Algún día dejaré de escribir tonterías, pero no será pronto. Primero diré que no hay amor entre hermanos y la historia se desarrolla demasiado rápido. Es más bien extraña. No hay nada de Slash.
ADVERTENCIAS: Confusidad(?) Ya, es confuso, como todo lo que escribo de rapidez.
DISCLAIMER: NINGUNA DE LAS COSAS AQUÍ ME PERTENECE, TODO ES DE DISNEY.
Para Erly, que me retó en el topic "Oficinas de Hydra" del foro "La torre Stark y un 12 por ciento de JARVIS"
Una vez, en un reino muy, muy lejano, al Príncipe Loki se le quebró el corazón.
Fue en un día demasiado soleado para su delicada piel, cuando paseaba entre los bosques a las afueras de la ciudad principal en compañía de su hermano mayor. ¿Qué podría romper el corazón de un príncipe? Se preguntó en silencio, recorriendo a lomos de su joven caballo negro los pulidos caminos de tierra que cubrían el bosque cual enredaderas.
Quizá un troll.
—¡Mira eso, hermano, mira! —el grito de Thor resonó por el bosque, su voz apenas comenzaba a cambiar; a Loki le pareció de lo más gracioso.
Quizá el más fuerte guerrero de los nueve reinos.
—No veo nada, Thor. —le respondió, buscando entre los gruesos troncos por algo que lograse captar su atención.
Thor hizo una mueca apenada, que se recompuso en seguida en media sonrisa: —Creí haber visto un león.
Quizá el grandioso Mjönirl, con su fuerza de estrella muerta, sea suficiente.
—¡Pero no seas tonto, hermano! —Loki carcajeó— Los leones sólo son cuentos aquí. Todos lo saben.
Y la conversación volvió a ser sólo bromas por un rato más. El príncipe Loki estaba demasiado ocupado disfrutando del clima y la atención de Thor para notar cambio alguno a su alrededor. Ningún crujido de ramas al ser pisadas o silbido de flechas al ser lanzadas fue escuchado por los oídos jóvenes de el par.
Quizá la muerte, quizá la vida.
La primera flecha cayó con suavidad en la cabeza del caballo en que montaba Thor; se incrustó con facilidad y apenas un hilo de sangre espesa recorrió la frente de animal. La bestia corcoveó y tiró al primer príncipe al suelo con un estrépito. Ambos dejaron escapar un grito de terror cuando una llovizna de saetas brillantes como el sol se cernió sobre ellos.
Quizá el amor.
Loki, que apenas lograba mantener un escudo mágico con dificultad, saltó de su propio corcel para proteger a su hermano. Llegó justo a tiempo; ninguna de las flechas hirió a Thor.
Ambos permanecieron en el suelo, gritando y llorando con nudos de terror en el pecho; hasta que los Einheriar de su padre les alcanzaron y ya no hubo peligro. El príncipe Loki se levantó, tembloroso; algún soldado intentó tomarlo del brazo, pero se removió porque sus ojos sólo eran para Thor.
—¿Estás bien, hermano? ¿Te han hecho daño?
Quizá el odio.
—¡Quítate, Loki, no quiero verte! —el rollizo niño rubio chilló, cubierto de suciedad, lágrimas y mocos— ¡Seguro a sido otra de tus bromas, se lo diré a padre!
Quizá un hermano.
Una vez, en un reino muy, muy lejano, al príncipe Loki se le quebró el corazón.
—Pero si yo lo he salvado, padre —se defendió, desesperado por hacer entender a su familia. Estaba en el salón de trono, con sus padres frente a él y Thor en su contra—. Ha sido algún enemigo, se han infiltrado en Asgard para matarnos.
—¡No! ¡Castígalo, padre, castígalo por asustarme; estoy seguro de que él fue! Ya sabes que siempre ha sido un mentiroso; ¡No le creas!
Fue una pelea infantil, por supuesto. No debió ser trascendental incluso después de que aquella disputa se arreglara y los hermanos volvieran; pero lo fue, para el príncipe Loki. Porque nunca, nunca, nunca más, alguien volvió a confiar en él.
—Estoy decepcionado, Loki. —Odín dictó su sentencia.
588 palabras.
Muchas gracias por leer.
