama casi automáticamente, se dirigió al baño a lavarse la cara y las manos para después hacer el desayuno. Sin ningún problema, salió de su habitación y se dio cuenta que la casa estaba en total silencio. Los demás aún deberían de estar dormidos, pensó. Lo cual le alegró, no estaba de humor para ver a los otros tan temprano.

"Haré el desayuno, tomaré mi plato y de regreso a mi habitación" dijo entrando a la cocina.

Se quedó estático al ver a Duo sentado en una de las sillas.

"¿sabes que horas son?" preguntó Duo.

Era obvia esa respuesta, siempre se levantaba antes que los demás. Exactamente a las ocho de la mañana para preparar el desayuno.

"las ocho" dijo Trowa lento notando ya los platos casi vacíos con restos de comida en el lavabo.

"son las once" corrigió Duo cruzando los brazos.

Trowa miró la ventana que siempre observaba y el sol ya casi llegaba a su punto máximo.

"¿Qué te esta pasando, Trowa?" pregunto Duo cruzando los brazos.

"nada" susurró Trowa sentándose en la silla más lejana a Duo.

"Trowa... creo que se cuando alguien esta pasando por algo..."

"no sabes" respondió Trowa desviando su mirada.

"si, si lo sé" dijo Duo, "Trowa, ¿alguien te está molestando?"

Trowa no respondió, no era posible que Duo supiese lo que él estaba pasando. Simplemente no era posible.

"No me dicen Dios de la Muerte por nada" respondió Duo como si hubiese leído su mente, "no creas que es solo porque tengo una afición hacia ella"

"tu no entiendes Duo" dijo Trowa.

Duo se quedó callado, sabía que Trowa no iba a decir nada a menos que hubiera un... intercambio de información.

"creo que tenemos que hablar" dijo Duo cambiándose de silla de nuevo más cercas hacia Trowa.

"¿Dónde están los demás?" preguntó Trowa adquiriendo una posición de defensa.

"Quatre y Wufei están en el trabajo y le pedí a Heero que se fuera un rato a pasear para que tu y yo podamos conversar" respondió Duo sonriendo lo más amable posible.

"Duo, tu no entenderías por lo que estoy pasando... por lo que he pasado" dijo Trowa.

"Oh vamos, vamos Tro-chan, tu creciste solo sin ninguna ayuda, yo también. Los dos tuvimos que sobrevivir a la fuerza, ya sea en la calle o en medio de una batalla en la mitad de un bosque. Nadie nos apoyó, yo quizás tuve a mis amigos de pequeños y la iglesia, pero eso no evitó que me los arrebataran. Trowa, tus compañeros fallecieron a causa de una traición, quienes te ayudaron a convertirte en ésta persona fuerte y calmada que está sentada en ésta silla.

Ahora no me digas que no te comprendo" dijo Duo.

"esto no es así, Duo" murmuró Trowa.

"pues tendrás que decirnos tarde o temprano porque juro que tu estás rompiendo al grupo entero" dijo Duo más enojado.

"Pues entonces quizás si deba matarme" susurró Trowa casi inaudiblemente.

"¡Basta Trowa!" gritó Duo tomando del collar de la camisa de Trowa.

Trowa se mantuvo inmóvil ante tal acción, su cara sin expresión alguna.

"dime ya que te pasa, yo lo sé, él lo sabe, solo falta tu que lo admitas" dijo Duo ejerciendo más fuerza en sus manos, sus nudillos tornándose blancos y después de unos momentos de solo escuchar la fuerte respiración del trenzado, Duo se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

Lentamente soltó a Trowa y miro aquellos ojos verdes que lo miraban incomprendido.

"¿él?" preguntó Trowa.

"crees que estás solo en este mundo, Tro. Que nadie te entiende, pero no lo estás Tro-chan, no lo estás, nunca estás solo y yo entiendo eso" susurró Duo levantándose.

Trowa estaba confundido, todo lo que decía Duo parecía doble sentido y no sabía como responder eso. Quizás solo estaba jugando y realmente estaba solo cuando él no lo estaba, pensó Trowa, estoy perdiendo mi cabeza.

"Tro, por favor" dijo Duo, "no me obligues a decirte todo"

Trowa miró a Duo y se quedó callado, Su mente comenzó a irse y quería concentrarse en todo lo demás excepto en la situación.

Duo miró como Trowa volteó a su alrededor, lo hacía de nuevo.

"Tro, hablo en serio" dijo Duo.

Después de un largo momento de silencio, Trowa suspiró y Duo lo miró expectativo.

"Trowa, obtuve el apodo del Dios de la Muerte porque... bueno, me pasa casi lo mismo que lo que te está sucediendo a ti" murmuró Duo.