¡Hola! Me presento con un nuevo fic :D Qería hacerlo desde hace rato, y todo gracias a The Pretty Reckless (8) que me inspira xd Okey! Vamos a hacerle ficha:

~ Pareja: Estados Unidos/Canadá - Leve: Estados Unidos/Inglaterra

~ Clasificación: T+

~ Género: Drama

~ Advertencias: M-preg.

¿Se nota demasiado que amo a Alfred y Matthew together forever xd? They are perfect! Dejo de escribir y mejor permito leer :D. Muchas gracias por su apoyo en los otros fics, espero este lo reciban de la misma manera.

¡Nos vemos abajo!


Sólo Esta Noche

Matthew apretó su mejilla contra los azulejos del baño en el segundo piso de la Casa Blanca, y cerró sus ojos violetas oyendo constantemente la caída del agua por el lavamanos. Había estado escondiendo lo que sentía de Alfred durante los días que llevaba allí, y su hermano ahora dormía sobre el escritorio con algunos papales entre los cabellos. Rodó sobre su espalda y respiró profundamente. Estar en la casa de su gemelo sólo empeoraba las cosas, porque Matt sabía que no estaba realmente enfermo, que los síntomas que había soportado durante la semana anterior no eran de ninguna enfermedad.

''¿Qué voy a hacer ahora?'' se preguntó con los ojos inundados de lágrimas, miserablemente.

Desde esa noche en que había salido con Alfred para pasar un tiempo acompañado debido a las penas del amor en un bar americano, que sabía que había ocurrido. Y secretamente, lo que siempre deseó se hacía realidad, pero Canadá no podía dejarse llevar por los sentimientos, a pesar de que el corazón se le rompía con solo imaginar su única opción: ir a una clínica y solucionar el problema; y entonces todo volvería a ser como antes. Podía hacerlo y sería anónimo, pero si Matthew era honesto consigo mismo, él ya amaba al niño que estaba creciendo en su interior. El niño que era parte de él y de Alfred –la persona más perfecta que Matthew había visto en su vida, sin importarle la opinión de todos los demás países-.

''Debí haberlo sabido'' supone irónicamente. El mundo entero conocía que las probabilidades de que una nación concibiera eran altas y eso no pasó por la mente de Mattie aquel día.

Tampoco es como si en ese momento le hubiesen dejado pensar.

Un crujido en la madera del pasillo informó a Matthew que su hermano (y padre del bebé, Canadá no podía dejar de pensar eso) había despertado y tragó saliva, nervioso.

- ¿Mattie? ¿Matt, estás ahí? –Matthew se quitó del piso del baño viendo su cara en el espejo de cuerpo completo tímidamente; desabrochó su camisa roja y se pasó la mano sobre el abdomen que aún seguía plano. Cuando se concentró mucho, creyó ver una ola pequeña justo debajo de su ombligo. Está en tu cabeza, pensó firmemente. Y es cierto, es demasiado pronto para verlo. Entonces el rubio comenzaba a imaginar qué es lo que las demás naciones y su superior dirían, cómo el chisme correría y llegaría hasta los oídos de Alfred. Y Alfred, Dios, ¿cómo se lo iba a decir a su hermano? Y luego, todas esas responsabilidades que tenía como país, las reuniones, las madrugadas, ¿serían todas esas cosas seguras para el bebé?

Las lágrimas comenzaron a llegar a sus mejillas y Canadá las apartó con impaciencia, poniéndose de pie completamente, mientras abotonaba su camisa.

- ¡Matthew! –Alfred golpeó la puerta- ¿Está todo bien allí dentro? Tu superior dice que quiere hablar. ¿Vas a salir pronto?

- Sí –le respondió, haciendo todo lo posible para que su voz sonara normal.- Voy de inmediato.

O-o-O-o-O-o-O-o-O-o-O-o-O

No quería visitar Irak, él deseaba abandonar el lugar y retirar sus tropas, pero la buena relación que su jefe había dispuesto con el de Alfred se lo impedía. Matthew sólo asintió cansado, lo único que necesitaba ahora era una ducha caliente y su cama, y sería suficiente. Se dormiría con la mano en el vientre mientras le hablaba a su hijo, sintiendo que ya no estaba solo. Era buena, esa sensación. Tendría a alguien con quien estar para siempre, dedicaría todo si tiempo y amor en ese niño.

Por un momento la sonrisa le iluminó la cara.

Estiró los brazos, alejándose de su superior y partiendo al segundo piso otra vez para irse a la habitación que habían dispuesto para él. En el camino no halló a nadie y dentro se quitó la ropa, y fue a la ducha. Se enjabonó delicadamente teniendo cuidado extremo con su abdomen, jugando con las burbujas que provocaba y acariciando mientras reía contándole situaciones de su infancia, porque él estaba seguro que su bebé le oía.

Cuando salió, se secó el cuerpo y echó talco, luego el piyama holgado lo cubrió. Se metió a la cama y colocó una palma contra su estómago, cálido, presionando.

- Cuando acabe estas reuniones, iremos a la clínica y comprobaremos tu existencia, pero yo sé que estás ahí –dijo juguetón, mordiendo su labio.- Y después, nos pasearemos por las tiendas y compraremos una cuna, un coche y tus juguetes. Mantitas, y ropa blanca y amarilla, luego conseguiremos más, cuando estemos seguros de tu sexo. –Matthew se quedó callado un momento, mirando hacia la blanca muralla de la pieza que se ubicaba frente a la de Alfred- ¡Voy a ser tan feliz contigo!

Dejó escapar una sonrisita graciosa y se pasó la mano por sobre el lugar donde su hijo crecía. Iba a proceder para hablarle de nuevo, estaba tan emocionado…

- ¡Mattie!

Su puerta fue abierta estrepitosamente. La voz chillona de su hermano le dañó los oídos y resopló cansado. Escuchó que cerraban de nuevo, percibió la sombra moverse y un peso extra en su cama; casi automáticamente cubrió con su brazo el vientre, haciéndose más a un extremo.

- ¿Qué haces acá, Al?

- ¿Puedo dormir contigo? ¡Mi cama tiene una araña horrible en la almohada y puede picarme!

Canadá se volteó, pensando que parecía un cachorro bajo la lluvia, más cuando estaba sobrio. Asintió con la cabeza, ya estaba allí, y no se creía capaz de enviar a Alfred de regreso a su habitación cuando conocía lo que pasaba por su mente y que se quedaría tras la puerta pretendiendo haberse ido. El estadounidense abrió las sábanas y se hizo un espacio. Intentó acercarse mucho a su gemelo, evitando que Matthew pusiera espacio entre ellos.

- Gracias, Bro.

Canadá no le respondió, fingiendo haberse dormido y sin declarar que la presencia de su hermano le ponía terriblemente nervioso. Un nudo se le formó en la garganta cuando Alfred estiró su brazo derecho para pasarlo sobre su cintura, atrayéndolo más a él mientras descansaba la mano en el vientre.

Y, tal vez fue su imaginación, o era que simplemente estaba demasiado nervioso y su cuerpo reaccionó: el niño dentro pegó un saltito, reconociendo el tacto de su papá. Matthew no quiso alejarle, se dejó abrazar por el mayor, cerrando sus ojos. Quizá, quizá sólo por esta vez podía imaginar que Alfred estaba enamorado de él, y que Arthur nunca había poblado la mente americana. Jones se removió y cargó su mentón directo en su hombro, besándole el cabello. Lo que más apreció Matthew fue la caricia que le dejó en el pequeño lugar cálido y protegido donde el hijo de ambos crecía.


Sé que es corto, pero me gustó como quedó; Aww *-* Mattie está tan ilusionado con su bebé (L) ¿Cómo reaccionará Alfred cuando se lo diga? ¡Shan Shan! xd ¡Nos leemos en el prox cap! ¡So long and Goodnight! ¿reviews?